El camino a la casa de Jackson fue demasiado divertido para ambos. Jin podía ser el chico más lindo y espontáneo en la vida, por lo que un momento nunca podía ser aburrido,al contrario.

— Oppa.

— ¿Si, Hye-ssi?

La castaña sonrió con malicia y se preparó mentalmente para lo que fuese a suceder después. El castaño estacionó su auto cerca de la casa de su amigo y esperó a que la chica comenzara a hablar.

— ¿Qué opinas de qué varias personas te shippean con NamJoon-oppa?

El mayor casi se ahoga con su propia saliva.

— ¿¡Qué!?

Jin comenzó a mover sus brazos rápidamente y a decir muchas cosas a la vez, por lo que no se le entendía nada.

— O-Oppa, tranquilo.

Lección del día para HyeSook: No preguntar algo sobre el NamJin.

Sin decir nada, ambos bajaron del auto cen completo silencio. La castaña miró de reojo a su mayor; de manera imprevista apoyó su mano en el hombro de Jin, se puso de puntitas y le dió un beso cerca de la comisura de sus labios. Eso hizo que a SeokJin le diera un momento de fanboy, pero se contuvo.

— ¿Hye?

— Perdón por lo de hace un momento, no quería incomodar...

Reprimir las ganas de robar un beso no es nada fácil, y Jin lo sabe, puesto que en ese momento tuvo que alejar esa idea de sus pensamientos.