Uno
Jimin soltó un suspiro, bajandose de la cama con cuidado. Sus pies envueltos por un par de medias verdes se movieron con pereza hacia la puerta de la habitación. No quería salir a caminar por el pasillo, pero tampoco el quedarse encerrado en la habitación junto a su amigo y "vecino" de cama era la mejor de las opciones.
Cuando Taehyung se ponía de malhumor era insoportable estar en el mismo lugar que él.
Tirando con una mano el carrito dónde llevaba sus pulmones (al menos, Jimin les llamaba de esa forma en modo de broma, pero en realidad solo se trataba de su tanque de oxígeno), salió con cierto desinterés al pasillo. No estaba distraído, pasar tanto tiempo en el hospital te daba ciertos... tips para sobrevivir a algún choque de los camilleros.
Sin embargo, quien corría sin prestar atención era otra persona. Jimin solo vio su cabellera negra, pero no reaccionó tan rápido y por ello acabó con un desconocido entre sus brazos.
Por suerte no cayeron al suelo con todo su aparataje.
—No debes correr en los pasillos del hospital—lo reprochó, observándolo a los ojos. Sintió como el contrario temblaba bajo el agarre de sus manos, y casi de inmediato, el chico se alejó dando unos pasos hacia atrás con torpeza.
—Lo siento, yo...—titubeó sin saber qué decir, lucía muy nervioso, hasta que notó algo que lo alarmó—, ¡s-se cayó la cánula de tu nariz!
Jimin, al contrario de asustarse, solo sonrió mientras negaba con la cabeza.
—No te preocupes, me sucede siempre porque no la ajusto correctamente. Si dejo de usarla algunos minutos no pasará nada—explicó para tranquilizarlo—. ¿Vienes a ver a alguien? ¿Estás perdido?
—Oh, n-no. Mi primo está unas h-habitaciones más adelante y mi abuela tambien—señaló hacia su izquierda con el dedo índice, mirando en esa dirección por un momento para volver a observar a Jimin, aunque está vez fijamente a los ojos—. Uhmm, te queda m-muy bo-bonito el cabello rosa—balbuceó, un tanto hipnotizado por los orbes de color avellana.
—¿Qué?—Jimin se sintió desconcertado por tal comentario. Retrocedió dos pasos por inercia, asegurándose de arrastrar también el carrito dónde transportaba su tanque de oxígeno.
—Y-ya me voy, siento mucho lo de recién. ¡Adiós!
Y sin ánimos de soportar otra situación vergonzosa, sintiendo que se ahogaba por la falta de oxígeno en el pasillo, el peli-negro volvió a romper la regla de no correr en el pasillo. Jimin se quedó quieto hasta verle desaparecer cuando el chico dobló hacia otro lado, y se tocó las mejillas con las dos manos.
¿Por qué demonios se había sonrojado?
(...)
El peli-negro corrió sin patar por el amplio pasillo del hospital, pensando en lo tonto que seguro se había visto ante aquél chico. Llegó a la habitación 201 en cuestión de un pestañeo, agradecido de no haberse cruzado a nadie más en el camino.
Ingresó despacio a la habitación, respirando profundamente para calmarse. Encontró a su abuela completamente dormida y sonrió mirándola, ella respiraba con tranquilidad con las manos entrelazadas sobre su abdomen.
Observó el televisor en la pared, y comprendió el porqué ella estaba dormida: la abuela Min tenía la costumbre de tomar una siesta luego de ver su novela favorita.
Pero era una Min, ¿que más podía esperarse de la pobre mujer?
Los Min eran una familia muy dormilona, y él no era la excepción. De hecho, a esa hora él debía estar haciendo lo mismo en su casa, pero sus tios no habían pasado por su casa para dejarle dinero y poder comprar comida a domicilio y él no entendía mucho de cocina; aprovechando que vivía a solo siete cuadras del hospital se había molestado en caminar hasta allí para pedirle a su abuela que por favor le dijera alguna receta simple de hacer porque verdaderamente moría de hambre.
—Namjoon no para de preguntar por ti, YoonGi.
La voz femenina sobresaltó al menor, quien se volteó rápidamente hacia la entrada. Se trataba de Jihye, una enfermera que llevaba trabajando en el hospital desde hace cinco años atrás y conocía bastante a YoonGi por siempre ser acompañante de la abuela Min, quien cada cierto tiempo y por diferentes motivos terminaba internada en las instalaciones.
Su primo también se encontraba en el lugar tras sufrir un accidente automovilístico que le había costado un par de fracturas en su pierna y brazo. YoonGi y Namjoon eran muy apegados desde pequeños, por lo que el chico se ponía intranquilo si su primo favorito no le daba una visita de vez en cuando.
—Iré a verlo. Gracias, noona—hizo una pequeña inclinación hacia la mujer, quien le regaló una sonrisa.
Mientras YoonGi caminaba hacia la salida, la enfermera Jihye lo hacía hacia el interior de la habitación para controlar los signos vitales de la señora Min.
Caminó con lentitud por el pasillo, volviendo sobre sus pasos hasta doblar hacia otra ala del enorme hospital. Algunas enfermeras le saludaron y desearon buenos deseos para la abuela Min, puesto que YoonGi era bastante conocido en el lugar.
—¡Primo, ya llegué!—anunció a toda voz, cerrando tras de si mismo la puerta de la habitación—. ¡Tanto tiempo sin verte!
—No seas dramático, también viniste ayer—suspiró, esbozando una sonrisa al terminar la oración. Se acomodó en la cama, teniendo cuidado de no hacer gran esfuerzo con su abdomen, los puntos de la operación aún eran recientes y con solo un mal movimiento la herida corría el riesgo de volver a abrirse.
—¿No sientes dolor?—murmuró mirándole, mientras se acomodaba en la cama vacía a poco menos de un metro del enfermo en cuestión.
—La magia de los calmantes—se encogió de hombros, observando el techo de la habitación—. ¡Estaba tan aburrido! Gracias por venir, las enfermeras están hartas de mí.
—Ni me lo digas, las compadezco. Pero nada se compara a vivir bajo el mismo techo.
El chico de tez morena rodó los ojos; él también pensaba que YoonGi era insoportable, a menudo tenían tontas discusiones pero las solucionaban tan rápido como las iniciaban. Simplemente eran así.
» —Oye, NamNam—el tono de su voz de repente era dulce, y aunque en su rostro se lucía una angelical mirada de gatito tierno, en realidad rebosaba de picardía—, ¿guardaste algo de comida para mí? ¿Si?~ ¡Tengo mucha hambre, hyung!
—No entiendo porqué razón Jihye siempre deja comida para ti aquí o con la abuela Min, ¿acaso solo vienes por eso?
YoonGi amaba a la enfermera Jihye, y ella por alguna razón siempre lo mimaba mucho. Quizá porque lo conocía desde que era un pequeño niño asustadizo que acompañaba a su abuela a los controles medicos.
—¡Y por ustedes también! No te pongas celoso~ Jihye Noona también te quiere—lo molestó, estirando el brazo para tomar la bandeja con comida que su Noona favorita le había dejado para él.
Cerró los ojos, olfateando el aroma que desprendía el recipiente. Carne de pollo asada con verduras, ¡una completa delicia para alguien que estaba a nada de morir por inanición!
—Eres un mocoso mimado—bufó, cruzando los brazos sobre su pecho.
YoonGi se dedicó a comer, haciendo ruiditos como si se tratara de un gato. Namjoon sonrió un poco, puesto que fingir molestia no servía de nada: su primo era demasiado tierno. Aunque, claro, él no tenía porqué enterarse que Namjoon pensaba así de él.
—Mmh... ¿Nam?
—Dime—lo observó de costado—, ¿qué ocurre?
—¿Tú conoces... A pingpong?
—¿Me estás tomando el pelo, tonto?
—¡Yah, solo era una broma! Yo quería... ¿Conoces a los pacientes del ala especial?
—Ala especial—repitió en voz baja, pensando, ¿había oído aquel nombre de alguna enfermera?—, me suena. ¿Allí están los chicos del orfanato?
—Sí. ¿Conoces a alguien de ahí?
—Bueno... Jihyo noona los saca de paseo para que no se estresen, y tambien vienen a la sala común de recreación, he visto a tres de ellos, parecen ser amigos. Solo uno ha venido hasta acá para hablar conmigo mientras Jihyo revisaba mis cosas, se llama Seokjin y tiene el cabello tintado de rosa casi blanco.
—¡Sí, entonces es el!—movió los pies con emoción, sonriendo con las mejillas llenas de comida—, muchas gracias, te amo.
—¿Por qué me estás preguntando eso?
—¿Eh? No...
—¿Conociste a Jin?—preguntó curioso—. Hmm... Él es lindo, ¿no?
Aun con la bandeja en las manos, un sonrojado YoonGi bajó de la cama para caminar sin pensarlo hacia la salida, desconcertando a su primo.
—¡Oye!, ¡¿A dónde vas, idiota?!, ¡Vuelve aquí ahora!
Solo necesitaba huir por un rato, su primo era muy molesto. ¿Qué tenía de malo querer saber su nombre? ¡Eso no significaba nada, pero Namjoon se hacía una película romántica en dos segundos!
[♡♡♡]
Los primos pensando en personas diferentes JAKDKJAJS
©Yoonniexjiminie5
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro