Desperté por el sonido de las marejadas. Hoy es 25 de marzo de 1986. El tiempo pasó casi volando, y no muchas cosas han sucedido: Lars consiguió trabajo en la estación de tren del centro de la ciudad como asistente de andén. Lleva como dos meses y algo trabajando allí, y le va muy bien. No gana mucho pero sirve para mantenernos.
Yo ya me recuperé de mis moretones, se podría decir que estoy completamente sano. Lars y yo estábamos "felices" juntos, ya no se discutía el tema de Metallica, ahora teníamos una vida juntos como pareja viviendo al otro lado del mundo y bien lejos de todo mal. De hecho, a la muy poca gente que conocemos aquí, les hemos mentido sobre nuestros "orígenes"... Aquí nadie sabe que somos... digo, fuimos parte de una banda, ni mucho menos nos hemos atrevido a mencionar siquiera el porqué nos fuimos a escapar de nuestros antiguos hogares.
A pesar de que ahora estemos en tag-init (algo así como verano al estilo filipino) las mañanas siempre son heladas, como 15°C aproximadamente, y luego subía en la tarde hasta 30° o peor aún... las marejadas era común escucharlas a estas horas, de hecho, la costa no es tan lejana... Puede que Lars tiene todo el derecho todavía a quejarse del clima.
Aquel sonido, en ves de alarmar, causaba un gran relajo... Ah, la costa, ojalá cuando a él le den vacaciones podamos ir.
La pequeña brisa fresca entrando por la ventana, mientras que él y yo estamos abrazaditos en cama, dándonos besitos de por medio... Sentí sus labios bajando lentamente por mi cuello...
Hmm... Qué rico es regalonear así por las mañanas.
En uno de esos momentos de curiosidad, volteé a un lado y vi el reloj despertador... ¡El bien maldito no sonó hoy!
- Lars, mi amor... -murmuré separándolo de mi.
- ¿Hmm...? ¿Qué pasó, cariño?
- El despertador no sonó hoy, si no te levantas ahora llegarás tarde.
- Ah... -él ocultó su rostro contra la almohada- ¡No quiero ir!
- Tienes que ir. Un día menos, menos plata te dan.
- Hmm... -gruñó desaprobando esa idea, luego me miró- ¿Y qué hora es?
- Las diez.
- Entro a las diez y media... Llegaré tarde de todas formas... -volvió a apoyarse contra la almohada, yo me senté en la cama y lo empujé para un lado y me mirara.
- Si te vas a duchar ahora, tal vez no demores tanto.
- ¡Ahh! -él insistió con ocultar su rostro, yo suspiré y lancé la almohada lejos, después lo empujé a él de la cama para botarlo.- ¡Oye! Más cuidado conmigo, cariño.
- Lo siento, tu sabes como me pongo en cuánto veo flojera.
- Ok, ok... -él se levantó del suelo y se refregó los ojos, se estiró y bostezó como un oso mutante- ¡Qué flojera ir!
Suspiré, y solté una risa.
Lars siempre va a ser Lars.
Me levanté y lo fuí empujando en contra de su voluntad hasta el cuarto de baño. Saqué un par de toallas del estante, encendí la regadera y lo miré aparentando enojo.
- ¿Quieres que te desvista también, "mi niñito"?
- Oh, sería un encanto, y además, sabes que adoro que me desvistas. -me guiñó el ojo y dedicó una sonrisa pervertida. Limité a reir sarcásticamente.
- No hay tiempo para cochinadas, solo métete a la ducha y apresúrate.
- ¿No te ducharás conmigo?
- Hmm... No, vas a demorarte mucho, así que lo haré yo solo en un rato más.
- Okay...
Y así es como empieza mi rutina.
A su vez que él se ducha, yo bajo rápidamente las escaleras hacia la cocina para preparar el desayuno. Como es final de mes, ya estamos practicamente pobres y solo tenemos productos económicos que no suelen superar los dos dólares de precio.
Preparé el café, abrí todas las ventanas del living -ya que el sol estaba saliendo- cociné huevos revueltos, le preparé un sandwich rápido a Lars. Puse el mantel sobre la mesa y serví todo lo que preparé. Me senté y esperé a que regresara. Cuando lo hizo, se sentó al frente mío y frunció el ceño al notar que solo le serví a él.
- ¿No desayunarás conmigo tampoco?
- Creo que seguiré durmiendo después de que te vayas.
- Ah, bueno, si tu lo dices...
Continuó desayunando pacíficamente, en realidad, yo como amo de casa tengo derecho a hacer las mierdas que se me ocurran en el momento en que Lars salga por esa puta puerta. Pero como yo suelo ser una persona "tranquila", no hago mucho escándalo.
Al finalizar, él fue a terminar de vestirse, yo lavé los trastos y los guardé en su lugar. Cuando él acabó de arreglarse, los dos nos abrazamos y caminamos de esa forma hasta llegar a la puerta principal. Cerré bien el cierre de la chaqueta que usaba, con un enorme logo de la compañía ferroviaria. Le di un muy apasionado beso de despedida y dejé que partiera hacia su trabajo.
- ¡Que te vaya bien! Recuerda andar con cuidado, cariño. -ahora, más que un novio, me comporto como una madre con él.
- Si, si... ¡Nos vemos luego, amor! -me lanzó un beso y yo hice como que lo recibía con gran felicidad.
Cuando la felicidad cada día acababa justo ahora.
Regresé dentro de la casa, y entré a mi habitación. Me acosté en la cama.
Traté, traté y traté de dormir y no pude. Mi mente estaba completamente en blanco. Pasaron un par de horas y sentí como el calor aumentaba y la brisa fresca desaparecía... Puta madre.
Como mi madre aún no regresa de Irlanda -vayan a saber que estará haciendo allá, porque en el caso del divorcio de mi padre no creo mucho- yo tenía una habitación dedicada a mi colección de horror. Fui para allá, me senté sobre una silla, dejando descansar mis pies sobre el escritorio, me puse mis anteojos de "nerd," mientras leía los cómics que ya me sabía de memoria y llegaba a cansar saber como acabará cada uno.
Desearía que por arte de magia el final de cada una de las series que tenga, su final cambiara y así me entretendría más.
Mi estómago rugía de forma salvaje, por tanto, dirigí rumbo a la cocina a ver que podía comer...
Carne, carne, pizza con mucha carne, más carne, carne... ¿Ya dije que hay carne? Ah, ser vegetariano en tiempos de crisis duele mucho.
Tendría que conformarme a la antigua; ensalada al desayuno, ensalada de almuerzo y ensalada a la cena.
Bien, supongo que ensalada con café no debe ser tan mala idea.
Una vez que comí y ordené todo como estaba -ya que desde que soy el amo de casa tengo esa manía obsesiva por limpiar- Revisé mis álbumes de fotos viejas, fotos que me han tomado después de terminar la escuela... Todos esos bellos momentos con los chicos de Exodus, desde que entré a Metallica... la manera cálida en que me recibieron, todas las fiestas y sesiones de puro alcohol y drogas... cuando me enamoré de Lars, cuando nos hicimos novios... Cuando James se enteró, cuando se enojó... Suspiré al recordar la peor pesadilla vivida de todas; aquella noche de año nuevo, oh, fue terrible.
Debo confesar que de vez en cuando, tengo pesadillas con esa noche, sin embargo, nunca he tenido el valor para contárselo a Lars porque no quiero que se preocupe mucho por mi.
Rompí la última foto con James que encontré, arrugué sus restos y los lancé lejos de mi vista.
El calor ya me estaba matando de a poco, decidí darme una buena y relajante ducha con agua fría. Al rato me comformé con solo usar un par de boxers... La ventaja de vivir "solo" es hacer éso, vamos... ¡Cliff ya estaría regañándome con que soy un degenerado! De hecho, hasta alucino con su voz ahora mismo.
Con mi novio trabajando, me la pasó sumamente de solo. Suelo encerrarme en mi mismo desde entonces, leyendo y leyendo cómics. Alquilando películas de terror y verlas solo en el living.
Revisé el correo y vi que recibí mi encargo especial de la revista "Guitar World" que llega todos los meses. Además habían una que otra carta del estado; pagar cuentas, aviso de renovación de la puta visa... Ah, y pensar que nos matamos una semana entera él y yo haciendo trámites para quedarnos aquí y estos hijos de puta nos intentan echar...
Las cartas del estado las tiré a la mierda y me quedé con la revista. Encendí el ventilador el living y me acosté en el sillón. Sintiendo no sólo como el aire me relajaba, si no, también como se me secaba el cabello... Oh sí, dos en uno, perras.
La muy "interesante" lectura que yo realizaba de mi revista fue interrumpida por una llamada telefónica, al principio supuse que eran cobradores solamente, no obstante...
- ¿Aló?
- Aló, ¿se encuentra el señor Ulrich?
- Está trabajando en este momento, ¿quién habla?
- Fleeming, ex-técnico de batería de...
- Oh, ¡ya te recuerdo! -exclamé- Habla Kirk, ¿cómo supiste nuestro número?
- Tu novio me llamó el otro día y le pedí el número para mantenernos en contacto.
- Ah, ¿sabes que Lars y yo...?
- Todo el mundo lo sabe, y se les extraña mucho... Tanto como en Sweet Silence Studios, como en EE.UU por sus familiares y amigos.
- Ok, esto es algo vergonzoso.
- No tanto como lo que debo contarle a Lars, hombre, es algo que los va a decepcionar a los dos.
- ¿Qué ocurrió?
- Metallica canceló la gira y la reemplazará otra banda.
- Oh, pero si eso no suena tan mal.
- Espérate, que ahora viene lo malo, y feo.
- ¿La banda es Megadeth o qué?
- Peor.
- ¿Cuál?
- Spastik Children. -tragué saliva con nerviosismo y quedé casi en shock al oir ese nombre- Sin ti, obviamente.
- Ah... ¿James y Cliff están con...?
- Supongo que Lars sabe de esa otra banda. ¿No?
- ¿Qué pasa si digo que no?
- Puede que se enoje bastante.
- Oh, oh...
- Si, te recomiendo que le cuentes sobre lo que pasó y que los reemplazaron de manera fea.
- Entiendo...
- Bueno, que tengas un bonito día y mándale saludos a tu novio de mi parte.
- Ah, si, claro...
- ¡Adiós!
- Adiós...
Colgué el teléfono, sintiéndome un poco mal.
Spastik Children era una banda alterna a Metallica que teníamos James, Cliff y yo, junto a los chicos de Exodus y otras bandas... Sin Lars. Nunca le conté sobre este proyecto ya que temía de que se enojara conmigo por no incluirlo.
El hecho de que nuestros amigos nos reemplazaran con mis amigos de Exodus era algo feo, muy feo.
Me dirigí a abrir el gran ventanal del patio, cuando me di cuenta uno estaba totalmente roto, y al marco había una nota hecha por Lars que citaré:
"lo siento x romper el bentanal... estava jugando tenis con el vecino y como yo soy terrible genial en ese juego ¡hise un mega lanzamiento que el vecino no pudo esquivar y rompí el bentanal! sorry si cuesta mucho la reparasion, yo te la pago si quieres.
P.d te hamo"
Excelente, no se va a poder reparar el puto ventanal hasta que le paguen ese enano hijo de puta que amo tanto... Puta pobreza.
Las horas pasaban y no sabía que hacer para desaburrirme, quise llamar a algún amigo de confianza para poder contar todo lo que ha pasado pero...
Metallica no, muy riesgoso. Anthrax no, están de gira. Slayer igual. No pienso en si quiera tener a Megamustaine como opción de confianza... Ah, ¡ya sé!
Llamé a casa de Exodus y me contestó Gary, para mi suerte.
- ¿Aló, alguien?
- Gary, ¿eres tú?
- Si, ¿quién habla?
- Kirk Hammett. -escuché como él escupía lo que estaba bebiendo por la impresión.
- ¡Oh, Kirky! Estaba tan preocupado por ti, ya que no se ha sabido de tu existencia en meses, cariño.
-No te hagas el imbécil, Gary, sabes perfectamente que...
- Te escapaste a Filipinas, lo sabemos, pero de que ha sido de tu vida y la de tu novio no se sabe nada.
- Pues Lars trabaja como asistente de andén en la estación de tren del centro de la ciudad.
- ¿Lars? ¿Trabajando? ¡Imposible!
- Aunque usted no lo crea. -ambos reímos- Pero, ¡oye, tú, traidor!
- ¿Qué?
- Spastik Children, perra, ¿es en serio?
- Yo también me salí de ese proyecto, no me digas nada.
- El técnico de batería de Lars me dijo que se irán de gira reemplazando a Metallica.
- Pero ellos, yo no, el único que se irá con ellos es Paul.
- ¡Hijos de puta! -me quejé.
- Oh, vamos, ustedes quiseron vivir la vida normal. Nosotros la vida thrasher. ¿Se entiende?
- ¿Pero reemplazarnos?
- Si no encontraban una banda que reemplazara a Metallica, ellos se quedarían en banca rota. Adivina a quién se le ocurrió esa magnífica idea.
- James. -rechiné los dientes, estando más que seguro.
- No.
- ¿Ah?
- Fue Cliff.
- ¡¿Qué?!
- No nos dijo el porqué, creo que tiene sus buenos motivos para hacer eso, no lo sé.
- Ah... -suspiré, tratando de tranquilizarme- Bueno, ya no importa.
- Si, y cambiando de tema.
- ¿Si?
- Ya salí del clóset con mi banda.
- Oh, ¿en serio? ¡Qué genial! ¿Y qué te dijieron?
- Lo tomaron muy bien... A Tom le costó procesar un poco la información pero me aceptó totalmente. Y de hecho, Paul fue el que "mejor aceptó mi salida del clóset".
- ¿Ah? ¿Por qué?
- Es una muy larga historia, tal vez te la cuente otra día.
- Okay...
Seguimos conversando por unos minutos más hasta que colgué y vi que sobre un mueble, estaba un papel con las direcciones y números de teléfono de mis parientes que viven en Filipinas. Entre esos vi que estaba la dirección de la casa de mi abuela por parte materna.
¿Cómo carajo esta señora sigue viva?
Bien, por aburrimiento y cortesía decidí vestirme decentemente e ir de visita. Y me fue a abrir la puerta una niña de cabello rubio ondulado y de rasgos filipinos puros.
- ¿Se le ofrece algo, señor? -preguntó de manera no muy agradable, luego recordé quién era.
- ¡Odette! ¿Se encuentra tu abuela por ahí?
- ¿Y usted es? ¿Y cómo sabe mi nombre?
- Kirk Hammett, soy tu primo lejano.
Ella parecía nada de convencida, entró a la casa y oí que gritó:
- ¡Abuela! Un tipo flacuchento casi desnutrido dice que es mi primo y quiere verte. ¿Lo dejo pasar?
- A ver, que esa estafa ya está más que archi usada, mijita.-gritó la abuela- Ayúdeme mijita y le pego con mi cartera.
Cuando ella llegó con mi prima a la entrada, se lanzó a abrazarme y luego me apretó fuertemente los cachetes de la cara diciéndome:
- Ay, Kirk, mijito, tu madre dijo que en uno de estos días vendrías de visita, Pasa, pasa. Siéntate que ya traigo algo de comer.
- Abue', ¿quién es él? -preguntó la niña todavía desconfiada.
- Tu primo lejano, pequeña Odette, no seas pesada y sírvele una taza de té ahora.
- Si, abue'.
Yo pasé y me senté en el sillón del living... Ah, la pequeña Odette... Sus padres murieron en un accidente pocos meses después de que ella naciera, y mi abuela la cuidaba como si fuera su hija. Ella no debió reconocerme porque ella apenas era una bebita cuando yo la conocí.
Cuando ella llegó con mi taza de té, me la entregó y se sentó a mi lado estando de brazos cruzados.
Ok, una "charla familiar" a simple vista parece un idea jodidamente de aburrida y cualquier persona que yo conozca, rechazaría aquello... Yo no. Yo me sentía feliz de cierta forma, extrañaba a mi madre y la persona más parecida a ella es mi abuela así que... Ya entienden a que voy.
Las típicas preguntas acosadoras que hacen las abuelas, la entrega secreta de dinero y caramelos... Ella no se quedaba atrás. Y aunque me haya llenado el estómago con caramelos de fresa y chocolate, siempre -y estoy seguro que casi todas las abuelas lo hacen- existirá el siguiente diálogo:
- Mijo, sabes, te encuentro muy delgado. ¿Haz estado comiendo lo suficiente?
- Claro que si. -respondí, haciendo como que comía caramelos pero en realidad los guardaba en mis bolsillos porque me estaba doliendo el estómago.
- ¿Almorzaste hoy? -negué- ¿Desayunaste? -asentí- ¿Qué cosa?
- Café y una ensalada de lechuga con tomate.
- Ay, no, niño. ¡Eso no es comer! Te vas a morir de hambre, a ver... Odette, querida, cuida al desnutrido de tu primo que yo iré a la cocina a prepararle algo.
- Si, abue'. -contestó ella.
- Pero si yo... No tengo hambre... -contradije despacito.
- Shh, no se diga nada jovencito, espero que le guste el pato asado.
- Ah, pero yo soy vegetariano...
- Bueno, ahora serás carnívoro y comerás lo que te de.
- Está bien, abuela...
Ella se levantó del sillón, tomó su bastón y se dirigió a la cocina cuando mi prima se acerca a ayudarla, cuando...
- No, niña, cuida a tu primo que no se desmaye, que le falta su buena ración de comida.
- Si, abue'.
Se sentó a mi lado, me observó de pies a cabeza y frunció el ceño:
- ¿En serio eres el hijo de la tía Chefela?
- Si, ¿por qué?
- No te le pareces ni en lo más mínimo a ella... De hecho, ella se parece más a mi. -fruncí el ceño, pues la mocosa tenía razón.
- Bueno, la genética no siempre hace que te parezcas solo a tu madre o solo a tu padre, también puedes ser una combinación de los dos.
- Lo sé, eso lo vi en la escuela hace poco... Es que ni a tu padre te pareces... ¿Seguro no eres adoptado?
- ¡Odette! -me quejé- Está bien que no me parezca mucho a mis padres pero no es necesario decir esa cosa tan fea.
- Lo siento... Es que yo no conozco a los míos...
Oh, oh... Kirk, la haz cagado.
- No, no me refería a que...
- Ya no importa, dejó de afectarme hace varios años ya.
- Oh, que bien.
- Si, dime sinceramente, sabiendo que la abue' ni la tía Chefela se enterarán... ¿A qué te dedicas?
- Soy amo de casa, si es que se puede decir.
- La tía Chefela dijo que vivías con un amigo tuyo ahora.
- Ah, si, claro... "Amigo"... -solté una risa nerviosa.
- ¿No lo es? -yo negué- ¿Te cae mal? -volví a negar- ¿Entonces?
- Es una muy larga y traumática historia, pequeña, no quiero traumarte ni nada.
- Tengo dieciseis años ya, sé que aparento doce o menos por apariencia física... ¡Pero odio que me traten así!
- Wo-oh, lo siento, no quería sonar tan pesado.
- No importa, solo dímelo.
- A ver... Lo resumiré todo: Yo tenía una banda que se llamaba Metallica, me enamoré del baterista, resulta que él sentía lo mismo, terminamos siendo novios y luego dejamos esa banda y nos mudamos a Filipinas para rehacer nuestras vidas.
- Espera... ¿Él? ¿Osea eres gay?
- Se podría decir que sí, sin embargo, para ser sincero... No. No es que a mi me gusten los hombres, a mi solo me gusta uno solo y es mi novio.
- Aww, que tierno sonó eso.
- Gracias...
- ¿Y por qué dejaron su banda? -suspiré deprimido, yo cubrí mi rostro con mis manos- ¿Ocurre algo malo?
- Es una historia terrible.
- ¿Puedes contarme?
Realmente es algo extraño tener que desahogarte con un pariente lejano, pero como ella es una chica, siempre tiene algún consejo y/u observación con respecto al tema:
- Creo que hicieron bien al alejarse de ese tipo malo que los molestaba, aún así... ¿Abandonarlo todo?
- Lo sé, es patético...
- Patético no, extraño si. Nunca me atrevería a hacer algo así por amor... ¿No extrañas a toda esa gente?
- Obviamente sí, pero a Lars no le gusta que hable sobre el tema de Metallica... Aveces solo quiero regresar solo para ver a mis verdaderos amigos... nos reemplazaron, y eso me duele...
- Deberías hablar de eso con tu novio, es un tema delicado.
- Claramente.
Al rato llegó la abuela avisando que si no me comía todo lo que me sirvió me desterraría de la casa... Y sé que eso es posible. Me aguanté todas las ganas de vomitar y comí carne, dios mío, comí carne...
Pasaron más horas de pura charla familiar, me despedí y llegué a casa justo para preparar la cena; sopas instantáneas marca "Maruchan", oh sí, la pobreza nos ha llevado a estos límites.
Y para que no se viera tan indecente -por no decir pobre y desaliñado- vertí la sopa en dos platos, los puse sobre la mesa. Serví jugo en dos vasos, ordené bien los cubiertos con una servilleta para cada uno... Ah, Lars llegará en cualquier momento.
Apenas entró por la puerta, me tiré sobre él para abrazarlo. Y oh, más rutina repetitiva:
El típico beso para recibirlo, preguntar por cómo le fue, y que me responda con un "como la mierda pero por ti hago cualquier cosa". Sentarnos a cenar los dos, ver televisión juntos en el living, luego besarnos varias veces, entrar a nuestra habitación, más besos... Oh, bueno, tuve que interrumpir todo aquello con un:
- Lars, mi amor, debo decirte algo muy importante. -ambos unimos nuestras manos armoniosamente y él me miró seriamente.
- ¿Qué ocurre, pasó algo muy malo? -yo mantuve el silencio- ¿Hay algún problema?
Oh, ¿qué podía decirle? Podía hablarle sobre las constantes pesadillas que he tenido sobre mi "accidente", sobre la banda Spastik Children, que los chicos ya nos reemplazaron, que yo los extrañaba a ellos y a todos... Que tenía -en el fondo de mi corazón- ganas de regresar... Aún después de tantas cosas que podía discutir seriamente con él, me limité a evadir todo con un muy simple y ordinario:
- Te amo.
Él sonrió, dejando de lado su preocupación.
- Yo también te amo. -respondió, soltando mis manos y abrazándome con fuerza.
Me odié a mi mismo con ganas por no tener el valor de hablar, por temer de la reacción de Lars, sobre cuánto él se preocuparía si se enteraba de cualquiera de estas cosas... Oh, creo que necesito ayuda, de alguien, no sé quién pero...
¡Ayúdenme!
A fin de cuentas, solo ha sido otro día ordinario más, con mi aburrida rutina poco innovadora.
Solo espero que pronto ocurra algo interesante que no ponga en peligro mi relación con Lars, en ningún sentido.
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