CAPITULO 33
Iba de aquí para allá cada minuto. La empresa estaba hecho un lío con tantas cosas por resolver. Fotos, staff, localización para el video musical para iniciar la pre-grabación.
—¿Y Ji Min? —preguntó el productor pero su manager se encogió de hombros. Observe su no tan disimulada herida en el labios inferior— Yoon Gi, usted es su representante ¿cómo puede no saber el paradero de su chico? ¿discutieron otra vez? —el director bufó— Es por eso que odio trabajar con niños mimados. ¡Todo lo complican!
—Encontraremos una solución, director. Por favor, deme media hora para traerlo de vuelta, ¿si? —la mirada que le dediqué a aquel viejo gordo barbudo pareció tener efecto, él dudo en responderme. Sin embargo al final asintió.- ¡gracias, gracias!
Volví a mirar al manager pero me decidí hablar con la estilista personal de Ji Min y ella me explicó amablemente lo que pasó. Había escuchado que ambos no tenían la mejor relación pero la razón no era muy clara.
—Ellos no se soportan. —dijo Chae Won— Su manager es muy grosero con él, si me preguntan de quien es la culpaba, definitivamente es del señor Yoon Gi, Ji Min sólo se defiende. Yo hubiese hecho lo mismo con tal de defenderme.
—Pero ¿por qué?
—No lo sé. Un día simplemente dejaron de llevarse bien.
No hubo mucha información, ni tiempo, así que me dedique a marcar a su teléfono constantemente. Después de tres pitidos me mandaba a buzón. Suspire, cuando pensé en ir con Chae Won nuevamente, mi celular sonó, pero era Yeon Jun.
—Estoy aquí.
—Iré a verte. —le dije, y colgué enseguida. Salí del cuarto de ensayos y fui directamente a recepción. Saludé a Mina, ayudante de Yeon Jun, y por supuesto a mi flamante novio.
Aunque verdaderamente me molestó que se vistiera tan...
—¡Soo Bin! —me gritó un poco alto— ¿Por qué me golpeas?
—Porque estás muy atractivo hoy. ¿Quieres que las miembros del staff te desnuden con la mirada o qué?
—Sabes que sólo tú puedes hacerlo. —dijo él, llevando sus manos a mi rostro. Pude ver como Wendy, la recepcionista, se nos quedó mirando con sorpresa. Sí, este hombre es mío, chica. No lo vuelvas a mirar.
—Di-Disculpe, sunbae. —había olvidado completamente a Mina. Ambos nos separamos lentamente dejando pendiente un beso apasionado para más tarde. Ella posó sus grandes ojos en mi novio y le extendió su celular— Chang Bin lo llama.
—Wendy, él será nuestro fotógrafo a cargo. —le dije a la chica quien tenía un ligero color carmesí en sus mejillas.
—¿Es su novio, señor Kim? —me preguntó en tono bajo y yo sonreí orgulloso. Ella me entregó los pases de entrada y sin decirle nada me voltee hacia ellos entregandoles sus identificaciones.
—Síganme. —y así los conduje al interior del edificio.
Yeon Jun no paraba de mirarme como si esperará la mínima oportunidad de arriconarme y devorar mi boca. Yo también lo deseaba pero estaba en el trabajo.
¡Me daría vergüenza!
—Es más grande de lo que imagine. —comentó fascinada Mina. Se detuvo en el póster del grupo de chicas que trabaja en nuestra empresa. Casi podía ver la envidia reflejada en su mirada.
Abrí la puerta de la oficina y vi a mi jefe levantar la mirada. Nos indicó pasar, y tomamos asiento. Yeon Jun cambió su semblante, ahora se veía como un hombre de negocios apunto de cerrar un jugoso contrato.
—Confiamos en usted, señor Choi. He escuchado muy buenas referencias, y si es así, consideraremos la oportunidad de contratarlo temporalmente en nuestra empresa.
Él no respondió. Hizo una reverencia y se despidió amablemente.
—Kim, acompañalo al estudio. —asentí yendo detrás de él.
Poco después me encontraba en el estudio hablándole sobre los miembros del staff, cúal concepto quieren para el álbum... blah, blah, blah.
—Solo que hay un problema. La sesión tendrá que se pospuesta para más tarde.
—¿Por qué? —inquirió Mina.
—Ji Min ha desaparecido. —les pedí un momento para revisar mi celular. Un mensaje.
¡Un mísero mensaje de JI Min!
Pero se me hizo extraño que me pidiera no decirle a nadie su paradero. En fin, me había quedado aturdido y Yeon Jun se percató de ello. Fingí que era mi jefe y quería que fuera a otro lugar hasta que todo este listo.
Algunos miembros del staff entraron y saludaron a Yeon Jun.
—Nos vemos después. —articule a lo lejos. Él asintió con una sonrisa dejando a la vista sus dientes.
Salí del lugar para tomar un taxi, tendría que encargarme de esto sólo. Tal vez reciba un aumento, o quizás... nada. Como sea, llegue al lugar acordado. Una tranquila cafetería en el centro de la ciudad, no había más de tres personas ahí.
Cuando entre mis ojos se posaron en aquel chico de piel pálida que se ocultaba bajo esas gafas y gorra negra al igual que su atuendo.
—¿Piensas pasar desapercibido vistiendo así? —él alzó la mirada y sonrió— Hey, tienes a la empresa de cabeza con tu desaparición. —dije sentándome frente a él, y sólo ahí me di cuenta de su mejilla roja casi morada, y labio inferior partido.
Negué con la cabeza.
—No creí que vinieras, Soo Bin.
—Pero aquí estoy, dispuesto a llevarte a la empresa. Usaré la fuerza si es necesario.
—No pareces muy fuerte. —dijo, ofendiendome a más no poder— Ok, siento haberlo dicho.
Y me reí con él.
Se quitó las gafas, fijando sus ojos claros en mí, pude haberme sentido nervioso sino estuviera tan acostumbrado a la profunda mirada de Yeon Jun.
—¿Qué sucedió? —le pregunte sin rodeos. Él tomó un poco de té y desvío la mirada alrededor de la cafetería.
—Es tranquilo, ¿cierto? Quería tener una cita aquí contigo y lo he conseguido —respondió sin una pizca de nerviosismo. Mis alarmas se encendieron ¿qué? ¿qué ha dicho?— Jajaja no me mires así. No ha pasado nada, solo quería estar lejos de las actividades aunque sea un momento. —confesó, en un segundo su semblante cambio.
—Escuché que discutiste con Yoon Gi. ¿Fue grave?
—No.
Su voz sonó neutral y más profunda de lo normal. Algo efectivamente no andaba bien.
—Hubo golpes, Ji Min. Puedo verlos, no eres muy bueno con el maquillaje. —sonrió avergonzado. Pero no dijo nada.
Decidí darle un poco de tiempo para relajarse, pues no quería agobiarlo, se notaba la aflicción en su mirada.
—Somos pareja. —confesó, luego de dejar su taza a un lado y fijarse en mi mirada. Esperando, quizás, una reacción de mi parte— Hemos discutido por alguien más.
—Si te cuesta decírmelo, no lo hagas, eh.
—Debo hacerlo, no quiero guardarlo por dentro. —asentí— Él desde hace un tiempo ha estado engañandome, no lo acepta, pero tampoco lo niega. Está mañana cuando lo escuché hablando con esa chica tan solo dijo que no era de incumbencia y empezamos a discutir.
—¡Es una chica! —él asintió.
—No puedo revelar nombre porque ya te has de imaginar el motivo. —una celebridad, estoy seguro— Bueno, el punto es que ya no puedo soportarlo más. Lo nuestro... —mi corazón se oprimio con fuerza al verlo de esa manera. ¡Dios!— lo nuestro se acabo, Soo Bin.
Finalmente sus lágrimas descendieron, mi cuerpo reaccionó inmediatamente para ir a su lado y poder abrazarlo. Ji Min lloró en mis brazos, estuvo así por un tiempo. Lo esperé hasta que regreso del baño y me indicó que lo mejor sería regresar.
—Debo enfrentarlo, no quiero verme como un cobarde. — le sonreí aunque no dejaba de preocuparme.
—Está bien, pero Ji Min... —detuve su andar— Gracias por confiar en mí. También quiero decirte que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿sí?
En sus ojos vi un extraño brillo que fue opacado por una gran sonrisa. Lo vi asentir y abrió la portezuela del copiloto para que yo entrará. Entre un silencio poco incómodo regresamos a la empresa, cuando llegamos, antes de que saliera del auto él dijo:
—Gracias a ti por escucharme. —no me esperaba un abrazo de su parte. Mi cuerpo se puso tenso conforme sus labios rozaban mi mejilla derecha. Ji Min se alejó con una sonrisa, y yo tuve que salir rápidamente del auto.
—Soo Bin. —casi me da un ataque cuando escuché la voz de Yeon Jun. Giré en su dirección sintiendo escalofríos por esa mirada.
Nos vio.
Y realmente estaba furioso.
—Binnie —dijo Ji Min posicionándose a mi lado.
No, por favor, no una escena de drama.
Yeon Jun miraba a Ji Min con todo el odio del mundo. Yo miraba a Yeon Jun pese a que él me ignoraba completamente. Y Ji Min, parecía divertido por la situación.
—Junnie, él es Park Ji Min. Ji Min, él es Choi Yeon Jun, él estará a cargo de las fotos promocionales del álbum.
—Mucho gusto, señor Choi. —le extendió la mano, que Yeon Jun acepto a regañadientes— Bueno, iré a prepararme. ¿Vienes, Binnie?
¡No me llames así!
—Iré en un momento. —dije, lo vi entrar al edificio, y yo me quede ahí, a solas con Yeon Jun. Decidí no dejarme intimidar con su mirada, y lo mire severamente— ¿Qué?
—Nada. —se dio media vuelta para irse.
—Oye, ven aquí. —le ordene— Junnie, ¡Yeon Jun! —no se detenía, y mi paciencia se estaba agotando. ¡Tanto estrés por la empresa y ahora esto!— Choi Yeon Jun, detente ahora mismo. —grité, siendo consciente de que estábamos en mi lugar de trabajo.
Para mi suerte, lo hizo. Lo tomé de la muñeca y a rastras lo llevé a los servicios. Apenas cerré la puerta me lancé a sus brazos, siendo recibido abiertamente. Comencé a devorar sus labios con ansias, él no tardó en tomarme de las piernas, apegandome a la pared para simular fuertes embestidas.
Gemí en sus labios.
—No mal-malinterpretes ¿si? Te amo a ti, sólo a ti, Junnie. —le dije al separarse de mis labios para recorrer mi cuello mordiendo esa parte sin compasión. Y no me molestó, me gusta que sea domimante en este aspecto.
—Está noche no te vas a escapar.
—¿Cuándo lo he hecho? —le sonreí— Amo cuando te pones así.
Besé sus labios por última vez, arreglandome la ropa. Sentí como me palmeo el trasero haciéndome gritar. Lo mire de mala gana, y salí primero para disimular un poco.
Mi corazón estaba acelerado, mis mejillas probablemente rojas, pese a todo me sentía bien. Teniendo a Yeon Jun aquí podíamos pasar más tiempo juntos.
—¿Todos listos? —recibí una respuesta afirmativa de todos y comencé— Bien, Ji Min trata de verte pensativo; como si estuvieras pensando en alguien con cierta nostalgia. Quiero que su mirada transmita eso.
—Yeon Jun ¿no puedes ser más amable? —murmuró Soo Bin a mi oído. Lo ignore, seguía algo enojado por lo de hace un momento, y además estaba trabajando, una vez que tomaba mi cámara no me gustaba que nada, ni nadie me interrumpiera— Oye...
El obturador sonó varias veces, miraba y negaba a la vez, no me convencía.
—Necesito que te concentres. —le dije de la mejor forma posible, o bueno, lo intenté.
—¡Pss, Yeon! —es todo, me harte.
—Puede por favor salir del estudio. ¡No logro concentrarme si sigues molestando, Soo Bin!
¡Mierda! Escuché como su tablero caía, al igual que su mandíbula —literalmente—. Le había gritado, delante de todos los empleados, de ese idiota, en su trabajo. Cuando quise retractarme, Soo Bin ya había salido con sus ojos brillantes y labios temblando.
Odiaba que le gritara, pero...
—No debiste tratarlo así. —dijo Mina. Suspire exasperado, volteando para seguir con las fotos. Sin embargo, el modelo se dirigía a la salida... ¿a la salida?
Ignoró los gritos de su mánager. Creo todos en ese momento estaban creando alguna novela por tremendo escena que montó ese chico. Esto no me gusta, desde el primer momento en que lo vi me cayó mal.
Llamenlo celos, de acuerdo, tengo dereho a ponerme así. Lo que sentía era una mezcla indescriptible. La había regado, si, pero una inquietante molestia se formó en mi interior.
Ese chico me traerá problemas con Soo Bin.
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