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13.Again.

La semana había sido horrible, tenía unas ojeras espantosas y falto a algunas clases para quedarse en su casa y no deprimirse tanto al verla. No podía ver a Bae Joohyun a la cara porque le entraba un enorme nudo en la garganta, porque cada vez que la veía sentía su mundo derrumbarse, la tristeza y la rabia salían a luz, ella se veía el doble o el triple mejor que ella. Como si nada hubiera pasado o en momentos en las que la veía triste, era acuñada por los brazos de Bogum.

Seulgi confió y lloró todo lo que pudo llorar con Wendy que extrañamente también lloró con ella o incluso más, sabía que tenía empatía ,pero no tanta. Yeri y Joy estaban enteradas del tema y hacían lo imposible por juntarlas, se traían algo entre manos, odiaban ver a sus unnies así entre ellas.

Era un viernes, nublado y frío. El clima no ayudaba a que la rubia se animara aunque fuera un poco, mirar el cielo normalmente le tranquilizaba porque como decía Irene: "El cielo es un paisaje que sin importar como este te puedes pasar horar y horas mirándolo", y de nuevo pensando en ella...

Wendy se había quedado hablando con Irene porque la misma le había pedido que se quedara unos minutos después de clases, fuera lo que fuera, Seulgi no merecía, ni quería saber nada. Ya no había vuelta atrás, sería su último año en el instituto, iría a la universidad se olvidaría de ella y se enamoraría de una persona nuevamente. Olvidar a Irene era difícil y más cuando ella había sido su primera vez en todo o casi todo, ella era su primer amor.

—¡Seulgi! ¿Te llevo? —se bajo de un hermoso y brillante descapotable rojo la atractiva Sunmi.

—¿Sunmi? ¿Qué haces aquí?

—Vengo a verte cariño, te he echado de menos —la abrazó y le dio un corto beso en la comisura de sus labios.

Una tos hizo que la rubia la apartara un poco y mirara quién era él o la causante del ruido.

Bae.

—Parece que esta tarde va a llover como para ir caminando ¿Tenemos que llevarla a ella también Seul? —preguntó la chica con desinterés mirando de arriba a abajo despectivamente a la pelinegra.

—No, no quiero problemas, gracias...—iba a pasar a su lado y Seulgi la miraba atontada.

—¿No quieres ir con nosotras porque yo te caigo mal? ¿O porque te duele que nos hayamos acostado?

Kang sintió el miedo propagarse por su cuerpo entero y la reacción de Joohyun fue que sus ojos se llenaran de lágrimas y que con la cabeza negara lentamente. El corazón de Seulgi se encogió.

—Kang Seulgi me pediste que te dejara porque te hacía daño y es lo que haré, buen fin de semana...—musitó con la voz algo rota, caminando ágil para no sentirse más incómoda.

—Qué drama, en fin ¿subes? —camino hacia su coche tirando del brazo de la rubia, impaciente por llegar a la casa de Kang.

El momento tan esperado por Lee llegó, ella sabía perfectamente que el ver a Irene había causado un remolino emocional en Seulgi y se aprovecharía de aquello. Bajaron ambas del coche y después de pedirle que le dejara pasar sólo unos cinco minutos con la condición de que luego se iría pasado ese tiempo. Bien, Seulgi se equivocó una vez más, nada más entrar por la puerta la rubia atrapó por la cintura a Sunmi y la llevó directamente a su habitación, no sabía que le había pasado, era como una necesidad, necesitaba desquitarse con algo.

Los besos llenos de lujuria, las prendas que eran despojadas con agresividad y los sonido obscenos aumentaban, Seulgi abrió los ojos un momento antes de comenzar a embestir a la muchacha y le pareció ver a Irene, su perfecto pelo siendo revuelto, con sudor en su frente y esos ojos que siempre le aportaba confianza, se estaba imaginando que era ella. Parpadeó dos veces y vio la realidad.

La dura realidad la golpeaba, Irene ya no iba a estar, ella nunca llegaría a tener a Irene de esa manera.

Sin más dolorosos pensamientos de por medio, atacó de nuevo los labios de Sunmi y continuó con su labor.






☔️☔️





La ducha había sido la primera elección de Seulgi después de dos horas sin descanso, Sunmi agotada buscó su teléfono móvil y sin querer cogió el de Kang.

—Pero que tenemos aquí...—leyó varios de los mensajes que habían sido enviados a la adolescente.

"Deberías de hacerle frente y tratar de hablar con ella...Irene unnie lo está pasando igual que tú :(" Leyó detenidamente y sonrío pues una idea brillante vino a su cabeza como un rayo.
Desbloqueó el móvil con facilidad (la contraseña de Seulgi eran cuatro ceros, una persona muy inteligente). Sin empatía alguna terminó de escribir el mensaje y lo envió sin sentir remordimiento, cerró la aplicación y archivó la conversación.

Ya más que satisfecha y contenta con su labor, Sunmi se retiró del hogar Kang dejando un mensaje en el Kakao Talk de la protagonista con la excusa de que se le había presentado un imprevisto.

La chica con cara de oso, sin sorprenderse de que Lee ya no estuviera se recostó en su cama con planes de dormir hasta el día siguiente pero su móvil comenzó a vibrar como loco.

—¿Si? —contestó a la llamada.

—¡Seulgi unnie estamos muy orgullosas, Joy unnie y yo! —habló por la otra línea con un tono de voz emocionado Yeri.

—¿De qué hablas?

—De que le has dicho a Irene Unnie que se esté en menos de cinco minutos en la calle que está cerca de un bar llamado ¿Burning Moon? ¿Barnie Sun?

—Yeri, yo no he escrito nada—palideció enseguida y pensó en lo que había hecho desde salir de casa.

—¿Qué? ¿Entonces quién le escribió? ¡Porque Irene unnie ha salido como loca corriendo al lugar ese y creo que ya lleva un buen tiempo esperando! —gritó desesperada —¡JOY VAMOS A BUSCAR A UNNIE!

—¡NO! ¡QUIETAS LAS DOS! ¡LUEGO PENSAREMOS EN CÓMO LE LLEGÓ ESE MENSAJE A IRENE UNNIE! ¡Ahora tengo que...!

—¡QUE RECUPERAR EL AMOR DE TU VIDA!

—¡N-No exageres! —se sonrojó Seulgi saliendo de su casa y comenzando a correr en dirección del odioso lugar.

—Ya me dirás cuando estemos eligiendo el vestido de bodas, olvídate de Joy y Wendy, yo seré la madrina de bodas y de sus hijos —fue lo último que dijo antes de colgar.


Los pulmones le ardían, joder y si le ardían, le quemaban, encima con la suerte que tenía había comenzado a llover, ¿podría empeorar? Oh claro que sí, que no pudiera correr más, necesitaba recuperar aire. Se apoyó unos en una farola, miró al suelo con pocas esperanzas ¿y si corría por su vida solo para que Irene la rechazara como siempre? ¿Y si ya no estaba ahí? Seulgi podía ser muy cobarde y en esos momentos más que nunca, dicho así lo más fácil sería dar la vuelta y no dar la cara.

¡Pero no podía darle la espalda a la persona que amaba! Se gritó a si misma y continuó corriendo con la maldita lluvia arruinando su ropa que se empapaba con facilidad. Corrió, corrió y corrió hasta ver a una pequeña chica con la mirada perdida y no muy segura si eran gotas de agua lo que caía de su rostro o lágrimas.

—¡Irene! —gritó con todas sus fuerzas, sabiendo que quizás era difícil que se le escuchara.

Bae al escuchar esa característica voz llamándola se dio la vuelta y buscó con desespero la cabellera rubia que estaba mojada y sin meditarlo trato de acercarse a ella, aunque Seulgi fue más rápida.

—Em...Irene Unnie no querrás que tu cabello se moje con la lluvia —fue lo primero que dijo y se quitó la chaqueta ya empapada poniéndola por encima de su cabeza para que las gotas ya no entraran en contacto con el rostro de la mayor.

—Seul, tu chaqueta va a terminar peor, además me gotea un poco y no llueve tanto como dices...—habló despacio mirando cada facción del rostro de su menor.

—N-No lo había pensado...

—¿Por qué das tanto por mi?

—Porque siento la necesidad de darte lo mejor de mi —rascó su nuca nerviosa, siendo sincera en sus palabras. —Lo siento, fui egoísta y no traté de pensar en lo que tú sentías...

—Yo también, te daba esperanzas y luego te demostraba lo contrario...soy una persona horrible...lo siento.

—La culpa es mía porque...me gustas Joohyun. Me gustas mucho, debí de serte sincera desde el principio pero con este distanciamiento me he dado cuenta de que solo quiero pasar el resto de mi vida a tu lado como pareja, amigas o archienemigas...

Irene no pudo evitar sonreír, y pasó sus manos por el rostro parecido al de un oso, tan suave, tan adorable, miró sus ojos que la miraban como si fuera la única persona en el mundo y cayó en cuenta.

Los recuerdos la golpearon, todo lo que Seulgi había hecho desde que se conocieron, los pequeños detalles que siempre tenía con ella, como se metía en peleas por celos, preocuparse desmesuradamente por ella como si Joohyun fuera lo mejor de su vida y de cierta manera quizás lo era.

Le fue inevitable sollozar un poco y acercar lentamente su rostro al otro que miraba asustada como la mayor aguantaba las ganas de llorar.

—¿Irene unnie?

—Guarda silencio Seulbear, que te quiero besar como en las películas románticas.

Sus labios se unieron, siendo el beso más lento y duradero que habrían tenido las dos en toda su vida. Esta vez el beso no era raro, ni lleno de pasión y menos sin sentimientos, el beso reflejaba todos aquellos sentimientos de amor que se tenían la una por la otra.

Irene posó sus brazos enrollándolos en el cuello de Seul, profundizando el beso, Seulgi no se quedó atrás y pasó sus brazos por esa pequeña cintura y la abrazó.

Se separaron, se miraron a los ojos y sonrieron.

—Siempre me pregunte a que sabían los labios de Irene unnie...—sonrío Seulgi e Irene rió con vergüenza.

—¿Y bien?

—Saben a ti, son dulces.

Las mejillas de ambas se encendieron, ya parecían las parejas de los kdramas que veían juntas con Yeri, dónde Joy no hacía más que llorar.

—Ha dejado de llover —susurró Irene tomando la mano de Seulgi.

—¿Vamos?—sonrío Kang acariciando los nudillos de la pelinegra.

—Vamos.

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