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VIII

Jimin movía su pié con nerviosismo, apoyando su mejilla en su puño mientras miraba hacia afuera, aunque su mente estaba muy ocupada pensando en otras cosas, faltaba una semana para su cumpleaños e irían por todo el fin de semana a Busán para hacer unos cuantos estudios y tener una fría cena familiar por su cumpleaños con todo un montón de gente con la que compartía sangre pero que vagamente conocía o se trataba.


Su tía Loon era la única de su familia que sentía como tal, no tenía selación ni interés en tener contacto con otros familiares.

Desde pequeño él había sido tratado como algo "raro" y "especial", aunque muchas veces eso significaba que lo trataban como un idiota o un bebé, y no le gustaban esas cosas, sus familiares siempre lo habían tratado con lástima y eos había hecho que se alejaran de ellos con el tiempo, no les contaba nada de su vida, sólo tenía a sus padres y a su tía Loon.

Desde hacía años que no viajaba a Busán por su cumpleaños, y para su desgracia, coincidía con sus estudios, sino, él sería muy feliz de quedarse en su hogar con sus amigos y su lindo novio.

Sintió una cálida mano posarse sobre su rodilla, Yoongi dejó un par de caricias con su pulgar sobre esta al notar que su novio estaba pensando mucho y haciendo pucheros al respecto.

Jimin sonrió un poco, tener a Yoongi a su lado para acompañarlo siempre lo ponía de buen humor, apoyó su mano sobre la de su novio, girándose un poco para mirarlo.

— No estés nervioso, no pasará nada— lo tranquilizó Yoongi, se obligó a asentir por más que no se alivió del todo.

El rubio dejó un pequeño beso en su mejilla y ofreció un auricular a Jimin, quién no dudó en tomarlo, acomodándolo en su oreja.

—¿Quieres escuchar algo un poco diferente? — preguntó el mayor, Jimin sólo se encogió de hombros, mirando la pantalla del celular del chico, con un montón de canciones nuevas que él no conocía—. Últimamente he estado escuchando muchas canciones tranquilas, esta es mí favorita— habló, mientras ponía play a una canción que Jimin no conocía.

Una canción lenta, en inglés, con el título de "Let me down slowly", cantada por un chico con voz más bien aguda, aunque dulce y melodiosa.

Notó a Yoongi sonreír por la canción.

— Me recuerda algo a tu voz— dijo el rubio—. Es muy linda.

Las mejillas de Jimin se enrrojecieron, cantar no era algo que él pensaba hacer, pero sus amigos estaban muy metidos en la música, y siempre había admirado la gente que sabía cantar bien.

— Quizás puedas empezar a cantar, Jiminie, creo que te ayudaría tambien a manejar tu voz y eso... Es más lindo que ir a la fonoaudióloga.

El pelinegro negó varias veces, sintiendo vergüenza.

— ¿Por qué no? Tú voz es muy bonita con sólo hablar, ¿Imaginas lo hermoso que sería que cantes?

Jimin sé sintió avergonzado, volvió a negar, bajando la vista.

— Jimin, si yo voy a esa clase de canto y me va bien tú también lo harás— lo alentó Yoongi.

Pero... Hablo mal— quiso excusarse —. No pue-do cantar.

— No hablas mal, sólo eres adorable— dijo Yoongi, atrapó la mejilla de Jimin entre sus dedos, haciendo que el chico se echara hacia atrás para escapar—. Aprenderás, en serio, inténtalo.

Jimin supo que su novio no iba a ceder, soltó un suspiro cansado, apoyó su cabeza sobre el hombro de Yoongi, al menos intentaría dormir durante el viaje, así no pensaría en médicos, ni en estudios, ni en su familia, ni nada de lo que le esperaba.

Ni bien llegaron a la casa de la tía Loon los habían apurado para bañarse y ponerse ropa decente, casi formal, esa misma noche celebrarían el cumpleaños de Jimin con sus familiares, aún cuando faltaban varios días para el trece de octubre.

Con el cabello aún húmedo por la reciente ducha, Jimin tenía la mirada baja y los labios apretados, Yoongi, aún estaba acomodando su camisa dentro de su pantalón, no pudo evitar notar el estado de ánimo de su novio.

— ¿Por qué esa cara? — preguntó el rubio, haciendo que Jimin alzara la mirada hacia él—. Estás igual que cuando vas al doctor, Jiminie— añadió, se sentó junto a él en el borde de la cama— ¿Tus familiares te van a regalar vacunas o algo?

Jimin frunció el ceño, las bromas estúpidas de Yoongi, en un intento porque se relajara un poco, no ayudaban, por el contrario, sólo lo molestaban más.

Con un suspiro, el pelinegro negó, intentando ser amable con la única persona que estaba decidido a soportar ese día.

No quiero estar... Con e-llos— murmuró, luego de un momento de silencio—. Son mu-cha gente, y no son... Bu-enos.

Yoongi frunció un poco el ceño, no conocía a los familiares de Jimin, sólo a su tía, en otras ocaciones que habían viajado a Busán ninguno se había molestado en aparecer o saludar.

— ¿Te han hecho algo malo?

Jimin dudó un momento en si asentir o negar.

— Cri-ti-can — pronunció con lentitud, era una palabra que usaba poco y le costaba decir—, mu-cho.

— No los escuches— dijo Yoongi, hablando suavemente pero con total seriedad—. Cualquier cosa que digan que te moleste, nos levantamos y nos vamos, o dime y los mando a la mierda, todavía no aprendiste a insultar.

Jimin sonrió por la oferta, pero no pudo evitar golpear un poco a Yoongi por la última parte.

Ton-to— murmuró.

Yoongi desordenó el cabello del chico, haciendo que este terminará por levantarse para poder escapar, dedicándole una mirada molesta al mayor, ahora debía peinarse de nuevo sólo por culpa de Yoongi.

En el comedor se acomodaron al menos diez invitados, la mayoría gente mayor de cuarenta años, que Yoongi asumió como tíos, otros parecían más mayores, que supuso que eran los abuelos de su novio.

El rubio saludó con educación a todos los presentes, y salvo un chico joven, demasiado alto para su gusto, que fue el único en pararse para saludarlo con un abrazo muy confiado, que comenzó a hablar con Jimin, con una gran sonrisa, luego de saludarlo de la misma manera; él fue el único en hablarle.

—¡Minnie! Me dijo mamá que recuperaste tu voz.

Jimin asintió con una sonrisa tímida.

—Pero dí algo— el chico rió por eso.

Jimin frunció un poco los labios, sin saber qué decir, encogiéndose de hombros, habló bajo:

¿Algo?

— Awww~ Es adorable, como imaginaba— el chico fue a apretar sus mejillas pero Jimin se apartó—. ¿Con tu novio también eres así de arisco?

— La verdad que sí— se metió Yoongi en la conversación, un poco molesto de que aquel desconocido le estuviera hablando de tan cerca a su novio.

El chico lo miró de arriba a abajo, asintió con una pequeña sonrisa.

— Tienes buen gusto, primo— dijo.

— ¿Primo? — repitió Yoongi, sintiéndose estúpido.

Jimin rió un poco, debía haber supuesto que su novio se pondría celoso con algo tan tonto, señaló al chico alto frente a ambos.

Park Chan-yeol— dijo el pelinegro—. Hi-jo de Loon.

Yoongi no se lo esperaba, aquel chico no se parecía en nada a la tía Loon.

— Chicos, ¿Se sientan? Están en el medio y ya tengo todo preparado, por favor— la susodicha habló en tono brusco y rápido, evidentemente estresada por la cena, los tres obedecieron sin quejarse.

La mesa cayó en un incómodo silencio rápidamente, que sólo creció cuando la comida llegó, Yoongi sentía las miradas sobre él, evidentemente incómodo, se inclinó un poco más hacia Jimin como para protegerse, aunque el pelinegro parecía estar igual que él.

— Y, ¿Cómo le va a Jimin con su problema? — habló una mujer, de al menos sesenta años, sentada en una punta de la mesa, mirando a la señora Park.

— ¿Qué problema? — preguntó la madre.

— Ya sabe, de su habla— respondió la señora.

Su madre se giró hacia su hijo con una sonrisa orgullosa.

— Minnie, ¿Quieres responderle a tu tía?

Jimin quería irse, que la tierra se lo tragara o algo, se encogió un poco en su asiento, Yoongi apoyó su mano sobre la de él, en señal de apoyo, el gesto no pasó desapercibido por los presentes.

E-Est-toy b-bien— murmuró el chico, en un tono bajo, no quería hablar, se sentía muy nervioso y observado, el silencio volvió unos segundos.

— Bien— dijo, la misma señora, tomando de nuevo sus cubiertos para cortar algo de carne en su plato—. Algo es algo— murmuró.

Yoongi tuvo ganas de levantarse a golpearla, pero permaneció sentado, apretó un poco la mano de su novio y Jimin devolvió el gesto, como si se dijeran que estaban juntos en eso.

— ¿Y quién es tu amigo, Jimin? — preguntó otra mujer, estaba más conservada en vejez que las demás pero se notaba su esfuerzo en intentar verse joven.

La señora Park rió por lo de "Amigo", sabía que sus pequeños se iban a enojar.

— Soy Min Yoongi— Dijo el rubio, sin darle tiempo a Jimin de hablar, a pesar de que a había abierto la boca—, y soy su novio.

La mesa volvió a caer de nuevo en silencio, los presentes parecieron confundidos con la parte de "Novio", un pesado suspiro hizo que Yoongi mirara un momento a un señor, sentado frente a él.

— Cómo cambian las cosas— lo escuchó murmurar.

— Así son los jóvenes de hoy en día— dijo la primera señora, Yoongi la miró mal.

— Por supuesto— escuchó decir a Chanyeol—. La homosexualidad es una moda de los tiempos modernos, la heterosexualidad es de cavernícolas— añadió con un tono muy evidente de ironía, Loon a su lado lo golpeó en el brazo pero luego intentó disimular una risa.

"Como ustedes" quiso agregar Yoongi, pero calló, intentando disimular su sonrisa.

Chanyeol se ganó unas cuantas miradas, aunque su comentario sirvió para matar la conversación, Jimin se sentía agradecido, prefería un silencio incómodo antes que una charla aún más incómoda.

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