(LES ULTRA RECOMIENDO EL VIDEO, ES SOBRE EL RUSS, ES MUY BELLO)

Las semanas habían pasado y se habían convertido en meses, la universidad cada vez estaba más cerca y el tan esperado Russ, por fin había llegado. Cada vez comenzábamos a adaptarnos ya gozar más de nuestra nueva realidad, jamás en tantos años me había sentido tan feliz y en paz como ahora. Todas las noches Carson y Buddy venían a cenar a casa, yo iba formando parte cada vez más de la vida de Buddy y eso me hacía extremadamente alegre, con Carson las cosas seguían igual, no era de ningún modo extraño. Íbamos algunas veces a tomar alguna cerveza como amigos, y nos cuidábamos las espaldas como hermanos.

El mes tan esperado por todos nosotros había llegado, y ese uniforme rojo que habíamos estado guardando, por fin íbamos a usarlo. Para el Russ había un "uniforme" por decirlo de alguna manera que todos los que nos íbamos a graduar de preparatoria debíamos de usar, el nuestro era rojo. Pantalón, chaqueta y gorra roja junto con una camisa blanca. Eso lo debíamos de usar por tres semanas. Tres semanas llenas de fiesta, diversión, alcohol, juegos, paseos, risas, destrucción, todas aquellas cosas que un adolescente desearía hacer.

Íbamos a las pequeñas fiestas que se hacían en casas de compañeros de clases, comprábamos alcohol en los supermercados para después ir a los parques de diversiones, jugábamos entre nosotros, la escuela se había convertido en un campo lleno de retos. Tres semanas duraron tan poco, todos estábamos ansiosos de que nuestra graduación llegara. Y ese día, era hoy.

Ajusté mi pantalón rojo junto con mi chaqueta, esta era la última vez que iba a portar esto. Abrí la puerta de la entrada y del otro lado estaba Carson con el mismo vestuario sonriéndome.

—Feliz graduación — dijo Carson dándome un ramo de flores.

Sonreí tomándolas y abrazándolo fuertemente — feliz graduación hermano.

Nos separamos y le di una bolsa de regalo — también tengo una regalo para ti.

Carson tomó la bolsa y sacó la botella de alcohol que estaba dentro — el mejor regalo de la vida.

Reí y él pasó su brazo por mi cuello guiándome hacia el autobús. Donde ahí ya estaban todos, Lilyth, Gigi, Hela, Candace, Hans y por supuesto faltábamos nosotros.

— ¡Que Comience la fiesta! — gritó Hela destapando una botella de alcohol

Todos gritamos emocionados, estábamos yendo directo al centro de Noruega, donde todos los autobuses de otros grupos y más gente, se reunían a gozar de la fiesta más esperada por todos los adolescentes de Noruega.

—Vete a la mierda.

Me sacó el dedo medio — vete tú.

Miré seriamente a Hela — si estás bromeando te voy a dejar de hablar.

—Chicas — dijo Carson mirándonos, aburrido — parecen como si estuvieran contando el mayor secreto de Estado — me pegó suavemente con un dedo en la frente, giré la cabeza para mirarlo, mi cabeza estaba sobre sus piernas. Todos estábamos en el autobús.

—Te juro que vi como se la cogió el maestro.

Gigi se levantó y comenzó a caminar por todo el autobús con una botella en mano, parecía bastante borracha ya — Ahg, ya quiero llegar — dijo tambaleándose para finalmente caer sobre Hans, él la miró extrañado pero luego Gigi tomó su cara besándolo, lo que me hizo carcajearme de risa, al igual que todos.

— ¡Abran la otra botella! — gritó Carson levantándose y subiéndole el volumen a la música. El chofer del autobús parecía absorto de todo el ruido que había en la parte de atrás.

Hans se levantó de su lugar y se sentó frente a Lilyth, tomó otra cerveza y todos comenzamos a tomar y a divertirnos mientras llegábamos a nuestro destino.

—Llegamos — dijo el chofer pocos minutos después. Todos gritamos emocionados y bajamos del autobús. Sonreí al mirar a tanta gente reunida, la mayoría vestía de rojo como nosotros, pero había otros vestuarios de colores diferentes, verde, azul, e incluso muchas chicas iban vestidas con trajes típicos noruegos.

Rápidamente comenzamos a hablar con diferentes personas de diferentes escuelas, no tardamos micho en unirnos con varios grupos y seguir con la fiesta.

***

Las horas habían pasado y todo el mundo parecía no cansarse, hacia vario rato que había perdido de vista a los chicos, suponía que Carson se había ido con algunas chicas. Solo Hela y yo quedábamos juntas.

Me senté arriba del autobús de los chicos con los que tomábamos junto con mi cerveza mientras la música sonaba al máximo, cada quien estaba en su propio mundo, sonreí moviendo mi cuerpo al ritmo de la música mientras bebía de mi cerveza, pude notar como un chico que estaba entre un grupo de gente, me sonrió mientras se llevaba su botella a los labios. Entre tanto alcohol que había consumido, no podía negar que mi cuerpo se había comenzado a calentar.

—Hela... — miré a mi lado para ver si ella había traído protección pero ya se estaba besando con... ¿Quién era ese rubio?, ¿Liam? Liam... ¿en qué momento había llegado?

Sin más que hacer, di un brinco para bajarme del autobús, aunque mi cuerpo se tambaleo, recuperé el equilibrio tanto como tres litros de alcohol en mi cuerpo me lo permitían. Y caminé directamente hacia nuestro autobús, vi que Hans estaba en el asiento del conductor mirando por la ventana mientras fumaba.

— ¿No vas a divertirte? — pregunté sonriéndole. Hans sin mirarme, apagó el cigarrillo para después aventarlo por la ventanilla y cerrar la puerta del autobús detrás de mí — ¿qué hace...

Se levantó del asiento y tomándome de las caderas, comenzó a besarme ferozmente. Mi primera reacción fue de confusión, pero al ver como sus labios se movían tan deliciosamente sobre los míos, no pude evitar fundirme con ellos. Sus manos bajaron a mi trasero levantándome, tuve que cruzar mis piernas en su trasero y enredar mis manos alrededor de su cuello para no caerme. Me llevó hasta la parte de atrás de autobús y puso mi trasero sobre una pequeña mesa.

— ¿Por qué tu cuerpo está tan caliente?

Mis labios seguían hinchados y suponía que mi cara estaba roja — No lo sé — contesté mirándolo.

—Sí lo sabes — dijo desabrochándome los pantalones, su mano se deslizó por mi ropa interior comenzando a tocar aquella zona que empezaba a palpitarme — ya estas mojada.

Mi cabeza se hizo hacia atrás involuntariamente — mierda — solté cuando uno de sus dedos entró en mí.

— ¿Ahora me vas a decir?

Lo miré confundida — no sé de qué hablas.

Introdujo otro y su ritmo aumento, haciendo que cada vez mis uñas se enterraran más en la madera de la mesa — ¿querías hacerlo con alguien? — Mordí mi labio intentando contener mis gemidos, sentía que si seguía así iba a venirme. Pero de repente, sus dedos abandonaron mi interior, mi mirada no dudó en encontrarlo y mis facciones no eran de satisfacción. Su otra mano me tomó del rostro acercándome al suyo — ¿querías hacerlo con él?

Mi cabeza se encontraba algo nublada entre el deseo, el alcohol y la confusión. Así que mis respuestas no podían estar muy bien — Hans... por favor.

Mi mirada bajó a su pantalón rojo, podía notar como se había abultado demasiado, y mi parte más sensible comenzaba a palpitar del deseo de ser satisfecha — ¿por favor qué?

Puse mi mano en el botón de su pantalón pero él tomó mi mano, subí mi mirada llena de lujuria para poder verlo a sus ojos — por favor entra en mí.

Su mano dejó la mía libre para proceder a quitarle el pantalón, tomé uno de los preservativos que me daba y comencé a deslizarlo a lo largo de su miembro, casi comiéndomelo con la mirada — ¿no quieres al niño ese?

Negué con la cabeza — A ti, ahora. Sus enormes manos no dudaron un momento más en tomarme del trasero y levantarme, con una sola me sostuvo mientras que con la otra introdujo de una sola estocada todo su miembro dentro de mí —¡Ahh! — grité aferrándome a su espalda.

Has no dejó recuperarme en un solo momento y comenzó con movimientos fuertes, haciendo que cada parte de mí se tensara. La música se había mezclado con el sonido de nuestros dos cuerpos chocando rápidamente — ¿te gusta? — susurró mordiéndome la oreja.

—Está... muy pro... profundo — alcance a decir, pero su ritmo solo aumento. Robándome gemidos fuertes, sentía que todo mi cuerpo iba a estallar. Hacía mucho tiempo que no tenía esta clase de sexo duro, Hans jamás había sido así conmigo, no era que no me gustara, al contrario sentía que este iba a ser el mejor, pero él normalmente no era así.

Sus manos sujetaron fuertemente mis caderas en un punto de dolor exquisito, Hans las movía a su gusto y sus movimientos me llevaban más al límite — ¿estás por venirte? — preguntó casi pude sentir en un tono burlón — lo puedo sentir — dijo quitando una de sus manos para llevarlo a mi clítoris comenzándolo a masajear.

— ¡Si! — grité. Mis ojos estaban tan en blanco por el placer, que ya sentía que estaban en mi nuca, mi cerebro se había desconectado totalmente de mi boca, haciéndome gritar tantas obscenidades como pude.

—Vamos — dijo comenzando con sus fuertes estocadas.

Me aferré al cabello de su nuca —Hans. Me voy a.... Me voy a — no pude completar mi frase por sentía como me venía. Mi corazón comenzó a latir como loco y un placer tan puro y exquisito invadió todo mi cuerpo, mi mente se nubló por completo y sentí como me desconcertaba del mundo por un momento.

Las horas pasaron y la fiesta siguió muchos recién graduados de preparatoria seguían disfrutando del ambiente. La noche había llegado, y por supuesto que la fiesta no se detenía aquí, íbamos directo a casa del presidente de clase, donde toda la escuela iba a estar ahí.

—Bueno, pues Candace ya va medio muerta — dije levantándome después de tocarle la frente. Mi... amiguita intima me molestaba un poco, y pude adivinar que era por la fricción brusca de hace rato.

— ¿Estás... — un ataque de hipo — bien? — preguntó pausadamente Carson mirándome. Él ya también estaba más para allá, que para acá.

Me senté lentamente sobre uno de los asientos — Sí, solo un poco borracha.

Pude mirar de reojo que Hans solo dio un gran sorbo a su cerveza. Imbécil.

—Los amigos, son amigos para siempre y por siempre — canturreo Hela abrazándome para después poner su mano cerca de mmi boca como si fuera un micrófono. Pero vio que no tenía ni idea de qué estaba haciendo, así que me miró — sigue.

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Eternamente agradecida con todos ustedes:

Daira ❤️