CAPITULO 36
—¿A donde irás?
—Descuida, regresaré pronto.
Estaba comenzando a desesperarme, las salidas de Tae Hyun eran cada vez más frecuentes, pero no me atrevía a cuestionarlo. Había decidido esperar hasta que él me contará lo que sucede. Me eché al sofá, encendiendo la tele, me quedaría a esperarlo hasta que llegará. Sólo así podría dormir tranquilo.
Busqué algo que me entretenga, cambié millares de veces los canales y ninguno lograba distraerme. Tomé mi celular, las nueve de la noche, quise marcarle para saber si tardaría más tiempo. Pero cobardemente colgué en la primera timbrada.
—No conseguirás nada si lo presionas. Recuerda, confía en él. —me dije, mientras iba a nuestra habitación para tomar una ducha. Eso despejara todas mis preocupaciones y quizás me ayude a dormir un poco.
Aunque como dije, es muy poco probable. Tae Hyun debe estar a mi lado para poder tranquilizarme.
Dejé mi celular a un lado en cuanto Beom me informó que Tae Hyun había llegado. Mi amigo realmente la está pasando mal estos días, y he tratado de averiguar pero Tae Hyun no me da razón.
Un día le pregunte directamente si engañaba a Beom Gyu, por lo cual recibí un buen regaño. De verdad, le creí. Hyung no se atrevería a hacer algo así a estas alturas. Suspire, recostandome en la cama, Yeon Jun salía del baño después de una eternidad y se cambio frente a mí.
Pero lo que me provocó ver su cuerpo desnudo tuve que reprimirlo.
—¿Vas a salir?
—Le daré un paseo a Sky.
—Los acompaño. —me levante rápidamente para cambiarme de ropa, pero Yeon Jun me detuvo.
—Descansa. Has tenido unos días agotadores y debes irte temprano por la mañana.
—Pero —besó mis labios antes de salir de la habitación.
Escuché los ladridos emocionados de Sky, y poco después la puerta principal. Me quede pensando en... en realidad, no sé que está ocurriendo. Tengo una sensación en el pecho que no puedo descifrar. Las cosas entre nosotros están un poco extrañas desde hace varias semans, pero aun no logro encontrar la razón.
Conforme el pasar de los días mi trabajo me daba poco tiempo para pasarla con Yeon Jun. Y sorprendentemente a él parecía no importarle. Si llegaba a casa; cenamos, nos contamos el día, luego él sale con Sky y a mi me excluye de las salidas. Me quedo cuidando de los cachorros, quienes ya toman por sí solos la fórmula en un tazón, y después me voy a dormir.
¿Donde quedaron los mimos al llegar a casa?
¿Por qué sentía tan ausente a Yeon Jun?
¿Qué es lo que pasa por su cabeza que no puede resolver?
—Junnie —ronronee en su oído cariñosamente. Había llegado después de media hora. Él me sonrió, rodeando mi cintura, besó mis labios— Quiero hacerlo.
Sus ojos negros me miraron fijamente por unos segundos. Hice un mohín cuando él besó mi nariz y suspiró.
—¿Entonces cuando? Estoy diciéndote que quiero tener relaciones contigo, ya que te necesito. Te necesito haciéndome el amor después de días en que no hemos estado juntos, y tú te niegas. ¿Qué está pasando? —exigí saber, viendo como su rostro se contraía por mi seriedad— ¿acaso ya no me deseas o...?
—No tengo a nadie más, Soo Bin. No pienses tonterías. —su voz sonó con tanta firmeza que me molesto aún más porque no entendía ni una mierda de lo que le pasaba.
—¡Entonces explícame qué te pasa, Yeon Jun!
—Estoy cansado, Soo Bin. ¡He tenido un día muy pesado! A diferencia de ti, que te la pasas de arriba para abajo con ese idiota, yo estoy de lugar en lugar trabajando con modelos superficiales que de profesionales no tienen nada y me joden hasta lo mínimo de mi paciencia para llegar a casa, y estar contigo.
— ¡¿Estar conmigo?! —bufe exasperado— ¡Prácticamente me dejas sólo en casa por irte con Sky a quien sabe donde! ¿Me has preguntado si también quiero ir? ¡Claro que no! Todo lo que haces es besarme, sonreír como estúpido y largarte.
—¿Te das cuenta de lo que dices? Esto es absurdo. No creo que estemos discutiendo por una tontería así.
—Piensa lo que quieras, pero para mí no lo es. Siento que he hecho algo mal, y me pregunto qué es. Todo se está volviendo tan monótono, tú estas ausente, aunque digas que estas aquí conmigo, yo no lo siento así.
Finalmente no pude contener mis lágrimas y ellas salieron por sí solas. Yeon Jun se quedó en silencio, y me abrazo inmediatamente. Susurrando en mi oído que lo disculpara.
—No tenía idea de que te sintieras así. Lo siento mucho bebé. Es mi culpa.
—Está bien, creo que exagero las cosas. —le dije, separándome de él— Si tienes algún problema, por favor dilo, somos una pareja ¿no?
Él asintió, acunando mi rostro entre sus manos— Que te quede claro, no tengo a nadie, al que amo es a ti, sólo a ti, únicamente a Kim Soo Bin. Mi sexy y hermoso novio ¿de acuerdo?
Pese a todas las palabras bonitas que dijo en ese momento, yo no me sentía tan seguro de ello. Su actitud no había hecho más que ponerme en duda. Parezco un idiota pensando de esta manera, pero una parte de mi me decía que tuviera cuidado.
Me reuní con Beom Gyu una semana después en una cafetería cercana a mi trabajo. Mi amigo lucía de lo peor, e incluso el brillo en su mirada se había ido.
—Me engaña. Estoy seguro, he escuchado sus conversaciones y... ¿qué hice mal, Binnie?
—Deja de culparte por cosas que ni siquiera sabes si es verdad.
—¿Acaso no lo entiendes? ¡He escuchado sus conversaciones, Soo Bin! Tae Hyun le habla tan cariñosamente a quien sabe que clase de zorra.
El ver a Beomie de esa manera me hizo recordar el pasado, y me negaba a vivir de nuevo la misma situación. Está vez creía fervientemente en Tae Hyun, así que busque la manera de tranquilizar a Beom Gyu.
—Habla directamente con Tae Hyun. Haz esperado mucho por una explicación, la mereces y lo sabes. Así que limpiate esos asquerosos mocos y ve a hablar seriamente con él.
—¿Y si se rehúsa?
—No, Beom Gyu. ¡Tú sólo hazlo y enfrentalo como un hombre! —alce mi brazo en señal de "fighting" haciéndolo reír.
—Lo haré. —aclaró su voz y continuó— Ya somos adultos y cualquier problema debemos resolverlo con madurez.
—Exacto.
Disfrutamos de una tarde agradable bebiendo café y charlando de otros temas hasta que Beom Gyu me reveló su compromiso. No tardé en felicitarlo, y darle más razones para que dejará de imaginarse cosas que no son.
—¿Y ustedes no han pensado en casarse? Viven juntos, pero hacer oficial su relación y unirse sería lo siguiente ¿no?
Me sentí realmente incómodo y no fui capaz de responderle más que con un asentimiento.
—Parece que él o más bien tú no quieres dar ese gran paso, Binnie.
—¿Cómo lo....
—Soy tu hyung. Te conozco, Binnie. —me interrumpió. Parece tonto, pero es realmente astuto— ¿Han hablado sobre eso?
—No.
—Ya veo. —dio un sorbo a su café, y me miró con una expresión casi intimidante— ¿Sucede algo más, cierto? Puedes contarme todo, tengo tiempo.
Sí, es un oso astuto.
Finalmente, me rendi.
—No sé lo que pasa con él, Beomie— solté, viendo como Beom Gyu fruncia exageradamente el ceño— Yeon Jun está comportándose extraño últimamente.
–Quizas tiene problemas en el trabajo ¿le has preguntado?
—Sí, pero no es eso. —suspiró, no sabía como explicarlo— También me estoy imaginando cosas. —reí bajamente, sintiendo por dentro la necesidad de llorar— Pero eso sólo me causa daño, y yo en realidad no quisiera pensar en que él...
Sentí la mano de Beom Gyu en torno a la mía
Sabía que estaba contradiciendo las palabras que alguna vez juré creer. Si, dudaba de Yeon Jun, he alcanzado el punto en donde mi confianza hacia él comienza a decaer cada vez más y más.
Y esa tarde, no fue la excepción.
—Dijo que pasaría por mi. —mire la hora, ya eran cerca de las seis de la tarde y Yeon Jun no aparecía.
—Lo siento, Binnie. Mamá quiere que pase a casa por algo de comida. Debo irme. —Beom Gyu me miró sumamente arrepentido.
—No te preocupes por mi. Ve con cuidado.
Beom Gyu se marchó inmediatamente, dejándome sólo en aquel lugar. Cada segundo miraba hacia el ventanal para ver si el auto de Yeon Jun se estacionaba. Pasaron quince, veinte minutos y uno de los meseros me informó que pronto cerrarían.
Salí de ahí totalmente avergonzado.
Le marqué a Yeon Jun un par de veces, y me mandaba a buzón. A la cuarta llamada, escuché su voz.
—Llevo esperándote una hora Choi Yeon Jun.
—Lo siento, tengo algunos pendientes en la oficina.
—Dijiste que no trabajarías hoy... —lo oí suspirar, y cuando quiso acotar algo una tercera voz lo interrumpió.
Dejándome completamente desconcertado.
"Ya podemos entrar. Pero ¿Estás seguro de esto?"
—Amor —y sólo hasta ahí pude escuchar antes de cortar la llamada.
Permanecí de pie, en plena oscuridad de la noche, conteniendo mis ganas de gritar. Aunque muy dentro de mi, la rabia, quería hacerse presente y mandar lo nuestro al diablo.
Porque conocía esa voz.
La conocía perfectamente...
Tae Hyun.
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