🍃Capítulo XXII
↪España.
"Ya se le pasará".
"El tiempo lo cura todo".
"Sólo dale tiempo".
El tiempo no va a arreglar nada porque todo va a cambiar gracias a esto.
— Está sesión fue rápida... Quedan 20 minutos todavía, ¿Algo más de lo que quieras hablar? — Comentó aquella voz fémina, desbloqueando mi mirada del suelo.
— No creo. — Respondí, girándome a ver uno por uno los diplomas colgados en aquella blanca pared con gotelé.
— Llevas varias semanas respondiendo bien en todas las consultas... — Hizo una pequeña pausa, mirando unos papeles sobre su mesa y moviendo los. — ¿Es debido a algo? — Preguntó.
A él.
— No, a nada.
— Bueno, a veces hay cambio inexplicables — Sonrió Elena.
Elena, 30 años aunque aparenta como 40, pelo básico media melena castaña, ojos marrones, piel morenita... No tiene mucho misterio. Psicóloga, más bien psiquiatra pero hace el trabajo de psicóloga. Mi psicóloga desde los 10 años.
Antes Portugal y yo íbamos con otro psicólogo, Manuel, pero después de como 2 años me cambiaron a mi con Elena por diversos motivos que, la verdad creo que me lo dijeron, pero no me acuerdo.
— ¿Sabes? Puedes irte, no quiero robarte mucho tiempo y seguro tú tampoco quieras estar 20 minutos más ahí quieto. — Se giró, moviendo principalmente su silla y agarrando su teléfono, como si ya supiera la respuesta.
La verdad, en otro momento me hubiera levantado de una, agarrando mi mochila y saliendo corriendo de ese sitio. Me cae bien Elena, pero este lugar no.
— Creo que ya estoy listo para hablar de... eso...
Pero hoy no fue así
Salí de aquel sector del hospital, caminado mientas miraba al suelo, tenía un zapato desatado por lo cual mi concentración iba en no pasarme el cordón y caer, podría parar para anudarlo pero me daba pereza detenerme y había tanta gente al rededor que seguro me atropellarían.
— ¡España! — Escucho mi nombre provenir de enfrente, no tuve que hacer mucho más que levantar a la cabeza para ver a la mujer de aquella voz, la madre de Uk.
— Hey, buenas Miss. — Me acerque a esta, quedando frente ella, o yo era muy bajo o la familia de Uk tomaba mucho "petisui" — ¿Todo bien? ¿Qué hace por aquí?
— Solo vine a por los resultados de un estudio. — Comentó mientras levantaba un sobre marrón algo grande que ponía "Escocia Elisabeth, Ecografía" ¿Eso no se les hacia a las embarazadas? — ¿Y tú? — Preguntó a la par que guardaba el sobre en su bolso.
— Simple revisión con mi doctor, ya sabe, mejor prevenir — Reí para mi mismo, aunque también se le contagio a la más mayor. Esta mal mentir, lo sé, pero no es plan de ir a tu cuñada y decirle "Acabo de salir del área de psiquiatría porque estoy puto traumado".
— Me alegro... — Comentó, apenas termino sus palabras cambio de tema totalmente — Uk también tiene ese anillo — Dijo mientas señalaba el anillo dorado de mi mano, la levante, mostrándose lo — ¿Anillos de la amistad? Hay que lindos~
Sí, de la amistad y de que le como la boca a si hijo.
— Sí, je, muy cursi quizás, creo que solo lo lleva por educación o algo así.
Le di el anillo hace apenas una semana a Uk, es uno simple, fino y de color dorado, él no es de usar muchas joyas pero fue Francia la que nos lo proporcionó y me dijo que lo hiciera. A mi en principio me pareció una tontería, y más viniendo de ella, pero Uk se la había pasado dándome muchos regalos y detalles desde que empezamos a salir y tampoco quería hacerle el feo así que acepte.
— Que va — Las palabras de Escocia me sacaron de mis pensamientos — El otro día se lo quito para comer, Gales fue a cogerlo para probarlo y se enfadó como nunca~, creíamos que se lo había dado alguna novia o así.
— Bueno, entonces aquí está la novia~ — Hice un gesto algo burlón que provocó la risa de Escocia y la mía.
— ¿Te apetece venir a casa a comer? Hace tiempo no te pasas.
— Me encantaría... Pero tengo que ir a ayudar a Portugal con las compras y estudiar para un examen de mates... — Mentira, llevo sin abrir el libro de mates desde 4⁰ de primaria, pero retrasarse de más en mi casa no es una opción.
— Una pena... Uk está tan estresado con sus exámenes , pensaba que quizás verte le haría alejarse de sus apuntes...
Cerré la puerta detrás mía en aquella habitación que no era de mi propiedad, no me juzguéis, Escocia es muy persuasiva y dijo que la casa estaría a solas durante unas horas, era casi un mensaje de Dios que me gritaba que viniera.
Uk no me había notado, estaba de espaldas a la puerta con los cascos puestos viendo y moviendo libros de una estantería.
Me acerqué lentamente a él tras dejar la mochila en el suelo, intenté no hacer mucho ruido ni movimiento bruscos por si acaso la música se detenía o me veía de reojo.
Pase a quedar justo detrás suya, seguía inmerso en la música y se estaba fijando en un libro que había abierto por la mitad, movía levemente su cabeza mientras lo leía. La principal idea era asustarle, pero asustar a Uk era realmente difícil, el idiota tiene nervios de acero o algo así, ni sé si ese dicho sirve para este caso... ¿sí no?
Mi vista se bajó hacía su ropa, iba con una camisa de manga corta gris y unos vaqueros blancos, de calzado apenas usaba unas pantuflas de andar por casa básicas (ja, un punto más para mi, las que yo tengo son de conejitos). Realmente no entendía como Uk podía usar pantalones blancos, modo, en mi casa mi madre nos prohibió a Portugal y a mi usar pantalones claros porque acababan de todos los colores menos del que le tocaba, y luego se queja Italia de que siempre voy de negro...
Sin darme cuenta había quedado más apegado a él, y al no tener una acción clara hice lo unico que se me venía a la mente que le podía exaltar un poco.
— ¡HEY! — El gritillo de Uk sustituyó el silencio de antes, se giró automaticamente cerrando el libro y sacándose uno de sus cascos, llevaba las gafas puestas, unas cuadradas y pequeñas típicas de profesor de filosofía — Spain?! What are you doing?! — Me preguntó, más exaltado por mi acción que por mi presencia repentina en su cuarto.
— Agarrarte una nalga. — Le había agarrado el culo, no me escondo. — O lo que queda de él, he conocido paredes con más curvas.
— But-... —Negó con su cabeza, soltando el libro y los auriculares en el estante. — Why? — Preguntó en un tono levemente entre ofendido y confundido.
— ¿No escuchaste el dicho? — Me miró, como esperando una respuesta. — Si la vida te da la espalda, agarrale las nalgas... — Pude ver por su mirada que todavía no lo había entendido. — Y como tú eres mi vida.
— Je... that's stupidly romantic — Fue su respuesta, sacándose las gafas y yendo hacía la cama, sentándose al borde, yo fui detrás suya, quedando frente a él de pie. — ¿Qué haces aquí? — Preguntó, ya más calmado y con una leve sonrisa.
— Me encontré a tu madre en el médico y me insistió en que viniera, esta hasta los huevos de que ni salgas para comer por los putos estudios. — Levanté mis hombros. — Así que... novio al rescate~.
— ¿Y qué hacías en el hospital? — Volvió a preguntar, ¿esto es un interrogatorio?
— Una revisión, nada más. — Bajé los hombros. — ¿Y tú madre?
— Dijo que iba a comer con una amiga, no sabíamos que estaba en el hospital. — Comentó, algo extrañado, él creo que seguía hablando pero mi mente de vieja chismosa se distrajo con la idea de NUEVO CHISME GENTE.
— Ecografía. — Dije, Uk se calló y me miró extrañado.
— ¿Ah?
— Una Ecografía, tenía un sobre que ponía eso, a lo mejor tiene un hueso mal o algo así. — Uk me miró confuso. — ¿Qué?
— Lo que tú estas diciendo es una radiografía.
— No, ponía ecografía, la dislexia es una cosa pero a mi memoria fotogénica nunca me falla. — Me acerqué a él, dando leves toques con mi índice en mi frente.
Automaticamente la cara de Uk pasó de calma y extrañado a abrir sus ojos como platos.
— ¿Qué? ¿Tanto te sorprende que sea disléxico? Si me viene de familia, me llevé todo lo que Italia y Portugal no querían al parecer, las sobras para el menor, di que sí...
— No no no, no es eso... —Levantó su mano.— ¿Seguro era una ECOgrafía?
— Sip, lo juro por el Mercadona.
Uk sacudió su cabeza, miró a hacía la puerta que estaba justo detrás mía y luego a mi.
— Bueno... olvidemos el tema ese, ¿sí? ¿Te apetece algo?
↪Uk
Había pasado apenas una hora y media desde que España llegó. Ahora mismo nos encontrábamos en mi cama, tumbados, bueno, yo tumbado sobre la cama, él sobre mi, dejándome sin circulación un brazo, pero la verdad tampoco importaba mucho.
España tenía entre sus manos uno de mis libros, una copia de Romeo y Julieta, una obra clásica de amor, aunque nunca le vi nada romántico a todo eso, uno de mis trabajos de lengua en primaria fue justo de eso, saqué 10. Me acuerdo perfectamente porque Italia hizo el trabajo del mismo libro pero diciendo que sí era romántico y porque y sacó un 6, estuvo sin hablarme 2 semanas.
— ¿Entiendes lo que dice? — Pregunté, como él menor leía con calma, llevaba 10 minutos en una misma página. — El ingles de Sheckspear es difícil.
— ¡No me lo traduzcas! — Saltó al instante. — Si me lo dices tú nunca aprenderé ingles...
Este volvió a sumergirse en su lectura. España era alguien con muchos tics diversos, y muchos muy notables, pero algo que al parecer solo yo noté es que cuando lee para si mismo mueve sus labios pero sin emitir ningún sonido, algo que, aunque cuando se lo comenté a Portugal una vez él dijo que le parecía raro a mi me parecía algo tierno. Yo creo que debido a las mezclas de sangre en su linaje, (puesto que de lo poco que sé de su madre era que de ella sacaba ascendencia arábica, y si no me equivoco un abuelo suyo era romano) los rasgos del español eran realmente llamativos, unos rasgos que, irónicamente, ni en su gemelo eran tan lindos.
Sobre todos sus labios, levemente gruesos y con un tono algo oscuro que resaltaba en su piel morena, cada movimiento que hacía debido a esos tics resultaba en una pequeña punzada en mi corazón que me atraía a ellos, como si de un embrujo se tratase.
Él estaba distraído leyendo cada uno de aquellos párrafos amarillentos debido a la edad de la hoja, aunque por su ceño levemente fruncido entendía que no le era tan fácil.
— "Did my heart love till now? forswear it, sight! For I ne'er saw true beauty till this night."
— ¿Ah? — Salió de su trance, mirándome levemente. — Justo estaba leyendo esa frase, no entiendo el ingles de este señor... — Comentó en queja como si de un niño pequeño se tratase, una parte infantil en él que ponía una capa de dulzura ante el diablo del que me había enamorado.
— ¿Mi corazón amó hasta ahora? ¡Renuncia a ello y míralo! Porque nunca había visto la verdadera belleza hasta esta noche...
Las comisuras de sus labios se encorvaron, cerrando el libro y dejándolo a un lado mientras se acomodaba en la cama.
— ¿Estás ligando conmigo usando frases de Shakespeare? — Rio para si mismo, viéndome ante los ojos, un intercambio entre sus ojos verde oliva, casi amarillos y los míos grises, parecía como una lucha entre el mismo sol y el cielo nublado.
— ¿Te molesta acaso? — Pregunté, sin moverme de mi pose más allá de dirigir mi mano por fin libre de su peso hasta su mejilla, acariciándola, aunque las pecas de su rostro hicieran pensar lo contrario tenía una piel muy suave y cálida que contractaba mi tacto.
— Para nada, siempre supe que los británicos eran del tipo de gente que ligaba con obras de un señor al cual ni entienden.
— Te lo he traducido y todo, eso ya es mucho merito. — Sonreí, viendo como cerraba sus ojos y se apegaba levemente a mi mano.
— ¿Y qué quieres? ¿Un premio? — Abrió levemente estas esferas, volviendo a unir miradas.
— Todo trabajo tiene su recompensa, y yo ya cuento tu sonrisa como una de ellas.
Las palabras parecieron sobrar a partir de este momento puesto que ninguno más habló, la ultima caricia fue dada y, aunque pareciera que mi mano era la que guiaba ambos rostros a juntarse era simplemente una marioneta del propio menor el cual no perdió mucho tiempo.
Un beso dulce, al contrario que todos esos que se muestran siempre en películas o libros, la única pasión que había era la romántica, el amarse, un beso que demostraba querer proteger al otro y nunca más soltarlo, algo totalmente contrario a lo que nunca me di con Francia.
Claramente sus labios eran cálidos, seguramente yo estaba helado y eso hacía una temperatura perfecta, siempre era así, como el sol y la luna, un sol que me convierte en un espejo suyo cuando estoy con él, no sé como lo hace, pero me contagia, me hace también emanar esa felicidad.
Apenas nos separamos unos segundos para poder acomodarnos en la propia cama, quedando sentados y siguiendo con aquella ternura.
Mi carencia en relaciones no sabía como era la realidad, puesto que con Francia los encuentros similares no eran muy comunes y lo que había leído mostraba todo desde un punto de pasión que nunca experimenté. ¿Por qué los libros no hablaban nunca de esto? ¿Por qué siempre mostraban todo tan exagerado o pintado de rosa y pasión? No soy de libros de romance pero hasta yo mismo sé que nunca leería algo así. Una relación posiblemente desnivelada, de dos idiotas en diferentes campos, casi dos polos opuestos más parecidos a los que se creían.
Los rumores existían, y más en España, era algo que tanto él como yo sabíamos. Tantos rumores había escuchado cuando era solo su amigo, cercano y no tanto. Rumores de su alcoholismo a temprana edad. Rumores de su promiscuidad. Rumores de su agresividad, de su familia. Rumores que hasta un punto solo Portugal sabía la verdad y ni yo creía que, por muy bien que nos lleváramos, iba a conseguir una respuesta solida, pero conseguí algo mejor. El poder juzgarlo yo mismo.
El poder estar ahora así con él, verlo día a día y poder tener más tiempo que él mismo me ofrece. Es como un pintor mostrándome su cuadro sin darme un significado y dejándome a mi escribirlo, poniéndole título y precio... y para mí, que un artista como es él me ceda este papel, me hace sentir la persona más afortunada por muy cliché que suene.
— ¿Chicos?
O eso pensaba.
Buenas lectores, ¡aquí Alex reportando!
Si no me seguís (muy mal ehhh) os preguntareis porque he estado tan desaparecido. Bueno, ya lo comenté en el tablón pero volvamos a decirlo, de forma breve.
No quiero aburriros mucho, pero como ya muchos saben mi salud mental no es la mejor, y en Mayo (que según lo que vi fue cuando dejé de publicar) Tuve una recaída muy fuerte, y luego de eso intenté recuperarme, fue cada vez más en peor y recientemente se me subió a medias el animo.
Realmente no estoy mejor, tengo entre algunas cosas en TEPT que me afecta mucho actualmente y he entrado en crisis constante, y el TLP también anda haciendo de las suyas.
Igualmente tenía ganas de volver, y cuando recuperé mi cuenta de Wattpad para ver unas cosas vi la optunidad (también vi que el Cap 21 estaba listo desde Mayo y nunca lo publiqué así que lo siento por eso </3)
Viendo como fue esta capítulo noté que realmente este tiempo fuera de la escritura me a ayudado en cierto modo, y ahora puede que vuelva a escribir como antes o eso intentaré, ya que pasé a 4º de la ESO (final de la HighSchool en España más o menos) se me hace fácil pero sigue causandome mucho estrés y ocupa MUCHO tiempo, pero igual a ver si podemos seguir con esto, porque la verdad ya tengo planeado el final de este libro desde hace mucho... Y se viene salseo gente ;)
2848 Palabras.
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