CAPITULO 2
No podía dejar de sonreír recordando su rostro de desconcierto, ese nerviosismo que dejaba notar por sus torpes acciones. ¿Cómo puede ser tan lindo? Suena idiota lo que diré pero creo que... me enamoré.
— Si, claro... — reí a carcajadas por ese pensamiento.
No negaré que aquel chico me pareció muy guapo, lindo y definitivamente debía ser mío. Fue extraño como nos conocimos, digo... ¿Quién en su sano juicio espera bajo la lluvia a una persona? Y peor, con un perro al cual ahora debo darle asilo.
Miré a esa cosa con patas durmiendo sobre mi alfombra, a su lado estaba la caja donde fue abandonado. Me acerque hasta él para revisar si hay algo como: una nota, carta o no sé, aún no creía que justamente lo dejarán frente a mi casa.
— Oye ¿para quién trabajas? ¿Eres un espía?
Tenía mis dudas, con todo eso de que la tecnología ha avanzado mucho no me extrañaría que el perro sea un robot y esté grabándome en este momento. Quizá mi padre esté detrás de esto.
— No confío en ti. — murmure entrecerrando mis ojos, aunque el mugroso animal seguía durmiendo.
Aquel intruso no emitía ningún sonido ni nada extraño, así que decidí levantarme para ir a la cocina y preparar algo. Dentro de poco tengo que salir al trabajo, y...
— ¿Soo Bin? — vi a mi "empleado" saliendo apurado de su casa.
Reí al ver como se desesperaba por cerrar correctamente la puerta delantera, tomé un sorbo de mi café mientras lo observaba, recordé el privilegio que tuve en la noche de apreciar su rostro dormido ¡Diablos! No sé como pude controlarme. Durante el tiempo que vivo aquí, jamás creí que ese chiquillo llamará tanto mi atención, hasta ayer. En sólo una noche pude memorizar cada parte de su cuerpo.
«Pervertido»
Tal vez lo sea pero ese interés por mi vecino, ya venía desde tiempo atrás, así que eso cambia las cosas ¿no?
«No, sigues siendo un pervertido»
Lo vi correr hasta que desapareció de mi vista y fue ahí que dejé mi taza vacía en el fregadero y subí a mi habitación. Tomé una ducha, me vestí con lo primero que encontré, y acomode mi cabello.
Después del desmayo de Soo Bin lo lleve a mi habitación y lo recosté, ardía en fiebre, estaba sudando y sus labios tornaron a un color morado. Por esa razón tuve que cambiar sus prendas e intente bajarle la fiebre, pero en los minutos transcurridos comenzó a hablar aún estando dormido.
Constantemente llamaba a su padre, me sentí extraño y de alguna forma mi corazón dolió. Ese día fue la primera vez que lo vi; cuando el Señor Kim falleció. Soo Bin lloraba desesperadamente mientras su madre trataba de contenerlo, un pequeño a su lado también se aferró a él y los tres mutuamente intentaban consolarse.
— Debió ser muy duro para ti.
Somos unos completos extraños que por una circunstancia poco común pasaron la noche juntos. Y tal vez, mi repentino interés fue el que me impulsó a buscar la excusa perfecta, para volverlo a ver y saber mas de él.
— Entonces, ahora ese chico cuidará a ese perro pero en realidad es una excusa para volver a verlo y pasar la noche con él.
— Quizás.
— Amigo, eres un idiota.
— Ya me lo han dicho — dejé mi cámara a un lado para ver directamente a Chang Bin — Vamos, relájate... no le haré nada que él no quiera.
— Yeon Jun, eso lo hace más atroz. Imagínate si ese niño se enamora de ti. — una sonrisa burlona se formo en mis labios — ¡Yah! ¿Recuerdas lo que pasó con nuestra secretaria? No quiero volver a arriesgar mi vida por una loca que amenazaba con cortarse las venas.
— Sólo quiso llamar la atención.
— ¿Y el chico del club? ¡Te amenazó con una navaja!
— Ese si estaba loco. — reí por recordar ese día. Chang Bin me miro seriamente — Soo Bin no es así.
— No lo conoces.
— Por eso mi querido Chang Bin quiero tenerlo cerca y después decidir si sigo con él o... — arrugué una hoja de papel para demostrarle lo qué pretendía hacer; lo lancé directamente al bote de basura — lo deshecho.
Y antes de escuchar más regaños de su parte, me levante y salí de su oficina, nada me haría cambiar de opinión.
Mi vecino sería sólo una distracción más.
Una ligera capa de sudor adornaba mi frente, la tensión del momento me estaba sofocando, debía estar concentrado, si no, sería fatal para mi.
– Ahora con cuidado acercarte muy despacio — asentí como respuesta y calme mis nervios antes de llevar mi mano derecha hasta mi objetivo — Así, despacio Binie... sólo un poco más.
Mi mano temblaba, gotas de sudor seguía corriendo por mi rostro, todos me miraban expectantes esperando que no cometa ningún error, esa presión sobre mis hombros estaba por matarme. Sólo faltaba unos centímetros más.
– Ya casi... — murmuró uno de mis compañeros conteniendo su emoción.
Ya podía escuchar los agasajos a mi alrededor, ya podía saborear la carne asada en mi boca, y lo mejor de todo ¡es gratis! Sólo debía...
— ¡AH CHOO!
Debía...
Yo debía...
— ¡Yahhh! — todo había acabado, mis halagos, mi carne gratis, mi... ¡mi cordura!
— ¡Yo te mato! — grité al borde de la cólera.
Mis compañeros tuvieron que detenerme antes de que me lanzará sobre el culpable de tal desgracia. ¡¿Acaso no vio lo mucho que me esforcé?!
— ¡No, Soo Bin! Ya tranquilo — trataba de soltarme de su agarre pero no lo conseguía — No vale la pena.
— ¡Suéltame, Yeo Sang! Yo le parto la cara.
— Hyung, lo siento. Yo... ¡Aish! Soy un tonto.
— Es una pena chicos. Nos vemos el lunes y no olviden hacer el reporte. Que tengan un buen fin de semana.
Y nuestra única fuente de comida gratis salió corriendo del salón lo más rápido que pudo. Dejándonos ahí con cara de idiotas y con hambre. El profesor Lee apostó con nosotros, la apuesta consistía en hacer una torre de diez pisos utilizando los naipes, si llegábamos al final tendríamos Samgyopsal gratis. Ahora todo se esfumó.
— No te sientas triste, Soo Bin. Vamos por deobbokki ¡yo invito!
— Gracias Yeo Sang pero debo ir a trabajar — me detuve para mirar a mi alrededor buscando a Beom Gyu — ¿Dónde está ese teñido?
— Jajaja si Beom te escucha seguramente estarías muerto.
— Nah, Beom Gyu me quiere. Soy su consentido.
— Eso no es cierto — salió de la nada causándome un salto — Hola Yeo Sang y tú, ¿qué andas diciendo, eh?
— Que tu me quieres, ¿cierto? Yo soy tu favorito — puse mi mejor carita ya que sabía lo que causaba en Beom Gyu y logré hacer que él sonriera divertido.
— Aish... par de tontos. Bueno, me voy.
Espere a que Yeo Sang se alejara para tornar mi expresión más seria mientras Beom Gyu seguía haciendo su insoportable aegyo. Si, soy raro, muchas veces dejo en ridículo a Beom Gyu, como ahora. Me aleje de él y lo dejé sólo a la vista de todos los estudiantes que pasaban. Caminé sin mirar atrás hasta que escuche como se quejaba de mi.
— Gracias, amigo mío. Una vez más me dejaste en vergüenza.
— ¿Yo? Tú eres el tonto que hace esas caras. ¡Tienes 21 años, Beom Gyu!
Lo miré con desaprobación y acelere mis pasos. Claro que un poco alejado de él comencé a reírme.
Por la tarde; en la cafetería, todo estaba calmado. Ya había pasado la hora de almorzar, así que no había mucha actividad. Lo que aproveché para ir a la cocina y prepararme un té caliente. Aún seguía resfriado y la congestión nasal me estaba molestando. Entonces, recordé.
"Por cierto, soy Yeon Jun."
Yeon Jun.
Ese nombre que no ha salido de mis pensamientos en toda la mañana. Y ahora que pienso en él ¿Cómo estará el pequeño cachorro? Olvidé pedirle su número, al menos si trabajaré cuidando a "Copo" debo saber su número, ¿no?
— Soo Binnie.
— ¿Qué quieres?
— ¡Yah! Cuida tu forma de hablar ¡Soy tu amigo!
— Habla de una vez rubio — dije con una sonrisa burlona.
Vi a Beom Gyu entrecerrar sus ojos pero dejó pasar la ofensa por esta vez.
— ¿Cuándo vendrá Tae Hyun? — preguntó, y como ya era costumbre en él sus ojos brillaban con sólo hablar de mi mejor amigo.
— No he hablado con él. Quizá esta semana. — respondí no muy seguro. Beom Gyu asintió sin quitar su estúpida sonrisa.
No sé como se enamoró de él y quisiera aplicar aquí el dicho: "El amor es ciego".
Beom Gyu conoció a mi hyung hace unos meses atrás cuando vino de Gwangju, y bueno, se enamoró perdidamente de... — según él — mi lindo hyung. Al contrario de Tae Hyun; él parecía fastidiarse cada vez que lo veía.
— ¡Me voy primero! — grité una vez que salí, por esta vez no esperaría a Beom Gyu.
Durante mi descanso había aprovechado para ir a una veterinaria y asesorarme sobre el cuidado de un cachorro. Tendría que decirle a Yeon Jun sobre traerlo para una revisión. Después de la lluvia de ayer es necesario.
No tarde mucho en llegar, golpee varias veces la puerta y toqué el timbre pero no hubo respuesta. Me preocupé ya que no sabía si el pequeño había comido. Estuve sentado por dos horas hasta que el sol se ocultó, cuando vi un sedan negro estacionarse. Me puse de pié, y caminé hasta él, quien salía del vehículo de lo más relajado.
— Otra vez te encuentro aquí. ¿Será el destino?
— No seas tonto y abre la puerta. Quiero ver al cachorro.
— Hey, tranquilo.. ¿de qué cach...? ¡oh, oh! — sus ojos se abrieron en demasía y eso me preocupó más. Él no sería capaz de haberlo olvidado ¿o si?
— ¿Le diste de comer? — su expresión no era buena — Por lo menos ¿le has comprado comida? — silencio. Un irritante silencio que si no fuera porque recién lo conozco, me hubiese lanzado hacia él y propinado unos buenos golpes.
— Yo estaba trabajando — dijo casi en un susurro pero lo suficiente como para que mi sentidos me traicionen y terminé gritándole.
— ¡¿QUÉ PASA CONTIGO?! ¡Es un cachorro! Necesita comida, agua y hacer sus necesidades. ¡Debiste darle algo de comer!
Y fue mi grito lo que desconcertó al estúpido guapo frente a mi. Corrió hasta la puerta y la abrió enseguida, yo me adelanté a entrar y divise aquel bulto blanco que estaba en el piso mordisqueando la caja en donde lo encontré y lo que hizo en la alfombra no le agradó para nada al dueño de la casa.
— ¿Qué..? Dime que eso no es pipi. — titubeo, y aunque su mirada era aterradora su expresión se veía graciosa.
— Es pipi ¿y ves lo que esta allá? — apunte a unos metros a mi lado donde yacía una montaña de...
— ¡Es popo! Se hizo... ¡esa cosa se hizo popo! — gritó, y no sabría decirles si esta riéndose o llorando — Mi alfombra... ¡Agh! Tendré que quemarla.
— No exageres, con una lavada desaparece — espeté.
Cogí al cachorro y desaparecí con él con dirección a la cocina. Saqué de mi maleta una funda de comida para cachorros y con su nuevo recipiente deposite una gran cantidad. El pequeño comenzó a comer desesperado y aproveché para llenar el otro recipiente con agua.
— Aigoo, tenías mucha hambre ¿cierto? Ese ajhussi es un tonto.
Acaricie su cabecita, admirando por unos momentos como devoraba su comida, en eso entró Yeon Jun con un semblante serio y se paró frente a mi.
— Ese animal se atrevió a manchar mi alfombra y tú lo premias.
Este tipo debe estar bromeando ¿cierto?
— Wow, comiste todo ¡muy bien!
— ¿Me estas ignorando? — bufó — Te recuerdo que esta es mi casa y puedo hacer que ese perro se vaya.
Ni siquiera me tomé la molestia de mirarlo y comencé a hacerle cariño al cachorro, sonreí por lo juguetón que es, pero esa sonrisa no duró mucho ya que Yeon Jun me lo arrebató bruscamente.
— ¿Qué haces? ¡Lo lastimas! — grité y él clavó su furiosa mirada en mi.
— Ahora si me prestas atención. — mordí mi labio inferior viendo al cachorro removerse del brusco agarre de Yeon Jun, dado que lo sostenía de la parte superior con una sola mano, apreté mis puños cuando vi como sonreía divertido — ¿Qué sucede? Ah...
— Deja al cachorro en el piso — dije en tono autoritario.
— No quiero — su voz se hizo más gruesa y su mirada más intensa.
Traté de acercarme, pero él se alejaba de mi y hacia más fuerte su agarre que, terminó por hacer llorar al cachorro provocando que mis ojos se llenarán de lágrimas, siendo estas de rabia e impotencia.
— Estas... ¿llorando? — apreté mis labios fuertemente al igual que mi puño y vi como su expresión cambió a una de desconcierto.
Acomodó al cachorro en sus brazos y yo se lo quité enseguida. Sin una palabra tomé los recipientes y lo que había comprado para él, lo puse en mi mochila y me dirigí a la salida pero fue detenido.
— Espera, ¿a dónde vas? — no quise responder y traté de soltarme de su agarre pero él me giró completamente para verlo — ¿te enojaste? ¡Yo debería estar enojado!
— ¡¿Por qué?! ¡¿acaso crees qué eres el único que tienes necesidades?! No puedo dejarlo con una persona como tú. ¡Eres un irresponsable! — abrió la boca para decir algo pero no lo dejé — ¿Y si moría? ¡Por tu culpa pudo haber muerto!
Yeon Jun parecía sorprendido pero enseguida su semblante cambió a una frialdad que me hizo estremecer pero yo en ese momento estaba molesto y no media mis palabras. Además ¿le gustaría que lo cogiera de esa manera? Preferiría arrancarle el cabello y así demostrarle como se sintió Copo cuando él lo hizo.
— ¡Vete!
— ¿Qué?
— ¡Lárguense los dos!
Gritó. Me hizo a un lado para abrir la puerta y sacarme a empujones de ahí.
— ¡Yah! ¡Esa no es manera de tratar a la gente!
Por último nos lanzó la caja — lo que quedaba de ella — y sin decir nada nos dedicó una fulminante mirada antes de cerrar de un portazo.
— ¡PERVERTIDO IDIOTA! — grité sin importarme si escuchaban los vecinos, antes de irme le mostré mi precioso dedo de en medio.
Caminé rápidamente a mi casa y cerré la puerta aún maldiciendo a mi vecino, aunque al entrar reaccione. ¿Qué haré con él?
— Mamá va a matarme.
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Holi, ¿cómo han estado? Espero que bien!! ❤❤
¿Qué les pareció el capitulo?
Lamento actualizar tarde, el viernes me entregaron mis resultados de mi exámen de la U, me puse a llorar. 🤧🤧 Aunque no es una nota mala, considerando la carrera que quiero estudiar si lo es, lloré pero después salí con dos amigos, no los había visto hace tiempo ya que uno vive en otra ciudad y a mi amiga se le murió el celular, fue muy bonito verlos de nuevo, además eso me animó. Luego el sábado tuve una lección de inglés, así que tuve un sábado ocupado y ayer pues no me sentía muy bien. :")
En fin, ¡¡espero les guste la historia!! ❤❤ Es muy lindaaa!! Es mi cuatra adaptación y me siento feliz por todo su apoyo!! Gracias, muchas gracias!!! ❤
Nos vemos el miércoles, cuídense, tomen agua!! L@s adoro!! ❤❤
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