Dicen que la primera vez es realmente dolorosa, o eso fue lo que leí semanas atrás. Sin embargo, no lo sentí así, no a tal extremo de llorar o quejarme como aquel chico describía la vez que tuvo relaciones sexuales con su novio.

Tenía miedo, lo admito.

Me sentía avergonzado también, y por ello cubrí mi rostro con las manos. Estábamos completamente desnudos, Yeon Jun acariciaba mi cuerpo con sutileza, repartiendo besos, o marcando cada zona notoriamente.

Escuchaba su risa, murmullos que decía para tranquilizarme, y eso me daba confianza. Podía entregarme a él completamente sin temer por lo doloroso o incómodo que sea. Él quitó mis manos para que lo observará, sus intensos ojos estuvieron fijos a los míos mientras sentía la intromisión de sus dedos en mi interior.

—Relájate —su voz estaba llena de sensualidad que me estremeció.

—Duele —jadeé al sentir como sus dedos entraban y salía de mi interior.

No tarde mucho en acostumbrarme a los repetidos movimientos que hacia. Mis mejillas estaban ardiendo, no podía dejar de gemir a tal punto que apure a Yeon Jun para que introdujera su miembro dentro de mi.

—Binnie, no seas travieso.

—Hazlo de una vez —demande, en serio necesitaba que lo hiciera— ¡agh!

Fue en ese instante que sentí como lo introducía lentamente como si tuviera temor de hacerme daño, dolía, por un coño dolía, pero a la vez se sentía tan bien.

De su frente caía un poco de sudor, algunos mechones adheridos va él lo hacían ver muy sexy. Podría correrme si sólo me mantenía viéndolo. Sonrió, esperaba que le diera una señal para comenzar a moverse.

Sus manos acariciaron mis mejillas suavemente, con su pulgar delineo mis labios, lo cual mordí. Yeon Jun rió mientras acercaba sus labios y los míos, fue ahí cuando le di la señal. Empezó con lentas y profundas embestidas sin dejar de besarme.

Gemía en sus labios. El placer estaba apoderándose de mi.

Poco a poco subió la intensidad de sus embestida como también del beso. El cual me permití disfrutar, mordiendo sus labios, pelando con su lengua. Bajo por mi cuello y se aprovechó de el. Mis uñas se encajaban en su espalda sin delicadeza cuando llego al punto exacto.

—¡Agh, Yeon...!

—Eres tan hermoso, bebé.

No podía creer todo lo que sentía en ese momento. Era tan maravilloso. Busqué sus labios. Sentía que pronto me vendría, y no fue hasta que tomó mi desatendido miembro masturbandolo a la misma velocidad de sus embestidas que lo hice.

Dije su nombre sintiendo aquel líquido sobre mi estómago.

—Te amo Soo Bin —dijo antes de que sintiera su espeso líquido en mi interior.

Con la respiración agitada volvió a besarme. Fue delicado y lento que al igual que otras veces erizo mi piel. Dejó mis labios, besando mi frente antes de dejarse caer a lado mientras salía de mi lentamente. Me tomó entre sus brazos y con cuidado acarició la parte baja de mi espalda.

—También, te amo Yeon Jun. Gracias por lo que has hecho hoy por mi, y...

—Shh, el que debe estar agradecido soy yo, Binnie. Desde que llegaste a mi vida, has logrado cambiar muchos aspectos de mí. No esperaba enamorarme de ti, y si te soy sincero creía que serías uno más de mis conquistas. Pero...

—¿Pero qué? —soné un poco molesto.

—Eres diferente. —concluyó. Yeon Jun tomó de mi barbilla para clavar sus ojos en los míos, y juntar nuestras frentes—. Contigo todo es distinto; mi vida no necesita nadie más que no sea Binnie.

—Y Binnie no necesita a nadie más que no sea Yeon Jun, y a Sky. Ah, también a mamá, Huening, Beom Gyu, los chicos de la cafetería, y a Tae Hyun hyung.

—Oye, no te quiero compartir con nadie más que no sea tu familia.

—Ellos son importantes para mí —repliqué alejándome de sus brazos, pero él volvió a atraparme y está vez me rodeó completamente.

—Lo sé, acepto a los demás menos a Tae Hyun.

—¿Por qué? Hyung ha sido mi mejor amigo por mucho tiempo. Es parte de mi familia, y de vital importancia en mi vida, Yeon Jun.

Su silencio me preocupó un poco.

—Yeon Jun...

—Tal vez para ti sea tu familia pero lo que él piensa es distinto.

—¿Qué?

—Binnie, tengo algo para ti —dijo de repente soltándome para levantarse de la cama.

Sentí frío en cuanto él se alejo, así estuviese sólo a centímetros de mi lo extrañaba. No sé que tanto buscaba en su mochila pero ya me estaba enojando. Así que, comencé a hacer berrinche.

—¡Hace frío, Binnie tiene frío!

—Espera un momento —replicó— ¡lo encontré! —y hasta el momento me di cuenta de que estaba desnudo, al momento de girar tuve una mejor vista de su cuerpo, inevitablemente mordí mi labio inferior.

—Pervertido —bufó sacándome de pensamientos insano que tal vez probaría después— ¿Tanto te gusta lo que ves?

Asentí— digo, no.

—Claro, ¿quieres repetir? —dijo con voz ronca gateando hacia mi, y gracias a eso estalle de risa.

Ahora si parecía un completamente un zorro.

—¿De que te ríes? —gruñó, negué con la cabeza y mi mirada se fijó en el objeto en sus manos.

—¿Qué es? —Yeon Jun sonrió entregándome lo que parecía un libro. Curioso encendí la lámpara y me acomode como pude en la cama.

Solté un gritito cuando me removí y mi trasero sintió una punzada.

—Pasará pronto.

—Casi me partes, idiota.

—Tú pediste más, yo te complací.

Susurre un insulto casi inaudible mientras observaba la cubierta negra con letras doradas que decían:

"I'm Sky"

—¿Sky? —lo mire extrañado, él asintió.

—Ábrelo.

Con cada página que veía mi corazón latía emocionado, y una sonrisa estúpida adornaba mi rostro. Era increíble como una fotografía podía captar el momento más feliz de nuestra vida.

Y aunque no llevemos mucho tiempo de tener una relación, Yeon Jun y yo hemos pasado por cosas muy interesantes. Desde que Sky llegó, sin duda, la vida de ambos cambió.

Conocer a Choi Yeon Jun es lo mejor que ha pasado, y gracias a este amiguito de cuatro patas fue posible. En ese momento abrió la puerta y él estaba ahí, rápidamente corrió hasta a mi y subió a la cama para acomodarse entre mis piernas.

—Oye, él es mío, soy el único que puede meterse entre sus piernas —dijo Yeon Jun quitándolo de ahí para dejarlo en medio de nosotros— Aquí es tu lugar.

—Yeon Jun —lo regañe, mis mejillas ardían de la vergüenza—, eres un idiota.

—Pero soy tu idiota.

Puse mis ojos en blanco quitándole importancia a sus palabras, y me dedique a ver las últimas fotografías.

" ¿Entendiste? No en la alfombra"

Ahora entendía su insistencia de tomar fotos a cada rato.

" ¡Estamos listos, señor! Vamos al veterinario. Pero que Sky no se entere 😉"

Una persona normal le regalaría a su pareja un photobook con fotos de ellos compartiendo sus mejores momentos, pero Yeon Jun lo hizo diferente, y de cierta forma este regalo fue mejor de lo que esperaba.

Sky no es sólo una mascota.

"¿Me amas? 😳"

También es nuestra felicidad y parte de la familia.

Voltee a ver a la persona más importante para mi pero el muy tonto se quedó dormido.

—Muchas gracias —susurre escuchando su tranquila respiración—. La próxima vez tomemos más fotos juntos.

Me acerqué a sus labios y dejé un pequeño beso.

—Buenas noches, amor —finalmente me acosté a su lado—. Para ti también Sky.

Y admiré su rostro hasta que sentí mis ojos cerrarse. Esperaba que mis días sean así de perfectos con el solo hecho de despertar junto a él.

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Holi!! Espero les guste este capitulo!!! ❤❤❤

Subiré dos capitulos cada día de esta historia para que no sean muy largas sus actualizaciones. :)