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Capítulo 26: Recapitulando su pasado.

Me alegra muchísimo el hecho de que todo problema con Gary se haya solucionado. Sobretodo porque ahora él y Lars se lleven "bien"... Bueno, Lars sigue con sus celos pero eso no es un gran problema, debido a que no hay violencia entre medio.

Y nótese que el día en que cumplimos seis meses -el 23 de noviembre para ser exactos- Lars y yo hicimos como si nada, esa misma noche James había salido a una fiesta pero sin "beber", y Cliff convenció a Gary para que ellos salieran con James para vigilar que no rompa la regla y así dejarnos a Lars y a mi solos durante toda las noche... Y bueno, ya se imaginarán que cosas cochinas hicimos, ¿no?

Pero no es sobre eso lo que quiero hablar ahora.

El tiempo pasó y hoy es 26 de diciembre de 1985; cumpleaños de Lars para detallar aún más.

Y por si les importa, mi niño cumple veintiun años... Osea que ya cumplió la mayoría de edad.

Me desperté pesando en él, como siempre, miré hacia mi reloj despertador y vi la hora: 12:25 AM. Rápidamente me levanté, me vestí con lo primero que pillé, me peiné a la rápida... Bajé las escaleras a velocidad ninja, tratando de buscar papel de regalo por alguna parte de la jodida casa...

¿Por qué no empaqueté la mierda de cuadro antes?

Tuve que recurrir a técnicas milenarias y antiquísimas de situaciones de pobreza: busqué entre los papeles ya usados de los regalos de navidad, el papel más decente y envolví el cuadro con éste... Iba pegarle la cinta de regalo pero... ¿Dónde mierda hay cinta adhesiva?

Bajé las escaleras y aproveché para ver si Lars había despertado o no. Me asomé por la puerta y él seguía durmiendo plácidamente con ronquidos de oso incluidos.

Agradezco totalmente que él sea de sueño tan pesado, porque puede que haya un terremoto y aún así Lars no despierta.

Cerré lentamente la puerta de su habitación y seguí mi camino por el pasillo del tercer piso, admirando la que nosotros mal llamamos "la pared de los chicles".

Le llamábamos así porque James siempre que masticaba chicle, los pegaba en aquella pared que estaba entre su habitación y la de Lars.

Suspiré, admirando mi última opción.

Con algo de asco, saqué el chicle que más pegajoso estuviera, para luego ir a mi habitación y pegar la cinta al regalo con el puto chicle asqueroso.

Bajé rápidamente las escaleras, me asomé por éstas para ver hacia el living, por si alguien ya se había levantado; estaban James y Cliff, también sacando papel de regalo usado, empaquetando una caja de zapatos vieja:

- Oye Cliff -comentó James- ¿Por qué no mejor envuelvo solo la botella de cerveza y listo?

- No, porque va a ser demasiado obvio. -le respondió Cliff- Por eso la idea de forrar la caja y luego meter la botella adentro para que siga siendo una sorpresa.

- Vaya lata -se quejó James mientras seguía forrando.

- Si, si. Tú solo sigue empaquetando, por mientas yo iré a buscar algo a mi habitación.

- Ok.

Cliff subió las escaleras, pasando por mi lado, sin embargo, él no notó mi presencia.

Pasaron unos segundos desde que Cliff subió las escaleras, y James ya había abierto la botella , para colmo, se la bebió entera en un dos por tres, Metió la botella vacía dentro de la caja y terminó de forrar la caja agregándole una cinta roja.

Cliff regresó y miró a James:

- ¿Terminaste de empaquetar?

- Si.

- Ahora a ir a despertar a Lars y darle el regalo, ¿no?

- ¿Todavía duerme ese flojo de mierda?

- Recuerda que es de sueño pesado.

- Ah, verdad.

Ellos siguieron conversando pero yo no quise escuchar más. Subí rápidamente a mi habitación, tomé el regalo y corri a la habitación de Lars; entré sigilosamente y lo vi dormir profundamente todavía, yo dejé el regalo de lado y me subí en su cama, estando encima de él, lo sacudí un poco para que se despertara. Él paró de roncar inmediatamente.

- Hmm... -resongó en medio de su sueño- Mami, no quiero ir a la escuela...

Yo me reí por lo tierno que se veía.

- No, Lars, no soy tu madre.  -volví a sacudirlo pero él no despertaba.

- Hmm... Mami, cinco minutitos más...

Yo volví a reirme.

- No, Larsie, mi amor, despierta...

Yo volví a sacudirlo y me acerqué más a él para darle un beso en los labios, de a poco él fue despertando, cuando despertó en su totalidad, él tomó mi rostro para continuar con nuestro beso.

- Feliz cumpleaños, Larsie. -murmuré por encima de sus labios y le di un beso corto.

- Gracias por recordarlo, mi amor.

Nos dimos otro beso más, y yo le entregué mi regalo. Él, ansiosamente lo abrió  y cuando vio con claridad la pintura, su expresión de sorpresa no tenía precio. Él dirigió su mirada hacia mi, luego hacia la pintura. Tenía la boca abierta, como si estuviera a punto de decirme algo muy importante, pero no le salía ni una sola palabra. Lars velozmente dio vuelta el cuadro para ver el reverso, observó detalladamente la carta adjunta a la pintura, que quise sacar pero no pude y quedó media suelta pero intacta, sin romper. Noté que sus ojos comenzaron a humedecerse, como si estuviera a punto de llorar, sin embargo, Lars dejó a un lado de la cama el cuadro y se lanzó para abrazarme.

Y lo hizo como nunca antes, con tanta fuerza que casi yo no podía respirar. Luego me dio un beso corto y dejó su rostro apoyado en mi hombro.

- Gracias, mi amor, gracias, te lo agradezco mucho... -murmuró despacito.

- Oww, pero si no es nada, cariño. -dije, haciéndome el orgulloso.

- Si, si lo es... No sabes lo importante que es para mi ÉSE cuadro. -susurró mientras me miraba directo a los ojos, yo me apoyé sobre su pecho a su vez que él acariciaba mi cuero cabelludo y jugaba con mi cabello.

- ¿Uh? ¿Por qué? ¿Qué tiene de especial? -pregunté, estando más que confundido.

Lars no alcanzó a responderme porque justo James y Cliff entraron a la habitación:

- ¡Feliz cumpleaños, enano! -exclamó James mientras extendió sus brazos para entregarle a Lars su regalo, pero vio que Lars y yo estábamos súper pegados y preguntó-¡ ¿Por qué mierda están tan abrazados los dos?!

- ¡AH! -gritó Lars asustado, luego me soltó y miró enojado a James- ¡Hijo de puta! ¡Váyanse los dos!

- Pero vine a entregarte tu...

- ¡Dije que se vayan!

- Pero...

- ¡Estoy en un momento emotivo! ¡No me caguen la onda!

James y Cliff empezaron a retroceder lentamente a medida de que Lars se les acercaba con una mirada asesina.

- Estaremos abajo preparando el desayuno, luego bajan ¿no? -dijo James.

- ¡Ahí estaremos pero déjenme a solas con Kirk, hijos de puta!

Lars les dio un portazo en la cara y volvió a acostarse a mi lado.

- Lamento aquella interrupción -se disculpó finalmente, estando muchísimo más relajado- , pero en momentos emotivos como éstos es cuando menos quiero que me interrumpan.

- ¿Emotivo? Lars, mi amor... ¿Te sientes bien? -dudé, ya que nunca había visto a Lars así de sensible en... Mierda, nunca había visto a Lars así.

- Si, lo estoy, cariño... Solo que miles de recuerdos se me vinieron encima con respecto a tu regalo. -Lars tomó delicadamente mi cuerpo y me dejó apoyado sobre su pecho,  y siguió jugando con mi cabello, tal  cual como lo hacía antes.

- ¿Recuerdos? ¿A qué te refieres?

- Ese cuadro se lo regalaron mis tíos lejanos a mis padres el mismo día en que yo nací , creo que lo habían mandado a hacer para la ocasión, no recuerdo quién lo pintó pero esa pintura tiene una gran significado para mi y mi familia... Recuerdo que mi madre me decía que las dos manzanas grandes -él se levantó de la cama y señaló las dos manzanas- la representaban a ella y a mi padre, mientras que... -él señaló la manzana más pequeña que estaba envuelta en un fajo de billetes- la manzana más pequeña era yo. Éramos una familia media rica, digo media porque no gozábamos de grandes lujos pero teníamos mucho dinero... -Lars suspiró y continuó su discurso- Éso no pudo evitar que nos embargaran, yo iba a cumplir 17 ese año, con mi familia nos fuimos a vivir a LA... Fue muy difícil porque tuvimos que deshacernos de un montón de cosas, incluyendo éste cuadro.

- Oh... -murmuré, tratando de pensar en que podía decirle al respecto.

- Realmente no sé cómo fue que lo obtuviste, pero te lo agradezco con toda el alma.

- Y... ¿Qué te asegura que éste es el cuadro que tu tenías y no una copia? -primera pregunta estúpida del día, que bien.

- Es ésto lo que comprueba todo.

Lars me señaló el reverso, donde estaba aquella nota adherida y me la tradujo del danés:

"Estimados señor señora Ulrich:

Los felicitamos gratamente por el  nacimiento  de  su  primer  hijo mi  esposa  yo  lamentamos  no poder  acompañarlos  en  la  fiesta  en  honor  al  suceso,  sin  embargo  les  enviamos  este  cuadro de regalo de felicitación porque  sabemos  que  ustedes  son  una  familia que adora el  arte . Desde  la  otra punta  del  país les  mandamos  bendiciones  mucha suerte en el desarrollo de su primogénito Iremos  visitarlos  en  primavera  del  próximo año.

Se despiden cordialmente, nosotros, el resto lejano de los Ulrich."

- Wow, el mundo parece ser muy pequeño. -dije, aunque no estaba seguro si lo que dije tenía coherencia con el tema.

- Si, demasiado... A todo esto...

- ¿Si?

- ¿Cómo mierda lo conseguiste?

- Pues... -murmuré estando nervioso- ¿Quieres la verdad?

- ¿Hablas en serio? Obvio que quiero la verdad. ¿Para que mierda yo quiero que me mientas?

Lars se separó de mi y me miró un poco enfadado. Como que toda su felicidad se fue a la mierda cuando dijo eso.

- Kirk, dime la verdad.

- Ah, es que...

- ¿Qué ocurre?

- Que el regalo no es mío... Es decir, yo te lo entregué y todo pero... El que merece todo el crédito es Gary...

- ¿Gary? Qué tiene que ver él aquí.

- Que él lo compró y me lo dio a mi para que te lo regalara...

- Oh... Ya veo...

Él me miró frunciendo el ceño  y yo continué:

- Lars... Me hubiera gustado que yo mismo te consiguiera un regalo y todo eso pero... El castigo no nos deja salir y...

- Lo entiendo. -me interrumpió- Agradezco mucho que me digas la verdad al respecto, cariño.

- E-es que... tu pudiste arriesgarte por mi y...

- Ya no importa eso. El hecho de que estés aquí conmigo y me seas sincero, para mí es más que suficiente.

- ¿Enserio?

- Si.

Ambos nos besamos.

Pasaron un par de horas, mucho después de desayunar, Cliff se acercó a Lars para decirle:

- Oye, Lars, tienes una llamada.

- ¿Ah? ¿Enserio? ¿Y de quién?

- Es sorpresa, solo ve y contesta.

- Ah, bueno...

Lars fue a atender el teléfono del living, mientras que yo me quedé en el comedor, esperándolo con impaciencia. Los minutos se me hacían eternos y Lars no regresaba, así que fuí a ver que pasaba.

Lars estaba sonriendo como drogado mientras hablaba por el teléfono, solía jugar con su cabello de vez en cuando, y soltaba risitas demasiado adorables... Ésto no sería tan malo sino fuera porque le hacía todo eso a alguien que NO era yo. Eso me hizo sentir envidia al instante, pero de todas formas preferí disimularlo.

Por al menos unos cinco minutos no notó mi presencia, por ello es que yo me sentía tan dolido en ese momento, cuando por fin Lars recordó mi existencia, me hizo un gesto para que me acercara; al hacerlo Lars me abrazó fuertemente y sostenía el teléfono con el hombro izquierdo.

La llamada finalizó en lo que pareció una eternidad dolorosa, y yo con una sonrisa casi sínica, pregunté:

- Supongo que era tu madre, ¿cierto?

- Nope.

Mi sonrisa se borró en una milésima de segundo.

- ¿Y quién era entonces?

- Ozzy.

- ¿Ozzy Osbourne?

- Si.

- Ah. -mis celos volvieron ya de manera más molesta- ¿Y qué te dijo?

- Me deseaba feliz cumpleaños y que, además como no podía venir para acá y darme un regalo, ¡dijo que me organizó un fiesta el 30 de diciembre en L.A!

- Ah, que genial. -murmuré, estando frustrado y separándome de Lars.

- ¿Te ocurre algo, amor?

- No. -respondí de manera cortante, sin dirigirle la mirada.

- Hmm... conozco esa reacción tuya, algo te pasa. -Lars puso sus manos acariciando mi rostro, luego intentó forzarme a que lo mirara, pero yo lo aparté de encima.

- Nada.

- Lo sé todo cariño, suéltalo ahora.

- No. -yo me dí la vuelta para que dejara de mirarme. Sin embargo él me agarró de los hombros y me giró acercándome más a él.

- ¿Es Ozzy el problema?

- Que te importa. -volví a apartarlo.

- Cliff me contó el otro día que te sentías mal cada vez que yo hablaba con Ozzy.

- Ah, lo sabías y sigues haciéndome sentir mal a propósito más encima. -yo crucé los brazos y desvié la mirada.

- Pero yo no creí que eso era verdad... Lo siento mucho, mi amor...

- Si, claro.

- Kirk, tu te la pasas jodiéndome con el maricón de Gary, sabes que él te ama y aún así te juntas con él, siguen hablando por teléfono igualmente pero yo no tengo derecho a quejarme. ¿O me equivoco?

¡Lars hijo de puta, él tenía razón en todo!

- Si, pero...

- Kirk, enojarte conmigo no servirá de nada, lo mejor sería que conversáramos los dos nuestros problemas... Yo siempre hago eso, ¿por qué no intentas hacerlo tu también?

- E-es que...

- ¿Si?

- No solo me hace sentir mal que hables con Ozzy.

- ¿Y qué más te preocupa? -yo sólo me quedé en silencio- Kirk, tu puedes decirme lo que sea. Somos  novios, ¿recuerdas? Deberíamos contarnos todo.

- Ah... -balbuceé y procedí a suspirar- Me hace sentir mal el hecho de que hasta Ozzy puede darte algo de cumpleaños y yo no.

- ¡Oww! -él me medio un mega abrazo de oso y continuó- Ya te lo dije, mi amor, eso ya no importa... Aprecio tu sinceridad y todo el amor que sientes por mi, éso me basta y sobra, cariño.

- Ah, pero...

- ¡Pero, nada! No te sientas mal, yo no voy a dejar de quererte por un puto regalo.

- ¿Hablas enserio?

- ¡Pues claro! Yo te amo por lo que eres, no por lo material... Que es lo de menos, sólo me interesa poder estar contigo y que me ames tanto como yo a ti.

Los dos supervisamos si no habían moros en la costa -y no lo habían- procedimos a besarnos apasionadamente, con la felicidad extrema de tenernos mutuamente.

Al rato fuímos a darle la noticia de la fiesta a los demás chicos, a lo que Cliff nos dijo:

- Están de suerte, ya que como ustedes deben saber... Mañana es la última vez que vamos al estudio, a firmar y el disco está listo, por tanto sus castigos terminan.

- ¿Entonces nos vamos a L.A ahora mismo? -oh, agradezco que esa pregunta estúpida la haya hecho James y no yo.

- James, ¿me escuchaste siquiera?

- No.

- Dije que mañana iremos al estudio a firmar, después de eso viajaremos.

- ¡Ah, que genial!

- A todo ésto... Aún no le damos nuestro regalo a Lars.

- Oh, verdad.

Cliff salió del living y regresó con lo que sería el regalo de Lars.

- ¡Feliz cumpleaños, Lars! -exclamaron James y Cliff al mismo tiempo.

- Aww, gracias, no era necesario. -respondió Lars sonriendo dulcemente.

Yo preferí simplemente hacer un facepalm, en cuánto a la sorpresa que se va a llevar mi hermoso Lars,

Cuando él abrió su regalo, frunció el ceño y gritó:

- ¡¿Mi regalo es una puta botella vacía?!

- ¿Qué? -dudó Cliff, observó la botella y miró furioso a James- ¡Es la segunda vez que haces esa mariconada! ¿No podías esperar hasta mañana para beber?

- Ah, lo siento pero... -trató de excusarse James.

- ¡Nada de "peros" aquí! Ándate a tu habitación a reflexionar sobre lo que hiciste y de castigo te quedas hasta el día de la fiesta sin beber!

- Cliff, l-lo siento mucho...

- ¡Que te vayas, dije!

James se fue cabizbaja en dirección a su cuarto, mientras que Lars y yo miramos confundidos a Cliff.

- Lamento que éste incidente haya vuelto a repetirse.  -disputó Cliff finalmente.

- Nah' , no es nada. -contestó Lars encogiendo los hombros.

- ¿Así que mañana nos iremos de viaje? -pregunta estúpida mía, oh dios...

- Si, de todas formas les pido a los dos que empaquen todo porque nos mudaremos nuevamente a nuestro antiguo hogar. -nos ordenó Cliff.

- ¿Lo acabas de decidir ahora? -otra pregunta estúpida mía.

- Si.

Lars y yo regresamos a nuestras respectivas habitaciones a empacar, claro, sin antes darnos un muy apasionado beso.

Prepárense, perras, que el terror de la fiesta se acerca de a poco.

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