ִֶָ songs for you ִֶָ
Desde hace meses su vida no ha sido la misma, no sabe como describir la sensación que abarca en su pecho cada vez que lo recuerda o ve su instagram; esa emoción lo llena de melancolía y lo pone borracho, provocando que llame el número antes tenía el pelinegro. No quiere aceptar que su existencia ya no es la misma desde que él se fue.
Muy en el fondo el rubio de tez canela sabía que su vida se había ido en ruina, preguntándose cada noche que hizo mal o que podría hacer para que el lindo chico de ojos bambi regrese a su vida.
— Quizá solo le aburrí... Creo que soy muy monótono. —susurra Kim con la botella de ron en su mano, la casa donde antes ambos vivían esta hecha un desastre y poco le importa ahora mantenerla limpia.
Su mente divaga y sus ojos miran un punto fijo, los recuerdos de su relación llegando como flashbacks... Uno tras otro, el siguiente más doloroso que el anterior y provocando que su corazón se rompa más. Lágrimas saliendo de sus orbes color verde olivo.
Se sentía un tonto, un estúpido por extrañar y llorarle a alguien por cinco meses -casi seis-; se sentía idiota por pedirle a la luna un deseo que solo una persona quiere, pero se sentía aún más tonto cuando soñaba que Jungkook regresaba y lo besaba de esa manera tan especial y linda que lo hacía levitar. Era un necio iluso que aún mantenía una chispa de esperanza en su ser, esperando que alguien regrese... Cuando le había dejado claro desde un inicio que no lo haría.
— Ámame de nuevo, Jungkook-ah... Prometo hacer las cosas bien, prometo no fallarte... Pero, por favor, regresa y ámame de nuevo. No quiero a nadie más que no seas tú... —susurra con lágrimas desbordando por sus sonrojadas mejillas.
Estaba tan borracho...
Con el paso de los segundos sus ojos se cerraron dejando que su mente descanse y vaya al mundo de los sueños donde pudo ver a su amado chico correr hacia él con una de sus típicas sonrisas aconejada.
Lo conoció un veintiséis de enero en el último semestre de universidad del menor, Taehyung para ese entonces trabajaba de mesero en las mañanas y de cantante por las noches; fue amor a primera vista, recuerda que ese día el antes cerecita había ido a hacer unas tareas con un grupo de amigos y él fue el encargado de atender su mesa -no sin antes llevar un par de ojos coquetos al chico cherry-. Lo demás después de esa primera vista, fue algo cliché... Jungkook siguió frecuentando dicha cafetería y con eso conoció mejor al mayor, que tenía una carrera frustrada de cantante y muchas ganas de llenar escenarios para hacer que la gente quede hipnotizada y ame sus canciones.
Su música.
Al pasar los meses y citas el de tez canela le pidió al cherry ser su novio un día veintiséis; habían tenido veintiséis citas y le había dado más de veintiséis detalles y sorpresas. ¡Se sentía listo para el siguiente paso! Y claro que todo salió bien, pues el lindo chico de ojos bambi había quedado más que enamorado del contrario. Y Taehyung, ni hablar... Se encargó de darle todo al pequeño desde la primera charla, la primera cita y el primer día de novios.
Kim dió todo y más para que Jungkook fuese feliz. Su relación prospero muy bien luego de tres años.
Lo apoyó cuando la pequeña empresa donde el chico cherry trabajaba quebró y lo tuvieron que despedir, lo apoyó en los difíciles dias donde fue rechazado en múltiples empresas y le festejo como se debía cuando lo contrataron en su nuevo empleo; claro que también estuvo ahí para él cuando lo empezó a sentir distante.
Y fue muy duro para Kim seguir amando al pelinegro cuando le terminó y cambió su número por las insistentes llamadas que luego le daba. Al final se dió cuenta que ambos estaban enamorados, pero uno amaba más que al otro.
Taehyung se enamoró primero, pero amó mas a Jungkook que a cualquier otra persona. Y no se arrepentía de ello, se arrepentía de no poder olvidarlo.
Que es distinto.
ִֶָ ִֶָ ִֶָ
Veintiséis de agosto. La mañana llegó tan pronto como su resaca, el insistente toque de puerta le hizo gruñir por lo bajo y las lamidas de su pomerania en su rostro por fin lo despertaron.
— YeonTan... Basta... —susurró alejando con cuidado al cachorrito. El perro siguió insistiendo a su dueño, al mismo tiempo que tocaban la puerta principal.— Ah, ya me desperté... Ya voy.
Con un pequeño tambaleo se levantó y agarró su cabeza a punto de explotar, caminó hasta la puerta, le quitó el seguro y le abrió. Los dos mayores del otro lado le dieron una mirada triste.
Taehyung se hizo a un lado para que sus hyungs pasen y se sentó en el sillón luego de cerrar la puerta. SeokJin dejó la bolsa que tenía en mano en la barra y Jimin se sentó en la mesita que tenía la sala; ambos se miraron a los ojos y suspiraron notoriamente.
Su mejor amigo se veía tan mal. Ojeras prominentes, cabello seco y revueltos, labios partidos, un principio de barba creciendo y por supuesto toda la casa hecha un desastre de botellas de soju, ron, whisky, tequila, unas cuantas bolsitas con gomitas oscuras esparcidas en la barra de la cocina y varias cajas de cigarrillos por toda la casa. Ninguno quería saber como estaba el cuarto principal.
Con el ceño fruncido y gran valor Jimin le dió una cachetada a Taehyung provocando un jadeo en el mismo y su amigo.
— Mierda, ahora me duele la cabeza... Gracias Park —agradece con sarcasmo, recargando su cabeza en su mano.
— Cocinare algo en lo que platicas con él. —incluye SeokJin con rapidez. Ambos asienten y el de mechones púrpura se pierde por la cocina.
El de pelo naranja mira a su amigo fijamente, sus orbes oscuros se veían tan amenazadores que hicieron encoger al rubio. Yeontan por otro lado rascó la pierna de su dueño y se dejó cargar para ser puesto en el regazo de Taehyung.
— No puedes seguir así... —inició.— Ya es suficiente, esto es mucho solo mira a tu alrededor. ¿Crees que esto es un ambiente adecuado para ti? ¿Crees que es sano? ¡No lo es Kim Taehyung! Entiende de una vez que debes mejorar este nuevo estilo que agarraste desde que se fue...
El menor por meses sonrió amargo.— Sé que no es sano todo esto Chim, no es adecuado para mí... Lo sé, pero, realmente no me siento yo, Jimin-ah, ya no. —murmura con lágrimas comenzando a aparecer en sus orbes olivos. El nombrado peli naranja forma un puchero y toma una mano de su amigo.— No sé que hice mal, le di todo de mi, todo lo que estuvo a mi alcance, lo amé tan mal... Quiero saber que hice para que él decidiera eso, demonios le quería pedir matrimonio y el simplemente me dijo ‘lo siento Taehyungie, pero necesito terminar contigo.’ —imitó la voz del pelinegro.— ¿Qué mierda es eso? Ni una mínima explicación o algo... Solo es famoso y estúpido ‘No eres tú, soy yo’.
— Tranquilo Taehyung, respira... Estás muy agitado. —destacó Jimin abrazando por los hombros a su amigo. Cada veintiséis era lo mismo.
— ¿Solo me usó? O... ¿Tan siquiera me amo de verdad? No entiendo el amor, no quiero volver a sentirlo... Quiero que hoy sea el último día que lo extrañe, necesito quitarme de mi mente sus ojos, sus labios, su toque, sus facciones y expresiones, quiero quitarme su aroma de coco con vainilla que tenían sus perfumes y cremas, sus pucheros cuando ya no había leche de plátano y sus dulces apodos al hablarme, quiero quitarme todo... Ya no quiero que duela. —lloró recibiendo diminutas lamidas en el dorso de su mano.— ¿Y sabes lo peor Jiminnie? —sonrió a su amigo, el contrario negó.— Tengo un repertorio de canciones solo para él, todas y cada una son dedicadas a él.
— Taehyung...
— Hoy es nuestro mes aniversario... Creo que yo soy el único que lo recuerda. —acarició al can.
Park se quedó pensativo.
— Escuche por ahí que cantando lo que sientes, dejas libre ese peso que tanto te atormenta... ¿Qué te parece cantar esas canciones en el restaurante de Yoongi? ¿No te gustaría?
Taehyung lo miró fijamente, no tenía ánimos de hacer aquello y para ser sinceros solo quería drogarse nuevamente para poder ver a Jungkook.
— Suena muy bien esa idea, minnie. ¿Que opinas Taehyung? —se metió SeokJin saliendo de la cocina y llegando a la mesa para poner el sartén encima de una parrilla.
— ¿Cómo le hiciste SeokJin hyung? —cuestiona el rubio con intriga y tristeza en sus ojos.
— ¿La comida? Con las manos. — muestra las mismas, Taehyung niega.
— ¿Cómo le hiciste para olvidar a Namjoon tan pronto? Se supone que iban a dar el siguiente paso, o eso tenía entendido... —explica con tranquilidad. Seok mira con tristeza a su amigo y se sienta en el borde del sillón para abrazarlo por los hombros.
— Nunca ibamos a dar el siguiente paso, Taehyungie. Para Nam, yo solo era sexo... A él le gustaba otra persona y yo era su algo sexual que le ayudaba cuando quería coger. —murmura con pesadez.— Muy en el fondo sabía que Namjoon y yo nunca seríamos novios... Fuí algo iluso al creer que sí. —sonrió triste, pero con rapidez subió su animo.— Pero, eso no importa... Él se lo pierde, en definitiva perdió a su verdadero pedazo ancestral de luna...
Los dos amigos rieron y Taehyung muy en el fondo deseó tener la misma mentalidad de SeokJin para que no le duela tanto y pueda olvidar al otro. Tal vez, todos pasan de diferente manera la ruptura de la relación.
[ ... ]
El restaurante le daba unas vibras de antigüedad sin perder lo moderno, era muy lindo como la barra conectaba con las mesas y esas dos partes tenían una vista al escenario con micrófono que había ahí. SeokJin estaba al otro lado de la barra preparando las bebidas que pedían los clientes.
Podíamos decir que todo iba bien, hasta que su amigo le habló.
— ¿Te acuerdas que querías conocer a Namjoon? —Tae asintió y Seok señaló a un moreno alto con mirada analizadora, tomando del brazo a alguien centímetros más bajo que era difícil de distinguir para el peli púrpura.— Es él, aunque... No sé a quién tiene de acompañante, me imagino que por fin logro tener una cita con el chico que tanto quería... —murmura algo decaído antes de darse vuelta e irse al almacén.
Taehyung observó fijamente a la pareja, sintiendo su corazón romperse en mil pedazos cuando vió a su Jungkook con aquel moreno; le dolió ver cómo le sonreía y se dejaba besar por él, no cabía duda, el pelinegro no sufrió su ruptura como él y se sentía tan imbécil por llorar por un chico que ya tenía pareja.
Sirvio de lleno su caballito y trago la amarga bebida, uno tras otro hasta que se mareó un poco; quién diría que el nuevo estilo de vida que tenía le iba a dar una mejor resistencia al alcohol.
Con el pasar de media hora casi cuarenta minutos un fuerte vitoreo llamó su atención, el moreno estaba incado frente a su chico y el solo podía asentir mientras los demás les festejaban.
— Oh mierda... —escuchó susurrar a SeokJin.— Tae... No creí que...
El rubio ignoró el pequeño balbuceo de su amigo para fijar su vista en las pulseras que tenía y los anillos que había mandado a hacer especialmente para él y Jungkook, la melancolía llegó a su cuerpo de nuevo. Kim miró a Seok y relamio sus labios, se sirvió otro caballito bajo la atenta mirada de su amigo y dijo.
— Creo que al final, yo me enamoré más que tú... —murmuró con nostalgia. Su mano izquierda tomando el caballito para al final llevarlo a su boca y pasar el líquido por su garganta.— Feliz aniversario Jungkookie... Hoy es mi última noche extrañándote.
—
No digas eso, suena que harás algo loco... —murmura Jin con preocupación.
— No haré nada loco Jin hyung, solo iré a cantar para sacar todo lo que siento... ¿No era esa tu idea? Cantar...
— Espera Taehyung, no puedes ir así... Mejor otro día cantas...
El rubio negó y caminó hasta el despacho de Jimin para avisarle que ya cantaría, el peli naranja avisó a un mesero y dejó que su amigo vaya al escenario, sin saber lo que había ocurrido afuera. Park estaba más preocupado en darle besitos a su novio.
Era alguien enamorado por su mentita.
10/agosto/2023
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro