CAPITULO 39
Sabía que Soo Bin estaba actuando un poco raro desde hace unas semanas, pero quizás fue un error no tomarle importancia. Quise darle un tiempo, pero en realidad era yo quien necesitaba de uno. Por más que formulaba maneras para decirle la noticia a Binnie, no se me ocurría nada.
Me quede en el auto por varios minutos, pensando en lo estúpido que he sido por hacer que Soo Bin piense que lo engaño. Las cosas se estaban complicando en mi intento por darle la noticia el día en que le pida matrimonio.
Apenas pude explicarle quien era la niña que me acompañaba esa tarde antes de ver el estúpido rostro de Ji Min y dejar a Soo Bin sin que pudiera darme explicaciones. Yo tampoco se las di. Pero estuve pensando mucho desde entonces. Y finalmente tuve que ir por Tae Hyun para una segunda opinión.
—Hazlo —me dijo sin dudarlo— Hazlo y aclara todo con Soo Bin. Él no es alguien seguro de sí mismo. Y te apuesto a que ahora debe estar muy confundido, sin saber quien está actuando mal. Binnie no es como Beom Gyu, él huirá de ti si ya no se siente bien a tu lado. Como la pareja que son, y te lo digo por experiencia, debes forjar su confianza.
Lo miré indescifrable a sus feos ojos.
—Lo sé. Yo sé que no tengo el derecho de decir esto, pero nuestras relaciones son distintas Choi.
Dormí en el sofá esa noche. Soo Bin en casa de su madre. Sky se durmió conmigo. Estaba enojado conmigo mismo. Me dolía tanto no tenerlo que desperté llorando y a pasos pesados me dirigí a la cocina para tomar un poco de agua.
En eso mi celular comenzó a sonar y rápidamente lo tome sin ver la pantalla.
—Soo Bin...
—Señor Choi, habla la enfermera Park.
Aclaré mi garganta y volví a hablar.
—Sí, disculpe. Buenos días. —la salude, soltando un profundo suspiro antes de subir a mi habitación.
—Tengo buenas noticias para usted.
—Al fin despertaste. —le escuché decir a mi madre, sentándose a mi lado sonriente— ¿Quieres hablar?
Como un niño pequeño asentí, ella me tomó de la mano y nos dirigimos a la cocina donde me preparó algo de leche caliente con cocoa, aunque fuera mi bebida favorita en ese momento no era capaz de ingerirla. No tenía muchas ganas.
—Binnie puedes decirme lo que está pasando con ustedes. —mama sonrió dulcemente dándome confort.
Haber discutido con mi madre algunas cosas de las que no estaba seguro fue muy reconfortante. Ella tuvo paciencia para escuchar cada una de mis tonterías y temores. Definitivamente las madres son las mejores. Mamá comprendió mis inseguridades ya que precisamente nunca había tenido una relación tan seria como la que tengo con Yeon Jun.
—Continúa, hijo
—Yo salí con Ji Min ese día...
—El cantante —asentí— ¿qué hacías con él?
—Él me invito a dar una vuelta, porque me había visto mal. Así que fuimos a Hongdae, fue ahí donde vi a Yeon Jun con una niña.
—Entiendo. ¿Te acercaste a ellos? —asentí lentamente— ¿y qué sentiste al verlos? —no entendía a qué se estaba refiriendo.
—¿Cómo me sentí?
Ella asintió sorbiendo un poco de café.
Apreté la taza en mi mano con un poco de fuerza, la verdad no me había puesto a pensar en ello porque sólo recordé como él se puso cuando Ji Min estuvo a mi lado.
—Supongo que ustedes tienen muchas cosas que decirse. —mamá me miró antes de suspirar y dirigirse a servile el desayuno a Kai— Nunca sabrán el uno del otro si antes no son sinceros con ustedes mismos.
—Pero Yeon Jun es el imbécil, mamá. Hace cosas que me hacen sospechar.
—No busques un culpable, bebé. Solo puedo decirte que Yeon Jun no sería capaz de hacerte daño. Así que no te preocupes Soo Bin pronto sabrás lo que Yeon Jun te oculta.
—Lo dices tan segura que no sé si algo así pasará.
Nuestra plática me ayudó a sentirme un poco mejor, pero no lo suficiente ya que sabía que tendría que hablar frente a frente con Yeon.
Pero esa mañana hyung me contactó. Iríamos a comprar nuestros trajes para la boda, había tomado una ducha y la ropa que había dejado en casa para salir ya que no quería regresar con myungsoo por ahora. Tae Hyun estaba tan concentrado en probarse diversos trajes que... hasta ese momento no me daba cuenta de lo bien que se veía.
—¿Qué tal este Binnie? —alce mi mirada y me quede embobado.
—¡Hyung! ¡Ese es perfecto! —le dije al mayor levantándome de mi lugar para rodearlo. Su piel lechosa resaltaba, se podía apreciar el color carmín de sus labios, y aquel castaño cabello combinaba perfectamente.
Incluso la postura de hyung era buena.
Admirado, quise tomarle una foto.
—Basta Soo Bin. —me dijo, advirtiéndome con la mirada pero podía ver sus mejillas ligeramente rosadas.
—Es la primera vez que te despojas de tu ropa de mendigo. Esto ocurre una vez cada mil años hyung. —el mayor quiso golpearme, pero me aleje a tiempo— ¿Lo compraras?
—No lo sé. —ahora fui yo quien quise golpearlo— ¿Por qué no escoges uno y te lo pruebas? Quiero verte. —iba a negarme, pero ante la mirada severa del mayor no replique y me dispuse a buscar un traje para mi.
Una empleada me ayudó, y mientras me preparaba nunca esperé encontrarme con él al momento de salir.
—Hyung, est... —desde el instante en que nuestras miradas se encontraron mi corazón comenzó a latir rápidamente pero era más por nervios, que otra cosa— ¿Qué haces aquí?
Él no respondía, más bien seguía mirándome fijamente de arriba —abajo hasta que sus ojos se posaron en los míos y sonrió tiernamente.
—Creo que te debo una explicación. —fue lo que dijo, de repente me sentí enfermo.
Miré alrededor y hyung no estaba.
No quería, me negaba a escucharlo, me negaba a verlo pero ahí estaba. ¿Esta enojado? ¿qué me dirá? ¿porqué se ve tan nervioso y yo tan asustado? No debería sentirme así.
Yeon Jun tomó mi mano y repentinamente todo pensamiento se esfumó haciendo que mi cuerpo se relajara por un simple contacto.
—Binnie, perdóname. De verdad, perdóname. Sé que he dicho esto muchas veces, y te he hecho daño con mis acciones. Pero me niego a dejarte porque te amo.
—Si me amarás me dirías lo que te pasa, Yeon Jun. He estado mucho tiempo sin saber qué he hecho mal, por qué repentinamente me estas alejando. Estoy cansado de pensarlo. —espete rudamente, y él negó.
De un momento a otro soltó mi mano y busco en el bolsillo de su chaqueta su celular. Fruncí mi ceño, ¿qué demonios hacia en un momento tan importante?
—Ella es Min Sol. —dijo, mostrando la foto de aquella niña pero casi ni la vi porque esperaba más explicaciones de su parte- Llevé a Min Sol a dar un paseo, a ella le cuesta comunicarse con los demás. Pero... ¡agh!
—¿Qué tiene que ver esa niña con nosotros? —estaba al borde de la ira si Yeon Jun no me daba respuestas.
Lo escuche suspirar frustrado.
—Responde —le exigí, pero él tomo de mi mano y me guió a la salida.
Ambos nos quedamos en silencio, desafiándonos con la mirada cuando desistí a subir al auto.
—¿Quién es Min Sol, Yeon Jun?
Poco a poco le conté por lo que había pasado Min Sol, el accidente de sus padres y su estado de salud. Soo Bin cambio completamente su expresión hasta terminar sollozando.
Tome su rostro entre mis manos haciendo que me mirara y limpie sus lágrimas.
—Lo siento. Yeon Jun lo siento. —sólo sonreí, y me puse de pie extendiéndole mi mano para que la tomará y salir de la cafetería en la que nos encontrábamos después de convencerlo en venir conmigo.
—No tiene caso que sigamos discutiendo por los malentendidos, Binnie. Es mi culpa, yo soy quien debe disculparse profundamente contigo.
Una vez salimos del lugar le puse el cinturón de seguridad besando sus labios. Ver sus mejillas teñirse de un color rojizo me gustaba. Era tan hermoso.
Puse el auto en marcha, y pensé en ir a casa, pero tome otra ruta que me dirigía al hospital donde esta internada Yume. Soo Bin me miro sorprendido, y yo lo único que hice fue bajarme del auto e incitar a mi novio para que me acompañara.
—¿Por qué....?
–Sólo quiero que la conozcas.
—No estoy presentable. —dijo avergonzado. Besé fugazmente sus labios, entrelazando nuestras manos- Junnie, no...
—A ella le va agradar conocerte. Sabe quién eres y lo que significas para mí.
Entramos al área recreación de pediatría. Y ahí estaba ella, jugando con la enfermera Park con unos cubos de colores. Me hice a un lado para que Soo Bin la viera, y espere nervioso por su reacción.
—¿Es ella? —Soo Bin se quedó en silencio mientras observaba sin expresión alguna a la menor.
—¿Quieres entrar? —y antes de que se negara abrí la puerta, llamando la atención de la enfermera quien sonrió y le anunció a yume de mi presencia.
Ella se acercó a mi, y la tome en mis brazos para luego voltear y ver a Soo Bin. Le sonreí indicándole acercarse, él lo hizo tímidamente viendo a la niña.
Min Sol se removió de mis brazos y una vez teniendo a Soo Bin cerca....
Le sonrió.
Y dentro de mi, sentí una enorme felicidad.
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Ahhh, ya estamos en los capitulos finales!!!
No puedo creerlo!!! 🤧🤧
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