Al día siguiente, ya siendo las tres de la tarde, todos habíamos terminado de almorzar y, Lars y yo, corrimos a su habitación para encerrarnos allí. ¿La razón? Queríamos privacidad, y ah, resulta que el Colorado y Junior regresaron para retomar sus vacasiones en Dinamarca. Para colmo, ellos vinieron a visitar a James, y eso no me parecía una muy buena idea.

- Sabes, amor -comenté- , algo no me huele bien aquí.

- No sé tú, cariño, pero yo me bañé en la mañana. -respondió encogiendo los hombros.

- ¡Eso no, tontito! Me refiero a que creo que algo no está bien aquí.

- Ah, bueno, para la próxima me pongo desodorante.

- No me refería a... Espera, ¡Lars eres un cerdo!

- Uhh... ¿Lo siento?

- Pero no te estoy hablado sobre eso.

- Ah, ¿sobre qué, entonces?

- Que creo que ellos están planeando algo.

- ¿Quiénes?

- Dave y David.

- ¿Y por qué?

- ¿Recuerdas que Junior nos había pillado besándonos la otra vez? -él asintió positivamente- Pues yo creo que le contó a Mustaine y Mustaine le contará a James.

- ¿Tú crees?

- Claro.

- Pero Junior prometió que no le diría a nadie.

- No lo prometió, tú solo le gritaste que se fuera y que no le contara a nadie, pero él nunca juró nada, solo salió corriendo asustado.

- Oh, oh...

- Eso mismo me temo, cariño, ellos pudieron haber venido solo para delatarnos de nuevo.

- ¿Y qué haremos?

- ¿Te parece desmentir simplemente?

Él encogió los hombros.

- ¡Lars! Es algo urgente.

- Lo sé, lo sé.... Mi querido y hermoso Hamster, creo que sí, debemos desmentir. Aunque todo lo que digan sea verdad, tendremos que desmentir inventando cualquier excusa. No hay otra salida.

- ¿Crees que James acepte algún día nuestra relación?

- No lo sé, espero que si pero sé en el fondo que es un no...

Los dos nos desilusionamos, luego suspiramos, nos miramos a los ojos y nos abrazamos.

- No quiero tener que perderte... -le susurré al oído.

- Y no me perderás, digan lo que le digan a James esos dos idiotas, haré todo lo posible para que tu y yo sigamos amándonos.

- Pero no te pongas agresivo...

- No te lo prometo, pero si prometo no excederme como lo hice hace unos días.

Lars y yo nos miramos a los ojos una última vez, para acercarnos más y besarnos apasionadamente, yo me fuí echando para atrás hasta que Lars me arrinconó contra la pared, me agarró de las muñecas y las dejó fijamente contra la pared, sin dejarme la posibilidad de escapar.

Finalmente, él mordió mi labio inferior levemente, y al soltarme, me sonrió:

- Te amo, Hamster.

Y antes de que yo pudiera si quiera responderle "Yo también", él se lanzó sobre mi para besar mi cuello. A mi se me escapó un gemido demasiado fuerte, que hasta tuve que liberar mis muñecas para taparme la boca de vergüenza. Lars me miró y luego sonrió pervertidamente.

- Kirk, mi amor, guarda esos gemidos para más rato.

- Uh... Lars... -murmuré estando avergonzado.

Pero él no me respondió.

Lars me tomó en brazos y me dejó sentado sobre la cama, luego se sentó a mi lado y se puso a besarme frenéticamente. Yo puse mis brazos alrededor de su cuello y a la vez aferrando mis manos a su espalda, acariciando levemente, a su vez que él empezaba a manosear mis muslos, haciendo que me excite de a poco.

- Hmm... Lars... -gemí mientras lo besaba, hasta que decidí cortar el beso en busca de aire, los dos estábamos con las respiraciones agitadas y sabíamos que queríamos más- Ahora no...

- ¿Y por qué no?

- Cliff, James, Mustaine y Junior... ¿Recuerdas?

- Hmm... -gruñó en modo de desaprobación- ¿A la noche?

- Si.

Por lo menos podíamos besarnos sin que nadie nos pillara, y eso hicimos, solo que sin manoseo ni nada pervertido, todo iba perfecto entre nosotros, hasta que algo nos mató las pasiones al instante:

- ¡KIRK! ¡LARS! ¡¡VENGAN PARA ACÁ MALDITOS HOMOSEXUALES!! -era James, gritando, y se notaba que estaba enojado.

Lars y yo nos separamos inmediatamente y bajamos las escaleras a la velocidad de la luz en dirección al living.

- ¿Si, James? -dijimos, viendo como James estaba rojo de furia y a su lado estaban Dave y David aguantándose la risa.

- ¡¿Saben de qué mierda me enteré ahora?!

- No.

- ¡ELLOS ME DIJERON QUE LOS VIERON BESARSE Y NO FUE PARA TOMARSE FOTOS!

- ¿Cuándo? ¿Nosotros? ¡Nunca! -dijimos a unísono

- Pues eso me contaron ellos.-James señaló a ese par de idiotas que nos delató.

- Yo los vi besuquearse en la fiesta. -comentó Dave.

- Yo también, y también los vi besuqueándose en nuestra casa, cuando fui a dejarles las cosas que nos encargaron pero Lars se enojó conmigo y me gritó diciendo que me fuera. -agregó Junior.

Hijo de puta que nos delataron...

- Eso es mentira. -negó Lars.

- ¡Tengo a dos testigos, así que ustedes mienten! -gritó James.

- ¡Las únicas veces que nos hemos besado fue en la fiesta para las fotos!

- ¡Mentira! -se quejó Junior- ¡Yo los vi! ¡Y Lars me amenazó con que no le dijera a nadie!

- ¡Claro que no!

- ¡Que sí!

- ¡Con todo lo que me han mentido ustedes dos, les creo más a los de Megadeth! -se quejó James.

- Ah, ¿No que éramos nosotros los traidores? -lo desafió Lars.

- ¡Tú cállate y danos explicaciones sobre tu y Kirk!

- ¡No explicaré nada porque entre Kirk y yo no hay nada!

- ¡¿Y por qué se besan?!

- ¡Solo fue una vez y fue para las putas fotos que tomó Ross!

- ¡No te creo!

- Uy, que buena la pelea. -le dijo Mustaine a David- ¿Cuánto falta para los golpes?

- No sé, pero vaya que si ha resultado nuestro plan para que Metallica se separe. -le respondió Junior.

- Shh, calla Junior, que ellos pueden escucharte.

- ¡Pero si están peleando! No se dan ni cuenta.

Yo suspiré, porque si escuché esa frase.

Y decidiré omitir la hilera de insultos que se daban Lars y James, solo que no se golpeaban. Y se notaba que Lars hacía el esfuerzo para no ser agresivo.

- A ver, a ver... -dijo Cliff entrando a la sala- ¿Qué pasó aquí?

- ¡Los de Megadeth me contaron que estos dos maricones ya se han besado en otras ocasiones y no para una foto, y ellos lo niegan! -gritó James.

- A ver... -Cliff suspiró, luego miró a los de Megadeth- Chicos, lamento pedirles el favor de que se retiren de esta casa ya que debo arreglar ciertos asuntos con mis compañeros.

- No importa. -dijeron ellos mientras se iban.

- James. -dijo Cliff- Explica bien lo que pasó.

- Mustaine y Ellefson dijeron que los vieron besuquearse en la fiesta y también en la casa de Megadeth. Pero ellos me lo están negando.

- ¡Pero es que no pasó nada! -interrumpió Lars.

- ¡Tú cállate, estoy hablando yo! -gritó James.

- James, relájate. -dijo Cliff de manera pacífica- ¿Qué te da la certeza de que eso es cierto? Nada. Los mismos chicos habían dicho que los de Megadeth los molestaban. Así, ésto solo fue una broma pesada que te creíste.

- ¿Qué? ¿Cómo eso?

- Mustaine está picado con Kirk porque le quitó el puesto en la banda, y como tu estabas enojado por el asunto de los besos, decidió inventar con ayuda de Ellefson eso de que los vieron besarse. Así de simple, no te compliques tanto.

- P-pero...

- Pero nada, James. Tienes que aprender a razonar.

- Bueno...

- Ahora, lo que había dejado pendiente ayer: Sus castigos.

- ¡NOOO! -exclamamos nosotros tres.

- A James le prohibo emborracharse ya que por eso acaba violento después de las borracheras, no, mejor aún... A James le prohibo beber alcohol.

- ¡NOOOO! ¡Todo menos eso!

- Hasta que hayamos terminado de grabar el disco. Hoy estamos a dos de Junio, así que la fecha en que terminemos de grabar es incierta hasta ahora.

- ¿Y para nosotros? -preguntó Lars.

- Para ustedes dos, no piensen en que van a volver a salir de ésta casa, solo tienen permiso para salir al estudio. Y ah, también lavarán la ropa de toda la banda a mano, y la plancharán. Castigo hasta que terminemos de grabar el disco. Y ustedes cocinarán por mi hasta dos semanas más. ¿Les parece justo o los torturo más?

- ¡No! -exclamamos los tres- ¡Estamos bien así!

- Excelente. -Cliff nos sonrió- Ahora ustedes quedan libres, pero recuerden, si no cumplen con los castigos que les dejé, se afrontan a terribles consecuencias.

Seguramente un Cliff enojado actuaría peor que un asesino serial. No sé, eso presiento.

James se fue, y Lars y yo nos íbamos a ir pero Cliff nos tiró para atrás.

- ¿Y no me agradecerán por salvarles el pellejo? -preguntó.

- ¡Muchas gracias, Cliff! -les dijimos a unísono.

- A ver, díganme. ¿Quién más los salvaría de cosas como éstas?

- ¿Nadie?

- Exacto. Por eso ámenme. Y toda la cosa.

Nosotros abrazamos a Cliff.

- Gracias... -murmuramos, de verdad estábamos agradecidos.

Clifford Lee Burton, la única persona capaz de tranquilizar a James.

- Bien, ahora vayan y ámense los dos. -dijo- Pero tampoco se excedan, porque como James va a andar sobrio ahora va a poder escuchar sus cochinadas.

- ¡Cliff! -grité estando avergonzado.

- ¿Qué? ¡Pero si ustedes tienen cara de que cogen como conejos!

- Pero si solo lo hemos hecho dos ve...

- No me interesa eso, llevan dos semanas y media de relación, además tienen cara de que apenas esta casa quede sola, ustedes ya estarían cogiendo sobre este mismo sillón. -nosotros nos quedamos en silencio, y a la vez aguantándonos la risa porque era cierto- Además, lo dice el más santo.

- ¡Hey! -me quejé- Yo soy un santo.

- Un santo pasivo. -bromeó y él y Lars rieron.

- ¡No soy pasivo!

- Kirk, mi amor -interfirió Lars- Si lo eres, eres mi pasivo. -me agarró de la cintura y me dio un beso corto.

- Lars, ¿cuándo será el día en que me dejes dominarte?

- Hmmm.... ¡Nunca!

Los dos reímos, y nos besamos.

- ¡Hey, hey, hey! -dijo Cliff- ¡No abusen de mi confianza! Que yo sepa que son novios no significa que por ende yo tenga que verlos intercambiar saliva.

- Uh... Lo sentimos... -dijimos despacito.

- Si van a amarse de esa forma, entonces, vayan a una habitación, QUE NO SEA LA MÍA, enciérrense y procuren no hacer ruido.

Yo sentí como me sonrojaba, y miré a Lars que también estaba sonrojado.

Sin embargo, nos lo tomamos con humor y nos fuimos a la habitación de Lars, y él cerró la puerta con el seguro.

- Amor, no vas a tomar a de manera muy literal lo que Cliff nos dijo, ¿o si? -dudé mientras me recostaba en su cama.

- ¿Y qué pasa si digo que si? -él se recostó a mi lado, y comenzó a jugar con mis rizos; entrelazando sus dedos.

- No podemos, James está en la habitación de al lado.

- ¿Y si lo hacemos en tu habitación? Queda en un cuarto piso, más lejos de James.

- Aún así nos escucharía.

- ¿Y si lo hago despacio?

- No.

- Uhh... ¿Entonces no?

- No. -reiteré y le di un beso corto- Cuando James salga, te aseguro que lo haremos como conejos.

- ¿Enserio?

- Mientras eso me deje sentarme normalmente, claro que si...

- ¿Entonces hay que comprar forrito y lubricante para que no me mates al día siguiente de después de?

- ¡Si quieres que me siente, claro que si!

Los dos estallamos de risa, por lo pervertidos que éramos.

Luego Lars me abrazó:

- Por cosas como éstas es que te amo tanto, Hamster.

- ¿Por ser un pervertido que le gusta que tu le des por detrás? -los dos nos reímos.

- Por todo, hasta cuando me regañas por ser un cochino asqueroso. Te amo por todo lo que eres.

- ¿Te gusta que te regañe?

- No, pero te ves lindo cuando te enojas.

- ¿Lo crees así?

- Si.

Él me dio un beso en la mejilla, y se recostó sobre mi pecho.

- ¿Ni siquiera puedo hacértelo despacito? -preguntó.

- ¡Qué no!

- ¿Lo ves? -me dijo, levantándose y mirándome a los ojos- Eres lindo hasta cuando te enojas.

- ¿Preguntaste eso solamente para hacerme enojar?

- Si. -el me sonrió con esa sonrisa que pone cuando actúa como un hijo de puta, oh esperen... Lo está siendo ahora.

- Hmm... Te amo, tontito. -musité, acercándome lentamente a sus labios, pero no lo besé, solo que me quedé a milímetros de distancia- ... Haces cosas tan locas por mi.

- Es por una razón muy sencilla, ya te la he dicho antes, pero nunca me cansaré de decírtela: Te amo.

Los dos nos besamos de una manera que nunca voy a olvidar, tal vez no podamos salir, pero nadie nos ha prohibido estar juntos.

A menos que James se entere y ésto traiga graves consecuencias.