↪Uk.

Era viernes, un viernes por la noche, sí, lo sé, ¿Uk saliendo un viernes por la noche? bueno, es que unos amigos de Italia le invitaron a una fiesta y él invitó a Francia, y Francia se puso a insistir así que tuve que venir, realmente no... no me gustan estos ambientes, LLAMADME LO QUE QUERAÍS, el fiestero aquí es España, no yo... ¿por qué pongo siempre a España de ejemplo en estas cosas?

— Oye — Me giré a mirar a Italia el cual estaba a mi izquierda — ¿Por qué no han venido tus hermanos? — Pregunté.

— Pues... iban a venir, pero cuando les dije que venías tú se negaron. — Se sinceró.

— Oh, vale. — ... — Espera, ¿qué? — Miré a este con cierta confusión. — ¿Hice algo mal?

— No lo sé, ¿hiciste algo mal? — Este me miró, juntando ambas miradas que estuvieron conectadas un par de segundos. — Bueno, luego les pregunto, seguro solo fue una chiquillada.

— Ojalá...

Giré mi vista hacia Francia, estábamos esperando en la puerta de una discoteca a que el segurata nos dejara pasar, ¿Era buena idea venir aquí? Pues no, la verdad, o mínimo para mi, ni si quiera sé cómo convencí a mis padres, por dios que tenemos 17 todavía Uk calma, seguro ni te dejan entrar, ¿No?

— ¿Ocurre algo bollito? — Preguntó Francia, girando a mirarme, llevaba tacones lo cual me hizo que tuviera que levantar la cabeza un poco para verla.

— ¿Seguro nos van a dejar entrar? — Pregunté, viendo hacia aquel hombre vestido de negro que parecía estar hablando con alguien.

— Tú tranquilo mi trocito de pan~ — Acarició mi mejilla como intentando calmarme, la verdad es que tenía la piel muy suave.

— No es por meterme en vuestra relación amorosa — intervino Italia mientras sacaba una especie de ticket que suponía era la invitación y se lo pasaba al portero — Pero dudo que llamarle a tu novio celiaco "mi trocito de pan" sea muy romántico que le digamos.

— ¡Pero a ver Italia! Que yo le llamo así porque a mí me gusta el pan, y me gusta UK, pues listo — Aclaró, yo por mi parte solo asentí con tal de dar una respuesta ante la situación.

Después de unos segundos de silencio aquel hombre nos dejó pasar, era el típico cuarentón alto y musculoso vestido de traje negro y gafas de sol... Me daba miedo la verdad, así que UK, mejor no hagas nada ilegal anda, que no queremos tener nada que ver con aquel señor.

Nada más entrar tuvimos que bajar unas cortas escaleras que nos llevaron a (ya sí) la discoteca donde se formaba la fiesta y al parecer privada, ya que aunque hubiera gente todos parecen rondar los 17, 18 años, los más adultos quizás unos 19 o me atrevería a decir 20 y la mayoría de rostros me sonaban de algo, seguramente de los pasillos del centro.

— ¡Yo me voy con mis amigos! — Comentó Italia, teniendo que alzar la voz por la música alta que resonaba en todo el centro. — ¡Cualquier cosa me mandáis un mensaje! — Aclaró, y sin más se fue hacía dos chicos que ya había visto antes, Reich e Imperio creo que se llamaban, pero bueno.

Mire hacia Francia, ella ya se había dirigido hacia la barra del bar, ¿Va a beber? Seguimos siendo menores, ya está, señor portero por favor si nos va a matar se sea rápido.

Caminé hacia ella hasta quedar a su lado, la barra estaba a un lado del bar, paralelo a la pista de baile, aunque parecía que había otra en la parte VIP... El sitio era grande.

— ¿Vas a beber? — Pregunté, viendo como el camarero le servía un vaso con un líquido como amarillo.

— Venga Uk~, es una fiesta, es normal beber — Me comento — Tú también deberías.

— Lo dudo, que después tenemos que ir a casa andando Francia...

— Por una copa no te va a pasar nada chaval — Comentó el camarero, cobrándole el trago que le había echado a mi novia.

— No gracias... — Dije, mirando a aquel hombre y seguido a Francia. — Si vas a beber mejor no te quedes sola...

A ver qué os veo venir, que yo tampoco soy aquí borracho n⁰1 y está claro que no puedo ir diciéndole a la gente "hay, no bebas porque a mí no me gusta", y menos a Francia, intenta tú darle una orden, el golpe que te llevabas te va a doler hasta el día de tu graduación ya te lo digo yo por experiencia. Pero igualmente tampoco me llego a fiar de lo que pase en estos ambientes, vaya a ser que alguien se aproveche de Francia...

— ¿Nada de nada? — Me preguntó, dándole un sorbo a su copa, yo solo negué. — Bueno~, lo que el señorito diga. — Sonrió con ternura, agarrando mi mano bajo la barra del bar y mirándome con cierto brillo en sus ojos.

— Te queda muy bien ese vestido — Comenté, mirando la prenda, era un simple vestido corto, rojo y de tirantes con una pequeña abertura en la falda.

— Me lo compré especialmente para ti. — Comentó con un tono de voz burlón, encorvando sus labios de forma picara y provocando un sonrojo instantáneo que apenas se notaba por la poca luz del lugar. — ¿Vamos a bailar? — Preguntó, volviendo a beber de su vaso.

— Emm... no estoy seguro que se me dé bien. — Aclaré, viendo hacía la gente amontonada en la pista de baile. — ¿No hay mucha gente?

— Esa es la idea.

Y sin esperar una respuesta agarró mi mano, tirando de esta hacía donde antes se había fijado mi vista. Si de algo estoy seguro es que este ambiente no es mi pasión, ¿sabes?

4:31 A.M

Nada más salir a la calle mis ojos tardaron un rato en acostumbrarse a la luz natural, o la máxima luz que haya en la calle a las 4 de la mañana, ya por fin Francia e Italia habían decidido irse, si hubiera sido por mi incluso antes de la 1 estaba ya en mi casa, pero tampoco es que me dejaran irme tan fácilmente.

— ¿Os vais ya para casa? — Preguntó Italia nada más salió, sacando su teléfono del bolsillo de su chaqueta.

— Voy a acompañar a Francia y luego voy a mi casa —Aclaré, abrazando con un brazo a la nombrada y apegándola a mi, la cual estaba realmente borracha y necesitaba apoyarse en mi para mantener cierto equilibrio.

— ¿Te quedas a dormir amor~? — Me preguntó Francia justo cuando empezamos a caminar.

— No puedo France, sabes cómo son mis padres. — Le respondí, acomodándome y caminando hacia la casa de Francia.

— Mis padres no están. — Comentó.

En un principio iba a ser entrar, llevarla a la habitación, beso en la frente y bye. Algo normal, como mucho un par de minutos hasta que se duerma, que los padres de Francia me quieren pero no abusar de esa confianza, que yo creo que su padre me ve durmiendo ahí y me castra de una. Pero no, ahí estábamos, en la habitación de Francia en una casa totalmente a solas, solo ella y yo y lo que parecían ser un par de besos.

— Ummh~, Francia oye~ — Me separé de aquel beso que ya se estaba alargando más de la cuenta nada más me senté en la cama, dejando a la contraria sobre mi regazo. — Venga... Me tengo que ir cielo.

— No seas tan idiota, solo un par de besos, ¿No bebé? — Pasó su fina y suave mano contra mí mejilla, apoyando su pecho sobre mi.

— Estás borracha — Comenté, separándola un poco.

— UK por dios — Aún con mi acción anterior ella se volvió a juntar, pecho con pecho. — Llevamos dos años juntos...

— Pocos me parecen, je — Reí algo nervioso, mirando a otro lado.

— Ni un roce hemos tenido... Venga UK, por una vez que estamos los dos juntos y a solas en mi casa...

— Estás borracha — Le recordé — Demasiado... Anda, será mejor que te duermas amor.

En ese momento su rostro cambio a uno de decepción y pena.

— ¿No me quieres acaso? — Preguntó.

— ¿Qué? ¡N-no es eso Francia! — Me excuse, acomodándome en la cama y mirándola.

— ¡¿Entonces?! — Se separó de mi. — UK por dios... He tenido más novios antes y en la primera semana había pasado ya de todo, incluso con líos de una noche, ¿Y contigo qué? ¿Me voy a tener que esperar hasta el matrimonio? — Se cruzó de brazos, mirándome con... Una mirada que realmente me congelaba en el sitio.

— N-no es eso Francia, es solo que tú estás borracha...

— Sé lo que hago — Justificó.

— No tenemos condones. — Mire a otro lado.

— Tomo anticonceptivos y hay condones en la mesita de noche. — Respondió.

— No estoy listo.

— Osea que no te gusto.

— ¡Yo no he dicho eso! — Respondí, volviendo a mirarla.

— ¿Te gusta otra? ¿Es eso? ¡Oh dios es eso! — Se levantó de la cama, quedando frente a mi.

— ¡N-No me gusta otra! — Aclaré, levantándome también.

— No, déjalo, ya veo por donde van las cosas... — Se giró, volviendo a sentarse en la cama. — Haz lo que quieras.

Y ahí mismo podría haberme ido, podría haber cruzado esa puerta y arriesgarme a romper mi relación con ella, pero no sé porque solo me quedé ahí, mirándole de forma nerviosa, sin saber con claridad que hacer.

— ... Ven aquí. — Ordenó, y como si estuviera programado para ello me acerqué a ella, quedando sentado de vuelta a su lado. — Venga Uky... Se que quieres, aunque tu orgullo de don perfecto diga lo contrario...

No, no quiero, quiero irme a casa, ¿Sabes? Que tengo 17 años, y muy bien para otros perder la virginidad a esta hora pero a mí tampoco es que me haga mucha gracia.

— ¿Y si no te gusta? — Pregunté, en busca de alguna escusa. Ya incluso si tenía que recurrir a ese tipo de cosas me sirve.

— Je... Sí quieres yo me encargo de todo~. — Se acercó a mí, seguramente enorgullecida de que "aceptará" su petición.

Besó con cuidado mi mejilla, yo solo me gire a mirarla y al instante y segundo beso más apasionado empezó.

— Te va a gustar~, tu tranquilo — Sonrió con dulzura, pasando su mano directamente hacia el cierre de mi pantalón.

Me arrepiento de no haber cruzado la puerta antes.

↪España.

Eran las 8 de la mañana, a esa hora solo Italia estaba despierto, yo podría haber dormido aún más tiempo, ¡Que era sábado! Pero no, ahí me veías, despierto y con la vista pérdida hacia cualquier punto de mi habitación.

No había ido a la fiesta del viernes, principalmente porque no quería ver a Francia y UK modo pareja feliz, solo de pensarlo se me hacía un nudo en la garganta, y Portugal tampoco fue ya que si yo me jodo el también, ley de hermanos. La cosa es que esa noche pues nos habíamos quedado en casa, viendo películas, las típicas de Netflix que iba de chico y chica blanco CIS hetero sexo y esas cosas, ¿Sabes? No fue buena idea la verdad.

Toda la noche... TODA la puta noche mi mente se las apaño para conseguir recordar esas escenas segundo por puto segundo. Resultado: una puta noche demasiado húmeda, y creo que no hace falta decir que el protagonista de esos sueño era el mismo que todos los anteriores.

Mira, si ser adolescentes era estar todo el puto día pensando en follar no quería ser adolescente, es que macho, que una vez es normal, pero ya veinte no, ¿Entiendes?

Mire la pantalla de mi teléfono, rota, que se me había caído el otro día mientras paseaba a León, tenía de nuevo 3 llamadas pérdidas de UK, ¿Y este desde cuándo me llama tanto?

Entre a su chat, mire de nuevo la hora, de seguro ya estaba despierto.

"Acabo de ver las llamadas" enviar.

Tardo unos minutos en leerlo, y atentos, ¡Va y me deja en visto! ¿Con que esas llevamos eh?

"Tú" "q no tengo todo el puto día" volví a enviarlo.

Esta vez tras leerlo (como cinco minutos después de que le enviara el mensaje) contestó.

"Estoy fatal".

Y tras esas dos palabras todo el enfado y celos que tenía (de a saber que) se fueron, transformándose en más que nada preocupación de que algo le hubiera pasado.

"nos vemos el lunes".

Y se desconectó, le mande más mensajes, varios la verdad y a lo largo de todo el día, alguna que otra llamada pero nada, no los contestaba, ni si quiera los leía, lo cual era raro la verdad, y preocupante, así que nada más llegó el domingo por la tarde y los mensajes todavía no habían sido notados mi preocupación se había elevando lo suficientemente como para hacer que saliera de mi casa a la de UK, Italia también vino, ya que él seguía en la misma línea de preocupación que yo.

"Oye, no sé si leerás esto, pero que vamos pr tu casa Italia y yo" enviar.

...

"Te quiero" enviar.

2281 palabras.