Llegamos por Laura a la fiesta y todo bien, ella estaba bien y una amiga suya se quedaría a dormir pues se vino con nosotros en el carro. Roger todo el camino le estuvo haciendo preguntas a Laura de que si conoció a algún chico, que si los chicos la buscan y es que ahora Roger era el típico padre celoso que quería proteger a su niña. Me parecía de lo más tierno, pero creo que deberíamos confiar en Laura, no nos ha hecho dudar nunca de ella.

Llegamos a la casa y Laura y su amiga subieron a su habitación para ya descansar.

- oye Laura.— Roger le grita cuando está está apunto de subir las escaleras.— ¿si fueron a pedir dulces con tu hermana verdad?

- si, el abuelo Miami y yo fuimos antes de irme a la fiesta.— nos sonríe.— bueno, subiré. Descansen, los quiero.

- y nosotros a ti.— decimos Roger y yo al mismo tiempo.

- todo ha salido a la perfección.— me dice Roger dándome un beso en la mejilla y tomando de mi vientre.— y ahora más que tendremos otro hijo.

- les diremos después a todos ya que estén todos juntos.— me quite las botas y me puse las pantuflas que ya había dejado aqui abajo, estaba muy cansada.— ¿que hora es? Seguramente Kellie ya está súper dormida.

- son como las dice y media.— Roger me toma de la mano y subimos las escaleras para ir directo al cuarto de Kellie.

Cuando entramos vemos a mi padre y a Kellie de lo más dormidos con miles de envolturas en el suelo. Sus bocas estaban incluso manchadas de chocolate. No puedo creer que se hayan comido todos los dulces. Roger ríe, pero yo no.

- me quede dormido, ¿de que me perdí?— se viene despertando este y se quita todas las envolturas de encima.– ¿cómo les fue en la fiesta?

- papá te dije que no podía comerse todos los dulces.– y es que Kellie ahora se ponía de lo mas activa por todo el azúcar que comía.

- Miami, ni siquiera me guardaste un chocolate.– le dice Rog en broma y estos dos ríen pero yo no me reía de nuevo.

- Mira cariño, lo siento ¿si? Tu hija es un amor y no me le pude decir que no.— se encoge de hombros.— pero mírala esta súper dormida. Todo lo que sube tiene que bajar.

- ¿quieres decir que llego a ponerse muy imperativa?– okay, no iba a enojarme por esto. Todo estaba saliendo bien.— ay papá te amo. Gracias por cuidarla.

- yo encantado, es más divertido que cuidar a los chicos.— dice refiriéndose a Queen.— ya es tarde, será mejor que me vaya.

- ¿estás loco? No, van a dar la una de la mañana. Quédate a dormir papá, tenemos otra habitación.

- Gracias.– me abraza.— pasaré a la habitación.

- ¿no quieres algo de cenar o así?— le pregunta Roger.

- he tenido demasiado dulces por hoy.— y se retira.

Nosotros también salimos de la habitación de Kellie.

...

- Bueno días, niñas.– las tres de lo más cansadas llegan a la cocina para desayunar.— ¿que tal la noche?

- de lo mejor.— dice Kellie.— ¿y el abuelo Miami?

- ha de seguir dormido.— dije mientras Roger llegaba y me daba un beso en la mejilla.— hola mi amor.

- ¿que quieren de desayunar?— le pregunté a Laura y su amiga.

- algo de cereal no estaría mal, mamá.– me dice y si amiga tan solo asiente. Así que lo saque y les serví. Este se acabó.— a ver si al rato vamos a comprar más.

- si, lo bueno es que es domingo y aprovechamos para ir al supermercado.– dice Roger.

- Buenos días a todos.— mi padre baja tomando de su estómago.— lo único que deseo ahora es algo de huevo y nada dulce por favor.

- unos huevos en seguida.— Roger se pone a prepararlos.

- y bueno, ahora que estamos todos juntos... quiero decirles algo.— empecé a hablar y Roger corre a ponerse a un lado mío y tomarme de la mano.— van a tener un hermanito.

- ¡no puedo creerlo!— dice Kellie y suelta un grito.— ¡al fin un Niño!

- ¿es en serio mamá?— Laura pregunta para confirmar y le asentí.— ay no ¡felicidades!

Las dos corren a abrazarme y mi padre también viene de inmediato. Roger también se une al abrazo y esto fue nuestro primer abrazo familiar.

- ven acá Paola.— le dije a la amiga de Laura.— únete a nuestro abrazo.– y la chica viene.

...

Ya era la tarde, las niñas y yo fuimos al supermercado para comprar toda la comida y así. Me sentía toda una mamá cada que venía al súper, es tan extraño y todo tan Nuevo a la vez. Laura estaba escuchando música de Madonna como siempre ya que ahora era su más grande obsesión. Y Kellie estaba buscando de su cereal favorito del momento el cual era uno de bolitas de chocolates.

Pero todo se pone de lo más extraño cuando nos encontramos con Anne y Daniela en el pasillo de los cereales. Nuestros carritos chocan.

- ¡Emma!— Anne corre a donde estaba y me da un gran abrazo.

- hola hermosa.— obviamente cada una semana ella se seguía viendo con su padre y por ende conmigo pero me gustaba que aún así se pusiera feliz de verme. — ¿cómo has estado?

- ¡bien! Hola papá— lo abraza y este la carga para tenerla en sus brazos.— ya quiero que sea la otra semana para ir con ustedes.

- Anne ven acá cariño.— Daniela toma de su hija y la pone en el carrito.— hola Roger.— le dice con una voz sensual. ¿De verdad?— y hola niñas.

- hola.— es lo único que le dice Laura y le pone los ojos en blanco. A Laura como es la mayor, en algún momento le conté lo sucedido y bueno, la odia demasiado.

- ¿como has estado Dani?— le pregunté. La maldita costumbre de seguir diciéndole así.

- bien... ¿que hay de ti? De ustedes, más bien.

- ¡mi mamá está embarazada!— dice Kellie.— ¡tendremos un hermanito!

- ¡wow cada vez somos más!— dice Anne también feliz por la noticia.

- pero si tú no puedes tener hijos.— Daniela ríe.

- pues creerlo, Daniela.— Roger me abraza.— vamos a tener otro hijo. Emma está embarazada.

- vámonos Anne.— la vuelve a acomodar en el carrito.

- pero quiero seguir con mis hermanas.— esta dice triste.

- dije que nos iremos, y así será.— woah en verdad se enojó.

Pobre Anne.