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Angel-Aerosmith

La suave brisa Parisina movia su rubia cabellera, su pequeño rostro carecía de emoción en ese momento y su mirada se perdía a través de las parejas felices que frente a ella se estaban jurando amor...  "AMOR"  La noticia que acababa de recibir la había dejado impactada a pesar de que era una sospecha que simplemente le había confirmada el medico...
Echó para atras la cabeza y por breves segundos sollozó mientras miraba al cielo. Eran casi las 7 de la noche y Luka no había llegado. No podía esperar mas asi que desanimada se levanto de la banca, tomó su bolso y comenzó a caminar. Cuando un regordete hombre le tapó el paso ofreciéndole un helado.

—Algo dulce para una bella y melancólica dama...

—No gracias— dijo con tajante cortesía.

—Lo dulce seguro le encantaría al bebé— de golpe se detuvo y volteo a verlo. —Es helado gratis...
Con una sonrisa el hombre le entrego un helado con los colores amarillo, azul y rosa.  Con cortesía Andre la acompañó  hasta la banca y tomó asiento junto a la joven mientras la observaba degustar el helado. No era común ver a alguien como ella que parecía tan sofisticada y refinada. Una chica que nunca comería un helado en una banca pero allí estaban.

—¿Esta todo bien?— preguntó Andre. Pero no recibio respuesta ya que ella parecía hipnotizada.
Definitivamente la joven no se parecía a nada que el hubiese visto antes.
Las mujeres de Paris eran lindas pero la mujer frente a el estaba en otro nivel.
—¿Te esta gustando el helado?— insistió Andre y entonces por primera ella vez le prestó su intención al hombre que estaba mirándola fijamente.

—¡Esta bien!— había escuchado sobre el heladero del amor, para ella eso no era ninguna novedad. Se decia que sus helados eran capaces de unir a los enamorados y sin duda era ese hombre quien entraba perfectamente en la descripción. —¿De verdad tus helados son tan magicos, que te unen a tu ser amado? 

—Bueno, son magicos si tu tienes fe.

—¡Tener fe! ¿Como podría, si todo se vuelve más difícil cada vez?— sollozó nuevamente, recibendo un pañuelo del amable heladero. —Gracias, perdí el control...

—¿te refieres al padre del bebé?.

Ella desvío la mirada.
—¡Quiero encontrarlo! Se que todo mejorara si nos encontramos. Pero con cada día compruebo que quizás las cosas no saldran como espero y el se quedará atrapado en el recuerdo de esa noche.
Perdió el control y se dejó abrazar por el heladero quien conmovido acaricio gentilmente su cabello,  la chica comenzo a llorar. —¡Yo, solo necesito amor...

—Escuchame...

(...)

Llegó a casa y se recostó en la suave cama, "No podía tener a ese bebé" su viaje al medico no había sido en vano y obviamente ya tenia en su poder lo necesario para interrumpir el embarazo. Las pastillas tenían un procedimiento riguroso que por supuesto ella estaba dispuesta a seguir. "No puedes tener al bebé" se repetia una y otra vez, "¿Que haría ella sola con un bebé?" Penso amargando su momento de soledad. "Su carrera terminaría tan fugazmente como había iniciado, la prensa la haría pedazos, su padre se decepcionaría y peour aún su madre se volveria loca sin remedio". Abrumada dejó caer la cabeza sobre sus manos abiertas y  por un momento se quedó observando sus uñas bien cuidadas, el anillo de diamante amarillo que adornaba su pulgar, sus pequeños y caros zapatos de diseñador, su celular y todos esos detalles que delataban lo buena que su vida era. Sonrió al ver el lujoso baño que la rodeaba, pensó en su armario y volvió a sonreír tristemente al recordar que estaba repleto de ropa que ni siquiera iba a usar. Cobijada por unas suaves sabanas de seda, acostada en un cómodo colchón hecho a su gusto...
Lo tuvo y lo tenia todo. Menos amor y compañía. No era amada y eso la hacía llorar todas las noches antes de acostarse, eso la había vuelto una persona miserable y si consideración, ella había llegado a este mundo para beneficio de sus padres, era un simple accesorio hecho sin amor para guardar las apariencias de una matrimonio perfecto que no existía.
Con algunas lágrima en los ojos suspiró, no se arrepentía de esa noche mágica, esa noche en la que por primera vez se sintió amada por alguien que no estaba obligado a amarla. El bebé que en es momento se estaba formando dentro de ella, se había concebido sin planearse pero contrario a ella estaba hecho con amor puro de una noche mágica...
Con determinación tiró las pastillas por el inodoro y recordó las palabras del extraño heladero. " El amor es una fuerza indomable. Cuando tratamos de controlarlo, nos destruye. Cuando intentamos encarcelarlo, nos esclaviza. Cuando intentamos entenderlo, nos deja sintiéndonos perdidos y confundidos. Sin embargo el amor tambien es una decisión, tomada a partir de un sentimiento". Debía encontrarse con el padre de su hijo y todo pintaria diferente se sentía dispuesta a todo pero antes de siquiera poder hacer algo más su madre inrumpio en su habitación sin tocar...
"Chloecita, llegaste a casa" dijo con cautela su nombre. Había una pequeña sonrisa en el rostro limpio de la mujer.
Audry quería que la joven volviera a sus practicas y que lo hiciera cuanto antes, sin embargo la chica se negó aguantando los nervios y argumentando que el doctor le había recomendado descansar por el resto de la tarde o podria perjudicarle.

(...)

La joven Bourgoise se pudo escabullir para poder acudir a su cita en Le pont des Arts, con la esperanza de al fin encontrar a su amado y asi encontrar el apoyo que necesitaba en esos momentos, pues había decidido tener al bebé...

Permaneció sentada allí por largo rato, mirando el calido horizonte y sintiendo la fresca brisa del verano. Eran alrededor de las seis de la tarde y todavía
podia escuchar las risas y las conversaciones de las personas felices a su alrededor.
Ella había estado atenta por si lo veía llegar; se imaginaba un paisaje totalmente diferente, un futuro con el bebé y con el hombre de sus sueños. "¿Qué tanto estariá haciendo que no llegaba?" más que molesta intento distraerse, mientras comia su helado.  Pensó en lo rara que se vería con el vientre abultado, su figura perfecta se vería corrompida. ¡Santo dios tendría que usar ropa de maternidad! y el parto, seguro sería una mierda muy dolorosa; destrozaría sus caderas y su vagin...
Parpadeó fuerte y movió la cabeza freneticamente dispersándo esos pensamientos negativos, ella iba a dar a luz al bebé y lo amaria sin importar que hiciera mierda su cuerpo.
Solo necesitaba la compañía de Luka y todo estaría bien.

Ya eran las 7:30 pm y para su desgracia y por milesima vez no pudo encontrar al chico...

¿Cuanto tiempo tendria que esperar para volver a tenerlo de frente?

El tiempo pasaba mas rápido de lo que ella deseaba y el embarazo se volvía mas evidente.
Los sintomas eran cada vez mas fuertes. Solia dolerle mucho la espalda y eso le restaba agilidad a la hora de sus practicas y ni hablar de las nauceas, calambres y la sensibilidad en los senos. Tenia apenas cuatro meses y su cuerpo ya no soportaba tal situación.

—Señorita Bourgoise, ¿tienes algo que decirnos? —le preguntó Jolie su maestra escuchándola vomitando en el baño. Ella no era tonta. La bella Chloe estaba actuando demasiado raro.
Nauceas, mareos, ropa holgada... Jolie, tenía serías sospechas sobre el motivo de Chloe para vestir de esa manera. cuando ella era una mujer tan sofisticada. Sabrina (quien como siempre asistia a Chloe) y su maestra se miraron las caras pero ninguna dijo nada.

Chloe jaló la palanca del retrete y salió del cubículo, abrió la llave del lavamanos y se lavó la boca, el sabor acido del vomito se fue poco a poco, pero aun sentía el ardor en la garganta.

—¡¿Estás bien Chloe?! —le preguntó Sabrina preocupada del otro lado de la puerta.

La rubia se arregló el cabello con las manos húmedas, se tocó el vientre y murmuró "parece que me quieres matar, odio vomitar, es asqueroso"

—señorita Chloe responde —insistió su maestra, se notaba la preocupación en su voz.

Chloe torció los ojos, "son unas exageradas", salió del baño, afuera Jolie y Sabrina la vieron con preocupación.
—¿Te encuentras bien? —le preguntó la peli-roja.

—Sí, es sólo que la comida me cayó mal. Este lugar es una porquería —contestó incomoda. Estaban en los camerinos principales del teatro.  La chica siempre trataba de ocultar los síntomas, pero esta vez las ganas de vomitar fueron tan fuertes que no pudo hacer nada más que correr y encerrarse en el baño.

Su maestra movió sus maños inquieta
—hoy solo probaremos vestuarios, eres nuestra estrella principal. Te vez agotada, tomate la tarde libre, ve a descansar, de verdad estás pálida.

—Esta bien, puedo continuar —replicó la rubia a pesar de que se sentía muy cansada.

—¡Ya hable y no quiero quejas!. —Replicó su superior alzando la voz.

(...)

Chloe  llegó a su casa y se echo a dormir, se sentía fatal pero no pudo dormir mucho porque dos horas después tuvo que levantarse rápidamente para ir al baño. Había estado leyendo y sabía que ese era otro síntoma. "ganas de orinar a cada momento" salió del baño y volvió a la cama, durmió durante un rato y despertó para alimentarse. Nunca se había sentido tan sola como ahora. Aunque eso era porque nadie sabía lo de su embarazo y sus padres como siempre estaban fuera de casa.
Tampoco podía hablar con Sabrina,  Sabía que si Sabrina se enteraba del embarazo insistiría en que dijera la verdad y ella no estaba lista todavia, eso era de lo único que estaba segura.

Chloe terminó de comer e iba a tomar una ducha cuando llamaron a su puerta, su sorpresa fue grande al ver a Adrien.

—Adrien... ¿qué haces aquí? — el rubio entró súper preocupada, —¿Adrien? —repitió irritada con su presencia.

—Vine porque Sabrina habló conmigo, dice que ella y tu maestra creen que estás embarazada—. Explicó rápidamente.

Chloe abrió los ojos sorprendida, Sabrina se había pasado, ya se lo reclamaría cuando la viera. Luego de unos segundos de silencio la rubia bufó y dijo —es ridículo, sólo tengo un virus, por eso las nauseas...

El preocupado rubio la vio con ojos entrecerrados, muy desconfiado
—¿estás segura?, porque si estás embarazad puedes contar conmigo—dijo sin dudarlo un segundo.
Pero para sorpresa Chloe la puerta nuevamente, tratando de mantener la calma —¡Adrien-boo , te aseguro que no estoy embarazada, ahora ve a casa o te meteras en problemas.

—¡Chlo, estoy de tu lado. ¿Lo sabes verdad?

—Siempre. Ahora ve a casa que es tarde.

Adrien, torció los labios y se marchó sin decir nada, se había asustado cuando le dijeron que Chloe podía estar embarazada, conocia a su amiga bien. Ella lo necesitaría si la sospech de Sabrina era cierta...

Con Agreste, fuera de la casa Chloe se apoyó de la puerta, aun estaba nerviosa, hasta el calor había abandonado su cuerpo. "Que difícil se pone esto cada vez bebé"...

(...)

Otro mes pasó con Chloe evitando a sus padres, tenía miedo de que apenas la vieran supieran lo de su embarazo,  par su fortuna Sabrina estaba en examenes finales y Adrien pasaba la mayor parte del tiempo fuera del Pais cumpliendo con su trabajo como rostro de la nueva linea de ropa de la marca Agreste. Por ende ya casi no lo veía.

Pensativa se detuvo ante una tienda de ropa de maternidad, no quería irse de Paris porque toda su vida estaba allí, pero no debía avergonzar a su familia, una madre soltera no era bien vista en su circulo social. Bourgoise se quedó observando un maniquí con un bonito conjunto juvenil para embarazadas. Ya su ropa le estaba quedando muy ajustada y las ropas anchas las repetía mucho.

—¡Te descubrí Chloe!.

La rubia movió la cabeza y vio a Adrien de brazos cruzados y con ceño fruncido.

—¿Descubriste qué? ¿Ahora eres acosador Adrien-boo?—preguntó cubriendo discretamente la pequeña barriga con su bolso, con el suéter color amarillo que tenia puesto la disimulaba muy bien, pero frente a la mirada del rubio se sentía descubierta.

—Que estás embarazada.

Chloe resopló y respondió —cielos Adrien-boo, cada vez eres más tontito, sólo por mirar ropa de embarazada no quiere decir que lo esté.

Pero el chico no se iba a dejar convencer de lo contrario.
—Tus caderas están más anchas y has aumentado de peso, así se ponen las mujeres cuando están embarazadas. Eso me dijeron.

No era tan inocente como ella decía, el corazón de Chloe se aceleró, casi podía escucharlo, se frotó un brazo mientras decía —estoy gorda maldita sea. Eso es todo. Ya me hiciste sentir como una vaca.

El rubio la miró de pies a cabeza sin ningún disimulo, —es verdad, estás engordando, —se acercó más a ella y frotándose la barbilla comentó en tono de misterio —¿pero no será que tienes un bebé allí dentro?

A ella le estaba asustando seguir con esa conversación. Fingiendo indignación se giró en redondo y comenzó a caminar dejando a Adrien allí pensando. La rubia llegó a un callejón y respiró aliviada. No por mucho tiempo porque nuevamente vio al rubio.

—¡¿Acaso no tienes nada que hacer?!, ¡deja de perseguirme!. —le gritó angustiada. —¡Ve a casa!.

Cosas que hacer tenía muchas, ni siquiera había ido a su última seción, pues estaba preocupado. Apenas bajó del avion quuzo buscarla y ahora al verla confirmaba sus sospechas. Caminó hacia ella y Chloe volvió a quejarse.
—¡ya esto es acoso!.

Él puso ambas manos en los hombros femeninos e insistió —dime la verdad Chlo— le preguntó con seriedad —¿estás embarazada?

CONTINUARA...

Hola aqui el segundo capítulo de la Historia, esperó y la sigan sera algo intensa y apasionada.

Bueno, Sin mas me despido

Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía...
Si les gusto no olviden votar o comentar como siempre su opinión es importante.❤❤

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