Parte 8 "A bailar"
Mi despertador suena y como robot me levanto y voy al baño. Cuando abro la puerta me encuentro a Hans lavándose la cara.
—Carajo — grito retrocediendo.
Me mira divertido—Buenos días — se seca su rostro y sale — que bueno que ya había acabado de hacer mis necesidades.
Lo miró y veo que se sienta en mi cama viéndome.
—No te muevas — le digo entrando al baño y cerrándolo con llave.
—Eres muy tranquila cuando duermes — dice y puedo jurar que está sonriéndome.
Hago toda mi rutina y salgo.
— ¡Rebeka, el desayuno está listo! — grita mi mamá.
Abro las puertas de mi armario.
— ¿Salgo por la puerta principal? — pregunta Hans todavía sentado en mi cama.
Casi me río de lo ridículo que se ve en ella, parece que fuera de muñecas.
— ¿Quieres entrar a la cárcel?, porque ni loca voy a decir que te deje quedarte en mi cuarto. Si lo haces diré que entraste y tuve que dormir atada — digo tomando una blusa.
Su risa ronca me hace mirarlo.
—Créeme, que si hubiera entrado a tu cuarto y te hubiera atado en tu cama, no hubieras dormido.
Paso saliva, y decido no hacerle mucho caso a su comentario.
—Por la puerta principal no puedes salir, y por la puerta trasera tampoco, esa queda en la cocina — entro al baño a ponerme mi ropa.
— ¿Entonces? — dice por fuera.
Me pongo mi atuendo en lo que pienso un plan. Si brinca, estoy casi segura de que muere, si sale por la puerta principal... no, esa ni loca, y menos por la puerta trasera. Salgo del baño ya con mi atuendo puesto y me coloco mi gorra color crema.
—Un milagro — digo mirando al cielo.
El silencio inunda la habitación.
—No creo que...
— ¡Ahh Beka, iré a la lavandería por el traje de tu padre!, ¡cuida que no se me quemen los waffles! — grita mi madre callando a Hans.
Lo miro y sonrió —Y no voy a misa — digo tomando mi mochila y bajando las escaleras.
Los pasos de Hans son pesados y sé que viene detrás de mí. Así que voy a la cocina y me quedo helada al ver a Colby desayunando.
—Hola — saluda comiendo cereal.
Hans y yo tenemos la misma expresión.
—Ey — digo entrando, y tomando jugo como lo más normal — ¿Cómo les fue en la cena?
— ¿Quién es él? — pregunta Colby apuntándolo.
Miro a Hans—Ahh, acaba de entrar, vino a llevarme ya que mamá se llevó la camioneta — contesto, tomando jugo.
Hans lo saluda con una sonrisa y Colby igualmente le sonríe.
— ¿Comes mucho? — le pregunta mi hermanito.
Y él frunce el ceño— ¿Qué? — pregunta desconcertado.
— ¿Qué si comes mucho, o por qué estás tan grande?
Y yo me atraganto con el jugo.
***
Hela me ha llamado por la mañana diciendo que su madrastra la iba a llevar ya que tenía que ver unas cosas de la escuela de Danica.
—Tú dijiste que no tenías coche — digo, mientras vamos caminando por la calle.
—Dije que no venía en coche.
Lo miró — ¿Ahora me vas a explicar qué pasó? digo, mínimo merezco una explicación por el alojamiento y la comida.
—Alguien venía persiguiéndonos a mí y a Carson. Así que escondí el coche y ambos bajamos para que no nos encontraran.
Decidí que no iba a hacer más preguntas. Eso era lo suficientemente raro para callarme.
—Y ahí está — dice, quitándole unas ramas secas de encima.
Su Mercedes negro está en una casa abandonada de alguien, cubierto de hojas y ramas.
—Lindo — digo sarcástica, quitándole hojas.
Después que el auto quedara limpio, ambos nos subimos. Sin hablar, sin mirarnos. Yo viendo el frio a través de la ventana del carro y la música acompañándonos.
—Este fin de semana tendremos una fiesta con los chicos — la voz de Hans interrumpe mis pensamientos.
Giro mi cabeza para mirarlo—Oh, Hela no me dijo nada.
Su mirada sigue fija en el camino —Bueno, es que se me acaba de ocurrir la idea, y estaría bien que vayas... digo, tú y Hela, que vayan — tose un poco y sube el volumen de la música.
Le doy una sonrisa de boca cerrada y junto mis manos frotándolas entre sí para calentarlas.
—Tengo guantes ahí — dice apuntando a la guantera.
Asiento y la abro, unos guantes negros de piel están dentro junto con una gran bolsa de hierba verde (y no creo que sea orégano) y otra bolsa bien sellada.
— ¿Fumas? — pregunto sin cerrarla.
Mira un segundo la guantera y vuelve su vista al frente.
—No — dice serio.
Y decido que las preguntas se terminaron. Poco después se estaciona frente a la escuela y veo que Carson, Hela, Lilyth, Gigi, Candace y los chicos con los que siempre habla Hans, ya están ahí.
—Gracias — digo tomando mi mochila y bajando.
Cuando me acerco a ellos, noto que la mayoría de los chicos tienen golpes en la cara, algunos moretones, labios partidos, e incluso Carson tiene una herida en la ceja.
—Hela — digo tomándola del hombro.
Ella me mira sonríe —Ey — dice abrazándome.
Le devuelvo el abrazo y veo como Carson se aleja para ir con Hans y los otros chicos, ellos hablan y hablan.
— ¿Qué pasó? — pregunto apartándome de ella.
Hela me mira confundida — ¿No sabes?
Okey, esa se me hace una de las preguntas más estúpidas que pudo haber hecho. Claro que si estoy preguntado, es porque no sé.
—No Hela — respondo, sin expresión — no lo sé.
—Hubo una pelea por territorio — responde seria.
Frunzo el ceño, ¿territorio?, ¿acaso son perros?
— ¿Y qué hiciste anoche? — pregunta cambiando de tema.
La miro —Nada, hice mi tarea, cené... — y Hans se quedó a dormir en mi cuarto a escondidas — creo que fue todo — me encojo de hombro.
La campana suena advirtiendo que las clases ya van a comenzar.
—Bueno, toca matemáticas — dice tomándome de la mano y entrando
Ambas entramos y caminamos hasta el salón.
Recuerdo que cuando estaba en primaria, algunas veces se me dificultaba sumar quince más veinte, luego se me dificultó sacar el área de las puta figuras, pero lo aprendí y todo salió bien. Y ahora, llevo desde secundaria que no les entiendo a las malditas matemáticas. Si no fuera por papá, ya estuviera estudiando en casa.
—Vamos Beka — me anima Hela — estas sí las sabes.
Salgo de mis pensamientos y volteo a ver mi hoja. Solo llevo los números de las operaciones.
—Hans me ha dicho que quiere que vayamos a una fiesta este fin de semana — digo haciendo garabatos como escribiendo.
—Uhh, eso suena divertido — Hela se levanta y va a que le revisen.
Yo por otro lado comienzo a hacerlas fijándome en mis notas, y solo me falta un puto... maldito problema cuando la campana suena.
Tomo mi mochila junto con la de Hela y salimos, caminando para tomar nuestro almuerzo. Pero la cafetería está a reventar y todas las mesas están llenas.
—Bueno, creo que nos toca desayunar en el patio — dice Hela.
Suspiro — Vaya, me encanta congelarme el culo.
Las dos salimos mientras platicabas, y ella me contaba su súper experiencia sexual.
—Creo que jamás he estado en algo tan maravilloso como eso — dijo sentándose en una de las bancas.
Reí y saqué mi café.
—No sé si soportaría verte desnuda — digo dándole un trago.
—Pero si ya me has visto desnuda — dice comiendo su dona.
—Sí, pero no teniendo relaciones.
Comenzamos a platicar de otras cosas y Hela solo me mira.
—Ya, di lo que tengas que decir — la miro.
— ¿Sabes dónde estuvo Hans anoche? — pregunta.
Levanto una ceja incrédula.
— ¿Tendría qué?
—Bueno, solo digo que fue raro que Hans te trajera a la escuela si no lo viste anoche.
—Sabes que se quedó en mi casa ¿no? — digo yendo al grano.
—Sí — dice sin rodeos.
Suspiro.
—Antes de que empieces con tus especulaciones, sí estaba haciendo mi tarea cuando él llegó a mi casa, casi muerto y medio morado, lo dejé entrar y me dijo que si se podía quedar en mi casa, mis padres junto con Colby habían salido a una cena de trabajo. Así que se me hizo fácil decirle que sí, pero no pasó absolutamente nada.
Ella sonríe, pícaramente —Porque tú no quisiste.
Le doy un trago a mi café para calentarme.
— ¿Vamos a ir a la fiesta? — pregunto cambiando de tema.
—Eso ni es de dudarse.
***
Sábado por la mañana. Colby y yo estamos limpiando la mini granja.
—Hola — dice mi hermanito saludando a los animales.
Sonrió.
En toda la semana no he visto a Hans, desde la noche que se quedó a dormir en mi casa ni siquiera ha ido a la escuela, junto con Carson y los otros chicos que siempre lo acompañan.
— ¿Sabías que hay animales que hacen popo en forma de cuadrado?
La voz de Colby me saca de mis pensamientos.
—No, gracias por eso — digo sonriéndole.
Comienzo a barrer toda la suciedad del piso mientras Colby limpia cada una de las jaulas y camas de los animales. Él lo hace con todo el cariño del mundo, le habla a cada uno de los animales, les pregunta cómo han estado, y se disculpa por moverlos de lugar.
— ¿Crees que algún día podríamos tener un dinosaurio? — me pregunta mientras sacude la cama de Marisol... de Coco, el gallo.
—Es muy posible — contesto echando todo en una bolsa.
Después de acabar todos los deberes de la casa y de ir al supermercado a hacer unas compras, la noche ha llegado, junto con Hela en un vestido rojo pasión.
—Hoy quiero emborracharme hasta que no sepa quién soy — dice entrando a mi habitación.
—Siempre lo haces — le respondo mientras alacío mi pelo.
—Bueno, que no sea la excepción — y comienza a hurgar en mi armario — vamos a ver qué hay.
Mientras me maquillo, mi rubia amiga está viendo qué puedo usar.
—Beka, aquí tienes pura ropa para salir a pedir limosna — dice sacando un pantalón roto.
—Así es el estilo.
Lo devuelve y me mira.
—Si sobrevivo, vamos a ir a comprar más vestidos.
—Comprar vestidos para un clima como el de Noruega, no es lo más inteligente — refuto.
Y es que mi armario está compuesto de camisas flojas, faldas casuales, pantalones de todos los estilos, tenis y botines a morir. No soy mucho de gastar en vestidos, no porque no me gusten, sino porque... soy rara.
—Bingo — dice sacando un vestido verde esmeralda con tirantes de piedras brillosas — Beka, sino tienes ropa para pedir limosna, tienes vestidos para ir a cenas formales, pero corre y ponte este.
Me levanto y lo tomo.
—Porque casi siempre voy a cenas formales — digo quitándome la ropa y me poniéndome el vestido, veo como se amolda muy bien a mi cuerpo, luego me pongo los tacones negros que Hela ya tiene en su mano.
—Pues como ves, este año vamos a salir más de fiesta.
Después de abrochar mis tacones me levanto y tomo mi abrigo junto con mi bolsa.
—Lista.
Las dos bajamos las escaleras con mucho cuidado de no caer y rodar por ellas hasta morir.
—Rebeka.
La voz de mi madre hace que me detenga —¿Si?
—¿Cómo te ha ido con Dabria?
Suspiro, sabiendo que no he ido a verla — Mamá... — comienzo pero ella me interrumpe.
—¿Has estado tomando tu medicamento?
Hela se mantiene al margen de nuestra platica.
—Me hace ponerme estúpida, y no la he necesitado — digo, tomando mi abrigo.
Ella suspira — Avísenme cualquier cosa.
Las dos asentimos, y salimos para llegar hasta el auto de mi amiga.
—¿Dejaste tu medicamento? — me pregunta, abriendo la puerta.
—No quiero hablar de eso— digo honestamente entrando.
Ella asiente, arrancando. Los minutos pasan y siento mis piernas entumirse un poco. Mientras la música suena de fondo, miro mi pulsera. Los dijes tintinean cuando se tocan y suspiro, Toco suavemente las dos letras que cuelgan y mi corazón se aprieta.
Cuando levanto la mirada, unos minutos después, veo que no hay ni una persona por el camino en el que vamos.
Miro a Hela mientras ella maneja.
—Rubia, ¿segura que es aquí? — pregunto mirando a nuestro alrededor. Entramos por un callejón donde no hay ni un alma.
—Súper segura, casi siempre son en lugares así.
Detiene el auto y lo apaga.
—Vamos — dice, quitándose el cinturón y bajándose del auto.
Hago lo mismo y la miro— ¿Y tú cómo sabes que son así?
Hela empieza a caminar y yo la sigo.
—Bueno, hay veces que después de... Carson y yo venimos un rato.
Nos detenemos frente a una enorme bodega.
—Aquí es — dice entrando.
Y de afuera se ve como si estuviera abandonada, pero adentro todo está oscuro y algunas luces de colores iluminan el lugar, una "pista" de baile improvisada en el centro junto con música que hace más ameno el lugar, barra de tragos donde hay gente y a los lados hay sillones algo viejos para sentarse.
—Vamos por algo de tomar — dice y asiento.
Aquí adentro está mucho más cliente que afuera pero igualmente decido todavía no quitarme el abrigo.
—Dos shots — pido y mi amiga me mira.
—Buena forma de empezar la noche.
Me encojo de hombro y tomamos los pequeños vasitos.
—Salud — decimos las dos estrechándolos y tomándonoslos de un trago.
Después de algunas caras sonrío.
— Hoy si quiero agarrar algo — digo haciendo un puchero.
—Hay mucho de donde escoger — señala a todos los chicos.
Unas manos nos toman de los hombros.
— ¡Vinieron! — Carson nos sonríe y puedo ver que ya lleva unos cuantos tragos encima.
—No podíamos perdérnosla — digo mirándolo.
Hela pide unos tragos y me da uno.
—Hey, mi querida amiga Beka quiere que le presentes a unos amigos — le "susurra" mi rubia amiga a Carson, luego él me mira y sonríe.
—Faltaba más, síganme — dice caminando.
Caminamos detrás de él tratando de no chocar con nadie. Y nos lleva hasta donde están algunas personas sentadas en los sillones, Gigi, Candace, Lilyth, otras chicas con sus parejas, chicos solos platicando, que al momento en que llegamos nos prestaron atención, y en un sillón Hans con algunas chicas a su lado.
—Ellas son Hela, que ya la conocen — dice Carson presentándonos — y Beka.
Hela rápidamente se sienta junto a las chicas.
—Hey Liam, ven — Carson llama alguien.
Y un chico rubio de ojos café se levanta para acercarse a nosotros, y recuerdo que ese chico es uno de los tres que siempre está con Hans y claramente, más alto que yo. Bueno, aunque eso no es muy difícil.
—Ella es Beka — Carson nos presenta.
—Sí, ya lo habías dicho — contesta él algo divertido.
—Y él es Liam — dice Carson haciendo caso omiso al comentario del chico.
—Hola — Liam sonríe.
—Hola — contesto de igual manera.
***
No sé si Liam cada vez se ha vuelto más chistoso o los tragos ya empiezan a pasarme factura. Mi abrigo ha quedado por alguna parte del lugar y el alcohol en mi sistema me ha hecho sentir calor.
—Conoces a Hans, ¿no es así? — pregunta mirándome.
—Sí — digo lentamente. Tomo un poco más de mi trago y Liam me lo quita — eh, eso es mío.
—Ya no más, creo que un trago más de esto y vas a tener un coma etílico.
Yo rio amargamente —Créeme, no es lo peor que me ha pasado — digo recostándome en el sillón.
—Beka — dice acercándose a mí y yo casi cerrando los ojos — solo quiero que mires hacia donde está Hela.
¿Quién era Hela?
— ¿Qué? — pregunto incorporándome.
—Creo que alguien no te ha quitado la mirada — dice en mi oído.
Y creo que si no estuviera tan borracha y hubiera perdido todos los sentidos cuatro tragos atrás, me habría dado cosquillas.
—Hela — repito suavemente, tratando de recordar su imagen hasta que la veo que está sentada junto con unas chicas y en el otro sillón Hans está mirándonos, pero en cuando nuestras miradas se encuentran, voltea hacia otro lado.
Yo rio y veo a Liam— ¿Por qué no hemos tenido sexo? — pregunto trabándome con mi lengua.
Y él ríe haciendo que Hans mire nuevamente hacia nosotros.
— ¿Viniste a tener sexo? — pregunta divertido.
Miro hacia el techo fingiendo pensarlo —Sí — contesto sonriendo.
Mis mejillas y la punta de mi nariz se han puesto rojas, y esto normalmente ocurre por dos razones, el frio, y cuando estoy borracha. Y en este caso, es culpa de la segunda.
—Beka, hay muchas razones por las que no tendría algo así contigo —hago un puchero — y no es ninguna de las que piensas. Además, en estas condiciones no podrías ni levantarte a bailar.
Me levanto y lo miro.
—Solo observa.
Me subo a la pequeña mesa del centro y junto con la muisca suave de fondo comienzo a moverme mientras toco todo mi cuerpo lentamente.
— ¡Wuuuuu!— Grita Hela ya también bastante ebria subiendo conmigo a la mesa.
—Esa no es buena ide... — y antes de que Liam termine de hablar, una de las patas de la mesa se rompe y las dos caemos.
Yo en un sillón encima de alguien y comienzo a buscar a Hela mientras río como loca, veo que Hela cayó frente a mí, encima de Liam. Mi risa se vuelve más fuerte al escuchar la de mi amiga.
— ¡Fue lo máximo!— grito y una cara se pone frente a la mía.
Hans me mira y mi risa se calma.
—Hey — saludo en mi borrachera.
— ¿Estás a gusto? — pregunta mirándome.
Frunzo mi boca—Estoy muy divertida — contesto.
Él alza una ceja y mi cabeza sigue sobre su regazo mientras que mis piernas están sobre el recarga manos el sillón.
— ¿Te maquillas la ceja? — pregunto llevando mi mano involuntariamente hacia ella.
—No — dice algo divertido — ¿Cuántos tragos bebiste? —Pregunta, mientras sigue fumando tranquilamente su cigarrillo, y puedo notar que es de tabaco.
—No sé, tú deberías saber mientras me espiabas, debiste contarlos V digo, patinando con mis palabras.
—Yo no te estaba espiando — dice apagando su cigarro.
Giro mi cabeza y tomo una bebida que está frente a mí, me siento a su lado y le doy trago.
—Eres muy diferente ebria — dice mirándome.
Después de terminarme el trago Hans toma el vaso y lo deja nuevamente sobre la mesa.
— ¿Y cómo soy...— ¿Cómo se dice cuando no estas borracha? — no borracha? — pregunto moviendo mi cabeza al ritmo de la música.
—Seria — dice él.
Río y lo miro— ¡Pero si tú eres el señor seriedad! — grito divertida.
Veo que Hela y las otras chicas junto con Carson y dos chicos más, salen a la pista de baile.
—A bailar — digo levantándome.
Pero la enorme mano de Hans me toma de la muñeca sentándome.
—No puedes ni hablar — dice mirándome.
—Eh, yo vine a divertirme y a tener sexo, no a estar sentada — contesto nuevamente levantándome y caminando, pero nuevamente Hans me toma de la muñeca e intenta sentarme, pero yo borracha, con tacones y alguien jalándome, me tropiezo cayendo en su regazo. Mis dos piernas a los lados de las suyas, mi vestido esmeralda se ha subido llegando al límite de mi trasero. Un centímetro más y quedaría al descubierto.
Su cara frente a la mía y la mía frente a la suya.
— ¿Qué dijiste? — pregunta.
Intento mantener la mirada pero sus ojos a esta cercanía se me hacen bastante interesantes, y bueno, también son por los casi quince tragos que llevo encima.
—Wow — digo casi picándole un ojo.
Él instintivamente lo cierra y yo sigo ahí, sin hacer nada. Mi mente y neuronas hace rato que son ya inexistentes.
— ¿Sabes que hay un animal que hace popo cuadrada? — digo mirándolo.
Levanta una ceja y ríe— ¿Piensas que voy a olvidar que dijiste que quieres tener sexo, hablándome de un animal con el ano cuadrado?
Yo comienzo a reír y me recargo en su hombro mientras cierro los ojos, y veo como su cuerpo se tensa pero luego de unos segundos se relaja.
— ¿Sabes?, tú no te ves tan grosero cuando estoy borracha — digo calmadamente porque siento que en cualquier momento voy a caer dormida.
—Pues tú borracha o sobria, te ves linda.
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OMG, OMG, OMGGGGGGGGG.
¡Hola mis amores todos lindos y beshos!
¿Qué tal les pareció el capítulo?— Quiero leerlos para saber si les está gustando.
¿Les agrada que los capítulos sean así de largos?
Bueno, bueno, bueno, la historia empieza a avanzar y el fuego los va a empezar a quemartssss.
Les dejo mi Instagram porque por allá siempre les aviso inmediatamente cuando los capítulos son publicados.
🍔dairacstbooks🍔
Eternamente agradecida:
Daira❤️
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