🍃Capítulo XIV
20 de octubre.
↪España.
No sé si os ha pasado... ¿no vais a veces por los pasillos del insti y sentís que todos os miran? ¿Qué la gente habla mal de ti? Creo que eso tenía un nombre... pero bueno, eso me estaba pasando recién, ni si quiera llegué a entrar al salón de clases, iba por los pasillos con Portugal y por alguna razón sentía que todos me miraban y... hablaban de mi...
— Tío... —Llamé a Portugal, agarrando de la manga de su blazer. — ¿Soy yo o todos me están juzgando? — Pregunté.
— ¿Es a ti? Dios por un momento pensaba que era a mi. — Este se giró a mírame, poniendo su mano en el pomo de la puerta de nuestra clase. — ¿Hiciste algo?
— Que yo sepa no...
Íbamos a entrar al salón de clase cuando un niño como de primero de la ESO se acercó a nosotros, deteniéndonos.
— Reich me dijo que te diera esto. — Dijo, extendiendo un sobre hacía Portugal y nada más este lo recibió decidió alejarse lo más rápido posible.
Miramos el sobre, "R.E", escrito con bolígrafo rojo, Portugal me miró, extendiéndome el sobre esta vez a mi.
— Creo que es para ti... — Comentó.
— Esto ya me está asustando.
Él abrió la puerta y entró a clases mientras yo seguía sus pasos y abría el sobre, dentro hacía como una ¿cartulina? tenía escrito algo "Ojo por ojo, diente por diente, ¿no?" Ni puta idea de que clase de mosca le había picado a ese, quizás tuvo algún problema con Italia, quien sabe.
— Este pavo es un dramas, ¿todo por una cartulina con una frase? — Reí levemente, levantando mi vista hacía Portugal el cual miraba la misma nota justo enfrente mía.
— Dale la vuelta. — Me dijo, por su tono de voz sinceramente me esperaba lo peor, algo de un cadáver degollado o algo así, y sinceramente una vez visto de que se trataba prefería el cadáver.
Detrás de la frase dejó notar que no era una cartulina, una foto, de lo que pasó con Francia hacía un par de días, situación que (que yo supiera) solo éramos consientes ella, Portugal y yo... no se lo había comentado a nadie más, pero al parecer si hubo testigos.
— Bueno pero... tío es una foto de ella dándome tabaco, todo el mundo sabe que fumo no es notición. — Reí, en busca de distraerme de la situación.
Guardé la foto en mi bolsillo, riendo para mi mismo, joder tío, y yo que me estaba asustando, ya ves tú, ¡si solo era un poco de tabaco! ¡y yo pensando que temiendo la venganza de este por decir que se acostó con el comunista en lo baños del insti! ¡Estoy seguro que solo sabe quien soy porque es amigo de Italia!
Y pum... adiós a esos pensamientos, estaba claro que hablando de Reich si se iba a vengar iba a ser algo de lo que la gente se acordase, ¿no? Y tanto que sí, o mínimo yo me acordaría, porque a comparación con la limpia mesa de Portugal juntada a la mía que solo tenía una flecha hacía mi mesa con la frase "Ahí se sienta un comepollas", la mía estaba hecha un asco, casi apenas se veía la madera de la propia mesa, todo estaba lleno de frases, insultos y algún que otro dibujo que obviamente me ponía en evidencia.
— ... Puff... ni para dibujar una polla sirven. — Reí de vuelta, sentándome en mi silla y soltando la mochila a mi lado, sentándome como siempre: la espalda contra la pared y los pies sobre el borde de la silla de Portugal, ignorando ciertas risas del fondo.
— ¿Estás bien? — Preguntó mi hermano, sentándose en su silla y viéndome, su rostro reflejaba cierta preocupación.
— Sip, tío si son cosas de niñatos, mira — Señalé la primera frase que encontré en mi mesa "Bi pero de "Bi"cioso" — Ni originalidad tiene. — Saqué el cuaderno el archivador de mi mochila, poniéndolo sobre la mesa y abriéndolo, cubriendo la mayor parte de la mesa para luego tumbar mi cabeza sobre este. — En una semana se les pasará. Tranquilo. — Me giré, viendo hacía el peliverde el cual estaba todavía con esa cara de incomodidad. — Mira la parte buena, me libro de "la salida del armario".
Miré durante unos segundos a Portugal, este sonrió con cierta debilidad, él había pasado por esto en primero y a mi me iba a tocar en mi cuarto año, de puta madre...
— Me preocupa que te vayan a hacer algo... más grave... — Comentó. — Un ataque físico... — ¿Sabéis esa mirada de preocupación que tiene alguien que te preocupa más a ti? esa era la que tenía, quisiera o no Portu seguía siendo mi hermano mayor aunque en un principio fueran pocos minutos, y se preocupaba por mi en cualquier cosa que me pasara, sabía que hasta que las situación no mejorase él no iba a quitar esa mirada...
Voy a romperle una puta silla a Reich en la cabeza por poner así a Portugal.
— ¡REICH! — Gritó nada más encontró al más alto en el patio, siendo seguido por Portugal. — ¡TÚ! ¡Capullo de mierda piraña come salchichas! ¡¿Qué cojones te haces metiéndote en mi puta vida desgraciado come pollas?! ¡Da gracias que estamos en pleno patio que si no agarro una silla y te la estampo en tu puta cara de rata sarnosa que traes! — Amenazó, nada más llegó a ponerse frente al más alto, dejando ciertamente extrañados a este y al japonés que lo acompañaba. — Joputa, ¿Tú quién coño te crees? ¿El César? Difundiendo mi puta vida como si fuera el nuevo capítulo de la rosa de Guatemala.
— ¿Pero qué dices? — El moreno miró al menor extrañado. — Si hablas de lo que ahora todo el mundo sabe que eres bisexual a mi no me mires, no me podría importar menos tu vida... — Confesó.
— ... ¿No fuiste tú? — Le preguntó, más confuso que el propio alemán que solo negó con su cabeza.
— No. — Dijo sin más. — Si quisiera vengarme de lo pasó te hubiera roto un brazo o algo así. — Este se separó un par de pasos del español.
— Entonces... si no fuiste tú... ¿Quién fue? — Preguntó el Portugués, una vez al lado de su hermano.
— ¿Con quién te llevas mal? — Preguntó el japonés, girándose a mirar al pelirrojo, y recibiendo la fija mirada del alemán que solo quería irse y seguir con su hora libre sin la molestia de unos "niñatos".
— Ah bueno, pues con Reich, con Urss, con Francia, con... — Este se quedó callado, a medio contar con sus dedos. — Medio instituto creo.
— Vale, eso no ayuda ¿Qué te hizo pensar que fue Reich? —Volvió a preguntar este mismo.
— Un niño de primero nos dio el sobre con la foto — Comentó el Portugués, llevándose las miradas. — Dijo que lo mandó Reich.
— Prueba a ver si fue Urss intentando jodernos a los dos. —Dijo el alemán. — Venga, nos vamos.
Y sin más ambos se fueron, dejando a los hermanos a solas mirándose entre ellos.
— Me niego a hablar con Urss. — Dijo el Portugués.
— Ni modo... nos toca ir, ¡Venga! — El español agarró el brazo de su hermano, tirando de este hacía la cafetería del lugar en busca del soviético.
— Ahí está — Dijo el Portugués, viendo a aquel ruso desde la puerta de la cafetería. — ... Yo te espero aquí.
— ¿Qué? — El español se giró a este, viendo a su hermano con cierta molestia. — Una polla voy yo solo, ven conmigo.
— Es que... yo no me hablo con Urss. — Afirmó, viendo hacía su hermano y apoyándose al borde de la puerta del lugar.
— No, si yo voy todas las tardes a tomarme un puto cubata con él, ¿no te jode? Venga, acércate a él. — Este se apoyó al otro lado de la puerta, viendo como el peliverde negaba. — ¡Portugal~! — Se quejó.
— ¿Os movéis?
Tras escuchar esa tercera voz ambos se giraron a mirar de donde proveía, hablando del cesar, frente a ellos se encontraba Urss, esperando a que los más bajos se separasen del marco de la puerta para poder pasar, no es que Urss fuera el típico matón, todo lo contrario, era de esos que solo se hacían notar porque era alto y por el resto nada más. Hace tiempo solían tener más contacto, principalmente porque entre aquellos difuntos de la familia uno de ellos era amigo (por poner alguna etiqueta) del soviético, pero ahora con suerte se miraban por los pasillos.
— ¿Estáis esperando algo? — Volvió a preguntar, haciendo reaccionar de una vez por todas a ambos ibéricos que se acomodaron firmes ante el ruso.
— Directos al grano. — Empezó a decir el portugués.
— ¿Fuiste tú el que expandió todo esto de que soy bisexual e hiciste esta foto? — El español completó, sacando del bolsillo del blazer aquella foto y mostrándose al ruso, el cual solo negó con su cabeza.
— No, ni si quiera me había enterado que eras maricón. — "Otra vez esa palabra" pensó el español.
— Ya... bueno pues... — Este se giró a ver al portugués, haciéndose a un lado para luego dejar que el rubio saliera por la puerta. — ¿Quién mierda fue?
— Ni idea, pero yo tengo hambre... — Protestó el portugués, llevándose una mano a su barriga y girándose a ver al español.
— Ve tú con Italia y róbale la comida — Dijo sin más, metiendo sus manos en su chaqueta. — Yo voy a clases que creo que me he dejado el teléfono ahí.
— Venga, date prisa. — Comentó el portugués, para seguido salir también de la cafetería en busca del rubio con el que se emparentaba, recibiendo un simple "no no" como respuesta del español.
— ...
— Putos niñatos de mierda... — Se quejaba el pelirrojo entre dientes, frotando e intentando limpiar la tinta de su mesa con ayuda de papel y gel hidroalcohólico que tenían sobre la mesa del tutor y que él había cogido para poder limpiar su mesa, lo cual en realidad solo estaba formando una gran mancha negra. — Que puto asco que dan... vo-voy a reventarle la cara al que lo haya difundido no sabes cuanto je... — Comentaba para si mismo, entre una leve risa nerviosa y llanto, dejando caer por su rostro las lágrimas que habían empezado a salir hace poco.
¿Por qué era así? Viendo la reacción de Reich y Urss podía notar que a la gente le suda lo que él fuera, como tenía que ser, pero por alguna razón todos los cuchicheos y lo de la mesa... ¿era cosa solo de su curso? Quizás solo fue cosa de una vez y mañana nadie se acordaría, pero por alguna razón igual le jodía, le jodía que se supiera aunque si le hubieran preguntado directamente a él afirmaría serlo, quizás era nada más cosa de que él no hubiera tenido la decisión o quizás era el miedo a otra cosa, a lo que sucediera por cadena.
— T-Te odio... — Dijo con voz temblorosa, ¿a quién odiaba? ¿a la persona que hubiera distribuido el rumor? ¿a nadie en especifico? ¿a si mismo? no lo sabía, solo sabía que se odiaba a si mismo quizás.
Siguió frotando aquel papel contra la mesa con cierta brusquedad, cansándose y deteniéndose, solo estaba empeorándolo, ¿no? quizás esa mesa emborronada era como lo que estaba sintiendo, antes estaba todo claro pero ahora apenas se leía. Estaba cansado de intentar limpiar la mesa al igual que estaba cansado de fingir ante aquel chico que solo lo veía como un amigo... quizás sobre pensar las cosas y al mismo tiempo tener esa impulsividad no era lo mejor.
— Oye... — El pelirrojo se giró, secando de una sus lagrimas con la manga del blazer y viendo hacía el británico, situado en la puerta del aula. — ¿Estás llorando?
— Tu polla si que está llorando. — Respondió de una, ignorando la nula lógica que tenía esa frase y volviendo a frotar la mesa, pudiendo ver como se empezaba a notar la madera de esta.
— Je... — El mayor río por aquella frase, se acercó hasta su amigo mientras pronunciaba sus palabras. — Te estabas tardando y Portugal me mandó por ti... — Este se fijó en la acción que estaba haciendo el español. — ¿No que solo venías por tu teléfono? — Preguntó, aun sabiendo la respuesta.
— Las limpiadoras del colegio no tienen la culpa de que mi clase sea gilipollas... — Comentó, siguiendo con los movimientos que hacía, volviendo a emborronar la mesa. — Joder macho... — Susurró para si mismo.
Hubo unos segundos de silencio, sin comentar nada, solo ahí, esperando ambos a algo. Uk se acercó a la mesa del profesor, agarrando papel y a la par el bote de desinfectante, echando un poco en este y volviendo a la mesa, poniéndose a frotar a la par que el español, no sin antes haberse remangado las mangas del blazer y la camisa.
— ¿Qué haces? — Preguntó el español, viendo como el mayor se le unía.
— Limpiar, tienes razón, las limpiadoras ya hacen mucho como para tragarse lo que unos niños generan. — Respondió el británico.
El de ojos verdosos se quedó viendo al más alto por unos segundos, se giró a ver a la mesa para luego frotar un poco, de nuevo se empezaba a ver la clara madera detrás de la tinta, mordiendo levemente su labio inferior.
"Si esto es una puta señal que la tinta se vaya rápido" Pensó para sus adentros, volviendo a frotar y viendo como poco a poco la madera se notaba más, soltando una leve risa.
— ¿Te hicieron esto solo por un rumor? — Preguntó el británico, todavía viendo la mesa y limpiando.
— Iba a limpiar solo la de Portugal, pero ya que estaba... — No finalizó la frase pero aun así se entendía al igual que si la hubiera dicho completa.
— Te preocupas mucho por Portugal y él por ti... es muy lindo, con mis hermanos apenas nos hablábamos y eso que vivimos en la misma casa.
— Ya bueno... supongo que es lo que tiene ser gemelos. — Soltó una pequeña risa, deteniendo sus movimientos, mirando fijamente la mesa, perdido en esta y en sus pensamientos.
— Oye Espi. — De nuevo ese apodo que tanto le revolvía el corazón por muy simple que fuera. — Que... aunque te gusten los chicos también ten en cuenta que eso no te cambia en nada, bueno sí, que también te gustan los chicos... pero que el España que yo conozco no se rebaja solo a eso y yo voy a estar a tu lado aunque la gente comente cosas, que para algo eres mi amigo, ¿sabes? — Comentó con una leve risa.
El británico se separó de la mesa, y esta vez aquella impulsividad del español chocó contra la razón.
El pelirrojo se separó también de la mesa, este de forma algo brusca llamando la atención del peli azul, se giró hacía este y dando un paso adelante, sin esperar o dejar si quiera espacio a una reacción del contario. Agarró directamente con sus finas manos el borde del cuello de la blazer que portaba Uk, tirando de esta para acercarse a él y de una uniendo sus labios, de una forma levemente brusca y chocando ambas nariz, dejando paso a un fuerte beso improvisado. Por el leve empujón de esta acción el británico se apoyó en la mesa, sin separarse pero tampoco correspondiendo, quedando sus manos sobre la mesa del aula.
La presión entre ambos labios se separó, no se sabía con exactitud cuanto tiempo estuvieron así la verdad, posiblemente no fueron más de unos segundos. El pelirrojo soltó levemente su agarre de la chaqueta, dejándolo en un leve roce y bajando su mirada, evitando ver hacía los ojos del británico el cual tampoco tampoco le dirigía la mirada. Ambos rojos, ambos jadeando por la sorpresa, sin saber como empezar o continuar la conversación tras esa acción tan repentina.
— Hey — Ambos miraron hacía la puerta de golpe, haciendo que esta vez el español se separase del todo del contrario.
— He-Hey, hola Francia... — Saludó el británico, siendo el primero en hablar. — Ah...
— Uk... cállate. — Ordenó la contraria antes de que el más bajo hablara. — Venga, ahora es Italia el que se preocupa de que tardéis tanto.
— Yo estoy limpiando enseguida bajo. — Comentó el español, agarrando de vuelta el papel y continuando limpiando la mesa, quitando poco a poco la tinta.
— Voy. — Fue lo único que dijo el peli azul, yendo hacía la Francesa y saliendo del aula, dejando esta en completo silencio poco después de que el saliera.
— ¿No vas a decir nada? — Rio la Francesa viendo hacía el español el cual solo le daba la espalda.
— Joder con esta tinta macho, que no se va... — Fingió no escucharla, frotando con más fuerza.
La mayor rio levemente, y de vuelta se alejó de la sala, dejando a un español que ahora no tenía solo el pelo rojo, mordiendo su labio y cuestionándose que coño había pasado.
2946 palabras.
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