Capítulo 10
Una sonrisa me aparece en la cara cuando mi mirada se cruza con la de Liam al entrar en el aula de Historia donde el profesor Anderson ya estaba en su sitio. Maldigo cuando mis ojos se encuentran con el amigo de mi primo, Connor. Ya estaba en el mismo sitio de siempre, y no parecía haberse percatado de que le estaba mirando, —mejor así para mí—, ya que parecía bastante entretenido haciendo algo con su teléfono. Tenía los pies subidos encima de la mesa y la camiseta blanca que llevaba hoy, hacía que se le marcaran los abdominales... ¡Dios, pero que estaba diciendo! ¿Por qué estaba pensando en eso? Me dirijo hacia mi sitio de siempre, y en el momento en que me siento, éste alza su mirada hacia mí sonriendo como un auténtico gilipollas. Sonrío falsamente volviendo la cabeza hacia el frente, donde el profesor Anderson ya iba a comenzar su clase. Había empezado bien mi día gracias a mi primo y sus tonterías que me hacían reír, y alguien como Connor no iba a arruinármelo ni, aunque lo intentará.
Anderson termina de explicarnos la Historia de América cuando justo ahí, lo corta la campana del timbre.
Cierro el libro de golpe provocando un pequeño pero sonoro ruido, lo guardo rápidamente en la mochila y sin mirar hacia atrás, me encamino a paso rápido hacia la puerta para salir de aquí de inmediato. Camino con paso acelerado por los pasillos de la universidad al mismo tiempo que iba contestándole una respuesta corta y con sentido a Emilia. Me había comentado que me estaba esperando en la cafetería con mi primo, así que después de pensar que responderle sin ningún éxito, me decido por mandarle un emoticono de pulgar arriba y la cara con corazones en los ojos.
Empujo hacia fuera la puerta para salir del edificio pidiéndole perdón a un chico que en el tiempo en que yo salía, el entraba y por casi me lo llevaba por delante al no mirar que venía.
La cafetería estaba cerca de este modo no tardé mucho en llegar. Saludo a Portman cuando éste me ve a punto de entrar por la puerta. Se encontraba con otro estudiante al que no conocía, o al menos eso creía, ya que no me sonaba la cara. Era alto, de pelo negro y en punta hacia arriba. Musculoso y sostenía un cigarro entre los dedos. Remuevo mis pensamientos de la cabeza, y acto seguido entro al interior de la cafetería. Busco con la mirada el cuerpo delgado y moreno de mi buena amiga Emilia hasta que al fin doy con una chica que agitaba su mano en mi dirección haciéndome gestos para que fuera hacia allí.
Hago caso a sus gestos y poco menos de cinco minutos o así, ya estoy cerca de ellos dos. Derek se encontraba sentado en el sillón de enfrente de Emilia, mientras que ésta me hacía hueco a su lado echándose más a su derecha para que me pudiese sentar. Una vez me siento, Emilia comienza a contarme cosas como si fuera una bomba que necesitaba explotar y que por fin lo había hecho.
Derek suelta una carcajada por la charla que me estaba echando en tan solo unos segundos.
—Derek, gracias por animarme esta mañana —digo cortando a Emilia; Derek me sonríe negando con la cabeza.
—Bab, no me tienes que dar las gracias. Somos primos.
Sonrío y sigo hablando con Emilia ante la atenta mirada de mi primo.
—Quiero que llegué ya la hora de la fiesta —comenta Emilia ilusionada. Se me había olvidado que hoy había una fiesta en la misma casa que la otra noche; Liam me invito por mensaje —. Es genial.
Asiento.
Observo a Derek de reojo. Miraba su teléfono muy concentrado para después ponerse a teclear con movimientos rápidos sobre la pantalla. Ruedo los ojos volviendo a prestar atención a Emilia. Hablaba con acciones y movimientos de boca rápidos.
Nada más salir de clase de Lingüística con Tiffany, ésta decide acompañarme a mi habitación ya que le pregunté si tenía intención de ir a la fiesta y cuando me contesto que nadie le había avisado de que había una fiesta, sin poder evitarlo le dije que se viniera conmigo y con Emilia. Caminamos por los pasillos de las habitaciones hasta encontrar la C19 que compartía con Emilia. En el instante que nos encontramos frente a la puerta, abro con la llave dejando entrar primero a Tiffany mientras aguantaba la puerta con el cuerpo. Segundos después entro yo detrás de ella.
Tiffany se sienta dejando caer su trasero sobre la silla de escritorio (el mío) mientras yo tiraba la mochila al suelo para después dejarme caer sobre mi suave cama. Miro fijamente el techo blanco de la habitación. Minutos, o quizás segundos, levanté un poco el cuerpo de la cama cuando escuché algo o más bien a alguien. Tiffany y yo nos miramos tratando de contener la risa que anhelaba con salir de nuestros labios y el motivo... estábamos escuchando a Emilia cantando una canción de los Jonas Brother dentro del baño.
Seguramente no tendría ni idea de que habíamos entrado.
—I'm a sucker for you. You say the word and I'll go anywhere blindly —grita a todo pulmón desde el baño. Me levanto en un acto de decirle que habíamos llegado, pero justo en ese momento, el picaporte del baño se mueve y de él sale Emilia; sigue cantando: —I'm a sucker for you, yeah...
En cuanto su mirada se cruza con nosotras, ésta abre mucho los ojos sonrojándose como un tomate ante nuestra mirada. Tiene el cuerpo enrollado en una toalla naranja con flores y el pelo rubio, que ahora se veía oscuro por lo mojado que estaba, le caía por la espalda salpicando el suelo con pequeñas gotitas de este mismo. Me acerco un poco a ella y sin pedírmelo siquiera, le agarro la pequeña toalla que sostenía en la mano, para ayudarla a secarla el pelo.
—¡Me tenías que haber avisado que habías llegado! —dice fingiendo estar furiosa y ofendida.
Me río al tiempo que le devolvía la toalla húmeda y ésta se acercaba a su armario.
—No sabía que ibas a estar aquí. —Me acerco donde ahora se encontraba Tiffany en silencio observando la escena que tenía delante: una chica sin vergüenza a desnudarse frente a todos.
—Por cierto, esta es Tiffany, va a mi clase de Lingüística y la he invitado a venir con nosotras a la fiesta, ¿te parece bien?
Emilia gira el cuello para tener un acceso mejor a Tiffany sin que la puerta de su armario la molestase. Asiente. La veo poniéndose una camiseta rosa con los ojos y bigotes de un gato estampados en ella. Me sorprendo cuando al cerrar la puerta del armario y dar una vuelta completa para que pudiéramos verla mejor, me encuentro con que se había puesto un pantalón vaquero roto en una de las rodillas. Desde que llegué aquí, solo la había visto con vestidos o faldas, así que se me hacía raro verla diferente.
Sonrío haciéndola entender que le quedaba genial ese conjunto que hoy mismo llevaba y segundos más tarde, pasa a mirar a Tiffany que ésta también le sonreía con una expresión en el rostro de que no sabía que hacer o decir. Me acerco al armario arrastrando los pies con las zapatillas por el suelo. Tenía que prepararme y ni siquiera sabía qué hora era. Estaba tan distraída desde que había entrado por la puerta con Tiffany riéndome de Emilia y su cero vergüenza a que la vieran haciendo el ridículo, que no me había acordado que tenía que prepararme. Miro de reojo hacia Tiffany que se hallaba hablando con Emilia; no hablaba mucho, pero el otro día me dijo que ella no era tímida, si no que nunca había sido muy habladora. No la juzgue cuando me dijo aquello, ya que ella era como quería ser y no me importaba; además, a veces era mejor no decir nada que hablar de más.
—Toma, esto te sentará de maravilla. —La voz de Emilia diciéndole algo a Tiffany me hace asomar la cabeza por la puerta del armario.
Emilia le tendía un vestido de color negro corto hasta las rodillas de espalda abierta a Tiffany, que ésta aceptaba con los ojos abiertos sorprendida, o igual era porque se había enamorado del vestido. Estaba segura de que la ropa de Emilia le quedaba genial, debido a que tenían un cuerpo muy parecido, excepto por el color de piel.
Decido volverlas a ignorar centrándome de nuevo en la ropa que me pondría para la fiesta. Agarro un vaquero denim con bordado de adorno y una camiseta rosa claro con el logo de Adidas en el centro. Me visto rápidamente cerrando al mismo tiempo el armario.
En el momento en que termino de vestirme y de ponerme las zapatillas de Adidas, me aproximo a Tiffany y Emilia que se encontraban en el escritorio de ésta última. Emilia le estaba haciendo tirabuzones en el pelo a Tiffany mientras ésta simplemente se miraba en el espejo que Emilia había colocado hacía una semana atrás. Cuando estoy lo suficientemente cerca de ellas, me peino el pelo con los dedos un poco y simplemente un poco, me pongo el brillo de labios que Emilia me dijo que podía coger sin permiso, en mis labios. Al cabo de unos minutos, cuando miro el móvil, son las nueve y media de la noche y cuan por fin Emilia coge su bolso y yo una chaqueta vaquera, las tres salimos de la habitación para marcharnos. Derek nos había mandado un mensaje a Emilia y a mí diciéndonos que ya estaba esperando. Me encuentro con mi primo estacionado y fuera de su coche frente a la universidad.
Las tres nos acercamos hasta él.
—Primo, esta es Tiffany. Viene con nosotras. —Señalo a Tiffany mientras sonreía a mi primo.
Derek asiente diciendo su nombre antes de montarse en el coche.
Tiffany y yo nos metemos en la parte de atrás al mismo tiempo que Emilia se sentaba en el asiento del pasajero junto a Derek. Enserio que hacían una pareja realmente bonita.
El trayecto transcurre en completo silencio, bajo la radio encendida que estaba emitiendo un partido de fútbol que había sido la semana pasada.
Estacionamos frente a la casa de la fraternidad. Era la misma que la otra vez, pero con la única excepción de que en esta había más gente o a menos eso me parecía a mí. La mayoría de los estudiantes o no estudiantes que se encontraban fuera de la casa, ya estaban medio borrachos o completamente borrachos. Tiffany iba a mi derecha mientras que los dos tortolitos iban a tres pasos por delante nuestra. Emilia le había agarrado la mano a mi primo y juntos se adentraron dentro de la casa perdiéndoles de vista. Ruedo los ojos al tiempo que continuaba andando con Tiffany hasta entrar también en la casa.
Maldigo cuando alguien que justo pasaba por mi lado y que iba totalmente ciego de alcohol, me derrama un poco de la bebida del vaso que sujetaba en la mano sobre la camiseta. A lo lejos puedo observar a Liam con un vaso rojo en la mano y al verme, este me saludó con la otra mano enseñando sus dientes en una sonrisa radiante.
Doy unos toquecitos en el hombro a Tiffany, avisándole de que me iba hacia el fondo que era donde se encontraba Liam y también aprovechar a decirle que si se quería venir. Cuando ésta asiente, las dos nos dirigimos hacia el lugar donde había dicho, acercándonos lentamente al grupo que había allí. Mis dientes chirrían de rabia cuando veo a Connor y a Maddie sentados en el sofá cerca. Por suerte de que estaba Liam. En cuanto éste me vio acercándome, una sonrisa le volvió a aparecer en el rostro. Estaba perfecto cuando sonreía. Siento unos ojos puestos en mí en cuanto le doy un abrazo y dos besos a Liam; observo de soslayo que solamente era Connor mirándome de mala manera como siempre, pero tenía que saber que me importaban una mierda él y sus queridísimos amigos... excepto Liam, obviamente.
—¿Queréis algo de beber? —nos pregunta Liam con una dulce sonrisa.
Tiffany y yo asentimos, y al mismo tiempo y sin esperárnoslo, éste le roba dos vasos a un tío que justo pasaba por su lado para a continuación, entregárnoslo a nosotras. Bebo un trago de mi cerveza mientras conversaba con Liam.
Hablaba de como se había conseguido librar de la misma chica que vi en la otra fiesta que no le dejaba en paz. Se reía cuando me lo contaba, y eso solo hacía que unos pequeños hoyuelos se le aparecieran al lado de sus labios; yo simplemente le conté que en el momento que entré, la suerte se me fue cuando aquel tío me tiro su bebida, lo que hizo que volviéramos a reírnos los tres. Tiffany había estado ahí para verlo.
Una voz a mis espaldas, grita el nombre de Tiffany, lo que hace que las dos nos volviéramos. La misma chica de la que hablaba antes Liam, se acercó a Tiffany con una sonrisa en el rostro. Parecían conocerse, así que no dije nada cuando la chica de nombre desconocido para mí, se llevó a Tiffany de la mano hacia la planta de arriba. Me encojo de hombros y vuelvo a mirar a Liam.
Seguimos conversando tranquilamente y por un momento me olvido que desde que había llegado no sabía dónde se habían metido mi primo y Emilia. Y ahora Tiffany que seguía con aquella chica. Bebo otro trago de mi cerveza.
Minutos después, me encontraba dando vueltas por la planta de arriba buscando a mi primo o a Emilia. Comenzaba a marearme así que luego de un rato sin dar con Derek, Emilia o Tiffany, decido salir fuera a que me diera un poco el aire. Me costó bajar las escaleras hacia la planta baja, pero traté de agarrarme lo mejor que pude a la barandilla. Sentía el alcohol de las cervezas que Liam me había dado, subir por mi cuerpo hasta la cabeza y sabía que, si seguía aquí, podría acabar devolviendo en el suelo. Las piernas me tambaleaban un poco mientras me acercaba a la puerta de entrada. En el momento en que salí de aquel antro en el que la gente estaba borracha a la vez que se liaban con la primera persona a la que veían, agradecí el aire que me vino de frente azotando mi cara con fuerza. Bajo las escaleras de la entrada y camino lejos de la casa. La mayoría de los estudiantes se encontraban fuera de la casa
Toso justo en el momento en que pasaba por al lado de un grupo que se encontraba fumando Marihuana. El olor de la maría me recordaba a los días en los que mi padre se pasaba dándole a la droga antes de dejar el trabajo y después del abandonó de mi madre. Siempre quise ayudarle, pero en esa época solo tenía ojos para la droga. Hasta que se dio cuenta de que tenía que cuidarme solo. Sin nadie.
Me siento sobre el bordillo del frío asfalto de piedra. Veía un poco borroso, así que apoyé las palmas de las manos sobre mi rostro, escondiéndolo así en ellas, y traté de estabilizarme un poco.
Solo pasaron unos segundos cuando empecé a escuchar unos pasos acercándose a donde estaba yo, pero, aun así, no aparté las manos de mi cara. Me daba igual quién fuera ya que lo único que quería era dejar de estar borracha de una vez por todas.
—¿Qué haces aquí fuera? —Su voz hizo que dejara de estar como estaba, para segundos
después, girar la cabeza hasta la persona. Connor Evans estaba detrás de mí. —¿Te ha
comido la lengua el gato muñeca?
Doy un largo suspiro levantándome con dificultad del suelo.
—Déjame en paz Connor.
—Uy que humos tiene la muñeca —habla riéndose. Ruedo los ojos y cuando paso por su lado para marcharme, éste me agarra del brazo haciéndome retroceder. Me miraba serio. —¿Estás borracha?
Me suelto de su agarré con brusquedad y después de echarle una mirada asesina, le contesto:
—¡A ti qué coño te importa! ¡Vete a follar por ahí!
Me alejo antes de que se atreviera a volverme a agarrar, pero justo cuando llegué al primer escalón del porche de la entrada, volví a oír su voz.
Grita fuerte y me extrañó que él no estuviera borracho.
—¡Seguro que eres la típica niña pija mimada! —Me detengo, sin darme la vuelta. —¡Seguro que ahora vas a entrar para llamar a tu madre y llorarle hasta que te compré lo que quieres!¡Eres la niña pija de mamá!
Una lágrima me recorrió la mejilla hasta caer al suelo y es en ese momento cuando me volteo y con la mirada echa una furia, me acerco hasta Connor. No tardé mucho en llegar a él, cuando sin poder evitarlo, mi mano fue sola hasta abofetearle la cara a Evans. Le doy toquecitos con el dedo índice fuertemente antes de hablar.
Cojo aire y comienzo a hablar:
—¡Tú no tienes ni puta idea de mi vida Connor! —Le miro directamente a los ojos. Sentía cómo se me cristalizaban los ojos queriendo derramar las lágrimas, pero aun así continué: —¡Tú no sabes lo mucho que he sufrido! Mi madre nos abandonó hace trece años porque según ella, éramos un puto error en su vida y que yo podía costarle su carrera de actriz, así que mi padre tuvo que cuidarme solo después de dejar por segunda vez la puta droga, —Esta vez dejo que las lágrimas que estaba aguantando, salgan dándome igual que me estuviera viendo Evans. —¡Siempre escuchaba a mis padres discutir y por ese motivo siempre he tenido pesadillas! El único que lo sabía era Derek que estuvo allí conmigo; siempre.
Le empujó hacia atrás con las manos dándole a entender que estaba cabreada. Seguí hablando:
—Mi padre siempre me decía que mamá se fue porque no le quería a él, pero lo que no sabe, es que la escuché gritándole que no nos quería a ninguno de los dos. —Sorbo por la nariz mientras hacía una pausa antes de continuar: —¡Hace poco me enteré de que mi madre estaba esperando un hijo y que se iba a casar! ¿Tú sabes lo que sentí al ver su sonrisa? —Lloro recordando la foto de mamá en aquella portada de revista. —¡Yo era un puto error! ¡Papa era un puto error! ¡Y ahora era feliz porque estaba embarazada!
>>Mi padre lo ha pasado fatal y yo nunca he podido hacer nada porque era demasiado pequeña para hacer nada —Me alejo de él; le doy la espalda y acto seguido intento limpiarme las lágrimas. —Vine a estudiar aquí para tener una vida tranquila, y alguien como tú, no me lo va a arruinar, así que, si no sabes de mí... —hago una pausa; trago saliva y añado: —¡cierra la puta boca! <<
Veo borroso por culpa de las lágrimas que me anegaban los ojos. De lo enfadará que estaba, ya no estaba borracha. Cuando estoy a punto de salir corriendo para marcharme de allí, soy detenida por Connor. Me agarraba la muñeca y estábamos tan cerca que me estaba poniendo nerviosa.
Sin ni siquiera esperármelo, Connor juntó sus labios a los míos.
No tenía ni idea de que estaba pasando, pero sin saber porque, continué el beso rodeando su cuello con los brazos. Debería estar gritándole o salir de allí corriendo, pero en lugar de eso, estaba siguiéndole el beso a Connor.
Hola lectores! Aquí les dejo el siguiente capítulo de Love me Baby. Espero que os guste y lo disfrutéis y que me digáis que os ha parecido con votos y comentarios. Gracias.
KamilaLeon1, DenisseRenteria660, Karel_Rey, LaChicaAnonima18, MariaLeeyOpina, lesliealmapre, Yomira99, AdictaAlChicoDelPan, NailiVenus, Rociohdezv, melissacalzas, never_be_alone_123, -Sweethazelnut-, AbiSanchezXVI.
Muchos besiitosss a todos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro