🍃Capítulo XXIV
↪España.
Entré por la puerta de mi casa con el máximo cuidado posible, eran las 2 de la mañana, no voy a mentir, estando en casa de Uk el tiempo pasa demasiado rápido, o en cualquier sitio donde él este.
Una sonrisa se plasmaba en mi cara mientras cerraba con cuidado la puerta y soltaba las llaves, la luz del salón estaba encendida, algo que no me extrañaba puesto que no sería la primera vez que Italia me regaña por llegar muy tarde...
Pasé, aun sin borrar mi sonrisa, tras el arco que separaba el pasillo de la entrada de aquel salón, apoyándome en el arco y viendo tanto al rubio como a mi gemelo en el sofá, realmente callados, en silencio, ni la tele puesta, ni usando sus teléfonos, solo ahí.
— Hey~, ¿Qué hacen aquí chicos? — Me acerqué a Portugal, poniendo mi mano sobre su hombro y moviéndolo. — ¿Y esas caras? — Solté una leve risa, Portugal miró a Italia y él dio unos golpes a su lado.
— España, ven aquí... — Dijo, yo le hice caso y me senté a su lado en el sofá, soltando una pequeña mochila que llevaba conmigo en el suelo.
— Cuénteme señor pasta. — Mientras hablaba me colocaba en el sofá, casi recostado y con uno de mis brazos en el respaldo.
Italia suspiró, viendo hacía Portugal y tas que el menor asintiera volvió a mi.
— León... él no ha aguantado más... — Comentó con sutileza.
Mi corazón se encogió de golpe, aquella sonrisa seguía en parte en mi rostro, buscando que fuera mentira o similar.
— ... Quieres decir... que salió del hospital y esta en el jardín jugando... ¿no? — Reí levemente, viendo hacía Portugal el cual ni levantaba la mirada del suelo.
— León murió España...
↪Uk.
— Ahí está. — Dijo Italia mientras señalaba la puerta de la habitación de los gemelos.
Mordí mi labio por el nerviosismo y me dirigía a esta al mismo paso que el italiano se alejaba, apreté uno de mis puños y llamé a la puerta levemente.
— España... soy Uk, ¿puedo pasar? — No escuché respuesta, volví a llamar y nada. — Voy a abrir la puerta...
Entré lentamente a la habitación, cerrando la puerta detrás mía y marcando mi vista en la parte de abajo de la litera, ahí estaba, enrollado en sus sábanas en una cama desordenada, la guitarra tirada en el suelo boca abajo, montones de papeles llenando un cubo de basura y, sobre la mesilla de noche un montón de fotos y un plato de sopa que, por el humo que soltaba, seguía caliente.
— ¿Cielo? — Me senté al borde de la cama, tocando levemente aquel bulto entre las sabanas recibiendo un pequeño quejido de su parte. — Venga... llevabas 2 semanas sin salir de la cama... en algún momento tienes que salir a tomar el sol... ¿no? — Pregunté.
— No... — Fue su respuesta, acurrucándose en la cama.
— Aish... venga~.
Agarré su brazo, sacando las sabanas de por medio y con muy poco esfuerzo obligándolo a sentarse, él solo se dejó caer encima mía, apoyando su cabeza en mi hombro mientras tiraba de vuelta de su sábana.
— Tienes que pensar en otra cosa... — Dije, acariciando su mejilla, estaba fría y húmeda, todo su cuerpo estaba helado, y realmente se notaba que había adelgazado de más. — ¿Cuándo fue la última vez que comiste?
— Antes de ayer... — Respondió, acurrucándose en mi hombro. — ¿Qué haces aquí? — Me preguntó.
— Cuidar de mi novio. Llevas 2 semanas sin si quiera responder mensajes o llamadas... Italia me comentaba todo así que vine en cuanto pude, no te puedo dejar pasando por esto aquí, solo. — Respondí con calma.
Nunca tuve una mascota que yo recuerde... y no sé como se siente perderlas, pero si algo sé es que España era muy cercano y amaba mucho a su perro, le dolió la noticia y le seguirá doliendo, lo mínimo que puedo hacer es estar a su lado.
— Venga, tienes que comer algo... — Acaricié su pelo, estaba enredado, suspiré levemente y besé su frente, con algo de esfuerzo estiré mi brazo, agarrando el cuenco de sopa que se había enfriado un poco y la cuchara, volviendo a recostar al español en mi hombro.
— No quiero.
— Sí quieres... venga, es solo sopa, ¿no?
— Es gazpachuelo. — Me corrigió. — No sopa...
— El gazpachuelo es sopa caliente, venga~... si a ti te gusta mucho, e italia te lo hizo con cariño... — Solo ocultó su rostro en mi pecho. — Amor...
Negó con su cabeza...
— Venga... — Llené la cuchara. — Solo un poquito... inténtalo por favor...
Pude verle girar su cabeza hacía el plato, agarré un poco de aquella sopa blanquecina con la cuchara y se la acerqué, él apenas movió la cabeza para comer y al instante se apegó a mi de nuevo.
— ¿Y bien? — Pregunté, viéndole tragar pesadamente.
— ... Está rico... — Concluyó, besé su frente. — Sé comer yo solo... — Se quejó, estirando sus manos hacía el cuenco.
— Déjame que te ayude, tú solo túmbate.
— Pero no tengo 5 años.
— Pero nada. — Respondí, agarrando otro poco del gazpachuelo. — No es que tengas 5 o 15 años... es que quiero cuidarte...
No comentó nada más, se dio por vencido, aceptando que yo le diera de comer hasta finalizar el plato, momento donde se tumbó sobre mi y sin mucho esperar, en cuando solté el plato y me recosté junto a él, se durmió.
Hasta hace varios meses pensaba que España era el típico chico que siempre era alegre y guasón, que no se tomaba nada en serio y que hacía lo que quería... Claramente estaba equivocado.
No sé mucho más allá de que su madre murió cuando tenía 8 años y que tiene problemas con su padre desde entonces... por el resto lo que pasaba de puertas adentro de su casa y esa parte de su vida era un misterio, y en parte entiendo que algo habrá que no quiera mostrar, y yo no me voy a meter en ese terreno sin su permiso.
— Te quiero... — Susurré, acariciando su cabeza.
La puerta se abrió lentamente, dejando a Portugal entrar.
— ¿Está dormido? — Preguntó, cerrando la puerta.
— Sí. — Me limité a decir, acariciando la espalda del pelirrojo. — ¿Qué tal estáis tú e Italia?
— Al principio dolió... pero España tenía un lazo más cercano con León, tiene su motivo de estar así... — Asentí ante sus palabras, Portugal agarró una silla, sentándose en el escritorio. — Se os ve tan felices... — Comentó sonriendo. — Como me venga llorando por ti te juro te mato a puñetazos.
Tragué saliva, viendo hacía el español.
— No yo... lo voy a cuidar, eso tenlo claro... — Acaricié la cabeza de este, sonriendo levemente.
— ¿Sabes? — Miré a Portugal. — Antes tú me gustabas a mi, pero la verdad fue el típico amor de niños pequeños, en cambio España... no sé que coño te a visto pero es como si no te quisiera soltar.
— ¡¿Ah?! Espera... ¿yo te gustaba? — Pregunté, él solo rio.
— Fue algo de hace años cuando éramos pequeños no te motives. — Comentó, mirando hacía su hermano. — Por cierto.
Este se levantó, yendo hacía uno de los escritorio y buscando algo en uno de los cajones, seguido se giró y me lo tiró, lo agarré tras que esta cosa cayera en la cama, viéndole confundido.
— Por si acaso. — Respondió, antes de salir de la habitación.
Una vez de nuevo en "la soledad" de esta miré bien lo que me lanzó... un preservativo...
Joder...
⫸Francia a mandado un mensaje.
"¡Buenas chicos! Les aviso que para el día 31 de diciembre se celebrará una fiesta entre todos los de 4º para arriba. ¡Invitación libre! ¡Pueden traer invitados y bebidas! La dirección será en mi casa de campo, pero cualquier cosa mando Ubi. Vengan bien vestidos ¡Espero verlos ahí! Por cierto, la fiesta será grabada en directo por los chicos de la clase de Cine, cuidado con lo que hacéis. ¡Espero verles el siguiente mes!"
Buenas gente~, el capítulo es cortito, i know, pero igualmente iba a avisar que a la historia le queda poquito~, más o menos hasta el capítulo 28-30 por ahí llegará el final (sad, i know) igualemente recuerdo que no dejaré de escribir, tengo pensados ciertos libros y el libro de BULIMIA ya está terminado también por si quieren leerlo <3.
Listo el mensajito, un gusto y gracias por el apoyo, nos vemos en el siguiente capítulo ^^.
1480 Palabras.
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