"Meses después"

Ahora me doy cuenta de como ha pasado el tiempo.

Sin pensarlo han sido ya tres años desde que Soo Bin entró a mi vida.  Recuerdo cuando nos conocimos, aquella noche de tormenta. Vi su rostro, tan pacífico, sus labios tornando un color casi morado, pero aún así intentaba brindarle su calor aquel cachorro.

Uno muy importante para nosotros.

¿Qué habría sido de nosotros si Sky jamás hubiera aparecido?

Probablemente, nunca me hubiese atrevido a conocer aquel bello ser que vivía frente a mí. Tan sólo seguiría con mi libertinaje, o quizás viajando por otros países a causa de mi trabajo.

Sin embargo, estoy aquí, admirando atentamente a la persona que amo más que a nadie en este mundo. Mientras nos cubren las cálidas sábanas blancas que contrastan el color de su piel, y su ahora cabello azul.

Su pecho sube y baja lentamente. Debe estar agotado, pues, no lo había dejado descansar después de dos rondas en toda la noche. Le había hecho el amor como nunca. De sólo recordarlo, una enorme sonrisa se plantó en mis labios.

Acerqué mi mano a su rostro, acariciando sus mejillas. Había perdido un poco de peso, pero aún lucía mucho más lindo que cuando lo conocí. Y sexy. Aunque él no lo creía, pero se lo recalcaba todos los días, a cada minuto, si era posible.

Él ahora vive conmigo. Después de mucho debatirlo se fue acostumbrando a la idea de vivir al lado de alguien más que no sea su madre o hermano. Nunca lo separaría de ellos, también son mi familia después de todo.

Está casa ya no sólo era paredes blancas y uno que otra pintura o fotografías. Pronto fueron adornadas con fotografías de nosotros, de Sky y de nuestro peculiar circulo de amigos. Que por cierto, ellos también han pasado por muchos cambios.

—¿Qué estas mirando? —lo escuché decir, mientras abría uno de sus ojos y lo volvía a cerrar.

—A la persona más hermosa de este mundo. —le respondí, viendo como hacía una mueca un tanto extraña, para luego bufar y voltear su cuerpo a mi.

Sus ojos marrones me miraron fijamente, tratando de descifrar mi repentino "buen humor", pero no lo consiguió.

—Esa sonrisa —mordió su labio inferior— ¿por qué sonríes como tonto, Junnie? Te hace feliz el hecho de casi me partes en dos mientras lo hacíamos.

Solté una gran carcajada al escuchar eso. Binnie se había vuelto un poco suelto en este tiempo, bien dicen que nunca terminas de conocer bien a tu pareja hasta que vives con él. Pero aún así lo amaba, y eso no lo cambiaría nadie.

—También te amo. —le dije, cuando se levantó dejando a la vista su perfecto trasero. Ya no tenía vergüenza de mostrar su cuerpo estando yo presente, y aquello me gustaba.

Se metió al baño para tomar una ducha, mientras yo, miraba al techo. Mis días se habían vuelto los más alegres y maravillosos de toda mi vida con él. Como toda pareja teníamos nuestras discusiones, y a veces la actitud infantil de Soo Bin no ayudaba mucho, pero sabíamos resolverlos.

Sino, Tae Hyun se entrometía entre nosotros y defendía a puño y dientes a Soo Bin.

Pero tenía el apoyo de Beom Gyu, así que era todo un lío. Divertido, en ocasiones. Otras veces hasta ellos terminan discutiendo.

Aún así, no son capaces de separarse de nuevo.

Ya no.

De pronto unos desesperantes golpes en la puerta, y los ladridos de Sky me hicieron sobresaltar. Fruncí el ceño, mientras me levantaba. Sentí un frío aire recorrer mi parte baja, y entonces me fije que no tenía nada de ropa.

Fui hasta el armario y tomé lo primero que encontré. Bajé las escaleras gruñendo en el camino, vi a Sky inquieto, dando saltos al verme. Su cola se movía fuertemente y esperaba a que abriera la puerta.

Cuando lo hice lo primero que vi fue una canasta volando hacia mi. Lo atrape lo más rápido que pude, desconcertado, vi la canasta y después a la persona furiosa. La señora Park. Tragué saliva inmediatamente, jamás la había visto así.

—¡Tomé la responsabilidad! ¡Yo no me haré cargo de todos ellos! —la mire aún más confundido, y ella suspiró exasperada apuntando lo que tenía en mis manos.

Sentí un horrible escalofrío cuando escuché pequeños gemidos en el. Lo cubría una manta, así que lentamente y bajo la atenta mirada de mi vecina la abrí.

Mataré a Sky.

—Este...

—Son sus hijos. —ni siquiera me dejó terminar lo que iba decir, cuando de pronto se acercó unos pasos a mi y dubu le gruño— Voy a mudarme a un departamento y no puedo llevarlos conmigo. ¡Ese perro debe hacerse responsable de sus crías! Mi pobre bebé? Como pudo haberse metido con semejante bestia. ¡Agh!

Sky volvió a gruñirle, asustandola un poco.

Ella frunció el ceño cuando me vio abrir la boca para defender a mi perro. Pero nuevamente fui callado sólo que está vez, por una madre enojada dispuesta a defender a su bebé.

—Oiga señora. ¿Con qué derecho se atreve a llamar así a mi perro? ¿Cree que porque su mascota es de raza puede insultar al mío de esa manera? ¡Tenga respeto! Aquí tiene alguien quien lo defienda y se haga responsable de él.

—Pues me alegra que usted  haya dicho eso. —replicó, su rostro se tornó en un rojo vivo por la furia. Ella volvió a apuntar la canasta— Hágase responsable de esos cachorros ya que intercede por ese... —y lo dejó ahí.

Cuando Soo Bin observó a los cachorros y soltó un gritito de emoción.

—¡Pero que hermosos! ¿son hijos de Sky? —yo asentí— Por eso andabas muy inquieto estos días. —le dijo a nuestro perro, sonriendo tan ampliamente que a la señora Park le molestó.

—Le he dicho al joven que no puedo hacerme cargo de ellos. Estoy a sólo horas de mudarme y al lugar donde voy no podré criar a tantos cachorros.

—¿Cuando nacieron? —la voz de Soo Bin parecía entrecortarse.

—Tienen unos de días. No podía dejarlos en una perrera, por eso vine aquí, para que ese perro se haga cargo de sus hijos.

Tras unos segundos en silencio. La voz de Soo Bin rompió la tensión y lo que dijo a continuación no me gustó para nada.

—Nosotros nos haremos cargo.

—¿Qué? —reaccione enseguida. Soo Bin no se inmuto y le regalo una sonrisa a la señora Park.

—Muchas gracias por traerlos, y no haberlos llevado a ese lugar. —él le dio un rápido abrazo— Es una mujer muy encantadora y linda. —concluyó, haciendo que ella se sonrojara.

—Eh... —aclaró la garganta, dejando asomar un pequeña sonrisa —Bueno, hice lo que me pareció correcto. Como sea, tengo que irme, la mudanza no tardará en llegar.

—¡Buena suerte, señora Park! ¡Espero volver a vernos!

Y fue así como Soo Bin más que emocionado se despidió de nuestra vecina, y yo... ¡Esto no puede estar pasándome!

—¿Estás contento? —le gruñí a Sky, y este se puso de dos patitas para que lo dejará ver a sus crías. Suspire dejando en el piso la canasta y esas pequeñas ratas seguían gimiendo mientras su padre los lamia.

—¿No se ven lindos? —dijo Binnie una vez a mi lado. Su sonrisa se hacia tan grande, conforme veía aquella "conmovedora" escena de padre e hijos. Volví a suspirar.

—Binnie noso...

—Silencio. —me interrumpió. ¿Ya se le había hecho costumbre o qué?— Sé lo que vas a decir, y no Yeon Jun. Es mi deber hacerme cargo de los hijos de Sky con o sin tu ayuda. —abrí mi boca para decir algo pero... — Lo hice cuando lo encontré y tú no lo querías.

—Pero dejam...

—Y haré lo mismo por sus hijos. Al menos hasta conseguir un buen hogar para ellos.

Dicho esto quiso alejarse de mí. Rodé mis ojos y tomé su brazo para voltearlo, quedando tan cerca de su rostro que no dude en rozar sus labios con los míos y decirle:

—Tonto.

Finalmente lo besé, siendo correspondido inmediatamente.

—Sólo quería decirte que debemos ir por fórmula y otras cosas para los cachorros. —le sonreí, y él con sus mejillas rojizas golpeó mi pecho— ¿Creíste que no los aceptaría?

—Bueno, eso hiciste con Sky.

'Lo sé, pero no quería hacerlo realmente. Sólo utilice eso como una manera de acercarme a ti. —me encogí de hombros, observando sus ojos bien abiertos.

—Y lo lograste. —susurró, terminando con la escasa distancia entre nosotros.

Sí, momentos así son los que más disfrutaba. Ver su sonrisa, transmitir mi amor a través de caricias, palabras sinceras. Por eso estaba más que seguro de la decisión que había tomado.

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Actualización!! (3/5)