Parte 14 "Tengo miedo"
Hela se había quedado dormida en la camioneta, su boca estaba abierta y pegada a la ventana, ¿qué no se había dado cuenta que su lengua se podía quedar pegada en el cristal?
—Hela — canturreé mirándola.
Pero la muchacha ni respiraba y ya me empezaba a preocupar.
— ¡Hela!
Saltó y me miró.
— ¿Qué? — dijo con el pelo todo desordenado.
—Hay que entrar — tomé mi mochila.
—Eres una mala amiga, ¿lo sabías? — dijo haciendo un puchero y bajando de la camioneta.
Río y bajo también, presiono el botón del seguro y camino hacia mi amiga.
—No seas tan exagerada rubia — y me voltea la cara.
Suspiro.
—Además, ayer ni siquiera te vi en todo el día. No me has dicho qué hiciste.
Dejo de caminar y Hela se detiene.
—No quiero hablar de eso — me detengo en un bebedor.
—Rebeka nunca quieres hablar de nada.
—Ya déjalo Hela — y sigo caminando a mi salón.
—Claro, ni que fuera tu mejor amiga. Ya sé que no me tienes la suficiente confianza para contarme lo que te pasa en tu vida...
— ¡Hela!— grito y se calla, veo que algunas personas nos miran pero vuelven a sus asuntos — no se trata de maldita confianza, es de paz mental hacia mí. Y si te digo que dejes de hablar de eso no es porque me nazca de los ovarios. Es porque no quiero perturbar mis pensamientos ¿está bien?
Y mi amiga se queda pasmada.
—Ya, no pensé que fuera tan grave — dice y me mira — lo siento.
Cierro los ojos y me tallo el puente de la nariz.
—No pasa nada, yo y mis ataques de ansiedad.
La campana suena y esa es mi señal para desaparecer. Entro al salón de arte y me acomodo en mi asiento.
***
Pocas veces voy a la cafetería, diría que casi nunca. Y hoy que se me hizo tarde, Hela no estaba despierta y no pude comprar ni hacerme nada para desayunar, tengo que ir. Pero me detengo en la entrada al ver a Gigi, Candace y Lilyth repartiendo cosas para el baile de invierno.
—Abortar misión — digo retrocediendo lentamente.
— ¡Beka!— grita Candace viniendo hacia mí.
—Carajo — la miro y sonrió — ¡hola!
Hela se tapa la cara para evitar reírse.
—Estamos organizando el baile de invierno, y vamos a juntar recaudaciones — Gigi sonríe.
—Mira qué bonito — dice Hela sonriendo — ¿y qué van a hacer?
—Bueno, como no teníamos lugar para hacerlo, Hans fue un benefactor y puso su casa — Lilyth lo apunta y yo evito voltear — así que haremos una fiesta de disfraces.
Okey, hacer una fiesta para juntar fondos para hacer otra fiesta.
—Hela, quiero que nos ayudes a decorar la casa, va a ser este sábado. Y como recompensa les vamos a regalar las entradas — Gigi nos da dos pulseras.
—Beka, sé que tú tienes mucho conocimiento sobre bebidas — perfecto, ya soy la borracha y alcohólica del grupo wuuu — ¿puedes ayudarnos en la barra? — Candace hace un puchero.
Por esa y más razones, no vengo a la cafetería.
—No creo que me den permiso — miento.
—Yo hablo con tu mamá — Lilyth me mira — te vamos a cuidar bien.
—Si, por favor — Candace sonríe.
Miro a Hela en busca de apoyo y ella solo sonríe.
—Yo te cuido pecas — maldita.
—Okey — digo.
Y las tres chicas chillan abrazándome y haciendo que TODA la gente volteara.
—Son las mejores del mundo — y se van.
Miro a mi rubia.
—Eres una mala amiga ¿lo sabías? — digo repitiendo su frase.
— ¿Quién?
—Tú.
—Te pregunto.
La aviento y vamos al área de comida.
—Yo no sé por qué Hans se junta con esas chicas, si las tres son color de rosa, amor y arcoíris, y Hans es... ropa negra, no saludar, armas y personas muertas — digo tomando una bandeja.
Hela me mira abriendo los ojos.
— ¿Personas qué?
—Hela, ya por favor — tomo unas frutas — solo fue un decir.
***
La hora de salir había llegado, Hela y yo íbamos riendo mientras caminábamos por los pasillos.
—Quiero ir a comprar ropa — dijo tomándome del brazos — hay que sacarle dinero a mi querido padrastro ya que está aquí.
Reí.
— ¿Qué tal todo con tu mamá? — pregunté bajando las escaleras para ir al estacionamiento.
Cuando mi amiga estaba a punto de contestarme, choqué con alguien. Levanté la mirada y me encontré con el chico de las carreras. Blaze.
—Hey, tanto tiempo — dice sonriéndome.
Frunzo el ceño.
—Si...
Él me mira y luego a Hela.
—Mira, creo que a ti no te había saludado — extiende su mano pero Hela solo la mira.
—Te espero en la camioneta Beka — dice yéndose — no tardes.
Vuelvo a él.
— ¿Apostaste por mí en las carreas?
—Estás de acuerdo que ni siquiera nos conocemos bien, ¿verdad? — Miro detrás de su hombro y veo que algunos chicos lo esperan, los mismos de la foto — tú no estudias aquí, así que, ¿qué haces?
Una sonrisa malévola se aparece por sus labios.
—Bueno, veo que eres muy observativa.
Reacomodo mi mochila sobre el hombro y cuando giro un poco mi cabeza, visualizo a Hans y Carson junto con otros chicos que no me quitan la mirada de encima.
—Lo siento, tengo que irme — digo pasándole por un lado.
—Siento haberte incomodado. Solamente que te he visto con esas tres chicas que se juntan con Hans y quería preguntarles si esto era de ellas — giro mi cabeza y mi corazón se detiene.
Es mi abrigo que había dejado ayer tirado cuando el... tipo me jaló.
—No entiendo, ¿por qué concluyes que es de ellas y cómo tienes eso? — digo riendo.
Pero mi corazón late a mil y miro rápidamente a Hans, él ya estaba mirándome pero no dice nada.
—Bueno, solo pregúntales si perdieron algo — y se va.
Suelto todo el aire que no sabía que tenía retenido y camino lentamente hacia la camioneta. Entro y me deshago sobre el asiento.
—Beka, ¿qué fue eso? — Hela me toca la frente — vaya, creo que se te bajó la presión.
—Siento que se me bajaron los calzones también y no en el buen sentido.
***
Después de un rato de compras con Hela, y de reírme al comprar nuestros disfraces para la fiesta. La dejé en su casa avisándole que iba a ir a la mía, pero no.
Estaba estacionada frente a la casa de Hans, esperando a que me arme de valor y salir del carro.
—Tienes que resolver esto de una vez Rebeka — me dije abriendo la puerta y saliendo.
El característico aire frío de Oslo me recibió haciendo que me debatiera en volver al carro. Pero no lo hice y caminé hacia la puerta, y vi que tenía timbre, así que lo pulse y una melodía salió de él. Me separé un poco y esperé. Algunos segundos después la puerta se abrió dejándome ver a Hans con solo un pans gris y una camiseta sin abotonar.
—Rebeka — por el modo en que lo decía parecía muy sorprendido.
—Hans...
—Pasa — dijo antes de que pudiera acabar.
Asentí y él se hizo a un lado para que pudiera entrar. Cerró la puerta y comenzó a caminar.
—Estoy preparando la cena — dijo y entró a su cocina. Vi que estaba cortando algunas verduras — siéntate.
Tomé el banquito y me senté.
—Hans, ¿qué tienes que ver con Blaze?— pregunté directa.
El sonido del cuchillo contra la tabla de madera sonó más fuerte y me miró.
—No sé quién sea.
—Mira que cosas, entonces solo nos mirabas por pura curiosidad.
Deja el cuchillo y me mira.
— ¿Qué quieres que te diga?
—La verdad. Hans, tiene mi maldito abrigo.
Y se va de la cocina.
—Claro, así se resuelve esto — digo girando en el banquito.
Pronto aparece con el bolso de gimnasio y lo pone sobre mis piernas.
—Ahí está la verdad, ábrelo — me incita.
Sin muchas ganas de abrirlo y más de pegarle a Hans. Lo hago. Pacas de billetes amontonadas y varias bolsas cubiertas con cinta, dándome a entender que eso no era solo polvo blanco inofensivo.
—Eso es lo que fuimos a tomar, porque fue un robo. Nosotros no lo robamos, ellos sí — dijo volviendo a picar.
— ¿Ellos? — pregunté dejando el bolso.
—Son otro bando Rebeka.
Me levanto.
—No voy a ser parte de esto Hans.
—Oh claro, yo sé que tu mundo es perfecto donde todas las noches se reúnen en familia a cenar y contar de su maravillosas experiencias del día. Pero no todos tuvimos esa suerte.
Cierro los ojos y suelto una carcajada pero sin nada de gracia.
— ¿Tú crees conocerme?, Hans te diré esto solo una vez. No tienes una idea sobre lo que he pasado.
—No, claro que no — me mira — pero tú tampoco. Y solo asumes cosas.
— ¿Asumir cosas? — rio y me acerco — no he asumido nada, esto — apunto al bolso —es una realidad, tú realidad, no la mía.
Sus ojos se conectan con los míos y de pronto mi respiración comienza a ser anormal.
— ¿Le tienes miedo a las drogas, al mundo oscuro? — pregunta con una sonrisa sínica acercándose a mí.
Su cuerpo está tan cerca del mío que puedo sentir el calor que emite.
—No — digo sin bajar la mirada — tengo miedo de entrar y no poder salir.
***
Después de haber terminado de limpiar toda la casa, lavar mi ropa y hacer mi cuarto. Me había dado un baño y estaba arreglándome para la fiesta de esta noche.
—Hola — la pequeña cabeza de Colby se asomó por la puerta.
—Hola — dije aplicándome un poco de rubor.
— ¿De qué vas disfrazada? — preguntó entrando.
Reí
—De nada, simplemente me voy a poner un gorro de policía y ya.
Me levanté y me aseguré de que no hubiera algo mal en mi atuendo. Era un lindo conjunto negro de dos piezas, la parte de arriba simplemente era un top con brillantes en las tiras y la parte de la falda tenía tiras de brillantitos cayendo en la parte izquierda de la pierna. Decidí combinarlo con unas Vans negras porque no quería cansarme.
—Creo que eso no es un disfraz — Colby frunció sus cejas.
—Ni yo, pero a nadie le va a importar — reí tomando mi gorra y bajando las escaleras.
Agarré las llaves del coche y mi abrigo.
— ¡Me voy, no me esperen me voy a quedar a dormir en casa de Hela!— grité y salí.
Ya estaba acostumbrada al frío que me daba cuando usaba vestidos, así que le corrí rápidamente al carro y encendí la calefacción, puse las llaves y las giré, listo.
Conduje rápidamente hacia la casa de Hela y cuando estuve afuera apreté el claxon. Mi rubia amiga salió con un vestido verde y unas alas. No era muy difícil adivinar quién era con su pelo rubio enroscado en un moño.
—Wow — dije cuando se sentó en el lado del copiloto — te produjiste.
— ¿Y tú?, ¿según de qué vas vestida? — me miraba de arriba abajo tratando de encontrar algo.
—Soy policía — dije apuntando a mi gorra en la parte trasera del auto.
—Mira nomás, de policía — sonrió — en una fiesta de Hans, wow ni a mí se me hubiera ocurrido.
Puse los ojos en blanco.
— ¿Lo vas a arrestar en su cama? — preguntó alzando las cejas.
Arranco y le doy una mirada de reojo.
—Si sigues con esa te vas a tener que echar un poco de tu polvo mágico y te vas a ir volando campanita.
***
La fiesta parece todo un éxito. Puedo afirmar que hay más de cincuenta personas dentro de la casa mientras algunos otros se encuentran en el patio. Me causo mucha gracia y admiración ver a Gigi, Candace y Lilyth vestidas como las chicas súper poderosas. Algunos venían con disfraces tan simples como el mío.
Y bueno, en este punto de la noche estaba un 6/10 de borracha. Todavía sabía quién era.
— ¡Uyyy toma!— gritó Hela a uno de los chicos con los que nos encontrábamos jugando beer pong.
Estábamos muy divertidas. Reí y un chico lanzó la pelota y entró en el vaso, era mi turno de beber, así que lo tomé y de un solo trago me lo tomé.
— ¡Wuuu! — grité dejando el vaso.
Mientras Hela practicaba como hacer que su pelota entrara en el vaso del chico, yo volteé solo un segundo a la sala, vi como Carson le entregaba muy disimuladamente una pequeña bolsita a un chico.
—Que carajos — dije yendo hacía ahí, recordemos que mi cerebro se encuentra nadando el alcohol así que el noventa y nueve punto nueve por ciento de las decisiones de esta noche. No fui yo, fue el alcohol.
Mis pies se tambalean junto con mi cuerpo y logro llegar a un lado de Carson.
— ¿Qué crees que haces? — pregunto.
— ¡Beka!— grita él sonriendo.
Me sienta a un lado de él.
— ¿Qué tal te la estás pasando? — pregunta tomando de su trago.
— ¿Qué le acabas de dar al chico?
Frunce el ceño.
— ¿Qué acaso quieres un poco?
Niego con la cabeza y me levanto.
—Voy al baño — le digo a Hela pasando por un lado de ella.
Asiente y sigue riendo mientras juega. Paso entre la multitud de gente y llego hasta el baño, veo que hay algunas chicas fumando fuera de la puerta y solo me limito a entrar. Me quedo algunos segundos ahí parada, me veo en el espejo y río. Ya estoy borracha. Giro las llaves del agua y comienzo a echarme un poco en el rostro.
—Te dije que te fueras de aquí —oigo una voz familiar mientras me lavo la cara.
Me enderezo y tomo una toalla que hay ahí, abro la puerta y veo que mucha de la gente que estaba dentro, ya no está. Camino y voy hacia la puerta de salida, oh ahí están.
— ¿Qué pasa? — le pregunto a una chica que está a mi lado.
—Vienen por alguien — susurra.
Pero yo sigo más confundida que nada, me hago espacio entre la gente y veo que Hans, Carson y mucho otros chicos están en el pasto viendo a una bola de chicos frente a ellos.
—Blaze, no lo repetiré otra vez, largo — la voz gruesa de Hans hace que mis vellos se me ericen. Jamás lo había escuchado tan enojado.
¿Blaze?, ¿qué hace aquí?
—Bueno, creo que no te escucho. ¿Te molesta si la tomo? — pregunta y veo que tiene a Lilyth a su lado.
Sin previo aviso, alguien es el primero en lanzar un puñetazo y ese es Hans, todos los demás chicos se lanzan y los gritos comienzan a sonar. Las personas corren yéndose de la fiesta y yo busco a Hela.
— ¡Hela! — grito pero no hay respuesta — ¡Rubia!
Volteo hacia donde está la pelea y veo que Hans tiene en el piso dándole puñetazos en la cara a Blaze, y veo un destello rubio. Mi amiga.
— ¡Hela! — grito y tomo y embace de cerveza. Corro hacia el tipo que la tiene abrazada y no dudo en romperle la botella. Hela se suelta y me mira.
— ¿Estás bien? — pregunta analizándome.
Río.
—Volviendo a los viejos tiempos ¿no? — Tomo una pala que estaba tirada — hay que ir por las chicas.
La adrenalina, el miedo y el alcohol que tengo rondando en mi sistema me hacen sentirme como una pandillera. Veo a Lilyth tirada en el piso cubriéndose, así que la tomo del brazo y la levanto.
—Ven — ella asiento y veo como Gigi le suelta una cachetada a uno de los chicos, y él ni se inmuta pero Gigi ya no sabe que más hacer — ponte con alguien de tu tamaño — digo reventándole el palo en la cabeza.
El tipo cae y Lilyth toma a Gigi.
— ¡Tengo a Candace!— grita Hela del otro extremo.
Nos hacemos paso entre la pelea y cuando llegamos a la puerta un disparo se escucha. Todas volteamos y Hans está con un arma apuntando al cielo.
— ¡Fuera! — Grita y apunta a Blaze que está de rodillas escupiendo sangre — ¿ya puedes escuchar?
***
Por la zona alejada de la ciudad en la que vive Hans, el disparo no se escuchó. Blaze y todos los chicos terminaron yéndose muy lastimados. Y como si eso no hubiera pasado, me encuentro con una bolsa negra juntando vasos y botellas.
—Vaya noche — dice Carson sentado en una de los sofás con una bolsa de hielo en la cabeza. Tiene un ojo morado además de su labio roto y algunos otros moretones en el cuerpo.
—Ni que lo digas — Hela se encuentra recargada en sus piernas mirando el celular. Lilyth a su otro lado descansando, Candace con ella y Gigi del lado de Hela
Dejo la bolsa porque ya está llena y tomo otra.
—Se vieron muy sexis pegándoles a los tipos — Carson las mira y ella ríen.
— ¿Tú crees? — pregunta Gigi coqueteándole.
ÉL asiente y la besa, luego con Hela, Candace y por ultimo Lilyth.
—Bueno chicas, creo que me estoy prendiendo. Hora de irnos a divertir a otra parte.
Las cuatro chicas se levantan y lo siguen.
—Ey, ey rubia — digo mirándola — ¿y yo qué?
Ella abre los ojos muy grandes.
— ¿Te vas a unir?
Hago una cara de asco.
—Yo me voy a quedar contigo a dormir.
—Tranquila, vuelvo en un rato y nos vamos a mi casa — dice y Candace la jala y desaparece.
Bufo y respiro. Acabé de limpiar así que me siento en el sillón. El alcohol ha disminuido así que decido levantarme y tomar una botella entera de Vodka y darle un trago hasta que no pueda más.
— ¿Tú quieres morir o qué?
Dejo la botella y veo a Hans entrando a la casa.
—En este momento no — digo y le vuelvo a dar un trago, me arrebata la botella — hey, si quieres un trago pídelo.
Y tira la botella a la bolsa.}
— ¡No!, si estaba entera — digo y la recojo.
— ¿Qué has comido? — pregunta mirándome.
Mi borracha vista se desvía a su ceja que le sangra.
—Ow te rompieron tu ceja — digo aproximándome hacia él y tocándole, él cierra los ojos.
—También me rompieron una pala.
Río y me alejo.
—Voy a ver qué hay de comer y luego te arreglo tu ceja — camino hasta la cocina y abro el refrigerador, hay una pizza congelada y la saco, abro la puerta del microondas y la meto. Espero hasta que suene el bip y la saco.
— ¿Y Hela? — pregunta sentándose frente a mí.
—Se fue a coger — respondo llevándome un pedazo de pizza a la boca.
Hans se me queda mirando y yo le doy un trago a la botella.
— ¿Qué? Digo dejándola.
—No parecías para nada asustada allá fuera en la pelea.
Me encojo de hombros.
—No ha sido la primera vez que estoy en una, y contigo no creo que sea la última — tomo un trozo y me levanto— quiero acostarme.
Caigo en el sillón.
—Tengo frío — digo boca abajo y le vuelvo a dar un trago a mi botella.
—Ven – dice Hans subiendo las escaleras.
Yo sonrió malévolamente y me levanto para correr y alcanzarlo. Entra a su habitación y yo me lanzo sobre su cama.
— ¡Que rico! — Grito y miro a Hans — ¿quieres venir?
Hans me lanza una camisa junto con pantalones que terminan en mi cara.
—No, el punto es que te quites los que tienes puestos no los del armario — digo levantándome.
—Creo que debes estar incomoda, así que puedes cambiarte.
Frunzo el ceño.
—Hela va a volver por mí.
Él ríe y me mira.
— ¿En serio crees eso? — pregunta.
—No — digo y tomo la ropa, entro a su baño y me quito mi conjunto que ya me tiene harta. Me pongo la camisa que me queda hasta los muslos y decido no ponerme el pantalón, salgo y dejo mi ropa sobre el mueble. Me voy al armario de Hans y rebusco.
— ¿Qué haces pregunta él quitándose el pantalón?
—Busco unos calcetines, no quiero mis dedos fríos — abro un cajón y los encuentro, me siento en el borde de la cama y me los coloco.
— ¿Y el pantalón? — pregunta Hans poniéndose frente a mí, está solo en bóxer.
—No me gusta dormir con pantalón — digo apuntando a donde lo dejé.
Hans sacude la cabeza y lo toma para ponérselo. Busco el control remoto lo tomo y enciendo la televisión. Me acuesto en la cama y doy el último trago a mi botella. ¿Cómo me la había terminado?
— ¿Estás cómoda? — pregunta acostándose al otro lado de la cama.
Asiento.
—Beka, ¿a qué te referías con lo de tener miedo de no poder salir? – pregunta volteando hacia mí.
Lo miro.
—Tu mundo no es nada nuevo para mí Hans. Y tengo miedo dejarme llevar terminar aquí.
— ¿Tienes miedo de mí? — pregunto en una voz suave pero ronca.
Negué con la cabeza.
—Tengo miedo de mí.
Su mirada bajó a mis labios y simultáneamente la mía a los suyos. Y sin pensarlo, sus manos tomaron mis caderas para subirme en él y besarlo.
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Omg, sin palabras. 😶🤭
¿Qué tal mis amores preciosos?, ¿notaron que les hice el capítulo más largo? 🙃
¿Qué tal les pareció?, en serio, amo tanto leer sus comentarios como ustedes cuando actualizo. Así que platíquenme. 👀
Muchisisisisimas gracias por darle tanto apoyo y cariño a esta historia. Lleva poquito relativamente y wow, les ha gustado. "NOS VEMOS EN EL EN VIVO POR INSTAGRAM EN MEDIA HORA ahí les responderé todas las preguntas acerca del capítulo "-6:30 hora México.
Eternamente agradecida:
Daira ❤️
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