Capítulo 31: El plan vengativo.
Al día siguiente, me desperté sintiéndome un poco mejor que anoche; ya podía mantener los ojos abiertos sin sentir el ardor, y moverme ya era mucho más fácil.
- ¿Ya te sientes mejor, mi amor? -preguntó Lars, mientras se sentaba en la cama y me miraba directamente a los ojos, con bastante preocupación.
- Me sigue doliendo todo, pero al menos ya puedo hablar. -respondí con una sonrisa, que me costó ejercer pero valió la pena.
- ¿Duele mucho? -yo negué, y él suspiro aliviado, pero hizo una mueca de desprecio- En realidad, no sabes que tan enojado me siento por lo que te hicieron.
- Hiciste bien al cuidar de mi, no necesito nada más.
- ¿Y el plan? ¿Qué hay con eso?
- Me da miedo...
- ¿Qué cosa?
- El plan... Eso cambiaría totalmente nuestras vidas, ¿sabes?
- No haré nada que tu no quieras, si tú lo apruebas... -él tomó mis dos manos y nos sonreímos mutuamente- ... Seremos felices por siempre, como en las películas. ¿Qué opinas? -insistió nuevamente, acariciando mis manos con gentileza.
- Tendría que pensarlo bien...
Durante las horas en que Lars cuidó de mi, permití que se apoderara de cualquier cosa, tenía permiso para todo... Permití que pensara por mi. Ahora que ya me siento un poco mejor, pienso por mi cuenta... Era todo tan riesgoso, yo senté en la cama junto a él, apoyé mi rostro en su hombro y contesté firmemente:
- Sí, hagámoslo.
- ¿Seguro?
- Si.
Él puso sus brazos al rededor mío, me acercó más a su cuerpo y me abrazó cálidamente. Me hostigaba el roce de su cuerpo contra mis moretones, pero sabía que era el tipo de hostigación que vale la pena sufrir, y que, sonará masoquista, pero estaría dispuesto a sentirme así de mal solo porque Lars es la razón. Algo que parece ser tan simple como ser abrazado por mi novio, era doloroso pero... Me encantaba...
Me dio un beso en la frente, me miró por un segundo y frunció el ceño.
- ¿Qué pasó, mi amor? -pregunté, luego seguí su mirada que estaba dirigida a los moretones de mis brazos.
-Esos... ¿De dónde salieron? Anoche no los tenías. -me dijo de manera seria y con una gran decepción, observando el resto de mis moretones.
- Aveces los moretones no se forman tan rápido. ¿Sabías, amor? No te preocupes, lo digo enserio.
Él solo me dedicó una mueca de desprecio, se levantó de la cama y me hizo un gesto para que lo siguiera. Yo, con mucha lentitud y delicadeza, me levanté y caminé hacia el espejo, y ambos nos miramos por nuestro reflejo.
- Quiero que mires cómo es que te dejaron esos imbéciles. -habló finalmente, de manera cortante y con gran decepción.
Yo miré bien mi rostro, ya que ahora si podía hacerlo ccon gran detalle; mis ojos ya se habían deshinchado un poco pero los moretones eran muchísimo más visibles y el contorno de mis párpados junto a mis ojeras se veían de un oscuro morado azulado, ya casi entrando a negro. Mis labios estaban manchados con sangre y un poco inflamado estaba mi labio inferior. Algo que no noté además, era que mientras dormía, la hemorragia nasal continuó y yo estaba con un rastro de sangre que empezaba en una fosa nasal hasta la barbilla.
Ni hablar de lo horrible que quedó el resto de mi cuerpo. Anoche Lars me vistió con una camiseta de manga corta y con unos shorts, lo que facilitaba ver la cantidad de rasguños y moretones que yo tenía. En los brazos no era tanto, pero mis piernas, oh dios mío...
Eran gigantes en su mayoría, otros eran más pequeños, sin embargo, mis rodillas ya eran completamente azul y tenía pequeños toques de amarillo y rojo. No me sorprendía mucho que me ardieran de una manera horrible. Podía caminar pero a pasos cortos y muy lentos, vaya que me dolió hacerlo para acercarme al espejo anteriormente. Puedo mantenerme en pie, pero preferí no hacerlo. Me lancé contra la cama y gruñí de dolor al caer de espalda contra el colchón.
Seguramente debía tener otro moretón más allí.
- ¿Ahora entiendes porqué me preocupo tanto? -yo asentí positivamente- Duele muchísimo verte así, cariño. Y déjame decirte que debajo de tu ropa hay todavía más.
- ¿Qué tanto hay?
- No tan grave como en tus piernas pero... No deja de ser horrible de ver.
No pude evitar caer en llanto; me veía horrible y recordar a todo detalle lo que ocurrió anoche me hace sentir todavía peor. Él se acercó para confortarme en sus brazos.
- Lars, mírame cómo estoy... ¡Soy un monstruo! -lamenté, mientras mis lágrimas limpiaban la sangre seca de mi rostro.
- No, cariño, no lo eres.
- Si, si lo soy. ¡Hasta el hecho de que me abraces me hace sufrir! -él rápidamente me soltó- ¡Realmente me duele, me duele todo! Desde el más pequeño rincón de mi alma... El recuerdo de todo lo que me hicieron.. -no pude seguir hablando porque el llanto acabó por consumirme.
Lars limpió mis lágrimas y tomó delicadamente mi cara con sus manos.
- Kirk, mi amor, relájate... Este... No te ves tan... ¿Mal? Digo... Son sólo unos moretones, uno que otro rasguño... Yo creo que te ves... ¿Hermoso? -claramente lo dijo sólo para hacerme sentir mejor.
- No me jodas, me veo horrible. No soporto tener que lidiar con ésto...
- Pero... Te ves lindo.
- ¡Qué no! Parezco una mierda deforme.
- En realidad, por los moretones de los ojos pareces más un panda... -yo lo miré enfadado- ¿Qué? Los pandas son lindos.
- Me hace sentir mal eso... Ser un panda.
- No quiero verte sufrir, cariño. -él me dio un beso y prosiguió- ¿Enserio no quieres que te lleve al hospital o algo?
- No, puedo respirar, así que estoy bien.
- ¿Seguro, seguro?
- Si, no obstante, mi amor, quiero que los dos, hagamos una cosa, hoy, y quiero hacerlo ahora mismo.
- ¿Qué cosa?
- El plan.
Ambos sonreímos maléficamente y nos besamos.
- Aún no, Hamster, aún no.
- ¿Y por qué? Ese hijo de puta de James tiene que pagar.
- Primero vamos a desayunar, ¿vale? De ahí nos organizamos para el plan.
- Vale.
Nos dimos otro beso más. Luego, él se pusó unos shorts (ya que sólo estaba utilizando una camiseta larga), y los dos nos dirigimos a la puerta de la habitación. Lars se dio cuenta de que yo caminaba demasiado lento, así que me cargó por las escaleras y llegamos al comedor. Dónde ya estaba la mesa preparada -con tazas de té y tostadas servidas para todos- Cliff estaba en la cocina, guardando cosas dentro del refrigerador, por tanto él aún no veía la mierda que tengo de cara.
Lars me sentó en una silla y él se sentó a mi lado. A los pocos segundos llegó Cliff y él dijo:
- Buenos días chic... ¡Oh, dios mío! Kirk, ¿qué mierda te pasó en la cara?
- James. -respondí de manera cortante.
- ¿Él te hizo ESO?
- Él no, pero tiene la culpa.
Cliff me miró con confusión.
- Larga historia. -trató de evadir el tema Lars.
- Ah, ya...- Cliff se sentó frente a nosotros, con una expresión facil que no tenía precio: desconcierto extremo.
James llegó a la habitación, de buen ánimo, pero éste se destruyó al vernos a Lars y a mi.
- ¡Pedazos de mierda! -gritó furioso- ¡¡Nos dejaron en puto ridículo anoche!!
- ¡¿Qué puta culpa tenemos nosotros?! -gritó de vuelta Lars, ambos se acercaron y e intentaron golpearse, en defecto, Cliff los separó.
- A ver... ¡Tan temprano y ya pelean ustedes dos!
- ¡¡DEJARON EL PUTO LUGAR Y NOS DEJARON PLANTADOS, CLIFF!! -le gritó James.
- ¡¿Ah, sí?! ¡¡UBÍCATE, IMBÉCIL, MIRA COMO DEJASTE A KIRK!! -contradijo Lars.
- Me importa una mierda lo que haya pasado. Vamos a desayunar pacíficamente los cuatro y en el living se discutirá todo. -interrumpió Cliff.
Orden dicha y cumplida; desayunamos los cuatro de manera incómoda. Lars y yo le dedicábamos miradas asesinas a James, y viceversa. A su vez que Cliff suspiradaba, y no le tomaba atención a nuestros problemas hasta que terminamos todos de comer.
Cliff fue a dejar los trastos a la cocina y todos nos sentamos en los sillones del living. Obviamente, Lars me cargó hasta allá.
- Ah, ¿es qué acaso el negro este no puede caminar, que su noviecito lo tiene que cargar? -se quejó James, estando de brazos cruzados.
- No, no puede. -lo desafió Lars.
- Si puedo. -intercepté- Pero me duele mucho hacerlo.
- Bueno, comencemos por lo más básico e intrigante de todo. -cambió de tema Cliff.
- Esperen, ya vuelvo. -Lars me guiñó el ojo y entendí a qué se refería.
- ¿A dónde vas?
- Al... ¿baño?
- ¿Enserio?
- Eh... ¿Si? ¡Si! Estoy que me cago, ¡vuelvo al tiro!
Lars salió corriendo. Y yo sabía que NO iba al baño. Iba a hacer la primera parte del plan, y en la ocasión más inoportuna a mi parecer.
- Y te abandona justo ahora tu noviecito, ¿no? Miedoso de mierda. -se burló James, entretanto Cliff lo ignoró.
- ¿Qué te ocurrió, Kirk?
Yo conté absolutamente todo lo que pasó, me desahogué como nunca antes, volviendo a llorar, maldiciendo a James como nunca imaginé hacerlo, cuando Lars ya había regresado, él me abrazó y me consoló.
- Suena taan de película esta mierda. -volvió a burlarse James- Solo que el cine gay nadie lo quiere al igual que ustedes, maricones de mierda.
- James, ¿no entiendes que la haz cagado, y de proporciones bíblicas? -le regañó Cliff- ¡Ésto es algo gravísimo!
- ¡Pero si yo no hice nada!
- ¡Por tu culpa casi lo matan! -objetó Lars.
- ¡Mentira! ¡Esos tipos lo golpearon porque sí, yo no hice nada!
- ¡Les dijiste que lo torturaran! ¿Cómo no vas a ser culpable?
- ¡No tienes pruebas!
- No, pero... ¡¡TENGO EL PUTO CUCHILLO QUE CASI ME CLAVAN POR SALVAR A KIRK!! -él levantó el cuchillo en dirección a James- ¡Y soy completamente capaz de atravesarte con él!
James soltó una risa sarcástica y Cliff hizo un facepalm:
- James, Lars, paren. A golpes las cosas no se solucionan, la única solución es conversar civilizadamente sobre el caso.
- ¡Mis pelotas! -replicó James.
- Quieran o no, van a tener que hablar sobre el tema.
Después de una muy larga charla, que la mitad fueron insultos y regaños de Cliff... Llegamos a un "acuerdo" de que James no nos volvería a molestar.
Y yo sé que él no va a cumplir ésto.
Dulces inocentes, si supieran lo que Lars y yo planeamos hacer...
Ya nos habíamos arreglado Lars y yo con ropa limpia, y peinado, y esas cosas. Cuando, a toda prisa, nos pusimos a efectuar nuestro plan maestro.
Agradecimos que no desempacamos nuestras cosas y demases que robamos a Charlie, ya que nuestro plan ya estaría más facilmente resuelto. Sólo habían otras cosas que no nos había llevado a Dinamarca que quedaron sin empacar, Lars buscó cajas por toda la casa y él empacó por mi todo lo que quedaba -que en su mayoría eran cosas de mi colección de terror- durante aquello, yo estaba recostado en mi cama, tratando de ocultar el daño causado en mi contra con maquillaje... Inconvenientemente, no servía de nada.
- Amor... No es por ofenderte ni nada, pero... -me dijo él mientras guardaba varios juguetes de películas de terror antiguas- ¿Cuál es la obsesión por coleccionar esta basura?
- Lars, cariño, no es basura... Es arte. De terror, pero es arte.
- ¿Algún motivo para coleccionar tanto "arte"?
- Adoro el horror, ¿qué más puedo decir?
- Hmm... -rezongó en modo de desaprobación- Está bien, cariño.
De ahí, guardó también juguetes japoneses antiguos, cómics (algunos de terror y otros no) , más cómics, piezas de colección de diferentes películas de terror obviamente... Terminó llenando tres cajas enormes para ensamblar solamente mi colección. Después empacamos un poco de ropa y otras cosas más para el viaje.
- ¿Algo más, "amo"? -se quejó finalmente.
- Uhh... Lo siento, sabía que guardaba muchas cosas pero no pensé que tantas.
- Ah, pero no queda nada más, ¿cierto? -yo asentí y él suspiró aliviado- ¡Que genial!
- Si, pero dile al tipo que se lleve nuestras cosas que sea cuidadoso con esas cajas que ahí están mis "hijos".
- ¿Hijos?
- Algo así.
- ¿Estamos criando a cientos de figuras coleccionables, muñecos y cómics de terror? ¡Mierda!
Reímos y él se acercó a mi para besarme. Y nos sonreímos.
- ¿A qué hora llegará el camión de traslados? -pregunté, él miró a hora.
- En cinco minutos.
- ¿Y cómo llevaremos las cajas sin que nos vean?
- Hmmm... -lo pensó bien- Ya vuelvo.
Cuando regresó a la habitación, continuó:
- No hay moros en la costa, vamos a tirar todo por la escalera y de ahí a la calle.
- ¿Tirar por la escalera? ¿A mis bebés? -yo señalé las cajas que contenían la susodicha colección.
- Hamster, no pienso en cargar todo eso y luego regresar para cargarte a ti.
- Ah, bueno...
Me sorprendió mucho que nadie escuchó como Lars tiraba todas las cajas con nuestras cosas por la escalera. Pasó un rato y él me fue a buscar. Justo cuando llegó el camión. Lars metió todo dentro del camión y James se acercó a nosotros estando enojado:
- ¡¿Pero que mierda?! ¡¡YO NO PEDÍ UNA PUTA MUDANZA!!
- Pero nosotros sí. -contradijo Lars.
- ¿A dónde se van?
- No lo sé. Pero nos vamos.
- ¡¿Qué?!
La única razón por la cuál James no era un jodido mendigo en la calle era por la plata que ganaba en Metallica. Nuestro plan era abandonar la banda para que la gira de marzo se cancele y él se quede pobre y sepa la cagada que se mandó al dejar ir a sus "mejores amigos".
- ¡A ver si logras vivir sin nosotros, soquete!
Ambos nos subimos dentro del camión. Y Lars le dijo al conductor:
- Llévenos al aeropuerto.
- Lo lamento señor, mi deber es llevar ésto hacia...
- Le pago lo que quiera, pero llévenos al aeropuerto. Luego usted seguirá con su trabajo, pero por favor... -le rogó estando de rodillas.
- Bueno... -Lars le arrojó un fajo de billetes y el conductor encendió el motor.
- ¡Nos vamos para siempre, hijo de puta! -le gritó Lars a James para despedirse.
El camión empezó a andar y James nos salió persiguiendo, se subió al camión pero Lars lo empujó y el vehículo aumentó la velocidad. Ambos estábamos en la zona de carga, con un montónde cajas moviéndose de un lado a otro, otras cayéndose...
- Lars, ¿sabías que las probabilidades de morir por culpa de esas cajas es del setenta por ciento?
- Oh, cariño, relájate... Ya llegaremos pronto.
- Ok, ok...
Pasaron minutos de eternidad, nosotros nos bajamos con nuestra maleta. El camión de traslado de fue y nosotros nos dimos cuenta de algo... ¡El aeropuerto estaba cerrado!
- Lars, ¿recuerdas que es día festivo y que todo está cerrado?
- Para Lars FOCKIN Ulrich, todo está abierto.
Él rompió un ventanal y los dos entramos al aeropuerto. Había un montón de gente atendiendo; efectivamente, estaba abierto pero solo para que aterrizaran aviones y dejaran pasajeros. Como era feriado, el servicio de venta de viajes estaba cerrado, hasta que...
Encontramos un puesto abierto, Lars le lanzó con agresividad nuestros documentos a la joven mujer que atendía.
- Buenos días, señor, lamentamos que hoy no se venden... -dijo ella pero Lars lo interrumpió.
- ¡A la mierda! ¡Nos va a vender y punto! ¿O quiere que la deje a usted y a su puta compañía de viajes como a él? -Lars me señaló y la mujer se atemorizó al verme.
- P-pero...
- ¡"Pero", mis bolas! ¿Hay viajes disponibles? -ella asintió- Entonces venda, no sea perra.
- ¿Cu-cuál es su destino, señor? -ella tomó los documentos y empezó a tipear en su computadora.
- Vamos a... Mierda -se dirige a mi- , cariño, ¿a dónde nos vamos?
Yo lo pensé bien y respondí firmemente.
- Filipinas.
- ¿Seguro? Ahí son pobres como la mierda.
- Estoy seguro, conozco a alguien que nos puede alojar allí.
- ¿Seguro, segurísimo? -yo asentí y él se dirigió a la mujer- Filipinas, al vuelo más próximo, por favor.-Lars le dio un fajo enorme de billetes- Y quédese con el cambio.
- El próximo vuelo se efectuará en quince minutos. -ella nos devolvió nuestros documentos- Que la pasen bien y lleguen sanos y salvos.
Nosotros corrimos por todo el aerpuerto en busca de nuestro vuelo hasta que recordé algo.
- Amor, debo ir a hacer una llamada, urgente.
- ¿Para?
- Es secreto.
- Ok... Aprovecha de llamar a la compañía de traslados para darle la dirección exacta para llevar nuestras cosas, ¿sí?
- Okay.
Corrí hacia un teléfono público, hice una llamada a larga distancia a Filipinas para que ese alguien pudiera mantenernos a Lars y a mi, y que me dé la dirección de su casa. Llamé a la compañía de traslados también para dar la dirección.
Finalmente, Lars y yo corrimos (y con éso, me refiero a que él cargue la maleta y a mi) hasta tomar nuestro avión justo a tiempo para el despegue.
Prepárense que se viene una vida completamente nueva.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro