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Parte 18 "Si supieras que eres mi juego favorito"

Hela, la otra chica y yo estábamos repartiendo los platos de comida a los niños.

— ¿Te gusta? — pregunté viendo a un niño comiendo animadamente.

Él asintió sonriente y no pude evitar devolverle la sonrisa.

—Beka, necesitamos más pan de ajo — dijo Hela mirándome.

Asentí y fui directamente a la cocina. Vi que estaba Hans lavando los platos pero no le presté atención. Tomé una bandeja de metal.

— ¿Necesitas ayuda Beka?

Me preguntó uno de los chicos con los cual hacíamos el servicio.

Mi mirada se debió ligeramente hacia Hans que noté que escuchaba nuestra conversación porque se quedó muy quieto, reí y volteé hacia el chico.

—Creo que con la bandeja — dije dándosela — yo tomo los panes.

Me agaché lentamente hacia el horno tomando el pan y poniéndolo con la bandeja, noté que el chico estaba haciendo todo su esfuerzo por no mírame el trasero. Y cuando ya iba acabar un estruendo se escucha en la cocina haciendo que me levanté y veo a Hans mirándome con las cejas fruncidas y un plato roto en el suelo.

—Ten más cuidado, te podrías lastimar — dijo el chico mirándolo.

—Y tú podrías morir, pero son riesgos ¿no? — contestó saliendo de la cocina.

El chico me miró con preocupación en los ojos, la mayor parte de la escuela, sino que toda, sabía en lo que Hans estaba metido, así que llámenle respeto o miedo. Pero no se metían con él.

Yo solo me encogí de hombros fingiendo que no sabía a qué se refería.

***

Estaba acostada en mi sillón viendo la televisión mientras Colby se encontraba en la alfombra de la sala leyendo un libro.

Unos toquidos apresurados se escucharon en la puerta, a lo que mi hermanito ni se inmuto y solo me apuntó con el dedo sin mirarme.

—Ja, ya no sé quién es el hermano mayor aquí — dije levantándome, caminé hasta la puerta y la abrí.

Un Carson muy pálido con tierra en las manos estaba detrás de ella.

—Necesito un favor — dijo mirándome.

Me tapé la cara con mis manos.

— ¿Por qué siempre me buscan para puras cosas malas?, ¿sabías que también podemos ir a misa?

—Por favor, eres la única persona en quien confió para esto Beka — sus ojos y su rostro parecían verdaderamente desesperados.

Miré a Colby, él seguía sumergido en su libro.

—Ahh, está bien — dije tomando mis llaves junto con mi abrigo — ¡volveré pronto! — grité avisando.

Carson se subió a su auto en el asiento del copiloto y yo en el del copiloto. Me coloqué el cinturón y no tardó ni un segundo en arrancar, casi podía jurar que su pies estaba a fondo en el acelerador. Las luces rojas le importaron muy poco y yo ya empezaba a arrepentirme de mi estúpida decisión.

—Carson — dije media temblorosa aferrándome a la puerta — no vamos jugando Mario Kart, así que baja la velocidad o pisaremos una banana y moriremos.

Pero él iba muy pero muy sumergido en la carretera, así que solo esperé mi muerte.

La velocidad no había cambiado pero el barrio sí, ya estábamos en uno de los barrios con más delincuencia de todo Oslo, y considerado uno de los peores. Carson se estacionó frente a una casa que ya reconocía.

— ¿Qué hacemos aquí? — pregunté mirándolo.

Abrió la puerta de atrás del carro sacando botas pláticas, guantes, pasamontañas y dos palas.

—Quiero que no te asustes ni juzgues rápidamente — dijo dándome las cosas — ponte eso.

Me quité mis zapatos y los eche en el coche, me puse las botas negras plásticas, los guantes y por ultimó el pasa montañas.

—Ven — dijo luego de también el colocarse todo.

Entramos a la casa donde vivía Buddy, su hermanito pequeño que se encontraba todo en un silencio molesto, y cuando pasamos al último cuarto vi que estaba un señor tirado en el piso con una jeringa en su brazo izquierdo. Rápidamente miré a Carson para que me negara lo que estaba imaginando.

—Sí Beka, está muerto — dijo y esa no era la respuesta que esperaba.

—No, no, no, no — me giré y él me tomó del brazo — Carson, no voy a ser parte de esta maldita locura, ¡no voy a enterrar un cadáver!

—Rebeka, ¿crees que esto lo hago por gusto? — dijo casi suplicando — si protección infantil se entera de que el padre adoptivo de Buddy está muerto lo van a enviar a un orfanato y quién sabe en dónde o cómo sean las condiciones, no voy a permitir que lo separen de mí — sus ojos se empezaban a poner llorosos — es la última familia que me queda y daré mi vida si es necesario.

Volví a mirar al piso.

—No lo maté ni nadie, murió de una sobredosis, y no estamos haciendo nada malo. Si le hubiese disparado y ocultando sí. Pero fue una sobredosis y solo vamos a enterrarlo para darle un descanso.

—Y que las autoridades no se enteren que murió — dije acabando su frase.

—Es solo una cifra más para ellos, pero esto significa todo para mí.

— ¿Y Buddy? — pregunté.

—Él está bien, está en su habitación, le dije que no saliera hasta que yo fuera por él.

Apuntó con la barbilla a una puerta y supuse que esa era su habitación.

— ¿Por favor? — juntó sus manos.

Entendía tanto a Carson, si yo estuviera en su posición y esto dependiera que me quedara con Colby, lo haría sin pensarlo.

—Vamos — dije asqueada.

Entramos a la habitación y miré su brazo izquierdo todo lleno de moretones.

—Rebeka, ven — mamá me llamó.

Pero yo no podía despegar la vista del sillón, mis ojos se comenzaban a llenar de lágrimas nublándome la vista. Solo miraba como la jeringa seguía colgando de su brazo.

—Ven — mi hermano mayor me tomó del rostro limpiándome las lágrimas con sus pulgares. Él era solo un año mayor que yo, su pelo café rizado estaba más largo de lo normal. Yo tenía diez años mientras que él solo era un año más grande que yo.

Solo me abracé a su cuerpo llorando mientras él me consolaba.

— ¿Rebeka?

Pestañeé y cuando menos me lo esperaba, ya estaba echando tierra en un hoyo.

— ¿Todo bien? — Carson me miró preocupado.

Asentí con la cabeza y seguí mirando el hoyo profundo que habíamos hecho, no me había dado cuenta que que momento habíamos entrado en el carro y venido al cementerio.

— ¿En serio pagaste en lugar en el cementerio para él? — dije mirándolo.

—No iba a enterrarlo en un lugar que lo descubrieran, ¿quién va a venir a un cementerio a desenterrar muertos?, nadie va a pensar que un cadáver sin registrar va a estar enterrado aquí.

No podía negar que tenía un muy buen punto.

—Mañana vendré a echar el cemento — dijo limpiándose la frente con el pasamontañas.

Comenzamos a quitarnos las botas, guantes y pasamontañas, los echamos en una bolsa negra y Carson la quemó en un bote de metal que ardía.

—Vamos — dijo poniéndome un brazo sobre el hombro, como si no acabáramos de enterrar un hombre.

***

Buddy estaba en la sala del departamento de Carson jugando con un pequeño tren.

— ¿Tienes hambre? — Preguntó Carson mirándolo — te puedo hacer algo de comer.

—Sí — dijo solamente levantándose y sentándose a mi lado en una silla de la cocina.

La puerta de la entrada se abrió dejándome ver a un Hans asoleado, con un labio abierto y un moretón en el pómulo.

—Hey — Carson lo saludó con una sonrisa mientras le hacía de comer a su hermanito.

Él me miró y pasó de lado directamente al cuarto en el que dormía.

—Parece que no están bien las cosas entre ustedes — Carson le sirvió los macarrones a Buddy y me miró — bueno, nunca han estado.

Me encojo de hombros y doy un brinquito para bajarme de la silla.

—Iré a descubrirlo — digo sonriendo malévolamente.

Caminó hasta su cuarto y me recargo en el marco de la puerta. Hans está sentado en un borde de la cama guardando paquetes y dinero.

—Hey — digo.

—Fuera — me contesta sin mirarme.

Creo que dijo que entrara.

—Gracias — paso y me pongo frente a él.

— ¿No entendiste que te quiero a fuera?

—Creo que la respuesta a eso es bastante clara — lo miro y sonrió — ¿no es bastante castrante que te digan que te salgas y entres?, bienvenido a mi mundo Hans.

Él toma aire y se levanta haciendo que incliné mi cabeza para observarlo.

— ¿Qué quieres?

—Necesito dinero — no era del todo mentira, pero quería jugar un rato con él.

—Que bien — se vuelve a sentar.

—Tengo que pagar cosas Hans, y tú dijiste que me darías trabajo, además — me acercó a él y veo como todos sus músculos se tensan — creo que ya estas bastante cansado — digo tocando suavemente sus pómulos.

***

Sí, me siento como prostituta.

—Me siento feliz.

Miro a Hela y ella está con una sonrisa.

— ¿Sabes qué necesito? — digo mirándola.

—Alcohol — me responde alegre.

Normalmente las reuniones que hacia Hans en algún lugar clandestino era para consumidores de su producto, y aquí estábamos Hela, Carson, Hans, Liam y yo.

—Hela — la miró y ella a mí — desde que tuviste sexo con Liam no me has contando nada, y vaya que eso es muy raro, pero muy raro de ti que no me cuentes tus experiencias sexuales.

Ella toma su bebida y lo chocamos antes de empinárnoslos de un solo trago.

—No pasó nada — ella mira disimuladamente sobre mi hombro, ahí están los tres chicos sobre unos sillones viejos riendo y tomando con más personas.

—Aja, supongamos que te creo — alzo el dedo y pido otra bebida — pero yo necesito estar bastante desconectada esta noche y no me importa nada.

Mi trabajo de esta noche era el mismo que el del día del baile de invierno, acercarme a las personas, ofrecerles y que ellos compren.

—Sí, creo que te acompañaré en tu viaje — mi rubia amiga y yo estrellamos los vasos de cristal y nos los tomamos hasta el fondo.

***

—Cien coronas — digo y trato de que mis pies no falseen.

El chico me da el dinero y yo lo acepto gustosa metiéndolo en mi top rojo. Busco más bolsas plásticas que vender en mi bolso rojo y veo que ya vendí todas.

Sonrió y tomo mi trago que había dejado en una mesa, la música del lugar está al tope, al igual que de personas, las luces apenas e iluminan lo suficiente para que puedas caminar. Bajo un poco mi short negro y comienzo a caminar entre la gente bailando.

A lo lejos visualizo a Hela, está con Liam platicando y se le ve bastante divertida haciéndolo, si hiciéramos un concurso para ver quién está más borracha, sinceramente no sé quién ganaría.

—Hey — digo mirando a Hans.

Y como siempre tiene un cigarro en sus labios. Está sentado a sus anchas en uno de los sillones con el cuello hacia atrás, exhalando el humo.

— ¿Qué quieres>?— dice fumando nuevamente.

Sonrió y le muestro mi bolso vacío,

— ¿Te robaron? —pregunta algo confundido.

Niego y me siento sobre él, mis dos piernas están a los lados se sus muslos y noto como se tensa.

—Terminé — digo sacando lentamente el dinero de mi top, y veo como su mirada está en mi pecho — vendí cada uno de los paquetitos — le pongo el dinero sobre el rostro.

Él lo toma y lo pone dentro de su chaqueta, el nivel de alcohol en mi cuerpo hace que me quedé ahí sin hacer nada.

—Tu pelo es muy suave — y comienzo a peinarlo hacia atrás haciendo que Hans cierre los ojos.

Sonrió y me detengo.

—Tira el cigarro — digo sin quitarle los ojos de encima, él tampoco lo hace.

Le da la última calada al cigarro tirándolo y exhalando el humo por un lado de mi oreja haciendo me los vellos se me ericen.

Tomo su rostro entre mis manos y comienzo a acercarlo lentamente a mí, puedo sentir su aroma de siempre, su caro perfume con tabaco. Y no había notado hasta el momento que me encantaba ese aroma, no sé si era por la exquisita combinación que formaban juntos o porque era el aroma de Hans. Cuando nuestros labios se rozan y él los abre listo para besarme, me separo.

—Voy a bailar — digo levantándome.

Sonrió victoriosa y él me toma de la muñeca jalándome nuevamente a él.

—No quiero ir a bailar — me responde con esa voz ronca que le caracteriza tanto.

Le doy una sonrisa.

—Pues voy a conseguir a alguien que si quiera — intento levantarme nuevamente de su regazo pero él me detiene poniendo sus manos en mi trasero.

—No juegues conmigo Rebeka.

Levanto una ceja y comienzo a pasar mi mano por todo su pecho hasta llegar a ese punto de sus pantalones donde ya está bastante levantado.

—Si supieras que eres mi juego favorito Hans.

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¡Holaaaa mis amores!

¿Qué tal les pareció el capítulo? ¿huh?

Jajajaj sinceramente lo amé. Aunque es medio raro, lo amé.

Siento mucho no habérselos podido subir el domingo pero estoy en exámenes finales, lo que significa trabajos, y proyectos.

Hoy en vivo a las 5 (hora México) en mi Instagram. Ahí les contesto TODAS y cada una de sus dudas acerca de TODO.

Eternamente agradecida:

Daira ❤️

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