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XXXIV

Jimin se veía asustado luego de las palabras de su madre, ni siquiera Yoongi podía calmarlo, así que luego de que tomaran una muestra de sangre, y llegar a casa de su tía Loon, lo primero que ofreció la mujer fue que vaya a darse un baño y se relajen todo lo que quieran, aunque tomó varios mimos y besos de parte de Yoongi para que el pelinegro se sintiera un poco mejor como para quedarse sólo en el baño, Jimin no quería hablar con nadie, pero quería estar junto a su novio.

Para ese entonces, ya era de noche, la señora Park y la tía Loon estaban hablando, y Yoongi llegó para el punto en que su madre postiza lloraba a moco tendido mientras la otra mujer la abrazaba con fuerza, y no llegaba a entender del todo sus balbuceos.

Quizás era suerte, quizás no, pero la señora Park seguía teniendo esa costumbre de mover las manos en señas para todo lo que hablaba, sólo que ahora eran la única cosa que Yoongi podía más o menos entender, pero no eran buenas noticias.

Los ojos de Yoongi se llenaron rápidamente de lágrimas, hasta que un sollozo lo delató, haciendo que Loon lo mirara con preocupación.

— Yoongi...

— ¿Qué tiene de malo Jimin? — habló, con la voz tan rota como se sentía por dentro.

Loon abrió la boca, pero no dijo nada, la cerró de nuevo, sin saber qué decir.

La señora Park negó con fuerza, se separó de la otra mujer, para acercarse a Yoongi , limpiando sus lágrimas inútilmente.

— Yoon, no t-te... No sabes... Minnie no-—por más que abrió la boca, su voz sonaba muy rota para hablar, el nudo en su garganta crecía y crecía, hasta que finalmente negó, sus manos temblaban demasiado, y sentía sus dedos torpes, sin siquiera poder hacer una seña.

La señora Park a Loon y sólo asintió, como si le diera permiso, Yoongi quiso llorar aún más, no entendía nada de lo que ocurría, pero su madre se veía devastada, así que se mordió el labio con fuerza, mientras la veía salir de la cocina, posiblemente a llorar con más privacidad a otro lado.

Yoongi miró a la rubia un momento, Loon tomó su muñeca y lo llevó hacia el patio, alejándose unos metros de la casa como si no quisiera que nadei escuchara, exasperando a Yoongi durante la espera, quién no podía quitarse del pecho ese sentimiento de que todo estaba a punto de desmoronarse.

Finalmente, la mujer lo soltó, deteniéndose en medio del patio, lo miró con algo pena.

— ¿Qué está pasando? ¿Qué tiene Jimin?— preguntó de nuevo.

Loon aguantó unas lágrimas, pensó un momento cómo decirlo, pero nunca era fácil.

— Yoongi ... ¿Por qué crees que Jimin se hace estudios del cerebro?

El rubio no sabía qué responder, comenzó a negar, con miedo de que la idea que tenía en mente fuera real.

Recordó cuando había acompañado a Jimin a todos esos estudios, a todas esas radiografías y análisis, en los cuales había tenido miedo por él, comprendió que le habían mentido al decirle que los estudios del cerebro no eran graves, y que no debía preocuparse.

— Dicen que tiene muchos problemas de ansiedad, de tristeza... Tantas cosas malas psicológicas o emocionales terminan afectando al cuerpo de manera biológica —habló la mujer—. De pequeño, a Jimin le detectaron un tumor en el cerebro— su voz sonaba endurecida.

Yoongi sintió sus piernas débiles, un frió recorrió su columna.

— Él... Me lo hubiera dicho— quiso negarlo.

— Creo que conoces a Jimin lo suficiente para saber que él no habla de sus problemas... Te mentirá si es necesario— habló la mujer, Yoongi no tuvo con qué discutirle—. La cosa aquí es... Que siempre estuvo bastante controlado, por muchos años, recibió tratamiento cuando era niño, no fue fácil cuidarlo cuando él era pequeño pero mejoró muchísimo y creían que lo habían de alguna manera... "Dormido", habían logrado reducirlo, pero siempre nos dijeron de la posibilidad de que regresara, de que volviera a crecer... Acaban de llamar del estudio de sangre y tiene una gran cantidad de glóbulos blancos, o sea, su tumor lo está afectando, su cuerpo intenta defenderse.

— Sus dolores de cabeza...

— Son por el tumor— Loon asintió—. Son muy normales en cosas así, al igual que la fiebre.

Yoongi temblaba completamente, de repente se sentía totalmente debilitado y como un idiota, había muchas señales que él nunca había notado, todo frente a él pero nunca había preguntado.

— ¿Va a morir? ¿Por eso mamá está así? ¿Es muy malo?

Loon se quedó un momento en silencio, lo suficiente para Yoongi llorara más fuerte.

— No, no lo sé— dijo—. N-No es tan grave, no llega a ser cáncer aún, creo que... Una operación es posible, o algo así, yo... No lo sé... El tumor no era maligno cuando él era más joven, pero ahora...— suspiró, rendida, sólo estaba diciendo todo eso  en un intento de calmar a Yoongi, de darle algunas respuestas para que él supiera lo queestaba pasando, pero ella misma no tenía idea de qué pasaba—. Lo sabremos con los estudios.

Loon miró a Yoongi con tristeza, las lágrimas se acumularon en sus ojos mientras el rubio intentaba retener su llanto.

— Yo te lo hubiera dicho antes, Yoongi pero- — su voz se cortó, comenzó a negar—. Jimin no quería que lo supieras, y a sus padres no le gusta hablar de eso, fue una etapa muy difícil para ellos... No creían que podría tener problemas de nuevo, habían pasado años sin que pasara nada... Lo siento.

Yoongi no tenía nada para decir, así que se volteó para volver a la casa, que estaba en un incómodo silencio que era interrumpido por el llanto de la señora Park que podía ser escuchado cuando pasabas frente a su habitación.

Yoongi quería hacer lo mismo, pero pensando en que debía ser fuerte para hacer sentir mejor a Jimin, borró sus lágrimas camino al cuarto, suspiró antes de abrir la puerta, el menor estaba envuelto en una toalla para que su húmedo cabello no mojara su pijama, tenía la mirada baja y perdida.

El pelinegro alzó la vista cuando entró, mirándolo con sus lindos y brillantes ojitos, y Yoongi quiso llorar de nuevo.

El mayor se sentó junto a Jimin en su cama sentándose de piernas cruzadas junto a él, tomó la mano de su novio, besando su dorso, una sonrisa penosa apareció en sus labios.

— ¿Por qué no me dijiste? — preguntó Yoongi , su voz sonó ronca, algo rota, Jimin bajó la vista, supo que ya no podría esconderlo.

Tris-te— dijo bajito, señalandolo—. Como Ma-má.

El labio de Yoongi tembló con ganas de llorar.

— Jiminie, hay cosas, que por más tristes que sean, deben saberse— murmuró.

Jimin negó, parpadeó varias veces para despejar las lágrimas que comenzaban a crecer en sus ojos, aunque eso no impidió que comenzara a llorar.

No... Quiero— murmuró—. Yo q-quiero ser fe-liz, s-sin de-cir eso, s-sin pen-sar en eso... — habló entre sollozos e hipidos—. La gen-te es... feliz, sin na-da de malo... Y yo no... Siem-pre estuve en-fermo, mal... Y n-no quie-ro vi-vir así... Qui-siera s-ser... Normal.

Y Jimin se rompió, desbordando en lágrimas.

Yoongi lo abrazó, como si así pudiera arreglar las cosas, acomodando a Jimin contra su cuerpo, aunque parecía que ningún consuelo iba a funcionar al menos lo quizo intentar.

— Jimin... Tú mereces toda la felicidad del mundo— murmuró el rubio—. Y tú eres normal, amor... Lo siento muhco porque hayas pasado por tanto, de verdad lo siento...

El pelinegro no respondió.

— Todo estará bien, ¿Sabes? Todo estará bien... vas a estar bien y yo te haré la persona más feliz del mundo, ¿Sí?— Yoongi sintió las lágrimas en sus mejillas de nuevo—. Lo prometo, bebé... En serio... Prometo que todo estará bien y todo saldrá bien, Jiminie...

Luego de unos minutos en el abrazo fue Jimin el quien se separó primero, vió al rubio que estaba muy afectado por todo, se dijo a sí mismo que no ódía verse tan mal para su novio, limió las mejillas del mayor con la manga de su pijama y luego las suyas, negando suavemente para intentar restarle importancia.

Ya lo ha-ces...

— ¿El qué?

Hacer-me feliz— murmuró el pelinegro—. Gracias por... e-so.

Yoongi sonrió un poco, tomó las mejillas de su novio para dejar un beso en su frente y otro en sus labios, un beso suave como si fuera un consueloque ambos necesitaban, un recuerdode que se tenían el uno al otro, en las buenas y en las malas.

— Te amo, Jimin.

Yo... Te amo— correspondió el menor mientras sus dedos se movian en una seña.


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