Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 27 "The f*king truth"

Mi garganta seca comenzaba a rasparme, así que aunque no quisiera levantarme, tenía que hacerlo o si no iba a morir.

Abrí mis ojos tallándolos levemente, para después hacer a un lado la cobija y poner mis pies en el suelo, debía de esperarme un momento antes de levantarme tan bruscamente para así no ver todo borroso. Volteé sobre mi hombro y vi a Hans completamente dormido, parecía que tenía el sueño pesado. Después de unos segundos me levanté y abrí la puerta, pasé sobre Hela y me dirigí hacia la cocina, tomé un vaso de los que estaban en la alacena y abrí el grifo llenándolo hasta el tope, lo cerré y comencé a beberle la deliciosa agua, era justo lo que mi garganta y mi cuerpo con cruda necesitaba.

—Hey — volteé y vi a Lilyth con un cabello que parecía que un pájaro había dormido en su cabeza.

—Hey — lavé el vaso volviéndolo a poner en su lugar.

— ¿Qué es eso? — preguntó apuntando a mi amiga media muerta en el piso.

Me senté en el sillón cubriendo mi cara —Hela — contesté lo más bajo que pude.

Oí como sus pasos se aproximaban a mí, y noté que se había sentado a mi lado cuando el sillón se hundió, recargó su cabeza sobre mi hombro —Necesitamos unas aspirinas.

Asentí dándole la razón.

—Yo tengo — una voz ronca y bastante rasposa habló. Lilyth y yo buscamos de dónde provenía eso. Candace estaba frente a nosotras con un paquete de aspirinas y una apariencia de... ay, ¿Cómo podría decir que parecía un muerto viviente sin ofender a los muertos?

—Tranquila nena, tomate tu... la caja, que te hace más falta — Lilyth le dio una sonrisa de boca cerrada.

— ¿Me veo así de mal? — dijo dándonos las pastillas.

—Sí.

—Absolutamente — le seguí.

—Bastante — las tres volteamos y vimos a Carson saliendo de su habitación con solo la ropa interior puesta y revolviéndose el pelo.

—Tú cállate, idiota — bufó tratándose de peinar

— ¿Cómo es posible que ese maldito se vea mejor que nosotras? — preguntó Gigi uniéndosenos.

Un ruido extraño como un mapache cogiendo con un castor mientras usaban una motocierra hizo que todos volteáramos espantados. Pero solo era Hela queriéndose levantar.

—Ay qué miedo, ayúdenla — dijo Carson mirándola desde la cocina.

Me levanté del sillón y le quité la manta de encima.

Hela me miró sonriéndome —Despertando como campeona.

—Aja — la tomé de las dos manos ayudándola a levantarse — igualita.

En la defensa de mi amiga, no se veía tan mal, estaba muy decente. El único pero que le podría poner esa su pelo rubio revuelto, pero se veía como si estuviera en los ochentas, era guapa la mujer, ni cómo negarlo.

—Buenos días — oí la voz de Liam, y vi que comenzó a vernos a todos — ¿tan mal les fue con la borrachera?

—Yo siento que el alcohol de aquí es diferente — dijo Gigi defendiéndose.

—Que no sepan tomar con moderación es su problema, no del alcohol — y llegó el alma de la fiesta. Volteé y vi que Hans iba saliendo de la habitación.

—Oigan, no es por ponerle fin a su charla sobre los cuidados del alcohol pero, ¿qué vamos a desayunar? — Preguntó Carson mirándonos — no hay absolutamente nada de comida.

—Podemos ir a un restaurante — propuso Lilyth — ayer mientras corríamos hacia acá, vi uno que estaba cerca.

Hela la miró — ¿Cerca para ti qué es?

—Podemos ir a pie, está como a una cuadra.

—Bueno, yo estoy de acuerdo. Me voy a cambiar — dije entrando a la habitación. Busqué entre mi ropa algo que ponerme, no quería algo muy pegado o apretado, buscaba algo que me quedara cómodo. Tomé un suéter café claro algo suelto, lo combiné con un pantalón negro roto, ese me gustaba porque la tela no era para nada estrecha, busqué mis tenis blancos y me los até. Vi que Hans tenía una bonita chaqueta de cuero negra, así que me la puse sin pensarlo, fui al baño para lavarme la cara y vi que mi hermoso cabello, el día de hoy, pues no era su día, así que me coloqué una gorra blanca que combinaba con los tenis.

— ¿Esa es mi chaqueta?

Volteé y vi que Hans ya había entrado en la habitación — No, creo que no, no sabía que tenías una chaqueta igual a la mía.

—Esa es mi chaqueta — argumentó mientras se quitaba la camiseta.

—Yo no sé por qué piensas que esta es tu chaqueta.

Hans se acercó y tomó un lado de su chaqueta mientras me miraba — porque huele a mi perfume.

—Ah, ahora resulta que tienes exclusividad en perfume, y tú eres el único que puede usarlo — negué con la cabeza mientras me escabullía, salí del cuarto y me dirigí a la habitación de mi rubia amiga — ¿puedo pasar?

— ¡Sí! — gritó detrás de la puerta.

Giré la perilla abriendo la puerta, Hela estaba solo en ropa interior intentándose poner un Jeans, mientras que Gigi se abrochaba el brasier — ¿Y el pobre de Liam? — pregunté.

—Lo mandamos al baño — contestó Gigi tomando su blusa.

— ¡Llevo como diez minutos aquí! — oí su voz y solo reí.

***

Mi lengua estaba encantada al probar nuevamente este tipo de sabores que hacía ya mucho tiempo no tenía la dicha de probarlos. Mis emociones estaban un tanto revueltas, me sentía feliz de recordar mi infancia feliz aquí, pero al mismo tiempo la tristeza me inundaba junto con los recuerdos.

—Beka — Hela me sacó de mis pensamientos.

— ¿Mh? — no pude contestar muy bien porque mi boca estaba llena de comida.

— ¿Cómo se dice que si me pueden traer la bandeja de postres?

Mastiqué mi comida y me la pase, para después darle un trago a mi naranjada —Si te digo cómo se dice igual lo vas a decir mal — levanté la mano indicándole a la mesera que viniera, pedí lo que mi amiga quería y ella se retiró para después volver con la bandeja llena de postres.

— ¿Qué tal está tu platillo? — preguntó Hans mirándome.

—Está muy bueno.

—Oh, ¿en serio?, déjame probar — Carson se inclinó hacia mi plato clavándole el tenedor a mi comida para después llevárselo a su boca —Oh sí, está muy bueno.

Después de que todos termináramos de desayunar, salimos y comenzamos a explorar, entramos a muchas tiendas, compramos algunos recuerdos. Estuvimos viendo ideas para decorar el autobús.

—Podríamos pintarlo de azul — propuso Lilyth.

—No, no me gustaría verlo de ese color, va a parecer un pitufo —negó Gigi con la cabeza — ¿otra propuesta?

— ¿Y de amarillo?

Hela miró a Candace — Ay no, siento que se vería como piolín.

Yo no tenía idea alguna sobre decoraciones para autobuses, así que mejor me quedaba callada escuchando.

—Si no van a dar ideas, no descarten — dijo Hans mientras tomaba de su bebida.

—Si no van a dar idea, no estén de amargados— repitió Candace en el mismo modo mirándolo.

—Mejor de rojo — Carson sonrió tomando de su bebida — le podríamos poner una iluminación que combine, y siento que se vería bien.

—Bueno, lo voy a poner como opción — dijo Gigi apuntándolo en su libreta.

Revolví un poco con la cuchara mi chocolate caliente evitando que se asentara en el fondo — ¿Y de negro se vería muy malo? — propuse mirando mi bebida.

—No.

—Sí — dijo Hans al mismo tiempo que Gigi.

—Ahora por imbécil va a ser negro y tú vas a comprar la pintura — Sonrió feliz mientras lo anotaba en su colorido cuaderno.

—Ahg, solo porque el camión en el que voy a ir no quiero que parezca de los Locos Adams, no quiere decir que sea un imbécil.

Hela le sonrió apretándole la punta de su nariz — pero lo eres, de pies a cabeza.

***

Todos nos habíamos dispersado, Hela había ido con Liam a un club, Gigi y Candace estaban ansiosas por ir a comprar ropa, Lilyth quería ir a tomar fotografías en la noche, Hans había dicho que quería dormir sin que nadie lo molestara, Carson por su parte iba a rentar un auto porque quería moverse más fácilmente, y yo, bueno solo estaba caminando por las oscuras pero al mismo tiempo bellas calles de Suecia. Sé que era una estupidez, pero al cerrar los ojos e inhalar el aire, todo me parecía diferente.

Me senté en una banca que estaba al lado de una farola iluminando la calle, recuerdo que solía jugar a tomar de ellas y dar vueltas mientras mi madre estaba sentada esperando el autobús. Cerré mis ojos disfrutando de la suave y fría brisa del ambiente, aunque hubiera ruido de por medio, todo parecía tan tranquilo en ese momento.

— ¡Beka! — el fuerte sonido de un claxon sonando a máximo volumen hizo que brincara de la banca con mi corazón exaltado.

Miré hacia donde provenía el sonido, y era Carson conduciendo el carro con una enorme sonrisa que seguramente había sido de la diversión que le había traído asustarme.

—Lindo ¿no? — dijo acariciando el volante.

—Idiota — le saqué el dedo.

—Oh, ¿estabas tranquilamente gozando de la noche? — preguntó sarcásticamente.

Comencé a caminar sin contestarle, pero el ruido del motor me indicó que iba detrás de mí.

—Bueno, ya que te encontré sin nada que hacer, puedes ayudarme — dijo pero no le presté atención.

—No gracias, prefiero seguir caminando.

—Oh vamos, solo debo de ir a comprar flores, las dejo en el lugar y regresamos a casa.

Lo miré.

— ¿Flores?

— ¿Eso es un sí? — dijo sonriente.

—Eso es una pregunta.

—Qué bueno que aceptaste — abrió la puerta del copiloto, los carros detrás de él comenzaron a amontonarse y eso me causaba presión, así que corrí subiéndome al auto.

Me puse el cinturón y Carson arrancó inmediatamente.

—Qué extraño encontrarte sentada como una anciana — dijo mirando al frente — pensé que cuando propusimos irnos por nuestra parte ibas a estar en un bar embriagándote.

—No tengo el suficiente dinero.

Carson condujo hasta una pequeña florería, se detuvo y me dio dinero — Toma, bájate y compra un ramo bonito.

Lo miré extraño pero obedecí. Me quité el cinturón para luego bajarme y entrar, la típica campanita sonó en cuanto abrí la puerta, lo que me hizo sonreír. Una amable señora que no le calculaba más de cuarenta años me atendió tiernamente, pedí un ramo que fuera muy bonito, con flores que en lo particular me parecían muy lindas. Sin ningún problema lo hizo para mí, en menos de cinco minutos ya estaba afuera de la tienda con una ramo muy lindo de flores en la mano. Subí al auto, puse el ramo en mis piernas para ponerme nuevamente el cinturón.

—Qué, ¿y el cambio? — preguntó Carson mirándome.

— ¿Cambio? — lo miré pasmada.

Él se rio seguramente divirtiéndose de mi cara de estúpida que hice — estoy bromeando — dijo entre risas.

—Bueno, tú y Hans tienen algo en común.

Carson me miró mientras conducía — ¿Qué?

—Que los dos comen verga de payaso muy seguido.

***

Llevábamos algunos minutos en el auto, saqué mi celular y noté que a lo mucho habían pasado quince minutos.

—Llegamos — dijo estacionándose.

Salí del auto con el ramo de flores en la mano, y me coloqué detrás de él mientras caminábamos hacia... bueno, no sabía hacia dónde íbamos pero me sentía feliz sabiendo que Carson iba a entregarle flores a alguien.

— ¿Tienes un enamorado o enamorada aquí? — pregunté dando brinquitos mientras caminaba a su lado.

Carson sonrió mirándome — Vengo a visitar a mi ex novia.

Nos detuvimos frente a un enrome portón blanco, pero yo sabía donde estábamos. Miré hacia un lado para confirmar a mis sospechas y vi aquel letrero dorado

"Cementerio de Suecia"

Miré a Carson y él me veía con una sonrisa de boca cerrada.

— ¿Estas bromeando?

Él negó entrando al lugar —No.

Me quedé mirando como él seguía caminando por el sendero y me di cuenta que no era una broma, así que comencé a trotar hasta alcanzarlo.

— ¿Te da miedo entrar a un cementerio en la noche? — preguntó divertido.

Miré hacia los lados, y sí, aunque había mucha luz, las lapidas junto con la noche eran un poco tenebrosas — Del uno al diez como un nueve con cinco.

—Por lo aferrada que estas al ramo, yo diría más bien un nueve con diez.

Solté ligeramente el agarré del ramo.

—Carson, si no soy muy imprudente, ¿puedo preguntar acerca de esto?

Él me miró para luego meter sus manos en los bolsillos de su chaqueta —Te lo voy a resumir — volvió a mirarme — murió.

Lo empujé muy ligeramente con el hombro — ¿Tenias una novia?

— ¿Te sorprende tanto? — dimos vuelta hacia la izquierda y comencé a ver más lapidas.

—Pues algo — admití, Carson se detuvo frente a una.

— ¿Qué te sorprende más, el hecho de que haya tenido una novio, o de que esté muerta?

Lo miré sin mucha gracia — Dices la palabra muerta muy a la ligera, y muchas veces.

—Que lo diga o no, no va a cambiar el hecho de que está muerta.

Suspiré —Me sorprende el hecho de que hayas tenido una novia, porque tú no eres mucho de compromisos.

—Al igual que tú — dijo picándome la nariz.

Quité su mano de mi cara — y también el hecho de que la hayas querido tanto como para traerle un ramo de flores, es un detalle muy lindo.

Carson miró hacia el frente con una sonrisa triste — A ella le gustaban mucho las flores, solía cortar de las calles y hacer pequeños arreglos.

— ¿Duraron mucho en noviazgo? — dije mirando el ramo, de verdad que era bonito.

—Nah, en realidad te mentí.

Volteé mi cabeza rápidamente hacia él — ¿Qué?

—No es mi novia, ni nuca lo fue. Pero se llevó la mitad de mi vida conmigo — noté como sus ojos se empezaron a poner algo rojos.

Volteé hacia la lápida para poder ver el nombre, tomé mi celular y encendí el flash apuntando hacia la pequeña placa dorada, al ver la inscripción, solté el ramo de flores dejando que cayera en el suelo.

FLASHBACK.

— ¡Beka!

Tapé mi boca evitando reir, acabábamos de llegar a la nueva casa en Noruega, y me gustaba mucho. En especial porque tenía un precioso jardín en la parte trasera con muchos arbustos donde podía esconderme.

—Beka — la voz de K.K cada vez se escuchaba más cerca, cerré los ojos como técnica para que no me viera — Buu.

Los abrí y K.K estaba frente a mí sonriéndome — ¡K.K! — grité lanzándome hacia él, los dos caímos en el pasto, bajé mi vestido para evitar que el viento lo levantara, los dos comenzamos a reír locamente —Me gusta este lugar — dije mientras rodaba por el césped.

—A mí también — K.K se levantó sacudiendo su ropa para quitar todo el césped muerto que se le había pegado — vamos, levántate que te puedes enfermar — dijo extendiéndome una mano.

La tomé sin pensarlo y me levanté, mi hermano mayor comenzó a sacudirme para quitarme igualmente todo rastro de basura que se hubiera pegado en mi vestido — K.K — dije mirándolo.

— ¿Mh? — preguntó mientras seguía limpiándome.

—Tú siempre que cuidas mucho.

Se levantó viéndome sin entender mucho — ¿Y qué tiene de malo?

—No tienes que molestarte — bajé mi mirada.

K.K me abrazó sin pensarlo dos veces y yo a él — siempre te voy a proteger, pase lo que pase. Y no importa que tan vieja seas, o que tan fea te pongas — le di un pellizco en su barriga haciéndolo reír — siempre voy a estar ahí para ti, porque tú eres mi otra mitad.

FIN DEL FLASHBACK.

"En memoria de Rebeka Almstedt — La mejor hermana del mundo, y mi otra mitad"

--------------------------------------------------------------

Okey... sin palabras. 🤐

Solo dejen sus comentarios. ❤️

Eternamente agradecida:

Daira ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro