Mi cabeza daba vueltas, podía ver la luz que entraba en la ventana lastimando mis ojos. Los cerré con fuerza, sentía mi garganta seca y en mis oídos escuchaba un agudo chillido. ¡Agh! Era molesto.

—Por fin despiertas —esa voz resonó en mi cabeza. Con dificultad dirigí mi mirada hacia la persona que me habló, y como desde hace unas semanas la mirada de Choi era desagradable—. Levántate, y ve a darte una ducha. Soo Bin llegará pronto.

Dejó una taza de café en la mesita de la sala, y desapareció en la cocina con dubu. Me tomé un momento tratando de recordar lo sucedido la noche anterior. Lo mismo de siempre. Bebí hasta perder el conocimiento.

La primera vez, desperté en la cama de una prostituta.

La segunda fui asaltado cuando regresaba a casa.

La tercera, fui hasta la casa de Beom Gyu pero nunca lo llame, ni toque su puerta, sólo me mantuve de pie observando el balcón de su habitación. Lloré, lo admito, el dolor ha sido insoportable desde que terminamos.

—No puedes seguir así, Tae Hyun. Sólo estas lastimándote.

Reí.

Lo único que me apetecía era recuperarme un poco, y marcharme del lugar. Yeon Jun me ha tenido paciencia, desde aquella ocasión en que marqué su número por error.

Perdí la conciencia, y uno de los empleados habló con él.

Hicieron lo mismo las demás veces.

—No se a que te refieres —dije sin ganas. Las punzada cabeza estaban matándome.

—Tae Hyun, acéptalo. Estas así por Beom Gyu, lo extrañas, quieres estar con él... —golpee la superficie de la mesa, me molestaba escuchar su nombre, ¡¿Acaso no entiende que duele?!

—Basta. No es por él, ni nada relacionado a él ¡así que deja de mencionarlo!

Yeon Jun se quedó en silencio, observándome. Mis ojos se comenzaron a nublar, desvíe la mirada para evitar que las lágrimas cayeran. Estúpido corazón, no es el momento.

No quiero llorar frente a éste idiota.

—Es mejor que me vaya. Te devolveré la ropa en otro momento, y disculpa las molestias-dejé intacto el desayuno que había preparado para mí.

Me sentía un completo tonto que no podía controlar sus ganas de llorar. Pero simplemente me costaba admitirlo. Abrí la puerta, en el momento en que los ojos color avellana de Soo Bin se cruzaron con los míos.

Frunció el ceño al verme, ya me había acostumbrado a esa expresión.

Soo Bin estaba enojado conmigo por todo lo que pasó con Beom Gyu.

¿Es mi mejor amigo? Parece que no.

Tragué saliva pesadamente, desviando mi mirada, y siguiendo mi camino sin ni siquiera saludarlo. Él tampoco dijo nada, así de complicada es ahora nuestra relación.

—¿Qué sucede, Binnie? —reaccione al sentir la mano de Yeon Jun acariciando mi mejilla, sonreí un poco dejándome llevar por esa agradable sensación.

—Sólo pensaba —contesté. Sky acaparó nuestra atención cuando ladro—. Parece que le gusta.

Ambos reímos viendo a nuestro cachorro emocionarse cuando la perrita se acercó a él. Extrañamente me sentí como un padre cuando conoce a la novia de su hijo.

Agh, me dio escalofríos.

—¡Yeon Jun! —en realidad, Yeon Jun besó mi cuello estremeciéndome. No podía controlarlo cuando se ponía en ese plan.

Pervertido.

—Me gusta tu aroma —susurró en mi oído con tanta sensualidad que mi interior se revolvió—. Es tan dulce que no me puedo resistir.

Dejé que sus labios besaran esa zona sensible, sentí su lengua recorriendo mi cuello, y sus dientes incrustarse en mi piel. Gemi. Fue tan vergonzoso que terminé empujandolo con fuerza hasta que cayó al piso.

—¡No vuelvas a hacer eso! —grité, tratando de ocultar el intenso sonrojo de mi rostro.

Lo vi sonreír, levantándose para tomarme de la cintura y apegarme a su cuerpo. Sus dientes se mostrarin dándole una tierna apariencia, con cuidado me tomó de la barbilla y se acercó a mis labios.

Me besó suavemente, nuestros labios tenían una perfecta sincronía, olvidaba todo a mi alrededor. Deseaba más, mis ganas de estar con él estaban incrementando. Debía parar,

—Yeon —me aleje de él con la respiración agitada y un leve ardor en mis labios.

Sus ojos eran más oscuros de lo normal, sabía que en cualquier momento nos descontrolaríamos y... bueno, ya saben que pasará.

—Más tarde ¿si? —le dije con súplica—. Quiero disfrutar este día, haz estado ocupado y no hemos tenido tiempo para nosotros.

—De acuerdo —dijo en un suspiro. Me soltó para tomar y mi mano, iba a coger la correa de Sky pero...

—Espera... ¿Sk-Sky? —la correa se sentía ligera. Bajé mi mirada, y la desesperación me invadió— ¡Sky!

—¿Pero qué... en qué momento se escapó? —Yeon Jun y yo buscamos a los alrededores pero no había rastro de él.

—Hace un momento estaba aquí ¡SKY! —aún si lo llamaba no teníamos respuesta.

Fueron los peores treinta minutos de mi vida, mi corazón latía aceleradamente mientras veía a Sky correr hacia mí. Lo tomé entre mis brazos para abrazarlo fuerte. Dejé salir un par de lágrimas cuando sentí los brazos de Yeon Jun.

—Estaba con un niño cerca de aquí. El pequeño dijo que lo siguió y sólo estaba jugando con él.

—No vuelvas a hacer eso —hice contacto visual con Sky, estaba muy asustado—. Creí que te había perdido.

El regreso a casa fue molesto, Yeon Jun no dejaba de burlarse de mi rostro. Dijo que me veía feo cuando lloraba, sé que era una broma pero me molestó mucho que al llegar bajé inmediatamente y me dirigí a casa con Sky.

—¡Binnie, era una broma! —gritó desde afuera.

Estaba recargado sobre la puerta observando a Sky que se sentó frente a mi.

—Amor, no fue en serio. —volvió a gritar, pero está vez tocó un par de veces la puerta.

En ese momento vi salir a mi hermano menor con ropa de fiesta. Pretendía hacerme a un lado a la fuerza, sin dirigirme la palabra y salir. Su actitud se volvió así debido a hyung. El menor estaba enojado conmigo por como trato a Tae Hyun hyung.

—Muévete.

—¿Adónde vas?

—¿Es importante? —bufó— Se me hace tarde, hazte a un lado.

—No, no lo haré. Dime a dónde demonios vas y podré pensarlo.

Huening Kai frunció los labios, hizo a un lado sus mechones rubios, y volvió a mirarme de manera fría. La adolescencia le está afectando, aún no entiendo porqué decidió pintarse el cabello de ese color. Mamá casi se desmaya cuando lo vio.

—Hyung, estoy siendo amable. Por favor, hazte a un lado para que pueda irme de una maldita vez.

—¡Huening Kai! —me olvidé completamente de Yeon Jun, enfocándome en el menor.

No iba a permitir que me hablará de esa manera, tampoco podía gritarle, aunque eso era lo que realmente quería. Kai me tomó de la muñeca y me hizo a un lado bruscamente. Antes de que abriera la puerta logre detenerlo, pero me apartó nuevamente.

—¡No vas a ningún lado, jovencito!

—Binnie... —Yeon Jun se puso a mi lado dispuesto a intervenir si es necesario.

—¡Déjame, puedo hacer lo que quiera e ir donde sea! No necesito tu permiso, hyung.

—Claro que sí, mamá no ha regresado, así que es mi deber saber donde y con quien estarás.

Volví a hacer fuerte el agarre en su brazo, mientras él luchaba por zafarse.

—¡Suéltame, maldición! —dijo moviendo su cuerpo rápidamente para soltarse—. Iré con Tae Hyun hyung ¿de acuerdo?

Con su respuesta lo solté de inmediato.

—¿Tae Hyun? ¿Por qué vas a salir con él?

—¿En serio lo preguntas, hyung? —su tono se volvió burlesco, y eso de cierta forma me dolió—. Se supone que es tu amigo, y sin embargo lo dejas sólo cuando más necesita a alguien. Mientras tú te diviertes y sales a citas con ese tipo —señaló a Yeon Jun—, hyung está llorando y tratando de aliviar su dolor con el alcohol. ¡Qué clase de amigo eres, Soo Bin!

–No me hables así, Huening Kai.

—¡No, hyung! A diferencia de ti, yo si quiero hacerlo sentirse mejor. Por eso quiero ir a verlo, y dejar que se distraiga con cualquier cosa que le evite pensar en ese idiota. ¡Tae Hyun esta mal!

Era incapaz de decirle algo, porque sinceramente tenía razón. Hyung ha estado mal últimamente, falta a clases, y en ocasiones después del trabajo en silencio se marcha a beber.

Yeon Jun cuida de él cuando está completamente ebrio.

Pero Beom Gyu...

—Otra cosa más, no intentes actuar como un padre queriendo protegerme. No lo eres, hyung.

Y con eso último se marchó dejándome con la mente echa un lío, y mi corazón oprimiéndose con fuerza. Sentí los brazos de Yeon Jun rodearme, oculte mi rostro en su cuello sintiéndome muy mal.

¿En que momento me había distanciado tanto de Huening Kai?

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