Capítulo 28
—¡Bájame capullo!
Pataleo y golpeo su espalda dura y musculosa. Cierro los ojos por el simple hecho de no mirar hacia abajo debido a que el muy cabronazo me tenía cogida como un saco de patatas con la cabeza del revés mirando hacia el suelo, cosa que hacía que me mareara un poco y no sabía si era por todo el alcohol ingerido, por estar bocabajo o por una mezcla de las dos cosas. Sigo golpeándole sin mucho éxito ya que apenas se quejaba, —solo se desternillaba de mí— cosa que me enfadaba más y me hacía seguir queriendo golpearle. No pasó mucho tiempo cuando al fin entramos en el apartamento y debido a que comenzaba a sentirme mucho más mareada que antes por aquella postura, no pude evitar devolver sin que apenas se diera cuenta de que lo había hecho.
—Creo que no me encuentro bien —dije limpiándome la boca con la manga del jersey.
—Ni se te ocurra vomitarme encima muñeca.
—Demasiado tarde insufrible —contesté formando una sonrisa irónica en los labios cuando éste soltó un exabrupto girando sobre sus talones y dirigiéndose hacia el cuarto de baño sin pisar el vómito del suelo.
Entramos en el cuarto de baño y me dejó sobre la taza cerrada del retrete donde acto seguido, me recliné hacia atrás y apoyé la cabeza sobre la pared sin levantarme de allí. Justo cuando se dio la vuelta, no pude aguantarme las ganas de reír en cuanto observé que tenía una mancha de mi vómito allí; justo en la parte baja de su camiseta. Mi risa no fue para nada sigilosa, es más, podía estar cien por cien segura que alguno de los vecinos me habría escuchado, por eso cuando Connor giro su mirada para verme, me tapó la boca con su mano provocándome un sinfín de cosquilleos por su contacto con mi piel.
Arqueo las cejas sin saber porque cojones me estaba riendo ahora, y en cuán su voz sonó en un susurro —aunque no sé porque, ya que estábamos solos— para preguntármelo otro escalofrío me recorrió la piel:
—¿De qué te ríes muñeca?
—Tienes vomito en la espalda —apenas reconocía mi propia voz por el dichoso alcohol.
—No me digas —una sonrisa egocéntrica le asomo en los labios. Comenzó a quitarse la camiseta delante de mí, cosa que el calor y la temperatura se me subieron a las mejillas. Mientras iba subiendo, una parte de piel se le quedaba al descubierto y yo no podía apartar la mirada de él. Me quedé atónita viendo cada uno de los tatuajes de su torso, que no me percaté que se había quitado la camiseta por completo, hasta que su voz con un atisbo de diversión, reboto en aquel espacio —¿Encuentras algo que te guste muñeca?
Aparté la mirada en un movimiento veloz, sin embargo, había sido demasiado tarde. Connor comenzó a acercarse a donde estaba sentada y sin hacer prácticamente esfuerzos, me levantó de allí y sin darme tiempo a dar un solo movimiento más o decir nada, me besó.
Fue un beso apasionado, salvaje y sentía que la temperatura que había antes, ahora había subido más. Mis manos fueron a parar a su cuerpo robusto acariciando su torso desnudo, subiendo hasta sus hombros densos y masculinos, y luego acabar enredando mis dedos en su pelo. Me costaba confiar mucho en las personas que conocía, pero había algo en Evans que me hacía olvidarme de todo; incluso de mi madre y de Roxy. Él empezó a adentrar sus manos por debajo de mi jersey que se había salido de dentro del pantalón, y me rodeó la cintura. Su tacto rozándome cada milímetro de mi piel hacía que las partes más delicadas y sensibles de mi cuerpo, palpitaran. Seguí jugueteando con su pelo a la vez que él iba ascendiendo por mi espalda estimulando un montón de pequeños grillos (como yo lo decía) en mi estómago saltando como locos. Solo cuando sus manos ansiosas por recorrerme llegan al cierre de mi sujetador, de nuevo los malos pensamientos vuelven a mi mente apartándome de su cuerpo y mirando a todos lados sin saber muy bien que encontrar o que hacer.
<<Te voy a regalar algo de tu talla, aunque para eso tenga que ir a una tienda de ballenas>>
<< ¡La ballena está intentando ligar con Marcus! Jajaja>>
Connor se me queda mirando entre preocupado y confuso, pero yo apenas podía hablar o levantar la mirada del suelo porque eso solo podría conseguir que me viera los ojos aguados a punto de estallar, y no quería parecer débil. Me fijo en que vuelve a acercarse a mí y que cuando posa sus dedos en mi barbilla para levantarme la cara, parpadeó varias veces para quitar las lágrimas de los ojos.
—¿Te encuentras bien?
Asiento alejándome de él caminando hacia la ducha para luego girarme con una sonrisa falsa de esas que estaba acostumbrada a poner cuando venía llorando del instituto y no quería que Derek o papá me viera, y a continuación digo:
—Si no te importa me gustaría darme una ducha y quitarme el olor a vomito, por favor. —Evans asiente riéndose y después de dejar la camiseta sucia en el cesto que había en el baño, sale dejándome sola allí.
Salgo del baño simplemente con una camiseta negra de los Ramones que me había encontrado sobre la taza del váter y que seguramente Evans había dejado allí mientras me duchaba, y me dirijo al cuarto de éste donde me lo encuentro de espaldas observando por la ventana sin apenas haberse percatado de que había entrado. Carraspeo y en el instante en que se da la vuelta, éste comienza a caminar hacia aquí, pero yo le rodeo para dirigirme hacia su armario y ponerme a rebuscar en el un pantalón corto o algo que me sirviera para ponerme debajo de la camiseta. Cuando estaba a punto de abrir el cajón del armario, una mano tira de mí haciéndome girar para verme atrapada entre el armario y su cuerpo. Evans comienza a acercar sus labios al hueco de mi cuello y cuando sube lentamente hacia arriba hasta detenerse justo en mi oreja, un susurro me estremece:
—¿Qué buscas muñeca? —su voz me traspasa cada rincón de mi cuerpo. —No me gusta que cotilleen los cajones de mi armario.
Alzo una ceja mirándole de medio lado con una sonrisa de curiosidad.
—¿Acaso escondes algo insufrible?
—No, pero es de mala educación mirar en las cosas ajenas, ¿no muñequita? —contesta riéndose.
—¿Tú me estás hablando de educación? Eso habría que verlo.
—Oye, eso me ofende muñeca. —rio cuando Connor se hace el ofendido al decir aquello.
Sin que me vea, llevo mi mano hacia atrás y la cuelo dentro del armario que estaba abierto e intento buscar en el interior sin mirar. En cuanto rozo lo que parece ser tela, rezó porque fuera un pantalón corto o algo parecido para ponerme. Lo agarró y sin que se lo esperada salgo por debajo de su brazo que estaba estirado encerrándome allí.
Bajo la mirada hacia lo que había cogido maldiciendo cuando no era ni más ni menos que unos bóxeres azules de la marca Calvin Klein cortos y apretados. Siento su mirada puesta en mí y sé perfectamente sin tener que alzar la mía, que se estaba desternillando cuando pronuncia:
—No tenía ni idea de que te gustara mi ropa interior —dice en un tono burlón.
—Oh, cállate —paso el último pie por el bóxer para después subírmelos aun con su mirada puesta en mí. —Solo quería algo para que no tuviera que ir sin bragas por toda la casa, imbécil.
—A mí no me hubiera importado
—¡Cerdo! —le lanzo lo primero que pillo cerca; en mi caso era un boli que había encima de la mesa. Para mi mala suerte, lo esquiva y con una sonrisa ególatra se fue acercando hacia donde estaba.
Sin previo aviso, éste me pegó a su cuerpo rodeándome de la cintura introduciendo su mano por debajo de la tela de la camiseta sin el estorbo del sujetador debido a que después de ducharme lo había echado en la cesta donde él había echado su camiseta. Me levanta agarrando mis piernas para hacer que le rodeada con ellas su cintura y luego me lleva directo a su cama donde me deja tumbada sobre el colchón. Empezó a besarme iniciando desde el estómago y ascendiendo poco a poco hasta mi cuello por encima de la camiseta. Se quedó solamente unos segundos oliendo mi perfume en el hueco del cuello, para luego succionar en esa parte con sus labios. Mañana tendría marcas, pero me daba igual. Tiré de su pelo con fuerza cuando introdujo un dedo sobre mi humedad. Luego, hundió otro dedo más, en un claro gesto de: "Yo no pido permiso para nada y ahora mismo eres mía". En un solo segundo, con perfección y sabiduría, con la habilidad de alguien que conoce cómo hacerlo, sus dedos empezaron a moverse a un ritmo normal aquella parte que ya me había empezado a palpitar; mientras lo hacía, no me quitaba ojo de encima y de vez en cuando juntaba sus labios a los míos besándome con pasión, posesividad y furor. Mi cuerpo daba comienzo a una temperatura demasiado alta al tenerle tan de cerca acariciándome así mi parte íntima y cuando aceleró los movimientos de sus dedos, no pude impedir soltar un jadeo fuerte al tiempo que mis manos tiraban de su pelo con rabia de emoción.
Me eché la cabeza hacia atrás disfrutando de cada movimiento que hacía y justo cuando fue a bajarme el bóxer que me había puesto dejándolos casi en los tobillos, su teléfono comenzó a sonar retumbando toda la habitación.
Giré mi cabeza cuando comprobé que no tenía intención de cogerlo y con un tono de voz casi irreconocible, le dije:
—Deberías cogerlo.
A regañadientes y con un gruñido emergiendo de su garganta, se aparta de mí para unos minutos después, rodear la cama y después de coger su móvil que estaba sobre la mesilla, se sienta en la cama llevándoselo a la oreja y contestar:
—¿Quién coño es? —contesta un tanto brusco.
Sin poder evitarlo, me acerco hasta él y le paso mis brazos por su musculosa espalda para abrazarle mientras apoyaba mi cabeza sobre su hombro.
—No me hace ni puta gracia —le dice a la persona que estuviese al otro lado. —¿Qué quieres Jace?
Escuchaba a la persona hablar. Su voz era bastante grave, pero solo eso podía escuchar. No entendía muy bien lo que estaba diciendo, pero después de que Connor soltara un profundo suspiro y dijera lo siguiente, me hizo saber de lo que se trataba.
—¡Que sí joder! Iré en cinco minutos o así, pero mándame la dirección por mensaje.
Evans cuelga tirando su teléfono sobre la mesilla nuevamente, y después de levantarse, me agarra por sorpresa de la cintura levantándome haciendo que tuviera que rodearle la cintura con las piernas como anteriormente. Me besa sin apenas esperármelo como si pretendiera quitarme los labios para quedárselos él. En cuanto nos separamos, éste me pregunta:
—Mi hermano me ha llamado para pelear —dice, y el simple hecho de oír la palabra pelea, me hace recordar a papá. —Acompáñame por favor muñeca.
—¿Tú pidiendo por favor? Eso habría que celebrarlo insufrible.
—Que graciosa muñeca —dice robándome otro beso de los labios apretándome de la cintura para poco después salir de su habitación hacia el salón. —Pero de verdad, acompáñame.
Me quedo unos segundos, —o tal vez fueran minutos u horas— pensando si aceptar. El mero hecho de volver a verle pelear, me hace recordar a mi padre y sus malos momentos con la droga y demás. En la otra pelea que fui con Derek y Emilia, tuve que salirme porque no aguantaba, pero quizá esta vez conseguía apartar por unos momentos aquellos malos pensamientos de mi cabeza. Al darme cuenta de que Evans se estaba riendo porque me había quedado muda, le propino un golpe en el brazo y sin poder mantener quieta la cabeza, ésta asiente por si sola. Junto mis labios a los suyos para borrar la sonrisilla estúpida de la cara que se la había formado.
Acto seguido luego de acabar de ponerme los pantalones que había traído puestos, y éste una camiseta, salimos del apartamento en dirección a donde tenía aparcada su Harley.
El lugar no era el mismo de la última vez. Este era mucho más pequeño, pero no tanto, claro estaba decir que más bien parecía una casa. Habíamos llegado más o menos en una hora o así, debido a que él lugar estaba demasiado alejado de la universidad, el apartamento de mi primo y del centro de Los ángeles. En el instante en que Connor había aparcado la moto en la parte trasera para que no se viera y de ayudarme a bajar de ella —aunque podía sola perfectamente—, escucho unos pasos acercándose hacía donde estábamos nosotros.
Volteo mi cuerpo agarrándome la chaqueta que éste me había dejado nada más salir del apartamento cuando vio que estaba tiritando, y al hacerlo reconozco al tipo. Era el mismo que vi en el gimnasio con Connor el día en el Liam me dijo que había sido él quien le contó lo de mi madre a Maddie y yo me fue echando humo para cantarle las cuarentas. El tipo de pelo rojo que se parecía mucho al insufrible, pero con más piercings en la cara.
Su mirada era igual que la de Connor. Tenían el mismo verde intenso, pero con la diferencia de que los del insufrible me hacían estremecer cuando me repasaba de arriba abajo. El tipo no me quitaba la mirada de encima.
—Jace, esta es Baby —habla éste cuando el silencio se había agrandado.
El tal Jace me saluda con un movimiento de cabeza y una sonrisa enseñando sus dientes perfectamente blancos.
—¿Con quién tengo que pelear? Y lo más importante: ¿Cuánto? —pregunta y por la última pregunta, sé que en esta pelea se estaba apostando dinero y por la mirada de Jace, presentía que era demasiado.
—Con Adam —responde éste con firmeza y al escuchar ese nombre, solo puedo rogar que no se tratará de ruso, y Evans parece darse cuenta cuando nota que mi cuerpo se tensa. Me aprieta con más fuerza la muñeca. —Hemos apostado diez mil. Como no ganes te mato hermanito.
—Puedo con ese gilipollas, además, estos días le he cogido mucha manía.
Diciendo aquello nos adentramos por la puerta trasera y caminamos por un pasillo largo y oscuro. Empiezo a oír el barullo de la gente gritando e insultando al fondo, y solo puedo pensar que ya estábamos cerca de donde se suponía que pelearían; y estoy en lo cierto. Cuando llegamos, una multitud de personas están situadas en unas gradas a un lado del establecimiento, en el medio se podía observar un cuadrilátero no tan grande como el otro, pero que al menos cabían dos o tres personas allí. Repaso con la mirada todos los rincones del sitio: hay dos puertas donde ponen aseos diferenciando el de hombre y mujer, la entrada principal por donde seguramente habrían entrado los demás, muebles cubiertos por lonas blancas se encontraban al fondo del local, lo que me hace afirmar y confirmar que esto era una casa o algo muy parecido.
Me detengo en cuán Evans se para en seco provocando que me choqué con su espalda. ¿Por qué se paraba? Estábamos muy cerca del cuadrilátero y en el otro lado podía ver a Adam observándonos con una sonrisa escalofriante que me recorre el cuerpo cuando éste pasa a mirarme a mí. Le lanzo una mirada asesina para darle a entender que me importaba una mierda su sonrisa de puto porrero. Connor se percata de que aquella mirada iba hacia mí, y sin saber porque reaccionaba así, se dio media vuelta para quedar frente a frente conmigo y unos segundos después decirle a su hermano:
—Jace, quédate con Baby y no la pierdas de vista.
Resoplo; con un tono un tanto brusco le contestó:
—Se cuidarme sola; no tengo cuatro años.
—Ya lo sé —dice con una sonrisa egocéntrica en el rostro, luego añade: —Pero me quedaré más tranquilo si estás cerca de Jace, por favor muñeca.
Vuelvo a resoplar esta vez de injusticia porque sabía que no iba a cambiar de idea y simplemente con el gesto, éste sonríe a sabiendas que me había rendido de intentar hacer o decir nada..., y segundos después se marcha en dirección al cuadrilátero a la vez que se ponía las vendas en las manos para protegerlas o lo que fuese.
Jace me agarra del brazo con cuidado para llevarme a otra parte que no fuera justo en medio por donde habíamos entrado y en silencio, observo al insufrible ya dentro de aquel horrendo cuadrado.
—Queda menos para que Adam este acabado y Evans gane —digo un rato después de estar en silencio observando la pelea y sé que Jace ahora me estaba mirando —Podría aprovechar ahora para meter el movimiento de uppercut y por último cuando Adam esté inmovilizado en el suelo, atizarle un gancho de derecha dejándole ya casi inconsciente ganando la pelea.
Siento la mirada de Jace sobre mi sien y cuando me doy cuenta de lo que acababa de soltar, giro mi cabeza para mirarle y formando una sonrisa inocente espero que no me haga preguntas de porque se tanto de estas cosas, pero para mí mala suerte, lo hace arqueando una ceja; la misma ceja donde tenía los piercings.
Lo que dice a continuación, más bien es como si no me creyera.
—Es imposible hacer un uppercut ahora... —se detiene cuando sin previo aviso, y como si Evans nos hubiera escuchado, éste hace los mismos movimientos que le había dicho a su hermano minutos atrás dejando a Adam inconsciente; Jace abre la boca sorprendido: —Joder.
En ese momento, las sirenas de la policía se comenzaron a oír a lo lejos y el revuelo que se formó allí en un par de segundos, todos corriendo para salir del lugar, hicieron que de nuevo me asustara. Noto que alguien me agarra del brazo, pero no tardé mucho en darme cuenta de que se trataba de Jace sacándome de aquel lugar que se había convertido en un verdadero caos de gente que debían de importarles una mierda si empujaban a los que tenían delante o no. Mientras iba caminando por detrás de Jace, en mi cabeza no dejaba de darle vueltas a la preocupación que tenía en el cuerpo por si le había pasado algo a Connor o incluso peor, si la policía le habían cogido. En cuanto conseguimos meternos por el pasillo oscuro por donde habíamos entrado al principio, con un silencio entre los dos, marchamos por allí con solo la luz de la linterna que había encendido éste de su móvil.
Sonrío disimuladamente sin poder evitarlo cuando mis ojos se posan en la persona que estaba apoyada en la Harley con un cigarrillo a medio terminar entre sus dedos. Nos acercamos a Evans y en ese instante en que salí del local, maldije en un tono bajo por el frío que hacía aquella noche.
—¿Tienes el dinero ganado? —preguntó Jace cuando se acercó a su hermano.
Connor pisotea el cigarrillo en el suelo con la punta de su bota motera para luego sacar un sobre de su bolsillo doblado y lanzárselo a su hermano, que nada más atraparlo, lo abre comenzando a contar si estaba todo o no.
—Perfecto, ahora será mejor que nos vayamos. —comentó guardando de nuevo el dinero en su cazadora. —Vamos a mi casa; será lo mejor.
—¡Una mierda Jace!
Me sobresalto con el grito de rabia que suelta Evans. Levanto del todo la cabeza para mirarle, y como suponía, ahora mismo daba miedo. Sus ojos verdes se veían prácticamente oscuros, tenía las manos cerradas en dos puños que seguramente no dudaría en golpearle a algo, y la manera en la que comenzaba a moverse de un lado a otro furioso, me confirmaba que estaba enfadado; realmente enfadado.
Escucho a Jace suspirar de irritación y viéndole, también hacia los mismos gestos que Connor. Sus ojos se le oscurecían como a él.
—¡Te dije que no pensaba volver a esa puta casa!
—¡Y yo te estoy diciendo que vas a hacer lo que te diga, joder! —la voz de Jace era mucho más fuerte y tenía que confesar que me daba miedo de que la policía nos escucharan y nos descubrieran; aunque lo que más miedo me dio, fue cuando éste arrincono a Connor estampándole contra una pared de ladrillos cuando éste último pretendía golpearle. —Conmigo no lo intentes, sabes que no podrías ni estando borracho. Ahora nos vamos, ¿entendido?
Después de asentir todavía con la rabia surcando cada parte de su cuerpo, en el instante en que me ayudó a subirme de nuevo en su Harley y de hacer él lo mismo, arranca segundos más tarde que su hermano, acelerando en todos los semáforos que veía en ámbar. Me agarré con fuerza a sus hombros, ya que era la única manera de evitar que no me cayese de la moto y si os era sincera, disfruté del aire que me golpeaba en la cara.
El Banner con el título es creación de: BlueOceanEditorial (me encanta gracias por hacérmelo) y es mi antiguo usuario. El nuevo es ahora: Carluuchiii18
Aquí les traigo otro capítulo de Love me Baby para que los disfrutéis. Espero que os guste y ya sabéis , comentarme y votarme. Siento mucho en actualizar, pero es que estoy con los estudios y además, llevaba días atascada con éste y el siguiente por no hablar de que tuve que volver a reescribirlos porque se me borraron, pero ya está.
¿Con cual personaje os sentís más identificados?
¿Os esta gustando Connor?
DEDICATORIAS:
Yomira_Hernandez, Burgui92, LaChicaAnonima18, GrisbelBrito, MakaAlbrann, BeMyKata, Summers_Sarah, SheilaCandel, Liah13_06, lalism442, Nahovegamo, PandaPoker, RakelValdearenasMate, Dashana1994, valeska-triana-05, NatashaRodriguez314, Vickyimm, soyAaaaaaaaa776, AdictaAlChicoDelPan, y __DulcePrincesa
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