Parte 21 "La foto"
— ¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños Rebeka, que los cumplas feliz!
Sonreí y todos aplaudimos.
—Feliz cumpleaños Beka — dijo K.K abrazándome.
Lo abracé feliz, no teníamos dinero para comprar un pastel, y menos para velitas, pero no me importaba mucho, K.K me distraía al igual que mi madre.
—Feliz cumpleaños amor — Mamá me abrazó levantándome — que se siente tener diez años.
Sonreí.
—Ya soy grande.
—Y más grande que vas a estar — papá sonrió arrodillándose, siempre estaba drogado, pero nunca no trataba mal — recuerda que te amo — tomó a mamá de la cintura y a K.K del brazo — somos una familia, y siempre vamos a estar ahí e, uno para el otro — vi que sus ojos café comenzaban a enrojecerse y las lágrimas salían de ellos — lo siento mucho, te prometo que me arreglaré, y todo será como antes.
— ¡Sopla! — gritó Colby y sacudí mi cabeza alejando aquellos recuerdos de mi mente.
Apagué las velitas y mis padres junto con Colby aplaudieron.
—Felices dieciocho — dijo mamá dejando el pastel en la mesa
—Gracias — abracé a mis padres para luego separarme y tomar mi mochila — los veré luego — besé el cabello de Colby despidiéndome.
Tomé mi abrigo al igual que las llaves del auto y manejé sin parar hasta el cementerio, a estas horas de la mañana estaba muy solo, no negaba que no dejaba de darme miedo, pero era también una sensación de paz y tranquilidad.
Me senté en el frio césped frente a su tumba.
—Te extraño — dije mirando la lápida — no me gustan mis cumpleaños con pastel si no estás tú.
Un nudo gigantesco se iba haciendo en mi garganta.
—Trato de ser fuerte, te lo juro K.K, pero hay días que solo quisiera que no me hubieran encontrado para estar con ustedes — sorbí mi nariz — yo también merezco paz.
***
— ¿Y tu andadera ruca?
Miré a Hela sin gracia cerrando mi casillero.
—Te recuerdo que eres mayor que yo, imbécil – tomé mis libros pegándolos a mi pecho.
—No me gustaba el horario de este día, matemáticas a la primera hora, física a la segunda, idiomas a la tercera y... y, y ya no me acordaba más de mi horario. Bueno, el hecho era que lo odiaba.
—Unos meses más y nos vamos a la universidad — Hela se sentó en su asiento y yo a su lado.
—Tengo tantas cosas que pagar — dije dejando mis libros en la mesa.
El maestro entró y comenzó a poner sus jeroglíficos en la pizarra.
—Psss — Hela le hablaba a un chico que estaba a nuestro lado, él volteó para luego apuntarse — sí tú, ven.
Llegó a nuestra mesa y mi rubia amiga le sonrió como un tiburón a su comida.
— ¿Qué harás después de esta clase?
Fruncí el ceño confundida, ¿Qué hacía?
—Amm... ir a mi siguiente clase.
¿Ahh?, ¿en serio?, nah, y yo pensaba que te ibas a poner a bailar tapatío en medio pasillo.
—Bueno, podemos ir a tomar algo a la cafetería — dijo ella.
El chico sonrió.
—Oh no, no podré. Es que tendré que acabar estos tontos ejercicios que no les entiendo — y simuló estar triste.
Eres más perra que humana rubia.
—Bueno... am, si tú gustas yo te podría ayudar.
— ¿En serio? — Sonrió — eres un amor.
Y con eso el chico se fue para después volver con su libreta y los ejercicios resueltos.
—Hay veces que de verdad siento que no somos estúpidas — dije mientras los copiaba — sino que no sabes utilizar nuestras aptitudes.
—Ya sabes lo que dice el dicho — me miró, pero notó que de verdad no sabía de qué hablaba — Muchacha que sabe usar su papaya, en la vida no batalla —sonrió acabando el trabajo y yéndolo a entregar.
+
La escuela había transcurrido como normalmente era, clases a las cuales no les entendía mucho, comer y escuchar nuevos chismes de Hela, volver a clases para por fin, ser libre.
— ¡Aire fresco! — grité saliendo de la escuela.
La gente a mí al rededor me miró, y seguí caminando hacia el estacionamiento.
— ¡Feliz cumpleaños! — alguien me tomó por el hombro dándome vueltas.
Miré y vi a Carson sonriente con una cerveza y un moño rojo.
—Para ti — dijo dándomela.
—Ow — la acepté haciendo un puchero — ¿quién te dijo que era mi cumpleaños?
— ¡Yo! — y la rubia de mi amiga saltó.
—Gracias de verdad — dije mirándolos.
—Hay que ir a comer — volteé hacia atrás y vi a Hans.
Fruncí el ceño.
—También puedes decir feliz cumpleaños.
Él me miró.
—Feliz cumpleaños.
—Gracias — volví con Hela y Carson — entonces, ¿qué tienen planeado?
Los dos se miraron entre sí para luego volver conmigo, con una sonrisa enorme en su rostro y gritar.
— ¡Borrachera masiva!
***
— ¿Acaso eso es mierda?
Los tres giramos la cabeza.
— ¿Qué?, no, Buddy y yo tratamos de hacer plastilina — dijo Carson recogiendo la... plastilina.
Estábamos en su departamento, ahí habíamos acordado hacer nuestra... reunión,
—Hola Buddy — saludé dejando las bolsas en la cocina.
—Hola — dijo con una voz tierna sentado en el sofá de la sala.
— ¿Ya comiste? — pregunté sentándome a su lado.
Él negó con la cabeza.
—Bueno, en un momento va a llegar la pizza — miré a Carson — ¿ya has encontrado un solución?
Sabía que me refería a Buddy y de alguien que lo cuidara.
—He estado buscando, pero no hay guarderías donde no te podan información — dijo destapando una cerveza — y ya siento que en su escuela comienzan a sospechar.
Miré a Buddy, él seguía viendo sus pies jugar.
—Mamá y yo podemos hacerlo — solté sin pensarlo dos veces — Buddy va en la misma escuela que Colby, y yo lo cuidaría en las tardes cuando tú no puedas.
Carson me miró atónito.
—Dime que no estás bromeando.
—No le veo mayor problema, además si los maestros ven que mamá va por él, dejara de levantar sospechas — me encogí de hombros.
Carson literalmente brincó la isla de la cocina para abrazarme hasta levantar mis pies del suelo.
— ¡Eres la mejor! — gritó cargándome y yo riendo — ¡te lo juro que les pagaré bien!
Reí apartándome.
—Hey, se pueden lastimar — dijo Hans mirándonos.
Nos separamos pero Carson todavía tenía una sonrisa en el rostro.
***
Hela estaba tirada en la alfombra, Gigi a su lado junto con Lilyth y Candace riendo, Liam trataba con su máximo esfuerzo de levantarla mientras Carson ayudaba con las otras tres chicas.
— ¿Qué este no era mi cumpleaños? — pregunté bebiendo de mi cerveza.
No podía decir que me encontraba sobria, pero esperaba mínimo desconocer en dónde estaba para despertar a la mañana siguiente jurando que ya no volvería a tomar alcohol.
— ¿Cómo es que hoy no te has tomado hasta el agua de los jarrones? — Hans me miró sentado a mi lado en el sofá.
—Hela ya se la tomó — dije terminando mi cerveza inclinándome hacia él — además, tengo sed de otra cosa.
Noté como su garganta bajó cuando pasó saliva. Deslice mi mano por todo su pecho suavemente hasta llegar al otro lado y tomar la cerveza que estaba a su lado.
—No te hagas ilusiones cariño — la destapé tomándome la mitad de un solo trago.
Hans se levantó del sofá.
—Iré a llevarla a casa — dijo Liam mirándome.
Me encogí de hombros.
—Ya no necesitas mi bendición — lo miré — ella estaría más agradecida si te la follas, pero con llevarla a su casa sana y salva, es más que suficiente.
La cara de Liam era toda roja que hasta sentía que iba a explotar. Le sonreí y él se fue con Hela en brazos y casi juraba que media vomitada.
—No estaría mal si me echaras una mano — dijo Carson cargando a Gigi y mirando a Hans — hay que llevarlas a casa.
Él asintió tomando a Lilyth y Candace en sus hombros bajándolas para ponerlas dentro del auto.
— ¿Te podrías encargar un momento de Buddy? — preguntó Carson adentro del coche
—No hay problema —dije volviendo.
Hans, Carson y las tres chicas se fueron, así que subí nuevamente las escaleras hasta llegar al departamento. Cerré la puerta con seguro y suspiré.
— ¿Buddy? — dije tocando la puerta de su cuarto.
Él abrió y tiernamente levantó su cabeza para verme.
— ¿Si? — preguntó girando su cabeza.
—Am... tu hermano no tardará en llegar, así que si quieres algo de cenar yo te lo puedo hacer.
Noté como bajó su cabeza para decidir.
—No pasa nada, creo que yo también me haré algo de cenar.
Me miró nuevamente sonriendo.
— ¿Sabes hacer macarrones con queso?
Sonreí y asentí, los dos caminamos hacia la cocina, lo ayudé a sentarse en una silla de la isla mientras yo recogía las botellas y alguna otra basura.
— ¿Y te gusta la escuela? — pregunté sacando la caja de macarrones y comenzarla a hacer.
— ¿Te tiene que gustar? — respondió confuso.
No pude más y solté la carcajada.
—Supongo que no hay mejor respuesta.
Comencé a mover los macarrones en la olla hirviendo.
— ¿Puedes pasarme la sal? — dije mirándolo de reojo.
Me la entregó y al momento de descuidarme, toqué la olla quemándome.
— ¡Skit! — Grité involuntariamente en sueco — Ahg — me miré el dedo rojo.
—Du ar bra? (¿estás bien?)
Miré sorprendida a Buddy.
— ¿Me acabas de hablar sueco? — pregunté anonadada.
—Como oí que gritaste en sueco creí que podríamos hablar para practicar.
Apagué el fuego de la estufa todavía sorprendida.
— ¿Sabes hablar sueco?
Él asintió bajándose de la silla tomando un plato hondo con sus dos pequeñas manitas esperando a que le sirviera macarrones. Tomé el plato sirviéndoselo, él volvió a sentarse comiéndoselos.
***
Colby lo miraba, mientras que Buddy seguía sumergido en el desayuno.
— ¿Te gustó? — dijo mamá mirándolo.
Buddy alzó la cabeza asintiendo sonriente.
— ¿Ya comenzamos a adoptar también personas? — preguntó Colby extrañando.
— ¡Colby! — Mamá gritó apenada — no hemos adoptado a Buddy.
—Ahg — dijo volviendo a su libro.
Tomé mi vaso de jugo.
—Bueno, me voy mamá — me levanté mirándola — adiós pequeño — besé el pelo de Colby — adiós Buddy — le sonreí.
Tomé mi mochila.
—Creo que vas a tener que caminar a la escuela, o a tomar el autobús — dijo mamá saliendo de la cocina — tu padre tiene el auto y yo voy a necesitar la camioneta.
Hice cara de asco.
—Y mejor que te apresures, o vas a llegar tarde.
Tomé mi abrigo saliendo, saqué mi celular y llamé a Hela.
"¿Quién habla?" — dijo alegremente.
"No tengo transporte, así que hoy tú serás ese transporte rubia"
"¿Sabes que apenas logro recordar qué pasó ayer?"
"Seep — dije balanceándome — te espero, chao" — y colgué.
Me abracé a mí misma esperando a que la segunda persona más alcohólica que conocía, (claramente la primera era yo) pasara por mí.
Algunos minutos casi congelándome, el carro de Hela se detuvo frente a mí.
—Sube perdedora — dijo con unos lentes más grande y oscuros que mi conciencia.
Abrí la puerta subiendo.
— ¿Qué tal te fue anoche con tu príncipe azul? — pregunté abrochándome el cinturón.
—Bueno, lo último que recuerdo fue... nada.
La miré.
—Qué bueno que te la pasaste bien en tu cumpleaños — me tocó el pecho abriendo dramáticamente mi boca — oh no, espera, era mío.
—Ay por favor pecas, no seas tan dramática.
Luego de una plática sobre nuestro alcoholismo y un juramento casi de sangre para no volver a tomar esa maldita sustancia dañina, llegamos a la escuela.
—Sana y con la colita hacia Hans — dijo Hela quitándose el cinturón y saliendo del auto.
Salí tomando mi mochila, cuando me giré hacia otra parte del estacionamiento. Vi que Blaze junto con otros chicos estaban ahí.
—Hela — me puse a su lado — ¿qué hacen ellos aquí?
Mi rubia amiga, "disimuladamente" volteo.
—Ay no sé, seguramente vienen a hacer actos de caridad, yo qué sé
***
—Necesitamos hacer una fiesta urgente — dijo Hans mirándonos.
Seguí comiendo mi pudín de chocolate.
—Bueno, yo propongo que esta vez demos trago gratis — Carson sonrió orgulloso.
—Aja, ¿alguna otra idea para quedarnos pobres? — preguntó Hans.
— ¿Qué?, si es una muy buena idea — dijo Carson.
—Mira, si nos llegan diez personas con la capacidad alcohólica de Beka, estamos acabados.
Dejé mi pudín mirándolo feo.
—Ey, ¿ya pasamos de negocios a insultar?
—Yo lo tomaría como un don — dijo Carson poniéndome la mano sobre mi hombro.
Reí.
—Es un don, y una maldición — exclamé dramáticamente.
—Ya — dijo Hans levantándose — no es momento para ligar.
Carson sonrió pícaro.
— ¿Qué?, si no estamos ligando — me miró y yo no podía estar más divertida — todavía.
La campana comenzó a sonar indicando que el receso había terminado.
—Bueno, ustedes digan hora y lugar, y nosotras estaremos ahí — dijo Gigi despidiéndose con las otras dos chicas.
Me levanté de la silla y Hans me miraba.
— ¿Te debo algo o qué? — Dije acercándome a él — ¿autógrafo o foto?
Me tomó de la cintura pegándome a él.
— ¿Te divierte esto?
Me levanté de puntitas hasta rozar mis labios con su oído.
—No tienes una idea cuanto — mordí su lóbulo para luego mirarlo por última vez y caminar hasta mi siguiente clase.
Ya iba algo tarde, así que era todo o nada. Pasé a mi casillero para dejar algunos libros de clases que ya había tenido y no estarlos cargando. Puse la clave abriéndolo, cuando un papel cayó así que lo tomé viéndolo.
Era una foto de K.K y yo de pequeños.
— ¡Sonrían! — dijo papá mirándonos.
Carter me abrazó y los dos sonreímos para la foto. Estábamos frente a una fuente de Suecia y papá no quería perder la oportunidad de fotografiarnos, faltaban pocos días para que nos mudáramos a Noruega y queríamos tener recuerdos. Luego del flash lo miré.
— ¿Crees que se noté mucho que me falta un diente?
Él me miró inspeccionándome.
—Nah, hay que comprarte una goma de mascar y con eso se soluciona.
Reí empujándolo.
—Vengan a ver la foto niños — dijo mamá.
Corrimos y nos acercamos a la cámara que sostenía papá.
—Si se nota — hice un puchero.
—Pero si eres la más preciosa, lo único que veo ahí es una enorme sonrisa — papá me abrazó sonriendo.
Tomé la foto sonriendo.
—La voy a guardar para siempre, siempre de los siempres K.K — Dije mirándolo.
Limpié una lágrima que se había resbalado de mi mejilla. Miré a ambos lados del pasillo para ver quién había puesto la fotografía, pero no había nadie. Estaba feliz, porque no tenía ni una sola fotografía de mi infancia, todo se había quemado junto con mi casa.
La guardé cuidadosamente antes de verla por última vez.
***
— ¿Segura que no es tu hijo? — preguntó Colby mirándome.
—Sí, lo tuve a los trece — dije mirando el celular.
Buddy nos miró divertido. Mi pequeño hermanito castaño juraba que Buddy era mi hijo, lo cual a mí me causaba gracia y a la vez miedo. Siempre hermana mayor, jamás madre.
—Mejor vayan a darle de comer a Coco — me levanté para abrirles la puerta que daba hacia el patio trasero.
—Wow, son muchos animales — dijo Buddy sorprendido abriéndonos más sus ojos esmeraldas.
—Y antes teníamos un pollito, pero en el cumpleaños de Danica se lo regalamos — Colby comenzó a ponerse sus botas de plástico.
Mi celular vibró y lo miré.
"Hey Pecas, hoy en una hora, paso por ti, no tardes preciosura :*"— Hela
Reí.
—Cualquier cosa voy a estar en mi habitación, ¿de acuerdo? — lo miré.
Buddy y Colby asintieron.
—Bueno — dije subiendo las escaleras.
Miré la ducha.
—Mejor tenerla limpia y no ocuparla, a sucia y ocuparla.
Tomé un baño realmente rápido sin mojar mi cabello. Y comencé a buscar algo qué ponerme. No quería un puti vestido, pero tampoco algo muy conservador. Reí, ni sabía que era eso.
Tomé una falda naranja de cierre con una ligera cadena plateada en el bolsillo derecho, con un top negro, y para combinarlo, unos tacones del mismo color, y para terminar, una chaqueta de mezclilla.
Dejé mi pelo liso tal y como estaba, solo le di algunas pasadas para alaciarlo un poco más y que no tuviera tanto friz. Me puse un gloss en los labios y un poco de perfume.
Tomé mi bolso y mamá estaba en mi puerta.
— ¿Otra vez de fiesta? — preguntó alzando la ceja.
—Ma — dije mirándola y sonriéndole — son mis últimas fiestas antes de irme a la universidad.
Me abrazó.
—Me voy a quedar en casa de Hela.
— ¿Por qué siempre que hay fiesta te quedas a dormir en otro lugar? — preguntó.
—Porque no quiero que me veas llegar astral — respondí abrazándola de nuevo. Ella solo negó con la cabeza.
—Por favor, cuídate mucho.
—Sí ma, siempre llevo protección — sonreí.
Me golpeo el hombro.
—Esa protección no — me miró — bueno también, pero cuídate que no te pase nada.
—Siempre lo hago — le di un beso en la mejilla — te quiero.
Bajé los escalones y opi el sonido del claxon del carro de Hela.
—Adiós — dije despidiéndome de Colby y Buddy.
Ellos estaban perdidos mirando el televisor. Salí y me subí rápidamente al coche.
— ¿Lista? — preguntó.
Asentí poniéndome el cinturón.
— ¿En dónde va a ser la fiesta? — dije mirándome en el espejo.
—Liam me dijo que en una de las bodegas donde siempre las hacen.
La miré.
—Tú estás más clavada con Liam que nada — le piqué una lonja.
— ¡Nos vamos a estrellar babosa!— gritó.
Reí.
—Qué bonito es el amor — suspiré.
Puse algo de música en lo que llegábamos a nuestro destino, unas canciones después, Hela se estaciono.
—Vaya, creo que hay mucha gente — dije bajándome.
—Sí, hay más de lo normal.
Entramos y el ambiente estaba como normalmente era, música y gente por todos lados.
— ¡Hey! — Liam nos saludó.
—Tanto tiempo sin verte — bromeé.
—Todos estamos sentado allá — apuntó a una esquina.
Asentí y me alejé de la pareja.
—Hola — dije saludando.
—Te ves guapísima Beka — dijo Lilyth sonriéndome.
—Gracias — le devolví la sonrisa.
Miré a Hans, en el sillón que estaba él, era solo para él, así que volteé la cara intentándome sentar en otro. Pero todo quedó en el intento. Hans me tomó de la cintura como si de una muñeca se tratara y me sentó a su lado.
— ¿Qué estás tomando? — pregunté mirándolo.
—Cerveza — respondió pasándome una botella.
La acepté tomando un trago.
Todos empezamos a hablar y reír de estupideces, cada vez iba llegando más gente y la venta iba mejorando mucho.
Volteé hacia la puerta y vi a la ex novia de Hans, sonreí y supe que todo iba a mejorar cuando llegó de la mano con Blaze.
***
Hans me apretó los muslos subiendo hasta llegar a mi trasero. Jalé su labio inferior para lego volver a besarlo y tomarlo del cuello.
La muisca junto con la gente del exterior poco nos importaba, y podía jurar que nosotros tampoco les importábamos mucho.
—Voy por un trago — dije empujándolo del pecho.
Bajé de su regazo y él asintió encendiendo un cigarrillo. Bajé mi falda y caminé hacia la mesa donde estaban las bebidas tomando dos botellas.
—Ups — alguien me empujo haciendo que me balanceara.
Suspiré, ni tenía que adivinar quién había sido.
— ¿Te la estás pasando bien? — pregunté destapando una y bebiendo.
—No tanto como lo esperaba — contestó mirándome.
—Bueno, si no tienes más cosas que decirme, me voy — dije volteándome.
Me tomó de la mano haciendo que la mirara nuevamente.
—Ahg — dije molesta — si te arrojo un palo, ¿te irás cual perra que eres?
Soltó mi mano para intentar tomarme del pelo.
—Se me hace tan denigrante de tu parte que te estés peleando con una mujer, por un hombre — le tomé la mano.
—Mira, yo no soy la perra que anda tras los ex de otras.
Reí soltando su mano.
—Sabes, todos tienen derecho a ser estúpidos, pero tú abusas — la miré — si no cierras la boca, lo siguiente que saldrá serán tus dientes.
Tomé mis tragos yéndome. Pero como lo pronostiqué, Charlie me tomó del pelo haciendo que tirara mis botellas.
— ¿Qué piensas que eres para poder hablarme así? — dijo jalando de mi pelo.
Me solté ya enfadada.
— ¡Si tienes tanta hambre ve y comételo!, pero como no te hace caso, vas y recalas conmigo. Que quede claro que no te voy a golpear por un hombre, es porque ya me tienes harta.
Golpeé fuertemente su nariz hasta que sentí que su cartílago estaba roto y luego me abalancé sobre ella tirándola al piso.
—Déjame disfrutar mi maldita noche — la abofeteé levantándome.
Me peine y tomé mis tragos. Cuando volteé Hans estaba detrás de mí.
—Para ti — dije extendiéndole una botella.
La miró y luego a mí, sin esperarlo me abrazó casi encerrándome.
— ¿Estás bien? — preguntó.
Me separé mirándolo.
—No sé por qué es que te gustan puras locas.
Tomó su botella y miró detrás de mi hombro.
— ¿Se te perdió algo?
Volteé y vi a Blaze.
—Necesito hablar con ella — dijo mirándome.
Tomé un trago.
—Mira que bien — Hans seguía con las facciones serias.
—Es sobre algo que encontró en su casillero.
Lo miré y mi pecho comenzó a subir y bajar rápidamente por mi resporación.
La foto.
—Rebeka — Blaze seguía esperando.
—No tardo – dije mirando a Hans. Él me miró sorprendido, pero no dejé que dijera más y salí de la bodega con Blaze.
— ¿Te divirtió la pelea? — preguntó divertido.
—No vine a hablar sobre eso Blaze. ¿De dónde carajos sacaste esa foto?
Se acercó.
—Tengo algunas más de donde vino esa.
—No estoy jugando Blaze — dije seria.
—Oh, para mí esto tampoco es un juego, Beka.
Pasé saliva.
—Bueno, te veré mañana — dijo dándome un papel y yéndose.
Abrí la hoja y vi que solo era un número, suponía que el suyo.
Entré nuevamente al lugar y vi que Hela ya no estaba, bueno, de hecho antes de la pelea con la plasti perra ya no la había visto.
—Carson – dije tocando su hombro — ¿has visto a Hela de casualidad?
—Se fue con Liam ya hace bastante, dijo que revisara tu celular — contestó volviendo a su trago.
Saqué mi celular, vi que tenía varias llamadas perdidas de Hela, y también de mamá, junto con algunos mensajes.
"Buenas noches Rebeka, por favor lleguen bien a la casa de Hela L" — Mamá
Vi que había otro mensaje más de ella.
"Perdón, era una carita sonriendo J" — Mamá
—Ojala así sea de madre — dije burlonamente hacia mí.
Pero aquí el problema era que Hela estaba haciendo el frutifantástico en... bueno, no tenía ni idea.
—Hans — lo tomé del hombro.
Él me miró.
— ¿Terminaste de hablar con Blaze?
Asentí.
—Seeep — contesté sabiendo que lo decía enojado.
—Que bien — contestó seco.
—Sí... bueno, ya que aclaramos ese punto, no tengo donde quedarme a dormir. Hela bueno, seguramente ya sabes que no está. ¿Puedo quedarme en tu departamento? — lo miré.
Hans miró hacia el lugar, para luego peinar su cabello hacia atrás y sacar otro cigarro de su sudadera.
— ¿Y Blaze no te dejará?
Sonreí para mis adentros.
—No lo sé, ¿debería ir a preguntarle? — lo miré mordiéndome los labios.
— ¿Acaso necesitas preguntarme? — respondió dando una calada a su cigarro y mirando hacia otro lado.
No pude más y reí, tomé su mano que casi podía jurar parecía una manopla de beisbol y sonreí.
—Mejor llévame tú.
Me miró y después a nuestras manos unidas, ni siquiera éramos una pareja para poder tomarnos de esta manera, pero a mí me gustaba jugar.
—Eres muy extraña cuando estás borracha — dijo caminando.
Dejamos la bodega para poder entrar a su carro, me coloqué el cinturón para luego quitarme los tacones.
—A dormir — cerré los ojos.
— ¿En serio estás cansada?
Abrí un ojo.
—No, la verdad es que vengo bastante borracha, y solamente que no sé qué platicar en el camino y sé que si comienzo a hablar probablemente terminaremos follando aquí.
Hans detuvo abruptamente el carro mirándome con los ojos bastante abiertos.
— ¿Qué? — pregunté mirándolo.
Sin mucha complicación tomó mi rostro besándome de una manera salvaje, tal y como lo esperaba de él.
Sonreí en sus labios quitándome en cinturón de seguridad para poder montarme arriba de él, Coloqué mis dos piernas a los lados de las suyas y mis brazos rodeando su cuello. Rápidamente sus manos volaron a mi trasero estrujándolo robándome un gemido. Comenzó a subir mi falta hasta el punto que mi ropa interior negra quedó al descubierto. Me gustaba la sensación que sus manos calientes causaban en mi trasero, como con una sola de ellas cubría perfectamente mi piel apretándola deliciosamente. Hans hizo el asiento lo más atrás posible dejándonos más espacio, nos separamos lo justo para que él se pudiera quitar toda la ropa de la parte de arriba dejándolo al descubierto. Sonreí complacida atacando su cuello y bajando cada vez más hasta que mi vista estaba en sus pantalones bastante abultados, no esperé más y comencé a quitarle los pantalones mientras el mordisqueaba con la presión correcta mi cuello para hacer que toda mi piel se enchinara, dejando besos húmedos por toda mi clavícula hasta llegar a mi blusa arrancándola junto con mi brasier.
—Carajo — gemí cuando tomó uno de mis pechos comenzándolo a succionar y a jugar con su lengua.
Notó como una de sus manos deja mi trasero para comenzar a masajear mi parte sensible como si fuera un experto.
— ¿Te gusta? — pregunta mirándome.
— ¿Y qué si te digo que no? — digo entre gemidos.
Hans hace mi ropa interior a un lado con su dedos introduciendo uno haciendo que grité extasiada, me aferro a sus hombros y él aumenta el ritmo.
—Me veré obligado a hacer que te guste — dice y yo siento que ya no puedo más.
—Mierda — hago mi cabeza hacia atrás pero lo miro — ya... suficiente.
Él sonríe y lo miro.
— ¿Me la vas a meter o no?
Me estiro hacia mi bolso tomando un preservativo y abriéndolo cuidadosamente. Hans baja sus pantalones hasta que su miembro queda expuesto y yo lo miro como una niña hambrienta, no tardo más y coloco la punta del preservativo bajándolo suavemente con la boca hasta que siento que está completamente desenrollado, para volver a subir. Lo tomo con mi mano derecha hasta colocarlo en la entrada y Hans hace el último movimiento entrando en mí de una sola estocada.
Mis piernas se quedan tensas al lado de las suyas mientras disfruto por un momento la sensación, pero él no tarda mucho en tomarme firmemente de las caderas y yo comienzo a subir y bajar rápidamente.
Siento que mis ojos están hasta la coronilla, el sonido de nuestros cuerpos chocando es lo único que se escucha. Me aferro al asiento inclinándome más haciendo que Hans entré en mi por completo. Comienzo a moverme en círculos y siento como mi parte más sensible comienza a palpitar.
—Con una mierda — gruñe Hans penetrándome más duro haciendo que mis gemidos aumenten.
Siento como mi cuerpo se comienza a convulsionar de placer, mis piernas tiemblan y grito. Hans me toma fuertemente de la cintura pegándome a su cuerpo desnudo, las gotas de sudor caen por su frente y me mira penetrándome por última vez haciendo que mi mente se desconecte por un tiempo, mis oídos por igual y mi pecho sube y baja al ritmo de él.
Mi mejilla está sobre su pecho desnudo y abro los ojos, Hans comienza a acomodar mi pelo y lo miro.
— ¿Seré adivina?
***
Comienzo a secar mi pelo con la toalla blanca que tengo en mi mano mientras me recuesto en la cama de Hans. Tomo mi celular y reviso la hora. Son más de las tres de la mañana. Miro hacia la puerta del baño donde Hans está tomando una ducha y vuelvo mi vista hacia mi bolso, tomo el papel y comienzo a anotar los números en mi celular, veo la pantalla y sin pensarlo mucho le doy en enviar. Me levanto arrojando el celular hacia la cama y camino hacia el armario pero antes de que llegué, el sonido de mi celular me hace volver hacia la cama y tomarlo.
"Beka, espero que estés lista para nuestro encuentro de mañana. Hay muchas cosas de las que debemos de hablar" — Blaze
Paso saliva y escucho como la puerta del baño se abre, Hans sale con una toalla atada por la cadera y otra en su mano izquierda secándose el pelo. Se dirige al armario y abre uno de sus cajones sacando unos calcetines afelpados con una camiseta.
—Para ti — dice arrojándomelos.
Los tomo mirándolo confundida.
—Tú dijiste que no te gusta dormir con pantalón — contesta mirándome — y que tus pies pasan frío.
¿Cómo carajo recuerda eso?
—Gracias — digo levantándome y soltando la toalla que estaba atada en mi cuerpo poniéndome la camiseta y por último los calcetines. Hans sigue ahí pegado al armario sin despegarme la vista — ¿Ahora qué?
—Creo que te hace falta ropa interior — dice desviando su vista y arrojándome uno bóxer.
Los tomo y me los coloco, obviamente me quedan nadando, así que tomo mi ligar para el cabello amarrándolos.
—Gracias — gateo hacia la cama adentrándome en las mantas calientitas, Hans no tarda mucho en ponerse su camiseta con un bóxer y acostarse a mi lado.
Miro hacia la ventana y veo como la noche apenas si ilumina la habitación.
—Esta es mejor que la otra — digo volteando hacia Hans.
Él me mira y casi juraría que me está examinando.
—Si tienes algo que decir, hazlo ya — suelto.
—Eres muy fuerte.
Abro mi boca cerrándola nuevamente. No me esperaba que nada de eso saliera de su boca.
—Me siento extraño al saber lo que sé de ti Beka, y aún más al no saber cómo actuar o tratarte.
Frunzo el ceño.
— ¿Tratarme? — Pregunto incrédula — no tengo ninguna discapacidad para que me trates diferente. Y créeme que si fuera por mí, quisiera que nadie lo supiera — me volteo dándole la espalda — no hay necesidad de que me veas con lastima Hans.
Cierro mis ojos pero su brazo me toma de la cintura apegándome a su cuerpo.
— ¿Lastima? — Ríe — tú eres la que me tratas como si fuera un leproso.
Río mirándolo.
— ¿Y no lo eres?
—Tal vez.
Me acerco a él.
—Mierda, y ya cogimos — lo miro sonriendo — y dos veces.
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Siguiente capítulo menos acción de esta 🔥 , y más acción de la otra 🔍 🔎
¿Qué tal les pareció?
Disculpen por no haberles subido capítulo, todo lo explicaré en el "En vivo" de hoy de Instagram.
Eternamente agradecida:
Daira ❤️
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