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Ese día Pinkie se levantó con gran pesar. Debía volver a clases luego de dos semanas libres por las vacaciones de semana santa o algo así, nunca entendió eso.
Fueron las dos semanas más rápidas de su vida, ni siquiera supo cuando pasó el tiempo.
Había disfrutado dormirse hasta altas horas de la madrugada viendo las series que tenía pendientes por ver o durar todo el día sin hacer nada.
Eso era vida.
Pero ahora... debía volver a la escuela.
Fijó su vista en el calendario que estaba en su pared, justo a lado de su cama. Éste marcaba el 28 de abril con una gran corazón y las palabras "Cumple de Fluttershy :D"
Sonrió al pensar en su mejor amiga, debía admitir que estaba emocionadas por volver a verla...
¡Y a sus amigas también! Las dos semanas se pasaron rápido para ella pero si que extrañaba a su amigas.
Pero a decir verdad, estaba muy entusiasmada por esa fecha. Siempre se ponía así por los cumpleaños de sus amigas, se emocionaba incluso más que por su propio cumpleaños.
Ya tenía planeado qué regalarle desde el año pasado. Y no sería un libro de cuentos de hadas, que aunque le siguen gustando, sus padres le regalarían eso.
Ella pensó en otra que seguramente le gustaría más, algo en lo que había estado trabajando.
Recordó como días atrás le mencionó del tema a su madre y su contestación fue "solamente no te vuelvas a meter en problemas".
Se quedó confundida; ¿Cuándo ella se había metido en problemas por querer regalarle algo genial por su cumpleaños a su mejor amiga?
Solo recordaba esa vez que... oh.
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13 años.
—Limestone, ¿sabes dónde está tu hermana? —Preguntó su madre entrando a la habitación.
— ¿Cuál de todas? —Sin voltear a verla, dijo de mala gana.
— Pinkie Pie. —Respondió con el ceño fruncido. — Y no me hables en ese tono. —Advirtió.
— La última vez que la vi fue en el patio haciendo qué cosa. Seguro buscando otra vez plantas raras. —Contestó de mala gana antes de volver hacer lo que estaba haciendo.
Su madre salió de la habitación.
Ya había revisado en el patio y tampoco estaba. Incluso le preguntó antes a Maud si sabía algo pero tampoco.
¿Dónde se había metido esa niña? Necesitaba que estuvieran todas antes de que Marble y su padre regresarán del supermercado ya que la más pequeña ensayaría una exposición que haría en la escuela en unos días con ella.
Considerando lo tímida y de pocas palabras que es su pequeña ensayar con su familia le ayudaría a no sentir pánico en la escuela.
Era importante para ella y Pinkie Pie estando en quien sabe dónde.
Su búsqueda se vió interrumpida por el timbre de la puerta. Frustrada fue abrir esperando que quién quiera que sea no le haga perder el tiempo.
— ¡Señora Pie, no tiene idea de lo molesta que me encuentro! —Exclamó la mujer al momento en que se abrió la puerta. Traía de la oreja a una Pinkie Pie con la ropa llena de tierra. — ¡Esta mocosa se escabullo en mi jardín para robar las cerezas del huerto de mi esposo! —Le dio un empujón en dirección de su madre.
Ésta miró a su hija, quien le dio una sonrisa nerviosa sabiendo que estaba en problemas.
— Gracias a mi Ruflu que la encontramos antes de que se llevará todas. —Se refirió a su perro. — ¡Además de ladrona es una glotona! —Gritó señalándola.
— ¡No me diga así!... ¿Qué es glotona?—Preguntó con confusión.
Su madre la apartó de ahí y la colocó detrás de suyo.
— Es suficiente Pinkamina, ya estás en muchos problemas. Ve a tu habitación ahora mismo. —Le ordenó a lo que la nombrada obedeció a regañadientes.
— Más le vale que haga algo con ese engendro.
— Entiendo que esté molesta pero no vayamos a los insultos. Le doy mi más sinceras disculpas y le seguro que me haré cargo de ella.
— Eso espero. Esa niña no es más que un problema.
Pinkie escuchaba todo mientras subía por las escaleras.
La verdad no le importaba lo que esa tonta mujer decía sobre ella, lo que realmente le importaba era conseguir esas cerezas...
Al entrar a su habitación la recibió su hermana sentada en su cama con los brazos cruzados.
— ¡No me mires así, Maud!
— Te dije que era una mala idea.
— Pues... debiste decírmelo más. —Se defiende recostadose en su cama. — Ahora estoy en problemas...
— Lo sé, mamá te castigara por varios meses...
— ¿Qué? ¡Eso no! Si no que ahora que no tengo cerezas no podré preparar la tarta para el cumpleaños de Fluttershy. ¡Justo cuando la Señora Cake se había ofrecido para ayudarme! —Se levantó y sentó en su cama con una mueca triste. — ¿Ahora qué soy hacer?
— Si eso es lo que en verdad te importa... Puedes regalarle otra cosa. Además, ¿sabes qué puedes comprar las cerezas no?
— Claro que no, solo tengo 13 años. —Se excusó y pensó en lo que le dijo antes. Entonces, una idea paso por su cabeza. — ¡Ya sé! La otra vez Fluttershy dijo que amaba mis dibujos. —De un brinco se levantó de su cama y fue por su mochila en busca de algo. — ¿Y si le hago el dibujo más genial que haya visto en su vida?
— ¿Qué no la has dibujado a ella? —Interrogó viendo como sacaba de su mochila una libreta y varios colores en su cama.
— Sí pero si le doy un dibujo de ella pensará que soy rara... ¡Mejor algo que a ella le gusté! Como pasteles, arcoíris y juguetes.
— Esas son cosas que a ti te gustan pero está bien, haz lo que quieras... Disfrútalo antes de que-.
— ¡Tiene un conejo llamado Angel! Quizás le gustaría un dibujo de el. —Abrió su libreta en alguna hoja aleatoria y comenzó a dibujar. — Por fin el color blanco servirá de algo...
Maud estaba por decir algo pero se vio interrumpida por la puerta.
— ¿¡Qué haces, Pinkamina!? ¡Estás ensuciando también tu cama! ¿¡qué no ves tu ropa!? —La tomó del brazo y la alejó de la cama y de lo que estaba haciendo.
— ¡Estoy bien mamá! No estoy tan sucia. —Intentó que la soltará para volver a su dibujo.
— ¡Claro que sí lo estás! Te irás a dar un baño antes de que vuelvan tu hermana y padre. Luego hablaremos de tu castigo pero no creas que pasaré por alto esto, Pinkamina.
— Lo siento mamá, no quería causar problemas...—Dijo en cuanto su madre a soltó.
— Dime porqué hiciste tal cosa. —Exigió.
— Es quería cerezas para hacer una tarta para el cumpleaños de Fluttershy... ¡Pero ya no importa porque le haré un dibujo! Eso seguro le gustara más. —Sonrió al imaginarse a su querida amiga recibir su regalo.
— Ay Pinkamina, no sé porque esperaba una buena razón para que hicieras esa tontería. —Se lamentó. — Ve a bañarte ahora mismo.
— Está bien. —Obedeció molesta.
No eran tonterías...
---
Habían pasado años desde la última vez que dibujo, pero por su amiga haría el intento de dibujarle algo por lo menos decente por su cumpleaños.
Después de alistarse bajó a la cocina para desayunar, solo estaba su hermana así que aprovechó para entablar una conversación con ella...
— Nadie estará emocionado por volver. Ya puedo escuchar a los maestros decir "¿qué no en estas semanas hicieron algo productivo como estudiar?" Si ni siquiera estudio cuando es un examen importante menos en vacaciones, ¿si o no? Jaja...
— ¿Cómo dices Pinkamina? —Preguntó su madre a la cocina escuchando a su hija decir eso último.
— ¡Nada, mamá! —Se sobresalto. — Solo estaba hablando con Marble, ¿verdad?
La nombrada al sentir las miradas de ambas mujeres solo se limitó a sentir con la cabeza agachada.
— ¡Por fin te callas! Ni estando lejos de ti puedo salvarme de tus estúpidas quejas. —Habló entrando a la cocina luego de ver escuchado todo desde la sala.
— Limestone. —La reprendió con la mirada su madre antes de señalar un frasco que decía "Frasco de groserías".— Ya sabes qué hacer. —Dicho eso tomó de la cocina lo que venía a buscar y se retiró.
— Agh, estúpido frasco. —Gruñó molesta dirigiéndose a dicho objeto.
— Ahora debes más. —Mencionó Pinkie sin dejar de comer. Su hermana la miró molesta, pero ésta ni se inmutó... a diferencia de Marble, que se ocultó su cara con su cabello temerosa. — ¿Qué...?
(...)
Escuela Canterlot.
Al llegar a la escuela Marble y Limestone se fueron por su camino, mientras que Pinkie y Maud caminaban por los pasillos juntas.
— ¿Porqué crees que Limestone esté tan mal molesta últimamente? —Sacó tema de conversación. — Siempre amanece de muy mal humor...
— Es una adolescente, su temperamento a empeorado.
— Nosotras también lo somos y no nos ponemos así... Espero. Como sea, será mejor que vayamos a clases. Te veo después, cuídate, te quiero, ¡adiós! —Le dio un abrazo rápido mientras se despedía.
— Adiós. —Se despidió antes de marcharse.
Pinkie camino a paso veloz, ya que no se podía correr por los pasillos, hasta llegar a su salón de clases esperando encontrarse con sus amigas.
— ¡Rarity, que bueno que te veo! —Se acercó a donde estaba sentada, ésta se levantó esperando recibir un abrazo de parte de la pelirosa. — Me puse a pensar en la fiesta sorpresa de Fluttershy.
— ¿Ah? ¿porqué? ¿pasó algo malo? —Interroga con un semblante de preocupación.
— Para nada, más bien que tal vez sería mejor llevarla a comer a su restaurante favorito y después ir al parque de diversiones y-.
— Bueno, supongo que podemos cambiar los planes si crees que Fluttershy le va a gustar, tú la conoces más que nadie.
— Sí, es cierto. —Sonrió orgullosa de ese dato.
Rarity entró a la escuela Canterlot hace apenas un año. Y al ser nueva Pinkie Pie se hizo su amiga de inmediato, después le presento a Fluttershy y a Twilight volviéndose amigas también.
— Después le contaremos eso a Twilight. Ahora solo queda esperar a Fluttershy y que la clase inicie. —Colocó su mochila en su mesa y se sentó, esperando a que la segunda nombrada llegará y se sentará a lado de ella.
Rarity se sentó enfrente de la pelirosa, aprendiendo la lección de esa vez que se quiso sentar a su lado pero ésta inmediatamente la corrió de ahí porque ya estaba apartado para Fluttershy.
Hablando de ella, justo entró al salón.
— Hola chicas. —Saludo con una gran sonrisa la pelirosada al entrar al salón y ver a sus amigas.
— ¡Fluttershy! —La recibió con un gran abrazo Rarity.
Pinkie se levantó de su asiento también y espero ansiosa su turno para abrazar a su amiga pero se vieron interrumpidas por la profesora.
— Buenos días alumnos... Oh, Señorita Pie —Se detuvo enfrente de ella. — Quiero hablar con usted durante el receso así que no se vaya...
— Claro que no, profesora. —Contestó amable cosa que la mayor ignoró porque paso de ella a su escritorio. — ¡Pero! No durará mucho, ¿o sí? Es que tengo algo súper importante que hacer durante el receso.
— Le aseguro que esto es más importante pero no será mucho lo que tengo que decirle por lo menos en ese momento.
— De acuerdo... —Respondió sin entender mucho eso último.
— Tomen asiento. —Ordenó la mayor sentándose.
Pinkie giró a ver a sus amigas, quienes se estaban sentando ya. Cruzó miradas con Fluttershy y esbozó una gran sonrisa.
Hablaban todos los días pero sin duda la extraño mucho estas semanas.
[. . .]
Después de varias clases llegó la hora de descanso. Pinkie no perdió tiempo y fue con la profesora que pidió hablar con ella, se veía que lo que quería decirle era importante porque al terminar la clase le recordó que debía hablar con ella en dicho sitio seriamente.
Ella se fue, mientras Fluttershy y Rarity fueron a la cafetería para almorzar. Ahí se verían con Twilight, con ella no tenían clase las primeras horas los lunes y martes.
— ¿Qué tenemos aquí? ¿mis ojos me engañan o están cayendo ángeles del cielo? —De manera atrevida, coqueteó al estar cerca de ambas chicas.
— Por favor dime que no me lo dices a mí...—Contestó Rarity con un rostro de incomodidad.
— Por supuesto que sí, cariño. No veo a otra chica linda por aquí...
— Muchas gracias. —Agradeció con un notorio sarcasmo la pelirosada.
— Ah... ¿cómo te llamabas? —Le preguntó a lo que ella frunció el ceño.
— ¿Es... enserio!? Es de mala educación no saber el nombre tu futura pareja, ¿sabías?
— ¿Futuro pareja? Creo que estás soñando demasiado, querida. —Soltó una risa, Fluttershy se unió a ella mientras la pelirroja las observaba ofendida.
— Sigue así y no se hará realidad. —Dicho eso se retiro.
— Ay, siempre me hace reír. Es linda pero no podría salir con ella.
— ¿Y con quién si saldrías? —Preguntó comiendo de su almuerzo.
— ¿Ahora? Con nadie en realidad... Como sea, ¿estás emocionada por tu cumpleaños?
— Creo que ustedes están más emocionadas que yo. —Sonrió. — Pero sí estoy feliz de pasar el día con mis amigas. Seguro Pinkie tiene algo muy bueno planeado, jaja.
« Y no te equivocas »
Pensó la modista con una sonrisa.
— Bueno, ya la conoces...
Fluttershy asintió mientras miraba la hora de su teléfono.
— ¿Dónde estará Twilight?
— No lo sé, ya debió salir de su clase...
Siguieron charlando de temas triviales cuando su atención se centro en dos chicas entrando a la cafetería, con una profesora detrás de ellas, ambas con la ropa sucia de pintura. Tenían consigo artículos de limpieza.
Se notaban las miradas furtivas que se daban entre ellas.
— Son esas chicas que siempre están peleando, ¿verdad?
— Sí...
(...)
Pinkie salió del salón de clases desanimada.
¿Porqué estaba así? Básicamente la profesora le había dicho que iba muy mal en su materia y que necesitaría hacer un gran trabajo de todo lo que han visto o un examen extraordinario para pasar.
Así que aceptó hacer el trabajo y tenía menos de dos meses para hacerlo. La maestra al final del día le daría más instrucciones de lo que debía hacer.
Sin mucho más que hacer se dirigió a la cafetería con sus amigas, en el camino se encontró con Twilight saliendo del baño con el cabello mojado.
— ¿Twilight? No se si sepas pero ahí no son las duchas...
— Ya lo sé, Pinkie Pie. —Rodeó los ojos. — Tuve que improvisar.
— ¿Pues qué paso?
— Gracias a dos inmaduras muchas terminamos sucias porque se pelearon en clase de arte.
— Oh... Ahora tiene sentido esas manchas de pintura en tu falda. —Señaló dicha prenda. — Si necesitas un cambio de ropa alguna de nosotras te puede prestar.
— No, sobreviviré así. No me fue tan mal como otros. Mejor dime porqué no estás con las demás.
— Eh, una maestra quería hablar conmigo. Y si te preguntas que me dijo en resumen fue que estoy a nada de reprobar la materia...
— No me sorprende. —La contraria alzó las cejas ofendida. — ¿Qué? Casi nunca prestas atención en clases solo cuando estás a punto de reprobar, como ahora. Además de que siempre te estás quejando de la escuela, seguro ésta mañana estabas quejándote sobre volver a clases también.
— ¿¡Cómo sabes!? —Interrogó un poco asustada pero al ver su reacción de "tengo razón, uhhh" se relajó. — Solo por eso me ayudarás con el trabajo que la profesora me pidió.
— Algo me dice que igual lo iba hacer...
— Si, si, como sea. ¡Tengo algo más que contarte antes de volver con las chicas! Es sobre el cumpleaños de Fluttershy, hay cambio de planes.
— Ya te estabas tardando...
— ¿Eh?
— Nada, nada. Cuéntame qué planeas ahora.
Pinkie le contó rápidamente acerca de los cambios de su plan para poder almorzar con las demás antes de que acabará el tiempo de descanso.
[. . .]
Las clases habían terminado.
Normalmente Pinkie acostumbraba acompañar a Fluttershy hasta la parada de autobuses y esperar a que llegará con ella.
Pero quería llegar temprano a casa porque tenía que comenzar a trabajar en el trabajo. Se sentía mal porque estaba por reprobar y hasta ahora le tomaba importancia.
Ahora debía hacer todo lo que no hizo estos meses.
Lo peor es que la profesora le mencionó que quería hablar acerca de ese tema un día antes de las vacaciones pero no pudo porque había faltado para conseguir boletos para una película que Fluttershy había esperado por mucho tiempo.
Esas dos semanas pudieron ser de provecho pero si era sincera consigo misma no habría hecho mucho que digamos.
— Si necesitas ayuda con el trabajo nos puedes decir.
— Gracias, creo que la necesitaré. —Le sonrió a sus amigas. — Igual Twilight ya me iba ayudar.
— En contra de mi voluntad, pero sí.
— No te quejes. —Rodó los ojos divertida. — Como sea, nos vemos mañana.
Ellas asintieron y siguieron caminando a la salida.
Fluttershy paso por su lado.
— ¿Quieres que te acompañe a tu casa?
— ¿Eh? ¿porqué? —Cuestionó confundida. — Perderás el autobús si lo haces.
— Es que tú siempre me acompañas hasta que llegué, pensé que podría hacer lo mismo.
— Ouh, gracias... —Agradeció avergonzada. — pero no puedo dejar que hagas eso por mi. Cuando hago eso no es para que tú hagas lo mismo, si no que realmente quiero hacerlo porque-.
— Somos amigas. —Habló terminando su oración con una sonrisa.
—Sí... ¡por eso! Y... porque te quiero mucho y me preocupo por ti.
Fluttershy se acercó a ella para darle un abrazo, cosa que Pinkie aceptó gustosa luego de no haber podido abrazarla en la primera clase.
— Yo también te quiero mucho.
Pinkie sintió su estómago removerse. Abrió los ojos confundida y se separo de su amiga.
— ¿Pasa algo?
— No... nada. —Sonrió intentando no preocuparla... ni a si misma. — ¡Por cierto! Casi olvido preguntarte si consideraste la oferta de BonBon. Tuviste tiempo para pensarlo, ¿no?
— Sí pero aún no sé si sea buena idea...
— ¡Pero amas el basketball! Siempre decías que querías estar en un equipo y ganar premios jugandolo.
— Eso fue cuando era pequeña, Pinkie. Puede que lo ame pero eso no significa que sea buena en ello... Además, siento que solo me quieren en el equipo por ser alta.
— ¡Yo te puedo ayudar a entrenar! pero, ¿qué no es mejor intentarlo y fracasar que nunca haberlo hecho?
— La parte de fracasar es la que me preocupa. No importa cuanta práctica haga voy a fracasar...
— No pienses así, Fluttershy. Sé que lo vas lograr no solo porque seas la mejor para mí si no porque no conozco a nadie que sea tan dedicada como tú. Al menos dime que lo volverás a considerar, ¿si?
— Creo que te importa más a ti que a mi. —Soltó una risa.
— Porque esto es muy importante para ti y sé que en el fondo de tu corazón quieres hacerlo pero tu miedo te nubla. Por suerte, tienes a una amiga como yo para ayudarte y nadie es-.
— ¡Vámonos ya, perdedora! —Escuchó el grito de la irreconocible voz de una de sus hermanas; Limestone, pasando de su lado dándole un empujón.
— ¡Cuidado, Pinkie! —La sujeto evitando que cayera al suelo. — ¿Qué le pasa a tu hermana?
— Eso quiero saber yo también. —Respondió incorporándose. — Entonces, ¿lo seguirás considerando?
— Ouh... seguro, sé que no decías esas cosas por nada.
— Claro que no, no hay nadie quien me importe más que tú, bonita.
Fluttershy sonrió un poco sorprendida por sus palabras, no por el "bonita" que se lo decía de vez en cuando si no por lo demás.
Jamás le había dicho algo así... o al menos no recordaba que alguna vez le haya dicho algo así.
Pinkie miró detrás suyo a Maud y Marble caminando hacía ella.
— Ya tengo que irme. Recuerda avisarme cuando llegues a casa, y puedes llamarme por teléfono si te sientes-.
— Estaré bien, no te preocupes. Tú también cuídate. —Le dio un rápido abrazo. — Adiós. —Se despidió antes de caminar a la salida.
— ¡Adiós! —Sonrió inconscientemente y volteó a ver a sus hermanas. — ¿Saben qué le pasaba a Limestone?
— No, pero será mejor que la alcancemos porque si no va a regresar más molesta de lo que ya está.
— ¿Es posible...? —Cuestionó Marble ocultándose en su cabello como es su costumbre.
— A este punto ya deberíamos saber que sí lo es.
-DianaAlviz ⭐
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