Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 39: Antes te odiábamos y viceversa.

La gran expresión facial que tenía Cliff daba a entender que era algo muy serio e importante. Pero... ¿qué era?

- ¿A dónde vamos? -insistí, mirándolo con frialdad.

- No puedo decirles.

- ¿Qué tan importante es?

- Demasiado.

- ¿Alguna pista?

- Ninguna.

Nos tiró de los brazos y nos metió a su automóvil a la fuerza y nos tiró nuestra maleta por la cabeza. Se puso a manejar de manera tranquila y prudente, me pareció anormal que no pusiera la radio a todo volumen.

- ¿No hay nada interesante en la radio o qué?

- Que yo sepa no.

- ¿Y por qué no la enciendes? -agregó Lars.

- No tengo ganas...

De nuevo volvió un gran silencio que causaba una gran incomodidad.

- Cliff, ¿te sientes bien? -insistió Lars, tratando de mirarlo a la cara, sin éxito obviamente.

- Claro, ¿por qué debería no estarlo?

- No estás sonriendo y tú manera de hablar es extraña.

- No lo creo.

- Oye, Lars tiene razón. -añadí- ¿Hay algún problema, Cliff?

- Han dado en el clavo. Sí, estoy preocupado.

- ¿De qué?

- De ustedes.

- ¿Qué?

- Y de alguien más.

- ¿Quién?

- Es sorpresa. No puedo decirles o se arruinará todo. Descúbranlo por ustedes mismos.

- ¿Cuándo?

- Cuando lleguemos a nuestro destino.

Se detuvo en un semáforo, y nos entregó a los dos un trapo negro.

- Cúbranse los ojos con eso.

- ¿Para?

- Mantener el suspenso y la sorpresa.

Hicimos caso a su mandato. No podíamos ver nada... sólo podía darme cuenta de que la velocidad con que viajábamos aumentaba cada segundo. No es que tuviera miedo de que fueramos a morir ni nada de eso, nosotros confiábamos en Cliff y seguimos confiando en él. Solo que... su compartamiento en los últimos días ha sido de lo más peculiar que hayamos visto en su persona.

No llegamos muy lejos, en un período corto de tiempo llegamos a nuestro destino. Cliff nos ayudó a bajar del auto y nos hizo entrar a un lugar.

¿Por qué mierda huele a frituras acá? ¿Y... ese olor no es de carne?  ¿Porque escucho a tantos niños jugando? ... ¡¿Dónde mierda estamos?!

- Ya pueden quitarse la venda.

Apenas pude divisar el lugar, supe de inmediato en dónde mierda estábamos.

- ¡Cliff! -me quejé- ¿Por qué nos trajiste a un puto McDonald's?

- Tenía hambre.

- ¿Y esa era la jodida sorpresa? -dijimos Lars y yo a unísono.

- No, primero comemos, después vamos para allá.

- ... ¿Vamos a comer en un Mc'Donalds? -insistí en quejarme, crucé los brazos.

- Oh, lo siento señor vegetariano... ¿Le gustaría su ensalada de lechuga o tomate?

- ... -lo miré feo y con mucho orgullo- De lechuga.

- Ok, -él miró a Lars- Bueno, a ti ya sé que cosas te gustan y no, no voy a comprarte una jodida cajita feliz.

- ¡Oww! -Lars pusó carita lastimera- ¿Y por qué?

- Ya estás viejo, confórmate con la comida y ya.

- Ah, bueno...

- Por mientras busquen un asiento, yo iré a ordenar. ¿Sí?

- Está bien... -murmuramos.

Nos sentamos en el lugar más alejado de los demás clientes, para poder conversar lo que sea en paz.

- Amor, ¿te sientes bien? -preguntó mirándome fijamente.

- Sí, pero algo me dice que ha ocurrido algo terrible. ¿Por qué Cliff anda así? Debe ser algo terrible, reitero, algo terrible.

 - No te sientas mal, mi querido Hamster, de consolación si quieres te convido de mis papas fritas.

- No es eso, cariño, no es necesario. Cómetelas.

- Estoy a dieta por todo lo que comí ayer y en el viaje, así que insisto, te doy de mis papas.

- Hmm... voy a engordar yo también, entonces no.

- Insisto.

- Aghh... -gruñi- bueno..

 A los minutos llegó Cliff con nuestra comida, y obvio, Cliff sabe nuestras preferencias y las suyas: Él suele comer cosas livianas así que solo pidió una hamburguesa y un refresco. Para Lars -y su enorme estómago- una gigante hamburguesa con doble queso, papas fritas, empanadas de queso y una cocacola. Y para mí, una de esas ensaladas de lechuga y apio, y una cocacola con muucho hielo. 

- ¿No que estabas a dieta? -miré de manera burlesca a mi novio, él sonrió.

- Mañana empiezo la dieta, si o si. -ambos reímos, sin embargo, Cliff se mantuvo serio.

- ¿Lars siguió comiendo dulces ayer? -asentí- ¡Kirk! Prometiste cuidar a tu novio.

- Pues... le dio hiperactividad y después dolor de estómago ... le dije que yo quería follar y se le pasó al tiro.

- Vaya "remedio" más loco...

- Oigan -interceptó Lars- , al menos ya me puse a dieta.

- ¿Amor, no que era mañana? -ambos nos sonreímos.

- Como sea, te doy mis papas. -me las dio y yo saqué con delicadeza una del empaque y le di un bocado.

- ¿Sólo eso le das? -Cliff nos miró raro.

- Bueno, también le doy por detrás, y bien que lo disfruta el picarón éste.

- ¡Lars! -me ruboricé como un tomate y traté de desviar la vista- ¡Aquí no hables de eso! Hay niños, por dios.

- Cliff me preguntó que más te daba yo, y bueno... le respondí solamente.

- En realidad no era necesaria TANTA información. -opinó con una expresión un tanto disgustada- De todas formas, chicos, aliméntense bien porque no quiero que se desmayen con la sorpresa que les tengo.

- ¿Por eso nos trajiste hasta acá? -y bien, para los que extrañaban mis preguntas estúpidas, han regresado en forma de fichas.

- Creí que con mi explicación se entendió bien todo...

- Ah, lo siento...

Seguimos con nuestro "break" tranquilamente, a medida de que íbamos ingeriendo nuestra comida, Cliff se veía más y más preocupado... ¿Qué será lo que lo hace sentir así?

Comer se nos estaba haciendo eterno (sobretodo porque Lars come demasiado y nunca engorda) hasta que acabamos. Nos arrastró hasta el auto nuevamente y con un hilo de voz muy seco pronunció:

- Kirk, Lars... El lugar a donde vamos... no es lo que me preocupa. Me preocupan ustedes y... -suspiró- Sólo pónganse ésto. -nos entregó los trapos- Y procuren no ver nada.

- ¿Qué tan terrible es lo que veremos? -trató de oponerse Lars.

- Depende.

- ¿Depende de qué?

- Depende de cómo reaccionen ustedes. Ésta es la verdadera razón por la que los traje hasta aquí. Lo demás eran mentiras. Ahora verán porque he actuado de forma extraña.

- ¿Alguna pista?

- ¿Recuerdas cuando dije que verían cómo ha sido la vida sin ustedes? Bueno, ahora lo verán cara a cara.

Nosotros no entendimos. Ellos dos siguieron discutiendo, no les tomé relevancia. Miré por la ventana el paisaje y todos eran lugares conocidos. Podían ser tantos lugares a los que nos llevaría...

- Les ruego -insistió- , pónganse eso. No arruinen la sorpresa y no se vale correr. ¿Ok?

- Ok. -obedecimos su orden cubriendo nuestra vista.

Segundos pasaban, oh, parecían milenios... Agradecí haber comido antes de venir porque tenía la sensación de desmayarme con tal imaginar tantas cosas que podrían ser. Pero ninguna se acercaba a lo que pasó de verdad.

Se detuvo el vehículo, de nuevo, Cliff nos ayudó a salir y nos guió hasta llegar a lo que parecía una casa.

- Recuerden, no se vale correr. ¿Sí? -asentimos- Ya pueden quitarse las vendas.

Efectivamente, era una casa... No era cualquier casa, era nuestra casa. Antigua, mejor dicho.

- C-cliff... -tartamudeé- No me... no me digas que...

- Los espero en el auto. ¿Sí? -tocó el timbre y se fue.

Nos dejó a los dos solos, y a mi me dio un tirón en el estómago que me hizo temblar por los nervios. Ya sabíamos perfectamente porqué Cliff nos trajo hasta aquí y cuáles eran sus intenciones.

Nos fue a abrir la puerta un hombre alto, rubio y de ojos azules. Pero no era el mismo que conocíamos, no. Éste estaba mucho más descuidado; su barba a media afeitar, la ropa sucia y mal planchada. Cabello descuidado y repugnante. Se notaba que no se habría aseado hace días. Unas ojeras realmente grandes que hacía su rostro irreconocible.

Antes de si quiera decir un "hola", su asombro no se hizo esperar... se lanzó contra nosotros, y nos abrazó como nunca lo ha hecho antes con ninguna persona en la existencia del puto universo.

- Oh, par de idiotas... -su voz sonaba totalmente quebrantada- lamento todo lo que hice, lo siento. Fui un imbécil... -hasta que pude oír sus sollozos, nos apretó con más fuerza todavía- Vivir sin ustedes ha sido una completa mierda... los he extrañado como nunca, cada día pensé en lo tonto que fui al tratarlos tan mal... ¡Si tan amigos que éramos! Lo siento, lo siento. Por favor, perdónenme... no querrán saber lo que he sufrido desde que los vi partir, saber cómo perdí a mis dos mejores amigos para siempre por mi inmadurez... Perdónenme.

Este era el lado sensible de James que nunca revelaba, y que solo en ocasiones mostraba solo cuando recordaba la muerte de su madre. Ésto era más que claro, él no mentía.

Pudimos sentir sus lágrimas caer... y notamos algo los dos, que todo este tiempo sentimos los mismo... ambos anhelábamos con este día.  Le devolvimos con ganas el abrazo para darle a entender que nosotros también los extrañábamos:

- Te perdonamos... ¿amigos de nuevo?

- Amigos de nuevo. -afirmamos todos al mismo tiempo.

Nos soltó y rápidamente se limpió sus lágrimas.

- ¿Y cómo llegaron hasta acá?

- Cliff. -contestamos a unísono.

- Oh, escuchó mis plegarias a final de cuentas. -suspiró con alivio- Pasen, pasen. Que tenemos mucho tiempo que recuperar juntos.

Entramos como si todavía fuera nuestro hogar y, nos echamos sobre el viejo y roto sillón del living. James nos ofreció cervezas y comenzó una larga charla que parecía interminable.

- ... ¿Entonces Spastik Children fue un plan para localizarnos solamente? -trató de asegurarse completamente Lars, James asintió- Puto infarto que casi nos dio a nosotros dos, ¿no es así, mi amor?

Yo me sonrojé.

- Ni me lo recuerdes.

- Así que viven ahora en Filipinas, eh... -murmuró James- Los felicito, digo... Han logrado mantenerse unidos después de todo. Pero... ¿Cómo carajo se mantenían mutuamente?

- Lars salía a trabajar todos los días. -él escupió su cerveza de la impresión.

- ¿El enano? ¿Trabajando? ¡Juro que no me lo creo!

- Es en serio. Trabajaba de asistente de andén en una línea ferroviaria de la capital de Filipinas.

- ¡Ya era hora, enano! Por fin maduraste, ¿no?

- Ni creas...

- ¿Ha sido interesante su vida sin Metallica? -negamos- ¿En serio?

- No ha pasado mucho que digamos, tener una vida normal apesta. -confesó finalmente Lars- Tenía que decirlo, lo siento, pero es la verdad.

- No te preocupes, cariño -agregué- , opino lo mismo.

- ¿En serio? A ver, suéltenlo todo. Sus problemas y otras mierdas, ¿cuántas cosas se han estado ocultando? Díganlas ya.

Al final, él y yo concordábamos con cada detalle de nuestros respectivamos testimonios. Era muy perturbador de cierta forma, aún así era bueno porque logramos liberarnos de mucho estrés mientras que -por primera vez en la vida- James sonreía y nos ayudaba con nuestras discusiones demostrando un verdadero interés.

- A ver... Les propongo una idea loca. -dijo mirándonos con una sonrisa maquiavélica.

- ¿Sí?

- Si tan aburridos que están en su vida cotidiana, ¿por qué no mejor...? -lo miramos impacientemente- ¿por qué no mejor volver a reunir a Metallica? Spastik Children canceló la gira cuando Cliff enfermó y Ozzy se quedó sin teloneros, entonces...

- ¡Sí! -gritamos con gran emoción- ¡Sí, sí y un millón de veces: Sí!

- E-en serio... ¿Quieren volver después de la gran cagada que me mandé?

- Oh -yo me corrí un mechón de cabello que cubría cerca de mi párpado, donde se apreciaba una cicatriz de los moretones- ¿ésto? Pff... ¡Ya no importa!

- ¿Seguros? -asentimos sonriendo- Ok... ¡Llámaré a Cliff para que celebremos! 

James se levantó a tomar el teléfono pero Lars lo detuvo.

- Oye, Hamster -dijo- ¿No que Cliff nos estaba esperando a fuera?

- Mierda... -me levanté y corrí hacia la puerta- ¡Lo traigo en un dos por tres!

Cuando traje a Cliff y  le contamos todo, se emocionó también y nos dimos un gran abrazo de banda. Oh, todo iba perfecto hasta que...

- James, estoy orgulloso de ti. -lo felicitó Cliff- Creí que te ibas a desmayar cuando éstos te dijieron que se iban a casar.

- ¡¿Qué?! -exclamó estando alarmado, nosotros dos hicimos un facepalm.

- Clif... aún no le decíamos...  -titubeé con nerviosismo.

- ¿Ups? Disculpen. -se echó para atrás mientars que James inhalaba y exhalaba de manera irregular.

- ¡¿Qué carajo?! -gritó finalmente- ¿No pensaban en invitarme o qué? -negamos- ¿Entonces?

Curiosamente andaba con la invitación que sobraba en mi bolsillo, se la entregué a James, el cual la recibió con mucha alegría.

Bien... ¡Por fin ya seremos felices al cien por ciento!

---------------

[Aviso: Éste es el penúltimo capítulo, es decir, que muy pronto se viene el muy esperado final, muchas gracias a todos los usuarios que han leído hasta ahora, en serio, gracias. ]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro