veinte (final)
Y sin más, despertó.
Los rayos de luz entraban sin cuidado alguno por el gran ventanal de aquella vacía habitación.
Era blanca, puramente blanca. Apenas podía ver y a penas se podía mover.
¿Qué había pasado?
No podía girar la cabeza, no podía mover los brazos. No podía hacer nada.
Escuchó cómo una máquina comenzaba a hacer un estresante "pip" cada vez más rápido y eso lo ponía cada vez más nervioso, pero solo podía observar el techo blanquecino.
...Minhyuk...
¡Minhyuk!
—Minhyuk...—susurró con la voz sumamente apagada, a penas audible
Sintió unos rápidos pasos acercarse a él, resonaban en el suelo y eso era algo que también lo estresaba bastante. Todos los sonidos eran horriblemente lejanos, distantes, vacíos.
—Permanezca quieto, señor Lee.—pidió amablemente una hermosa chica vestida de azul, su ropa era la de una enfermera, así que no le cabía duda de que estaba en un hospital.—Ha sido muy duro que despertara, es todo un dormilón. En unas horas le cambiaremos el vendaje y en una semana ya podrá volver a su hogar.—explicó mientras regulaba el líquido del suero
—¿H-he sobrevivido...?—preguntó incrédulo en un hilo de voz
La muchacha le regaló una sonrisa.
—Solo ha sido una caída por las escaleras, no demasiado grave, ha estado dormido estos últimos dos días por los analgésicos que le hemos admistrado a pedido de su esposo.—comentó—Hablando de él, su esposo está en la sala de espera, lo haré pasar.
¿Escaleras?
¿Esposo?
No encontró explicación alguna para el revuelo de emociones que sentía en su interior.
¿Cómo pudo Kihyun sobrevivir?
No entendía la emoción que sentía por volver a verlo, por tocar su piel, por preguntarle si estaba bien. ¡Él lo había herido! No entendía la confusión que su corazón sentía.
Seguía sin poder voltear demasiado, a penas veía y no saber qué sucedía a su alrededor era una de las cosas que más detestaba.
Se sentía otra persona, no era el mismo desde el disparo y no entendía muy bien el por qué.
Eran demasiadas preguntas y escasas respuestas. Otra vez no sabía absolutamente nada.
—Tome asiento, ahora mismo acomodaré al señor Lee para que puedan charlar cómodamente.—dijo y se acercó a la camilla donde él permanecía y con un tacto suave, levantó su cuello para acomodar su almohada y con un botón cercano a la camilla, lentamente hizo que esta subiera.
Casi se desmaya al ver a quién tenía frente a él. Tan hermoso y radiante pero a la vez tan sombrío.
La enfermera se retiró de la habitación, dejándolo solos a ambos.
—¡Ho Seok!—dijo y sonrió—¿Estás bien? No te he visto desde aquel día, ¿Kihyun te ha hecho daño? ¡Por Dios, te he pensado muchísimo!
La mirada incrédula del mayor dejaba mucho que desear.
—¿De qué mierda hablas Minhyuk?—fue lo único que pudo preguntar antes de que la ira lo cegara por completo—¿Aún te atreves a preguntar por él? Evidentemente no aprendiste la lección.
Y otra vez estaba en la misma situación: no entendiendo absolutamente nada.
—¿De qué hablo?—volvió a preguntar—Ho Seok te agarraste a golpes con Kihyun y no te he vuelto a ver, ¿Cómo es que si quiera preguntas esas cosas? ¿No recuerdas?
El mayor se paró.
—¿Recordar?—una risa amarga se escapó de sus labios—Tú pareces no recordar, Lee Minhyuk.
La confusión en su rostro era evidente.
—Ho Seok, cariño...no entiendo.—admitió observándolo con extrañeza
La mirada del mayor se dirigió a la puerta, donde una cabellera castaña se reflejaba. Al instante frució el ceño.
—No tengo tiempo para esto.—vociferó levantándose del asiento—No tengo tiempo para tus lagunas mentales ni para ti. Me largo antes de que termine lo que no pude terminar hace un par de días.
Se fue de la habitación a paso rápido sin darle tiempo a responder.
Su mente quedó en blanco y su mirada regresó al techo, no podía entender lo que estaba sucediendo por más que lo intentara.
Los tacos de la enfermera volvieron a resonar por su habitación rápidamente.
—Señor Lee, su amigo está en la sala de espera, ¿Lo hago pasar también?—preguntó mientras chequeaba sus signos vitales y acomodaba algunas cosas de la mesa que tenía a su lado
Asintió en modo de respuesta y simplemente esperó.
La enfermera se retiró y al poco tiempo sintió el rechinido de la puerta, pero no se atrevió a mirar hasta que sintió un tibio cuerpo sobre el de él.
Se comenzó a desesperar.
—¡No me hagas más daño!—gritó al borde de las lágrimas
Lentamente, Yoo Kihyun se levantó y lo observó.
Su mirada detonaba confusión y decepción.
—Min...jamás te he dañado, ¿Qué dices?—dijo asombrado mientras intentaba acercar su mano a la cara ajena, pero Minhyuk no se lo permitió, se alejó.
—¿Qué mierda está pasando? ¿Qué es esto? ¿A qué mierda juegan?—preguntó desesperado, al borde de caer en la locura misma
El menor solo lo observaba.
—¿No recuerdas?—preguntó con sus ojos cristalizados—¿No nos recuerdas?
—¿Qué es lo que debo recordar? Dímelo, por favor.—suplicó—No sé qué está pasando, no sé por qué estás vivo, no sé por qué lo estoy yo.
Y la primera lágrima cayó.
—Ho Seok descubrió lo nuestro y es todo mi culpa.—sollozó el menor—No sabes cuánto lo siento bebé, no me di cuenta hasta que fue muy tarde...
—¿De qué hablas, Yoo Kihyun?—vociferó—¿De qué mierda hablas?
El menor intentó contener sus lágrimas con las mangas de su sueter color marrón, pero aquello fue imposible. Las lágrimas no paraban y la culpa tampoco.
—Envié un mensaje en el horario que no debía hacerlo y Ho Seok se dio cuenta de que era yo.—relató—Se dio cuenta de quién era tu amante por fin, y el único que la pagó fuiste tú.
Una carcajada amarga salió de la boca del mayor.
—Tú eres mi esposo, no puedes ser mi amante.—contestó con seguridad, como si aquello fuese lo más obvio en este mundo, pero la mirada de Kihyun le quitó toda aquella confianza en un instante
—Arreglamos casarnos luego de tu divorcio, ¿Realmente no lo recuerdas?—dijo con voz quebrada—¿Realmente no me recuerdas?
—Kihyun, realmente no entiendo todo esto.—pronunció en voz apenas audible mientras observaba el techo—Tú no eres mi amante, eres mi esposo. Ho Seok lo es, él es mi amante.—comenzó—Te maltraté todo nuestro puto matrimonio e intentaste asesinarme pero no lo lograste y es por eso que te dedicaste a maltratarme hasta que casi me vuelves a matar nuevamente.—comentó repasando todo en su memoria aún sin mirarlo directamente—Luego...te volaste los cesos frente a mí. No intentes mentirme, mis recuerdos no están mal, tú lo estás.
La mirada de Kihyun denotaba una angustia irreparable.
—¿Te estás escuchando Lee Minhyuk?—preguntó—Responde, ¿Te estás escuchando?
Minhyuk rió.
—Claramente.—respondió
—No creo que lo estés haciendo realmente. No sé con qué te han dormido, pero estoy seguro que fue demasiado fuerte.—dijo sentándose en la cama y acunando las manos de su amado con las suyas. El toque era suave y delicado—Estás casado con Ho Seok desde hace siete años, en esos siete años, probablemente seis fueron puros golpes de su parte—contó buscando la mirada ajena—Soy enfermero, yo atendí tus heridas hace tres años cuando acudiste al hospital cercano a tu casa. Desde ese momento no pude sacarte de mi mente y el destino nos unió. Te ayudé a sanar, te ayudé a resistir para que pudieras huir conmigo.—las lágrimas caían sin control—Nos iríamos a nuestra nueva casa la semana pasada, pero yo simplemente la cagué con aquel mensaje...¿Realmente no nos recuerdas? ¿No recuerdas nuestro amor?
—Sigue.—pidió
Kihyun tosió un poco antes de continuar.
—Casi te mata, Minhyuk. Casi te mata por mi causa.—siguió—Fue inexplicable la desesperación que sentí cuando me enteré que estabas aquí y también el miedo, por supuesto. Pero él no ha tenido intenciones de hacerme daño a mí o a Changkyun, solo a ti.
La respiración de Minhyuk cada vez se hacía más pesada.
—¿Quién es Changkyun?—preguntó finalmente, incrédulo
Los ojos de Kihyun se abrieron a tope.
—Nuestro hijo, lo adoptamos hace un año.—dijo frotando su cara—Es por eso que nos mudaríamos, ya éramos una familia completa. Solo faltaba el divorcio
La máquina a la que el mayor estaba conectado indicaba que estaba a punto de tener como mínimo, tres ataques cardíacos.
—¡Esto debe ser el puto colmo, Kihyun! ¿Acaso te escuchas tú?—vociferó con la mirada clavada en el menor—Esto no puede ser verdad, realmente sigo drogado, no he despertado. Solo mientes, mientes porque eres un maldito mentiroso y embustero.
—Con esto deberás creerme, y si no es así, me iré y no volveré.—dijo con la voz prácticamente quebrada mientras tomaba su celular y tecleaba un poco
Puso aquel aparato frente a él. Se podía visualizar una foto.
Eran ellos dos abrazados y felices, sentados en un parque.
Deslizó su dedo en la pantalla y allí apareció otra foto, ellos dos junto con un chico y un pastel, la vela de aquel pastel delataba que el pelinegro que los acompañaba había cumplido sus diecisiete años.
—¿Es este el tal Changkyun?—preguntó sin levantar la vista del móvil
—Así es.—afirmó—Es de hace un mes en su cumpleaños.
Volvió a deslizar el dedo hasta llegar al tope de las fotos.
Todas aquellas imágenes eran de ellos aparentemente felices y enamorados.
¿Por qué simplemente no recordaba?
En aquel momento la puerta se abrió captando toda su atención.
Kihyun tragó duro y él simplemente permaneció tranquilo o intentó estarlo.
—Qué sorpresa.—habló Ho Seok con una sonrisa torcida en sus labios—Los dos tortolitos juntos. Asquerosamente ridículos.
Ninguno de los menores respondió a sus provocaciones, como tampoco bajaron la mirada.
—¿Les ha comido la lengua el ratón?—preguntó mientras se acercaba a la camilla con los brazos cruzados
—¿De qué trabajas, Ho Seok?—preguntó en respuesta con la ceja levantada
Si la respuesta era la que estaba pensando, ya no sabía a qué creerle.
—Deberías saberlo, ¿Para qué necesitas recordarlo?—preguntó en respuesta también con un tono cansado
—Responde.—insisitió
El mayor apretó sus puños conteniendo su creciente ira y respondió. Mientras tanto, Kihyun solo observaba atento la escena.
—Soy dueño de dos empresas de electrodomésticos. ¿Por qué te importa tanto?
Realmente no sabía en qué confiar.
Si lo que Kihyun decía era cierto, todo fue un sueño y lo que soñó fue su propia vida relativamente invertida. Sonaba ridículo.
—Soy abogado, ¿Verdad?—preguntó suspirando
—Sí.—respondieron al unisono Ho Seok y Kihyun e instantáneamente se miraron
En su cabeza se repetía que era muy conveniente que así fuese.
Decidió permanecer en silencio mientras observaba el techo. Si tenía suerte, ambos se irían y lo dejarían solo el tiempo necesario para pensar qué haría.
—Me retiro, Changkyun sale del instituto en un par de minutos.—pronunció el castaño luego de un gran silencio mientras acomodaba su abrigo
—Trata de no regresar, no toleraré otra visita.—amenazó Ho Seok mientras apretaba fuertemente la pierna de Minhyuk, la cual estaba bien tapada
—Regresaré las veces que yo quiera porque es mi novio el que está allí, ¿Te ha quedado claro o necesitas algún dibujo?—respondió en tono desafiante
—Es mi esposo.—corrigió
Minhyuk observaba la escena atento.
—Los títulos se pierden cuando uno pierde el amor, y él me ama a mí. Creo que está más que claro qué título vale más en su vida.—el castaño ya se estaba enojando, tenía unas inmensas ganas de destrozar la cara de Ho Seok
—Él solo se siente obligado contigo porque adoptaron a ese chiquillo, lo de ustedes fue solo de un par de noches.—dijo evidentemente enojado—Lo de nosotros es de años.
Algo dentro de Minhyuk simplemente estalló.
—Changkyun no es ningún chiquillo, no te quieras pasar de estúpido. No lo metas en esto, aprende a defenderte con argumentos y que sean verdaderos, no sacados de tu imaginación.—vociferó intentando contener su ira, pero ya era una misión imposible
—Pelean por un amor que no les corresponde, realmente ridículos.—dijo cortando su silencio con un tono quizás algo superior
—¿No me correspondes?—preguntó incrédulo el mayor—¿No me amas?
Soltó una pequeña risilla antes de responderle.
—Respóndete eso a ti mismo, Ho Seok.—dijo frotándose la cara con sus manos en busca de una tranquilidad que jamás encontraría
—¿A quién eliges, Minhyuk?—preguntó esta vez Kihyun, observándolo
Y esas fueron las palabras que hicieron click en su mente.
Recordó el día en el que adoptaron a Changkyun. Se sentía completo. Su corazón estallaba de felicidad, ¡Por fin tenía una familia! Una familia con la persona que más amaba en este mundo.
Recordó el día en el hospital, donde aquel lindo castaño le preguntó por lo sucedido, pero él solo pudo temblar en respuesta. Esa tarde bebieron un café y se le hizo imposible no caer rendido ante aquellos dominantes ojos.
Recordó sus besos cargados de amor, sus abrazos, sus caricias. Todo.
Aquella hermosa nunca podría olvidar, y aún así, por un instante, logró sacarla de su mente. Logró ocultar aquel loco amor que sentía por el pequeño enfermero que una vez hace muchos años curó todas sus heridas.
Recordó la vida que siempre debió haber tenido pero que no supo cómo obtenerla.
A su vez, también recordó sus golpes. Su dolor, su sufrimiento. Todo lo que vivió estando dormido, era mucho peor en la vida real. Sin embargo, allí estaba él, luchando.
Aunque no podía dejar de pensar que sin Kihyun, hoy ya estaría más que derrotado.
Kihyun había sido su ancla en todo y él ni siquiera tuvo la decencia de recordarlo, de recordar al único y verdadero amor de su vida.
—Mi amor...—pronunció con la voz temblorosa y bañado en lágrimas—Te amo, te amo muchísimo.
La felicidad que en los ojos de Kihyun se expresaban era algo que esta vez, estaba seguro no podría olvidar.
Finalmente, sí pudo amar a su amor. A su todo.
Ámame tú también, mi amor.
N/A: Muchas gracias por leer y apreciar el fic. Es mi primera vez saliendo de lo que es el Jookyun o Joohyuk, el Kihyuk es algo nuevo que me gustó experimentar. Espero que les haya gustado la trama y por supuesto, el final.
Evidentemente, si puedo y tengo ganas, haré otra fic pero sobre la verdadera historia de Minhyuk y Kihyun, ambientada en su primer encuentro y lo que pasaron hasta el momento del hospital.
En general espero que no se me haya pasado nada, creo que puse todos los datos importantes, pero de notar algo suelto, no duden en decirme, ustedes son las lectoras.
SweetBeatle no te olvides de mí, espero que en alguna otra fic nos volvamos a encontrar como lectora y escritora(?). Tkm y especiales agradecimientos a vos que me leíste desde el principio y demostraste tu apoyo.
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