× 008 ×
— Adiós Jin-oppa.
— Adiós Hye-ssi. Nos vemos mañana en el colegio.
La menor sonrió, y dejó a su hermano hablando con Jin. Se sentía feliz sin razón alguna. El haber despertado junto a SeokJin le había subido demasiado el ánimo, aunque sabía que sólo fue una coincidencia, pues si YoonGi no se hubiera quedado dormido toda la tarde, ella no hubiera podido pasar tiempo con el mayor.
Entre sus manos llevaba la cajita de madera, comenzaba a tener ligeras sospechas de que Jin era aquel chico que con mucho esmero había escrito cada una de las cartas, pero se negaba a creerlo. Él era como un dios griego, y ella era una simple mortal
La castaña atravesó el pasillo que daba a las escaleras, y subió a su habitación. Abrió la puerta y tuvo que acostumbrar a sus ojos a la oscuridad; buscó el interruptor y encendió la luz. Cerró la puerta y entonces su interior se derrumbó, sentía unas enormes ganas de llorar, y eso hizo.
Llorar ayuda a sanar al alma.
Se sentó en su cama, y tomó aquel peluche que le había regalado HoSeok en su cumpleaños, y lo abrazó.
— ¡Hye-ssi! — se escuchó al otro lado de la puerta. — ¿Hye?
La castaña se paralizó. Jin se encontraba al otro lado de la puerta, y ella estaba hecha un desastre, tanto por dentro, como por fuera.
Jin, al no obtener respuesta, abrió lentamente la puerta. Entró a la habitación y miró a su alrededor, hasta que su vista se posó en la chica.
— J-Jin-oppa... No...
El castaño ni siquiera escuchó a la menor; caminó hasta llegar junto a ella y la estrechó en un gran abrazo.
«Yo me encargaré de unir cada uno de tus pedazos rotos, bonita»
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro