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🍃Capítulo XII


↪España.

Sé lo que estáis pensando, "Tremendo drama te montaste por nada España" BUENO, POR ALGO HACÍA TEATRO DE PEQUEÑO.

¿Te vas a quedar ahí todo el día? — Me preguntó Portugal, pinchándome sobre las sabanas que me cubrían con un bolígrafo.

Juummm... — Fue mi única contestación.

Mira, vale que eso de ir ahí de la nada y montarle el drama a Uk por algo que no me incumbe no es la mejor idea, que coño, no es buena idea, en negrita y subrayado, ¿en qué estaba pensando? Ni idea, me esta dando vergüenza de  solo recordarlo.

De seguro ahora me manda a la mierda, adiós a las posibilidades que tenía si es que había algunas... — Pensé en voz alta, recibiendo un suspiro de parte de mi hermano.

España Cortés, ¿vas a tirar todo tu orgullo por la borda solo pro un hombre hetero? —  Me reprochó el portugués.

—  ¡SÍ! — Fue mi contestación, dejando callado a mi hermano quien seguro se esperaba algo como "No, ¡es verdad!" y que se me subieran los ánimos de todo.

Mira la parte bueno... mínimo no le has gritado que te gusta, solo... piensa que le odias... lo cual creo que es incluso peor. —  Comentó de nuevo el contrario, me giré hacía él.

—  ¿Qué es eso? —  Pregunté, señalando dos especies de botes sobre su escritorio.

—  Me voy a teñir —  Comentó, agarrando esos dos botes que ponía "tinte para pelo- VERDE" en grandes letras junto la foto de una chica con el pelo del supuesto color que te iba a quedar.

—  ...Como te lo tiñas así te voy a llamar Brócoli —  Comenté entre risas, únicamente recibiendo un fuerte golpe de su parte.

Cállate don amargura — Se quejó este de vuelta. — ¿Me vas a ayudar o no? — Este agarró una toalla que estaba sobre la silla de su escritorio, yendo hacía la puerta de la habitación.

Solo voy para reírme de ti —  Comenté de vuelta, viéndole de arriba abajo. — ¿Papá te dejó?

¿Te dejó a ti hacerte los piercings? —  Me preguntó de vuelta.

... Tira para el baño anda. 

No, a ver, yo solo digo que si se preocupa por mi es porque es mi amigo, no porque me quiera comer la boca o algo así, ¿sabes? — Ustedes seguramente no lo han vivido, pero yo he estado en el baño con Portugal durante media hora poniéndole el tinte en el pelo, ¿por qué tardasteis tanto? pues porque había chisme por medio y al nene también le dio por cortarse el pelo y pues... que nos tomamos un tiempo, básicamente. —  ¿Tú crees que haríamos buena pareja? —  Desvié el tema, agarrando un moco más de ese mejunje verde que era el tinte.

Tú tienes el pelo rojo y él azul, eso en las series es igual a que follan — Rio el contario mientras veía algo en su teléfono. — Yo apuesto 20 pavos a que antes de Diciembre alguno ya ha besado al otro. 

 — ¡Portugal~! — Me quejé — Tsk... oye pues quien sabe... ¿Francia no iba a hacer una fiesta de Halloween como todos los años? — Pregunté, viendo hacía el contrario.

No sé... ¿A que día estamos? — No le respondí, directamente él se contestó a si mismo, porque Portugal era así, te preguntaba algo y luego se respondía a si mismo, tú di que sí. — Vale, 24 de Septiembre...

¿Tan rápido? —  Le miré de reojo mientras extendía el tinte por su pelo. —  Se me está pasando el curso volando.

—  Claro, porque te la pasas expulsado, ¡Yo otro año lo repito eh! —  Este se quejó. —  Según el Instagram de don perfecta este año también va a hacer fiesta, pero va a ser donde la playa — Terminó de decir.

¿A la playa? Bua tío, pero allí hace frío. — Me quejé, viendo hacía el contario.

Ni modo, no podrás ir enseñando medio culo. — Agarré un mechón de su pelo, tirando de este—  ¡AY! 

A la próxima te dejo calvo.

Mientras yo seguía poniéndole el tinte a Portugal y él me comentaba su vida pues yo os pongo en contexto.

Cada año desde que entramos a la ESO (bueno, realmente desde que Italia está en primer año y nosotros estábamos como en quinto de primaria pero bueno) se celebra una fiesta de Halloween organizada por los del grupo de teatro, entre ellos Francia e Italia, realmente es "La Fiesta de Halloween de los de teatro" pero todos dicen que es la fiesta de Francia porque normalmente era en su casa o ella organizaba donde iba a ser y todo eso, no se necesita invitación ni nada, simplemente vas y te vienes cuando tú quieras durante la noche de Halloween, dentro de lo que cabe es la típica fiesta que se ven en las películas, ¿sabes? pero bueno, que nosotros no tenemos ni baile de graduación ni nada importante, por hacer en ese centro no hacen ni excursiones, así que un respeto.

Cada año es con una temática, por ejemplo, el otro año fue de Zombis, el primer año al que asistí era de personajes de la mitología... Ya veis por donde van los tiros.

Tú, hay fiesta en la discoteca — Avisó Portugal, sacándome de mi trance. — ¿Vamos? — Preguntó.

Tío, que ya fuimos a un botellón hace nada, ¿tú me ves con cara de querer ir de juerga? —  Miré al contrario, separándome de él y quitándome los guantes de plástico llenos del tinte. — ¿A que hora? — Pregunté, que sí, que solo tengo 16, pero total iba a ser un par de horas nada más.

A las 2 empieza — Este se levantó, acercándose a la bañera y abriendo el grifo. — De la mañana — Aclaró.

¿Tan tarde? — Me giré a mirarle — Mañana es Lunes... —Me excusé, viendo hacía el portugués el cual estaba lavando su cabello y dejando caer el resto del tinte verde que había estado reposando mientras yo me perdía en mis pensamientos. — ... Bueno, por un día que faltemos no pasará nada... ¿no? — Pregunté, caminando hacía la puerta. — Termina de arreglarte rápido anda.

¡Todavía hay tiempo! — Le escuché desde las escaleras.

Mirad, no todo en la adolescencia eran fiestas, no sabéis lo mucho que sé eso... pero es mi vida, y esto es como el amigo que fuma y luego te dice "como te vea fumar te mato", pues apañado, yo tengo mis vicios y mis mierdas que me joden cada día más, de algo hay que morirse, y necesito tener la mente ocupada, ya sea por actividades o por alcohol... total, es lo mismo. Más hago en un botellón que en clases.

¿Vamos? — Pregunté, subiendo las escaleras que unían ambas camas y viendo al contrario. — ¿Portugal?

No voy a ir — Comentó.

Él se encontraba ahí, con sus gafas puestas y en pijama, leyendo lo que parecían unos apuntes de clase.

¿Qué? Si fuiste tú el que dijiste de ir — Le miré, fijándome en los apuntes y luego en él. — Venga~.

Que no, que tengo sueño, y mañana hay examen de biología. — Me comentó, ¿a estas horas se acordaba?— Ve tú si quieres. — Finalizó.

Anda mamón, ¿ni media hora? — Comenté, estirando mi mano y tocando lo que seguramente fuera su pierna sobre las sabanas.

España joder — Se quejó, viendo hacía mi, una mirada enfadada igual que aquella noche en el botellón. — Que por el grupo de clase han dicho que este examen va a ser el 50% de la nota trimestral, y a algunos si nos importa nuestro futuro, ¿sabes?

Puff... pues vale. — Sentencié, bajando las escaleras de la litera y yendo hacía la puerta. — Adiós. 

Y sin más salí de la habitación, cerrando la puerta, había un grupo de clase del que yo no estaba ni enterado, en fin... ¡¿y ese que sabrá lo que me preocupa mi futuro?! Pues poco la verdad, ¡pero eso no tiene nada que ver con que salga de fiesta cada tanto tiempo! ¡Anda y que te den! ¡Si ese quiere ser don notas perfectas pues adelante! Total, que haga casi todo con él no significa que no pueda ir por ahí a divertirme solo.

... Ahora que lo pienso... ni sabía que hacía Portu cuando no está conmigo... ¿Por qué ese nunca me contaba nada? Bueno sí, porque yo le contaba toda mi vida y él me aconsejaba... Pero bueno, seguro no le pasa nada interesante tampoco.

Saqué mi teléfono y miré donde se hacía la fiesta, la discoteca del Sur, mínimo estaba cerca de mi casa, algo es algo. Pero bueno. España, tú tira, sin miedo al éxito.

Antes de las 4 en casa...

4:34 a.m

"Vale, antes de las cuatro y cuarto en casa", y cuando me pasé de esa hora "solo quince minutos más", pero no, realmente no sabía como había acabado así, pues como no sé ni como existo, yo creo que vivo en piloto automático o algo así.

Solo sabía que eran más de las cuatro y media de la mañana, que estaba encerrado en el cubículo del baño de aquella discoteca que no era a la que originalmente iba y que seguramente algo hacía en esa copa de ron que no era precisamente alcohol, pero sí alguna sustancia no muy legal, ¿Cómo lo sabía? porque aun en la única habitación sin las luces parpadeantes de colores azules y rosas pasando por morado los seguía viendo en pequeñas manchas en mi nublada vista.

O-Oye me tengo que ir... — Bajé mi vista hacía aquel sujeto que, sinceramente en otro punto de mi vida me gustaría decir que sabía como se llamaba, pero en este momento lo único que sabía es que era el primer guiri que me había invitado a una copa y que al final me convenció de ir a otro bar algo más alejado de mi casa, chicos no me toméis de ejemplo, si un desconocido os dice de ir con él meted un puñetazo por medio y huid.

¿Por qué tanta prisa? ¿Tú novio te espera? — Comentó aquel chico... ¿Castaño? ¿rubio? era ese punto medio que nunca sabes como especificar.

¿Quién putas te dijo que yo tenía novio? — Le miré con enfado, poniendo mis manos sobre sus hombros, el capullo era mayor a mi, y no solo en altura si no creo que también en edad por ciertas facciones de su rostro. — Soy menor capullo. — Aclaré.

¿Sí? En el carnet que le enseñaste al de la barra ponía que tenías 18 — Justificó el capullo, dejando una burlona sonrisa entre sus labios, puta vida el día que decidí hacerme un carnet falso... ¡REPITO: NIÑOS NO LO HAGAIS!

Serás un capu-OH~

Apegué  mi espalda de golpe contra una de las paredes de aquel cubículo, el chico aquel al parecer no perdía el día, le vamos a llamar James, ¿por qué? Pues porque es guiri y tiene toda la cara de James, y punto. Como iba diciendo, "James" no perdió el tiempo, metió  su mano directamente en mi pantalón el cual llevaba ya desabrochado desde hace un rato, dejándola sobre la tela del bóxer y masajeándola.

¿Tu primera vez con un tío? — Comentó con cierto tono de superioridad, solo recibiendo una mirada de asco por mi parte, a ver, no es que me sintiera obligado o algo, pero que el puto orgullo no me lo pisa nadie y menos un capullo de una noche.

Más te gustaría rubiales. — Giré mi vista hacía su mano libre, estaba justo en mi muslo, apretándolo con cierta fuerza. — Relajas la mano o lo siguiente que recibirás es una ostia en la cara.

¿Te molesta que un desconocido te toque el culo, pero no la polla? — Comentó entre risas.

Esas palabras me generaron asco... un asco gigante, pero sobre todo a mi mismo. En serio España, ¿crees que emborracharte y tirarte al primer pavo que viste te hará olvidar tu mal de amores? ... sí, ya podéis odiarme.

Salí de mis pensamientos nada más el contacto de otra piel chocó contra mi miembro, incitando un leve jadeo y apegándome de nuevo a la pared, dando un leve choque con la cabeza, los que estén fura del cubículo deberán estar flipando, pero mira tío, es un puto bar/discoteca, a quien engañamos, era de esperar.

Bajé mi vista por instinto hacía aquel roce, realmente no sabía en que momento ambas prendas inferiores, la mía y la suya, se habían bajado, dejando que ambos miembros chocaran, en cierto punto estaba agradecido que a primera vista no iba a hacer penetración, "¿España eres virgen?" no estamos para ahora hacer una entrevista. Volví a levantar mi vista, "James" aprovechó, acercando su rostro hacía mi cuello y dando una pequeña mordida.

De-Deja marcas y te corto la polla capullo. — Puse mis manos sobre sus hombros pero aun así sin intenciones de separarnos, tener tantos putos sueños de este tipo no colaboraban en situaciones reales. 

No recibí respuesta del contrario, solo lamidas que se distribuían a lo largo de mi cuello y alguna que otra leve mordida. A la par la mano del mayor empezó a moverse, estimulando ambos miembros a la vez debido a la cercanía.

Por mucho que no pudiera creerme esta escena, la de estar con un puto desconocido en el baño de una discoteca follando, algo que solo parecía real en libros y películas, mi mente en vez de estar centrada en analizar eso había cambiado de plano, intentando averiguar como he acabado aquí, el simple hecho de querer salir e intentar olvidarme del puto británico ese (no pienso decir su nombre de vuelta) y ahora aquí, ¿Cómo se habían enlazado las cosas? ni yo lo sé, pero dudo tampoco que pueda ponerme a unir hilos cuando tengo la mente en el quinto planeta.

Volví a mirar al rubio ese justo cuando ejerció cierta presión con su mano y a la par que mordía con cierta fuerza mi cuello, de puta madre, si al final iba a dejar marca y todo el mamón. Se separó de mi, bajé la mirada,  parte de mi miembro había quedado manchado por el liquido del mayor.

Podrías hacer avisado... — Le miré entre cortos jadeos, tampoco había sido para tanto, pero al parecer para "James" sí. — ¿Cansado por una paja?

No me vaciles crío — Comentó, limpiándose con papel para luego arreglar su ropa.

¿No que tenía 18? — No me miréis así, me gusta vacilar a los gilipollas del pueblo.

No recibí respuesta de ese hombre, directamente salió del cubículo y cerró este de vuelta, dejándome a solas, agarré el poco papel que quedaba y limpié como pude los restos de aquella "aventurilla" aparte de que arreglé mi ropa, por suerte no me la había manchado, cuando llegara a casa me ducho y apaño. Saqué mi teléfono y miré la hora, en 10 minutos daban las 5. Volví a guardarlo y sin más salí del baño, ahora sí, me iba a casa y sin ninguna puta parada más.

Justo cuando salí de la disco al lado de esta, en un aparcamiento, pude ver a ese "gran amigo" de esta noche, que de grande lo único que tenía era la gilipollez, ¿sabes? Estaba junto a una chica, abrazando, posiblemente su novia, joder... lo siento por la pobre, es que si se le ve con cara de buena gente y todo. Lo siento chica random de una discoteca, no era mi intención que acabaras como un ciervo, ojalá descubras a alguien mejor que ese capullo.

Caminé hasta el final de la calle, solo estaban las luces de las farolas y poco más, algunos coches aparcados, un mercedes gris, un Toyota  rojo, COCHE AMARILLO, a mierda que no voy con nadie, tsk, entre esos coches también había un Fiat 500 gris, no, no me sé los modelos de los coches, solo las marcas, entonces diréis, ¿Cómo sabías que era un 500? pues porque por esta cache realmente solo había una persona con un Fiat 500 gris.

Me acerqué a este, dando un par de golpes en la ventanilla del copiloto, el seguro sonó dejando la puerta abierta, abrí esta y sin más entré, quedándome sentado, mirando a la guantera cerrada de este.

Te lo dijo Portugal, ¿no? — Supuse, apoyando mi espalda contra el respaldo.

—  Se empezó a preocupar a partir de la 3º llamada perdida — Comentó la voz cansada de Italia, por las pintas que llevaba, parte del uniforme de la cafetería en la que trabajaba y un abrigo groso, vino después de trabajar.

¿Cómo sabías que estaba aquí? — Miré por la ventana, colocándome el cinturón mientras el coche arrancaba.

El portero ese es el novio de una compañera mía — Comentó. — Le enseñé una foto tuya y me dijo que te fuiste con un rubiales.

Ya... — Dije en forma de afirmación, sin ni si quiera dirigirle la mirada. Ahora mismo solo deseaba que cerrase la boca, que no comentase lo obvio, que lo dejara como un secreto a voces, pero Italia es Italia, y era imposible escapar de la conversación en un coche en marcha.

España. — Comentó, de forma seria. — Ya sabes lo que pasó la última vez contigo y con Portugal, sácate esa idea de la cabeza anda.

¿Tanto te jode que me gusten los tíos? — De perdidos al río. — Esto es como todo, mientras papá no se entere nadie lo sabe. Así que déjalo de una vez macho.

La gente habla de eso.

Nadie habla de eso.

Lo hablan en mi trabajo, entre la gente del barrio; que los hijos menores de Cortés son unos... —Se calló de golpe.— Déjalo.

No, dilo. — Le reté, girándome a verle, aunque su vista, como no, estaba centrada en la carretera. — Venga dilo, ¿Qué los hijos menores de Cortés son qué? ¡EH! ¿unos maricones? — La verdad, no era fan de esa palabra, ni la usaba si quiera, pero el calentón del momento y el saber que era esa palabra a la que buscaba Italia salió por instinto. — ¿Y a ti que pollas te importa de lo que hablen de nosotros? ¡Si no te importa nada! — Me auto respondí, al final no era Portugal el único con esa manía.

España. — Me nombró, pero hice oídos sordos.

¡A ti y a papá os suda como nos llamen o de lo que coño hablen de nosotros! ¡Como el día que le dieron una paliza a Portugal! ¡os la sudo como a ti te la suda todo lo que pasa entre esas cuatro paredes de mierda! — Giré mi vista hacía el frente del auto, viendo el camino de la carretera.

España. — Volvió a nombrarme, un poco más alto.

¡Os la suda todo porque aunque tú vayas de buen hermano no lo eres! ¡Eres igual a él! ¡Solo piensas en ti y lo único que te afecta es lo mismo que a ese capullo! ¡Que te relacionen con dos pavos a los cuales le gustan los tíos porque Don Italia tiene una reputación de buen niño y al parecer le afecta mucho con quien coño se líen sus hermanos mayores porque-!

— ¡ESPAÑA! — Gritó el Italiano, creando un silencio de golpe en el coche. — Se lo voy a decir a papá. — Finalizó.

Pues vale. — Dije sin más, apoyando mi cabeza en el respaldo y viendo hacía la ventana.

No, no "pues vale", pues NO vale precisamente, lo estaba diciendo como si le afectara de verdad, como si estuviera diciéndole algo que no era verdad... Cuando llegamos a casa directamente me bajé del coche y abrí la puerta de la casa, seguramente esta chocó contra la pared a la fuerza que había pero ahora mismo no podía importarme menos, subí de una a mi habitación, ya abriendo la puerta de forma más calmada, la cerré y me tiré de una en la litera de abajo.

Estuve a saber cuanto tiempo con la cara hundida en la almohada, en completo silencio, sin pronunciar ni una palabra.

Estoy bien... solo una pelea con Italia. — Comenté en voz alta, aun sin despegar mi cara de la almohada.

Perdón por avisarle, pero como no contestabas ya me imaginé lo peor. — Aclaró Portu desde la cama superior.

Tranquilo... no pasa nada.

Hubo unos segundos en silencio los cuales se rompieron por el chirrió y el leve movimiento de la litera que generó Portugal al bajar de su cama, me hice a un lado y él se tumbó ahí, apegándose a mi y rodeándome con sus brazos.

¿Cómo vas con el examen de mañana? — Pregunté.

Ya me he acostumbrado a estudiar contigo de fondo, no servimos para estar separados. — Comentó, riendo levemente a la par que yo por esa respuesta. — ¿Estás bien? — Pregunté.

Iba a contestar, lo iba a hacer pero realmente unas palabras fijas no salieron de mi boca, dejando esta levemente abierta pero sin pronunciar nada, unos segundos (como siempre) y ahí estaba... el llanto roto. Sollozos y lagrimas salieron mientras me apegaba al pecho de Portugal, llorando sobre aquella camisa negra que estaba seguro que era mía, pero da igual, ahora mismo da igual, solo necesitaba estar así un rato, con apoyo de alguien, llorando en la oscuridad de la habitación y sin ninguna palabra por medio.

Inevitablemente las lagrimas pasaron a ser parpados caídos y los sollozos bostezo, por lo que no tardé en caer en brazos de Morfeo.

3668 palabras.

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