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CAPITULO 1

— ¡Ah! ¿Y ahora qué? Soo Bin, ¿cómo pudiste aceptar ese trabajo?

A estas alturas no me importaba si mis vecinos escuchaban mis quejas. Me lance sobre mi cama y rodé en ella. Quería descansar, aún faltaban unas horas para mis clases y no tengo que dejar a Kai en el colegio. Así que, decidí dormir... o lo intenté.

— ¡Estúpido tipo con cara de zorro! — grité una vez más — ¡No permitiré que te deshagas de Copo!

Cerré mis ojos fuertemente esta vez me obligaría a dormir lo que me queda de tiempo libre, pero por más que lo intenté seguía recordando lo que pasó la noche anterior.

Era un día cualquiera para mi, seguí la misma rutina de siempre; despertar, comer, ir a la universidad y después a trabajar. La cafetería del Señor Park no quedaba muy lejos de mi casa, así que me resultaba fácil llegar a tiempo. Pero aquella esa tarde fue distinta.

Desde que llegué al trabajo tuve que atender al gran gentío en la cafetería, todo por un anuncio de promoción que el señor Park, mi jefe, había colgado. ¿Quién se aprovecha de la apariencia de su empleado para conseguir un montón de clientes? Él. Y al parecer a Beom Gyu no le importaba.

— Wow, hoy estuvo muy agitado. — se quejó Beom Gyu, yo le lance un pañuelo húmedo en la cara.

— Tú sólo posaste y sonreíste para las fotos — replique, sin dejar de hacer notar mi molestia.

Beom Gyu es uno de mis amigos, somos de la misma edad y vamos a la misma universidad, sólo que en distintas carreras. Compartimos nuestra nivelación juntos a principios de año fue así como nos conocimos y el destino nos volvió a juntar en la cafetería.

— Envidioso — llevó su mano a mi mejilla y la pellizco — Desearías estar en mi lugar, ¿cierto?

— ¡De-Déjame! — le grité apartándome de él — Al menos ayuda a limpiar ya se esta haciendo tarde.

En ocasiones era odioso y fanfarrón pero esa noche se limitó de palabras y terminó ayudándome, de vez en cuando molestándome sobre mi apariencia, y recalcándome mi soltería.

— Ya son tres años, Soo Bin.

— Ajá...

— No crees que ya es tiempo de comenzar una relación o por lo menos divertirte por ahí.

— No.

— ¡Soo Bin!

Suspire, y voltee para ver directamente a namu y así dejarle en claro dos cosas.

— Es mi vida y hago lo que quiera con ella.

Dicho esto recogí los utensilios de limpieza y desaparecí en la cocina. La verdad no me interesaba tener novia, la ultima relación en la que estuve terminó mal. Resultó ser que esa chica sólo acepto ser mi pareja por lástima, y yo como tonto caí. Gracias a mi mejor amigo Tae Hyun pude darme cuenta de lo falsa que era y bueno... la humille frente a nuestros compañeros.

Lo sé, no es nada bonito lo que hice pero en verdad odio que jueguen conmigo.

— ¡Demonios! Está lloviendo.

— ¡Beom Gyu, estas en problemas!

— ¿Por? — me miró confundido y yo desvíe mi vista a su cabello.

— Se te saldrá el tinte. ¿Qué hacemos?

— ¡¡Yah!!

Oportunidades como esta no podía dejarlas pasar. Burlarme del rubio teñido de mi amigo era mi mejor venganza. ¿A quién se le ocurre pintarse de ese color? No se veía mal pero... De acuerdo, quizá este un poco celoso por la popularidad de Beom Gyu, pero eso no quita mis ganas de bromear con él.

— ¿Seguro estarás bien? Puedo acompañarte a casa.

— Vivo cerca, no es mucho.

— Está bien, nos vemos mañana.

Vi a Beom Gyu subirse al taxi y una vez que se fue me coloque la capucha de mi sudadera. Pensé esperar un momento pero al parecer la lluvia no se detendría esta noche.

— Uno, dos... ¡TRES!

Salí corriendo lo más rápido que pude sin detenerme. Sólo faltaban dos cuadras para llegar a mi casa, acelere mis pasos aún sabiendo que estaba completamente empapado, cuando recordé que no traía conmigo la mochila y justamente ahí estaban mis llaves.

— ¡Mierda! ¡Olvide mis cosas!

Estaba parado bajo la lluvia sin poder entrar a mi casa, busque la forma de subirme por el árbol que esta cerca de la ventana de mi habitación pero temía caer y morir.

Un estúpido relámpago me cegó y segundos después un fuerte trueno me hizo gritar, como protección me puse de cuclillas cubriendo mi cabeza entre mis piernas. Así de valiente soy, faltaba llamar a mi madre y hacer más ridícula mi imagen. Un poco avergonzado alce mi vista para asegurarme que nadie me viera, y por suerte no había ni un alma por ahí. Era lógico, estaba lloviendo.

— ¿Uh?

Escuché agudos chillidos provenientes de aquella caja frente a la casa de mi vecino, me alarme más cuando cayó un segundo trueno, y entonces me levante del piso para cruzar la calle.

Mientras me acercaba se hacían más audible los sollozos, estire mi cuello y pude ver una pequeña cosita blanca moviéndose de un lado a otro, abrí mis ojos sorprendido y preocupado. ¿Desde hace cuanto esta bajo la lluvia? Tomé la caja y me senté en el portal atrayendo al pequeño cachorro en mis brazos. Mi ropa no era de mucha ayuda pero al menos lograba darle algo de calor.

— Las luces están apagadas — murmure.

Mordí levemente mi labio inferior pensando en una solución. Tenía un cachorro en mis brazos temblando de frío y posiblemente el dueño de casa no aparezca hasta quien sabe cuando. Como pude me saqué la camisa interior y me quedé con la sudadera, y abrigue al pequeño tratando de darle más calor con mi aliento. Sus sollozos pararon y comenzó a quedarse dormido.

No sé cuanto tiempo pasó pero me había quedado dormido y poco a poco fui despertando cuando sentí unos golpes en mis piernas.

— ¡Oye! — otra vez sentí el golpe. Mi cuerpo se sentía adolorido y mi labios estaban templados.

Abrí mis ojos con dificultad y lo único que pude ver fue una mancha negra frente a mi.

— ¡Despierta! — escuche una voz masculina seguida de unos quejidos y mis ojos se abrieron de golpe — ¿Qué haces aquí?

— Yo...


— ¿Y crees qué esa cosa es mía? — dijo, señalando al cachorro en mis brazos.

Fruncí mi ceño ante su tono de burla. Estaba en medio de la sala muriéndome de frío y parecía estar en interrogatorio siendo acusado de por un estúpido delito.

— Invadiste propiedad privada por un cachorro de la calle.

— Disculpe, señor — la forma en que lo llamé pareció ofenderle — pero yo no entre a su casa, no robe, ni nada. Sólo me senté en el portal esperando por usted.

— ¿Por qué no me miras? ¿Tienes miedo de que descubra tu mentira?

No tenía nada que ocultar, no estaba mintiendo, pero hasta el momento no me había atrevido a mirarlo. Lamí mis labios tragando pesadamente saliva, y alce mi mirada. Cuando pose mis ojos en él sentí un terrible escalofrío recorrer mi cuerpo. Ese chico era realmente guapo, incluso me atrevería a decir que más que Beom Gyu. Me sentí intimidado por la forma en que me miraba, algo fría y desagradable.

— Lo abandonaron frente a su casa, así que debe hacerse responsable — argumente, esperando que dijera algo en su defensa pero recibí una muy irritable risa.

— ¿Yo? Imposible, no tengo tiempo para cuidar esa cosa.

— ¡No es una cosa! — alce mi voz irritado — Es un cachorro y esta bajo su responsabilidad. Al menos por hoy.

El silencio hizo mas incomodo el ambiente. Mi respiración era dificultosa, y ya sentía mi cara arder. ¡Genial! Lo que me faltaba, enfermaría por permanecer en este estado.

— Los perros son el mejor amigo del hombre. — dije firmemente. Mantuvimos la mirada por unos minutos antes de que él soltara un frustrado suspiró — No tiene donde quedarse, es pequeño y podría morir si sigue afuera.

Lo vi negar y tirarse de golpe en el sofá. No daría un paso atrás, no permitiría que abandonará a un pequeño cachorro.

— Está bien. — dijo entre dientes.

Mis labios dibujaron una sonrisa victoriosa. ¡Asá! He ganado.

— Pero con una condición.

Alzó su mirada y no me gusto para nada la forma en que me miró, mi sonrisa desvaneció en un segundo. Trague saliva pesadamente.

— ¿Cuál? — traté de sonar relajado.

Se levantó del sofá, y caminó hasta mi quedando sólo a unos centímetros de distancia. Yo me aferré más al pequeño cachorro en mis brazos. Bajé mi mirada debido a lo intimidante que era tenerlo tan cerca, podía sentir su aliento, su aroma. Mi corazón empezó a latir rápidamente cuando se acercó a mi rostro obligándome a posar mi sorprendida mirada en él.

— Tú, serás su niñera.

— ¡¿Qué?! — me exalte, y eso provocó punzadas en mi cabeza. Cerré mis ojos de golpe y sentí tambalearme.

— No te ves bien — dijo — Iré por algo caliente.

Dejé al cachorro a un lado de mi y traté de tranquilizarme, pero mi fiebre estaba aumentando y los estornudos hicieron presencia. Cuando vi que aquel chico se acercaba a mi, mis ojos se nublaron..


Saben lo vergonzoso que es despertar en una habitación que no es la tuya con ropa que tampoco es tuya y con un tipo semi-desnudo a tu lado abrazándote. Pues, eso paso cuando abrí mis ojos esta mañana.

— ¿Pero qué? ¡Yah!

Comencé a gritar maldiciones mientras lo golpeaba con la almohada. Él se despertó confundido y trató de sujetarme de las muñecas pero debido a mi rabia en ese momento lo termine golpeando y partí su labio.

— ¡ESTÁS LOCO!

— ¡¿YO?! ¡¿Qué me hiciste, pervertido?! — mis ojos no pudieron evitar que viera su cuerpo bien formado y...

Nunca me interesaron los chicos pero eso no quiere decir que...¡ Agh! ¿Qué estas pensado ahora, Kim Soo Bin?

— Ah, esto — rió divertido — Verás, está es mi cama y tú te desmayaste debido a la fiebre, me costó traerte hasta aquí y cambiar tu ropa, incluso estabas temblando, así que, para darte más calor...dormí contigo.

— ¿Eh? — no podía creer lo que me decía.

— Anoche no parecía importante hasta te aferraste más a mi.

Y fue así que mi enojo desapareció para darle paso a la vergüenza. Miré a un lado y me fije en la bandeja de agua encima de la mesita de noche, eso debió utilizar para bajar la fiebre.

— Esperaba un gracias pero recibí un golpe y encima me dices pervertido.

— L-Lo siento. — dije bajando mi mirada.

— No importa. — pasó por mi lado y me extendió mi ropa limpia — Ahí esta el baño.

Asentí. Y me dirigí al baño. Toda la dureza y el enojo se había esfumado, me sentí apenado y avergonzado. Pase la noche en casa de mi apuesto vecino a quien no conocía, ya que tenía entendido que un anciano vivía aquí. Quería salir corriendo pero recordé el cachorro.

— Qué rápido. — comentó una vez que baje las escaleras.

— Eh, yo quiero agradecerte por...

— Si, si ya sé. Puedes agradecerme de otra forma.

Pestañee varias veces aturdido por su repentino cambió. Ya no era amable, volvió a intimidarme con su mirada.

— Dime tu nombre — preguntó sin dejar que hable.

— S-Soy Kim Soo Bin. — respondí titubeante.

— Bonito nombre — dijo sonriente y sentí mis mejillas arder — Bien, desde ahora trabajarás para mi.

— ¿Eh? ¿Qué? Yo no...

— Si aceptas el perro se queda, si no, hoy mismo lo dejaré en una perrera.

— Pero... — miré al cachorro y recordé sus sollozos, no quería que lo alejaran de mi pero por Kai, no puedo tenerlo — No quiero que se vaya. — dije sin evitar que un pequeño puchero se formará en mis labios.

— Entonces, ¿aceptas? — mordí mi labio y libere un suspiró. Otro trabajo no me vendría mal.

— Acepto — dije y estreche su mano con la mía.

— Por cierto, soy Choi Yeon Jun.

Ahora tengo dos trabajos; la cafetería y cuidar a un perro. No sé la verdadera razón por la que Choi Yeon Jun decidió quedarse con "Copo" si al principio lo despreciaba, en verdad no tengo idea en lo que me he metido pero todo sea por ese cachorro.

Me gustan los animales y siento que por algo el destino puso en mi camino a ese canino. Tal vez sea un simple capricho pero deseo tenerlo a mi lado. Aunque tenga que aguantar al extraño vecino que tengo.

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Aquí el primer capitulo!! 💖

Espero les guste y le den mucho amor!! ❤❤ Como les dije ando en proceso de mi historia, así que por el momento subiré todas las adaptaciones que tengo pendientes!! 🥳

Sin más que decir, cuídensen mucho, tomen agua!! Nos vemos el sábado!! 💖💖 Gracias por todo!! 🥰

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