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CAPITULO 31

—No, Yeon. Necesito ir a la universidad, ya, déjame. —quise escapar de sus brazos, pero era tan obstinado y no pretendía dejarme ir— ¡Choi Yeon Jun!

Alcancé a darle un golpe en su entrepierna, sin querer, y sólo así me soltó. Gritó fuertemente mientras se retorcia entre las sábanas. Me levante rápidamente, arreglando mi ropa y mi cabello.

—Odio que hagas eso. —dijo con voz casi inaudible. Tuve que voltearme para no reirme en su cara. Me mire al espejo, y vi mi rostro un poco diferente.

Habían ojeras.

¡Parecía un panda!

La razón era simple, aparte de mis tareas de la universidad, mi nuevo trabajo como interno en una compañía de entretenimiento, y los cachorros que también eran mi prioridad. No he tenido un tiempo de descanso. Apenas cumplieron una semana de nacidos, y durante este tiempo tanto Yeon Jun como yo nos turnamos para darles de comer.

Todavía son pequeños y comen cada dos horas.

Por la mañana les doy el desayuno, después de dos horas Yeon Jun se encarga. Luego Kai, aunque este le pide a mamá que lo haga cuando debe irse a su trabajo en la cafetería. Las cosas en la cafetería no habían cambiado del todo, a excepción de que Beom Gyu y yo ya no trabajamos ahí.

Jessi ahora dirige la cafetería cuando el jefe no está. Y en ciertas ocasiones toma el escenario para hacer una presentación, mi hermano y otro chico atienden las mesas y el nuevo Chef parece ser alguien agradable.

A veces los visito, cuando tengo tiempo. Cursaba mi tercer año de universidad y ahora las responsabilidades eran mayores. Tal vez por eso Yeon Jun siempre trata de que le preste atención, y no es que no quiera, sólo que se me hace difícil mantenerme despierto cuando llego a casa.

Aunque últimamente ya no lo veo tan exigente como antes.

—Recuerda darle de comer, y colocarle las mantas. Sky tienes mi permiso para morderlo si lo olvida. —el perro ladro como respuesta, gruñendole a Yeon Jun. Éste lo miró entrecerrando los ojos.

—No lo olvidaré. ¿Hoy vendrás a cenar?

—No lo sé, un solista hará su comeback pronto y todos estamos atareados con los preparativos. Te avisaré. -le dije, besando sus labios antes de coger mis cosas he irme.

—Ve con cuidado. —se limitó a decir, y yo que me estaba preparando para su escena de "no te vayas" o que me reteniera a besos. Pero no lo hizo.

Me aleje un poco extrañado, subí al auto, que había comprado no hace mucho. Y cuando estuve por ponerlo en marcha lo mire nuevamente. Él sonrió, agitando su mano en señal de despedida.

Después de darle vueltas al asunto sobre el comportamiento de Yeon Jun me di cuenta de que había llegado. Aparque el auto y entre a la empresa. Observé el enorme cartel de NFC, y al lado, los banners anunciando el comeback de Park Ji Min.

Mi celular empezó a sonar y respondí rápidamente a mi jefe.

—Hyung, voy enseguida. —colgué. Esperando el ascensor. Cuando entre y presione el botón para que las puertas se cierren; Una mano lo detuvo. Y por quien obtengo el doble de trabajo, ingresó al interior. Me límite a sonreír y saludarlo.

Él asintió, esbozando una simpática sonrisa. Por no decir, hermosa. Sí, esa es la palabra.

Ji Min iba al tercer piso, supuse que al estudio. Y yo...

—Soo Bin, ¿cierto? —me sorprendí cuando dijo mi nombre. Volvió a sonreír de esa manera-. Lo dice en tu etiqueta —desvíe mi mirada avergonzado. Surgió el silencio— ¿No hace mucho estas aqui? —preguntó, terminando con ese agobiante silencio. Asentí.

—Llevo apenas dos meses.

—Ya veo. Es por eso entonces. —él me miró volviendo a sonreír y esta vez de manera que mostraba su perfecta dentadura— Yo no olvidaría un rostro tan hermoso.

¿Qué acaba de decir?

¡¿Estaba co-coqueteando conmigo?!

—¿Ah?

—Hemos llegado a tu piso. —me interrumpió, sacándome del pequeño trance. Las puertas se abrieron y unas novatas tuvieron que contener un grito de emoción al verlo.

Sacudi mi cabeza y salí del ascensor, tal vez lo intérprete mal. Pero cuando voltee y vi sus ojos claros enfocados en mi, aún sonriendo, me dio un leve escalofrío en la espalda.

Mis mejillas involuntariamente se pusieron calientes.

Tuve una reunión apenas llegue a la oficina administrativa. Mi jefe discutía algunos puntos con productor que está a cargo del comeback de la banda. Yo prestaba atención, o eso intentaba, pues la mirada y sonrisa de aquel chico no salía de mi mente.

Había pasado tanto tiempo desde quede alguien intentó coquetear conmigo y realmente me sentía un estúpido por pensar de esa manera. Agh, regresa a tus sentidos Soo Bin.

—¡Esto no está bien! —sin darme cuenta, pensé en voz alta, y ahora mis superiores me veían con un claro disgusto en sus rostros— Lo siento.

—Kim, ya que tambien forma parte de esto. ¿Podrías ayudarnos?

No tenía ni la mínima idea de lo que me estaba hablando, y mi expresión debió reflejarlo, ya que una compañera se acercó y me susurró al oído que, el fotógrafo había terminado su alianza con la agencia y necesitaban uno tan bueno como él urgentemente.

—Ah, ¿necesitan un fotógrafo? —mi jefe asintió.

—Nuestro horario ya está establecido y reservar otro fotógrafo con tantos comebacks este mes nos será imposible. Los mejores han sido apartados con anticipación.

No creía que fuera buena idea, pero... lo intentaría.

—Conozco a un fotógrafo muy bueno.

Ahora todas las miradas esperanzadas se posaron en mí. Me sentí intimidado.

—¿De quien se trata? —quiso saber el mánager del cantante.

Aclaré la garganta y tome un poco de aire antes de responder.

—Su nombre es Choi Yeon Jun. —y por la mirada que me dedicaron mis superiores presentía que no iban a estar de acuerdo.

—¿Crees que puedas arreglar una cita con él lo más pronto posible?  —alce la mirada y asentí enérgicamente— Bueno, avísanos, y si es tan bueno como dices, lo contrataremos.

—Puedo asegurarselo. —afirme y salí muy cotento de dicha reunión.

Al llegar a casa y ver las luces encendidas, sonreí. Tenía que hacer algo para que Yeon Jun aceptará, pero no sabía por donde empezar. Así que, entre siendo recibido por Sky, le acaricie la cabeza y busque con la mirada a mi pareja.

Nada.

Subí con cautela las escaleras, supuse que estaba en la habitación, y cuando abrí la puerta lo vi sentado en el borde de la cama con una pequeña caja en sus manos. No alcance a ver lo que era, dado  que dubu entró como loco para ir con él.

Yeon Jun alzó la mirada y pude sentir el nerviosismo en él. Guardó aquel objeto en su mochila y luego se acercó a mi rodeandome con sus brazos. Me besó.

—Dijiste que me avisarías.

—Quise darte una sorpresa. —dije, desviando la mirada a donde había guardado ese objeto.

—Pues, date una ducha y ponte cómodo mientras preparó la cena.

Volvió a besarme de manera que me dejó sin aliento, y luego de soltarme me dio una nalgada. Sonriendo con picardia. Lo mire de mala manera, pero no pude evitar sonreír avergonzado por eso. Dejé mis cosas a un lado, sintiendo curiosidad por saber lo que esconde.

Mis manos me picaban, y estuve apunto de hacerlo. Pero no, no era capaz. Confiaba en él y eso era lo importante. Busqué mi pijama y fui a la ducha para pensar en como lo convencerlo. Todo eso me llevo media hora.

Cuando finalmente salí, el delicioso olor de la comida me hizo suspirar. Baje a toda prisa, y lo vi ahí, depositando con cuidado la sopa de mariscos en un plato y algunos platillos de compañía alrededor.

—¡Se ve delicioso! —exclame emocionado, y le di un gran sorbo a la sopa.

—¿Qué tal está?

Alce mi pulgar en señal de aprobación, no podía hablar tenía la boca llena de comida. Yeon Jun también procedió a comer, mirándome cada cierto tiempo, y sonriendo. Sí, esa sonrisa es la única que debe estar en mis pensamientos.

Hablamos de cosas irrelevantes. También de los cachorros y de como Sky los protege como un gran padre. Hasta que tomé el valor suficiente para decirle, él se quedó callado, fue un silencio demasiado desesperante.

—No lo sé, Binnie. ¿En verdad quieres que me haga cargo?

—¡Por supuesto! Eres el mejor fotógrafo, Yeon. Estoy seguro de que harás un excelente trabajo. —dije determinado. Aunque él realmente estaba siendo serio.

—No quisiera hacerte quedar mal. —confesó, un poco preocupado. Y a mi casi me da algo sintiendo tanta ternura.

Me levante, tomando su mano y nos dirigimos a la sala. Lo eché sobre el sofá y me senté en sus piernas. Rodee su cuello, y sin dejar de mirarlo le dije:

—Todo lo que haces es perfecto, y si ellos no lo ven, pues que les den. Mi novio es uno de los mejores fotógrafos que puede lograr que mi mejor amigo se vea decente hasta en una simple foto.

Ambos nos reímos por un momento, sin dejar de mirarnos. Su agarre en mi cintura se hizo más fuerte, apegandome a su fornido cuerpo. De pronto las palabras sobraron y sólo nos besamos.

Sentí su calor envolviendome agradablemente mientras las caricias no paraban de acelerar mi corazón.

—Aún sigo en duda. —dijo, separándose un poco de mi— ¿Qué te parece si tratas de convencerme de otra manera? —murmuró cerca de mi oído, Y mordiendo mi cuello tan delicadamente que me hacia desesperar.

—¿Ah, sí? Entonces me tocará complacerte en lo que quieras, amor. —le respondí, enredando mis dedos en su sedoso cabello. Mientras me dejaba recostar sobre el sofá.

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Actualización!! (4/5)

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