Me quede paralizado por un momento, viendo a Yeon Jun bajando del auto con la cara de pocos amigos hacia la persona a mi lado. Por un instante mi respiración se detuvo, podía escuchar los ladridos de Sky dentro de casa, y la tensión era cada vez más notoria.

—Así que ustedes son pareja realmente. —dijo Ji Min, siendo el primero en hablar como si nada pasará.

Yeon Jun se acercó a nosotros sin reparar sobre lo dicho por Ji Min. Luego me miró, y juro que sentí mi corazón detenerse.

—Te he buscado toda la tarde. —se dirigió a mi, pero yo no lograba articular ni una palabra. Conocía esa mirada perfectamente, muchas veces la usó conmigo cuando estaba realmente enojado.

—Yo...

—Lo siento, pero Binnie y yo nos distraimos un rato. Él necesitaba despejarse un poco del trabajo, y por lo que sucedió ésta mañana.

Creí que Yeon Jun diría algo ante esa explicación, me estaba preparando para decirle unas cuantas cosas si llegase a reclamarme, pero no lo hizo. Ni siquiera volteó a verme cuando dijo que entraría primero a la casa.

—Vaya —murmuró Ji Min un tanto burlón.

—Esto es extraño. —frunci el ceño y negué. Éste no era Yeon Jun ¿qué ocurría con él?— Gracias por traerme, nos vemos mañana.

Le dije, despidiéndome de él amablemente. Sin embargo Ji Min me tomó del brazo tirandome hacia él. Me sonrió de una manera tierna que me puso algo incómodo, pues la distancia entre nosotros era corta.

—Ten una buena noche Binnie. Fue un gusto platicar contigo.

—Claro —respondí, siendo liberado. No estaba seguro, pero su voz y la manera en que me dijo aquello fue tan... ¿cómo explicarlo?

—Adiós Binnie. —correspondi a la sonrisa, y lo vi subirse al auto para después ponerlo en marcha.

Ji Min había sido una manera de distraerme luego del bochorno que Yeon Jun me hizo pasar por la mañana. El castaño esperó a que su sesión terminara y prácticamente me secuestro con la excusa perfecta para salir a divertirse.

Acepté dado a su posición de idol le es difícil salir a la calle y ser "él mismo". Aunque al principio me sintiera inseguro de esa escapada, no me negué, y fue así como el resto del día nos la pasamos recorriendo cada rincón de Hongdae.

Fue agradable, y el motivo de mi tristeza desapareció por completo.

Pero ahora, tenía una preocupación por la manera en que Yeon Jun había reaccionado al ver a Ji Min. No era normal. Estamos hablando de Choi Yeon Jun, el tipo que estaba celoso de mi mejor amigo, y de todo aquel que se me acercará a saludar.

¡Hasta de nuestro cachorro siente celos!

—¿Quieres cenar? —me preguntó en cuanto ingrese a la cocina. Él se había cambiado de ropa, y ahora cortaba unas verduras.

—Yo... estuve con Ji Min toda la tarde. —confesé, jugando tímidamente con mis manos.

—¿Por qué no contestabas mis llamadas? —inquirió, podía notar cierto tono molesto en su voz.

—Olvide mi celular en la oficina. Yeon Jun, lo siento. —bajé mi mirada, no debería ser yo quien estuviese pidiendo disculpas, pero sentía que debía hacerlo.

Cuando una de sus manos levantó mi barbilla para que lo mirara comprendí que no era el único que se sentía así.

—Yo lo siento. —murmuró, buscando contacto con mis labios. Juntó nuestras frentes, cerrando sus ojos y suspiró— Disculpa si te hice sentir mal, pero...

—Es tu trabajo. Lo sé, lo siento, sólo que estabas siendo severo con él. Ji Min la está pasando mal y... —sentí como se ponía rigido. Quise calmarlo buscando más contacto— No lo volveré hacer. Lo prometo.

Yeon Jun sonrió, dejando escapar un leve gruñido de sus labios. Los cuáles besé rápidamente. No soportaba tenerlo tan cerca sin poder sentir la calidez de su lengua con la mía. Sus manos bajaron a mi cintura donde lentamente me atrajeron hacia él. Yo rodee su cuello, profundizando aún más el contacto.

—Peleamos por tonterías ¿sabes? —me reí, dándole la razón— Pero vale la pena.

—¿Por qué lo dices?

—Porque la reconciliación es la mejor parte. —dijo, haciendo que mis piernas rodearan su cintura, y sus labios atraparon los míos una vez más— Tengo hambre.

—Yo igual, pero quiero esto de cenar —toqué su bien pronunciado bulto entre sus pantalones cortos— Así que vamos.

Por la cara que puso Yeon Jun puedo asegurar que estaba tan sorprendido como yo. No sé cómo rayos había tenido el valor decir eso, pero ya no importaba. Subí las escaleras esperando que él me siguiera, y así lo hizo.

Afortunadamente, los cachorros dormían y Sky cuidaba de ellos. Así que las próximas dos horas las teníamos libres, y estar entre sus brazos es lo que más deseaba esa noche. Pensé que lo haríamos, pero esa noche Yeon Jun me acurruco en sus brazos y besó mi cabellera.

—Quiero estar así contigo toda la noche. —dijo, mientras todo intentaba acomodarme por la falta de aire.

—Pero, pero yo...

—Sh... hoy fue un día muy agotador. —me resigne a todo, simplemente porque Yeon Jun comenzó a mimarme con tiernos besos que me hacían suspirar. Lo escuché quejarse cuando me separe de él, pero debía preguntar algo.

—¿Qué hiciste? —Yeon Jun alzó una ceja y luego sonrió, negándose a responder— Choi Yeon Jun...

—No hice nada. Sólo buscarte por todos lados, y resulta ser que mi novio estaba en un cita con otro. —quise reirme, pero de verdad lucía molesto pese a la manera graciosa en que lo dijo.

—No fue una cita. —repliqué haciéndome el ofendido. Me levante de la cama y fui por algo de ropa— Pero si eso piensas pues hazlo, me da igual.

—Soo Bin...

—¡¿Qué?! –le grite exaltado.

—Tienes mal puesta la camiseta. —me señaló sin poder aguantarse la risa. Estuve unos segundos parado ahí, fulminandolo con la mirada, hasta que se me ocurrió una idea.

Sonreí con malicia, quitando la prenda superior bajo su atenta mirada, y luego procedí con la siguiente. Yeon Jun dejó de reír, y humedeció sus labios mientras recorría mi cuerpo.

–Tomaré una ducha. —le informe, pero al entrar al baño, cerré rápidamente la puerta con seguro.

—¿Qué haces? —habló desde el otro lado intentando manipular la perilla— ¡Abre la puerta!

—Dijiste que no querías tener sexo.

—Nunca lo dije. ¡Abreme!

—Mmh, estas cansado ¿no? Ve a dormir, yo iré enseguida.

Abrí la llave, dejando que el agua fría saliera y me metí bajo el agua tarareando una melodía. Yeon Jun seguía golpeando la puerta, pero no tenía intenciones de abrirle. Me reí por un buen rato, hasta que salí y lo vi recostado nuevamente en la cama.

—Junnie... —lo llamé, susurrando en su oído. Sino me alejaba rápidamente hubiese recibido un golpe.

Ya estaba dormido, y me fue inevitable observarlo por un momento. Aquel ser tan perfecto del cual estaba enamorado se encontraba a mi lado. Tenía está costumbre desde que me mudé con él.

Un recuerdo vino a mi memoria de cuando mamá había mencionado la idea de casarnos, pero no queria apresurar las cosas. En ese tiempo Yeon Jun y yo comenzabamos a vivir juntos y acostumbrarnos fue un poco dificil.

Ahora... ¿sería una buena idea?

Solo sé que lo nuestro esta funcionando, que la confianza en nosotros aún no es un cien por ciento segura, pero tratamos de arreglarla, como hoy con lo de Ji Min.

Si Yeon Ju confía en mi, yo lo haré incondicionalmente con él.

Es lo que tenía en claro. Pero...

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