Epílogo 2 - "Sin frío"
(Por favor, escuchen la canción)
NOTA: Este capítulo tiene bastantes saltos de tiempo para que fluya mejor. BESOS y SUERTE. :*
"LOVE ME"
CARSON — DE TRECE AÑOS. (SUECIA)
Mamá estaba muy débil, sus heridas todavía no se habían curado por completo. —Vamos mamá, toma esto — dije acercándole la medicina.
—Gracias amor — su cara delgada se iluminó.
Asentí y miré su enorme barriga, sonreí y la acaricie — Te estamos esperando bebé.
—Ya decidí como se va a llamar — dijo mamá para luego toser y sonreírme —Buddy.
Coloqué mis manos sobre su enorme barriga —Buddy. Te amo.
—Amor, ¿ya cenaste? — preguntó mamá acariciando mi cabello.
Cerré mis ojos ante el suave toque —ahorita ceno.
—Carson — oí su voz sería — ¿por qué tienes un moretón en el cuello?
Me levanté rápidamente e intenté cubrirlo —Me caí trabajando en la cafetería.
—Carson, no me mientas — pidió mirándome con sus ojos esmeraldas brillantes.
Beka tenía los mismos ojos que ella... la extrañaba mucho. Sorbí mi nariz e intenté sonreír —Todo está bien mamá, no debes de preocuparte.
Nuestra nueva casa era muy pequeña, solo tenía una habitación en la que dormía mi madre. Y yo dormía en la sala que estaba junto a la cocina.
Me levanté y tomé un plato sirviéndome de la sopa que mamá había hecho — Luce muy bien mamá, gracias.
— ¿No preocuparme? — Preguntó mirándome —Trabajas todo el día por mantenernos, te has atrasado en la escuela, ¿y quieres que no me preocupe?
Solo la miré, mamá pensaba que trabajaba en un cafetería, pero desde el... incidente en Noruega. Tuvimos que regresar a Suecia, descubrimos que mamá estaba embarazada, y papá... él había muerto de una sobredosis. Enterramos su cuerpo en el cementerio, ahí era la misma tumba para Beka. Y mi trabajo era como repartidor de droga. Pero ella no podía saber eso — ¿Tienes más hambre? — pregunté mientras lavaba mi plato.
—No amor, gracias — la ayudé a levantarse y la guie hasta su habitación. El cuerpo delgado y con heridas de mamá era lo que más me preocupaba y por eso trabajaba arduamente para poder ayudarla.
—Buenas noches ma — dije cobijándola.
Ella tomó mi rostro besándome la frente —buenas noches Carson.
Apagué la luz de su habitación y cerré la puerta cuidadosamente. Me aseguré que la puerta de la entrada estuviera asegurada, luego tomé una silla de la cocina y la puse sobre la puerta. Siempre tenía pesadillas de que los tipos de Noruega venían a buscarnos.
Me acosté en el sillón que no era para nada cómodo, pero era mejor que nada. Mi cuerpo dolía como la mierda, me habían dado una paliza por no quererles regalar los paquetes. Hasta el tomar aire hacia que mis costillas dolieran.
—Buenas noches Beka — dije cerrando mis ojos.
TRES AÑOS DESPUÉS.
—Vamos Buddy, abre la boca — mamá sonrió.
Ante todo los pronósticos de los médicos, Buddy había nacido perfectamente sano. Sonreí y tomé sus mejillas redondas — A ver di hermano.
Buddy me miró mientras comía su papilla, pero solo burbujas de saliva salían de su boca —Que alto y apuesto te has puesto amor — mamá me elogio, sonriéndome.
—Todo es gracias a ti — la abracé — ya me voy. Traeré algo para la cena.
— ¡Cuídate mucho por favor!— gritó despidiéndome —Feliz cumpleaños amor.
Sonreí y volví a abrazarla — Gracias ma — le di un suave meso en su mejilla.
Cerré la puerta y suspiré, hoy tenía que hacer muchas entregas. Así que comencé. La noche en Suecia era algo que no me gustaba, la noche en sí me daba un asco y un temor muy grande. Pero no podía dejar sin comer a mi familia —Hola imbécil — me saludó Hans.
Él era el hijo de mi jefe. Era de mi edad por lo que congeniábamos muy bien.
—Te van a ver raro si no aprendes sueco — dije ajustando mi capucha. Por el tiempo que había estado en Noruega había aprendido bastante bien el idioma, y por eso era que Hans y yo podíamos hablar.
—Me importa una mierda, ni siquiera vivo aquí — habló mientras jugaba con sus manos —esta es la mercancía de hoy —me entregó una enorme mochila – es solo ara dos lugares, ahí adentro vas a ver dos bolsas, la más grande es para una fiesta en la calle siete, y la otra más pequeña es para los drogadictos del ultimo callejón.
Asentí tomándola — ¿Algo más?
—Sí — comenzó a hurgar en su mochila — mi padre les manda esto — dijo dándome una bolsa llena con vitaminas y comida — y esto es de mi parte — sacó una pequeña rana de peluche — creo que le gustará a tu hermanito.
Los tomé —Se los pagaré, gracias.
Hans comenzó a caminar —No hace falta, la casa invita — y con eso desapareció.
Suspiré y guardé todo muy bien. Comencé a caminar, debía de apresurarme a entregar esto para llegar rápido a casa y poder cenar con mi familia.
—Aquí está el dinero — dijo un chico entregándome una enorme paca de dinero.
No sabía, ni entendía el afán de la gente en destrozar sus vidas en las drogas. No era un puto juego, pero no lo veían así. Era muy común que los jóvenes lo consumiéramos por influencias de otros amigos como un simple "reto" pero yo solo era el repartidor — Adiós — dije guardando el dinero.
Solo me faltaba una entrega más. Saqué de mi mochila el arma que tenía guardada, era un área bastante problemática por lo que tenía que ir preparado. En cuanto llegué al callejón, las personas comenzaron a salir, me daban mucha lastima y tristeza, el cómo sus vidas acababan ahí —Gracias muchacho — agradeció uno comenzando a inhalarla.
—Ya te habías tardado — volteé para verlo, no tenía ni la más mínima idea de su nombre, y tampoco es como que me importara mucho el grabármelo, pero era un cliente frecuente. Le puse su paquete en la mano.
—Ya sabes la cantidad — Dije ignorando completamente su comentario.
Él comenzó a buscar en su desgastado pantalón —Oh sí.
Sentí como alguien me pegaba en la nuca, caí inmediatamente al suelo — ¡ahora danos toda la mercancía!
—Mierda — dije tocando mi cabeza, vi mi mano empapada en sangre, cuando levanté la vista vi como una bola de drogadictos me estaban amenazando con cuchillos.
— ¿Qué no oíste maldito niño? — gritó uno acercándose a mí.
Suspiré —Ya voy — dije levantándome.
—Sí, así es. Danos todo lo que ten...
Le disparé justo en la frente su cuerpo inerte calló hacia atrás. Miré a los demás apuntándole — ¿Me van a pagar o tendré que agujerarles la cabeza? — pregunté mientras sentía como la sangre me resbalaba por la espalda.
— ¿Lo mató? — preguntó una mujer abriendo los ojos exageradamente.
Todos se miraron entre sí y tiraron los cuchillos —Puto niño — dijeron mientras me daban el dinero.
—Quiero que para la siguiente vez, no hagan nada de dramas. ¿Okey? — Sonreí guardando el dinero —porque no estoy muy tolerante estos días. Salí de ahí y comencé mi trayecto a casa —Ahh mierda — la cabeza me dolía a mares — ¿ahora cómo le explicaré esto a mamá?
Antes de llegar a casa, tuve que ir a una farmacia por unos analgésicos y vendas. Abrí el cerrojo y vi a mamá en el sillón cuidando de Buddy — Hola amor.
—Hola ma — dije entrando. Traté de disimular mi dolor — Hans y su padre nos envían esto — saqué la bolsa.
Mamá se levantó inmediatamente —Que generoso es tu jefe de la cafetería — sonrió abrazándome.
—Hola — me agaché para ver a Buddy, no cabía duda que los genes de mi madre eran muy fuertes, lo tomé en brazos abrazándolo —di "hermano"
—Mano — dijo sonriéndome.
Mi corazón latió rápidamente, sus hermosos ojos miraron los míos y no pude resistirme a abrazarlo más fuerte. Él y mi madre eran el motor de mi vida y no iba a dejar que nada ni nadie nos separaran
***
Llevar a Buddy al parque siempre era una gran emoción para él, sus bellos ojos se abrían enormemente al ver el césped.
—Buddy, mira — arranqué una pequeña flor, dándosela.
Él sonrió mostrando sus encías.
—Es igual a ti.
Volteé y vi a Hans sentado en la misma banca que yo, llevaba su cabello negro atado en una coleta, me miró y sonrió al ver a Buddy.
— ¿Qué quieres? — pregunté abrazando a mi hermanito.
Él levantó las manos — Nada. Solo vine a despedirme.
— ¿Despedirte?
—Sí, me voy a Noruega.
Fruncí el ceño — ¿Noruega? — de tan solo pensarlo, mi voz se hizo un hilo.
—Sí, mi padre es de ahí y quiere que nos vayamos.
Asentí y miré a Buddy, él estaba muy entretenido jugando con mi cabello.
—Pero... ¿qué pasara con el trabajo?
Hans alzó las manos y Buddy lo miró para luego sonreírle e irse con él — Papá te ha dado dos opciones — comentó mientras miraba a mi hermano — puedes encargarte tú del negocio aquí, claro que tus ganancias van a aumentar.
— ¿O? — lo miré.
Buddy le tomó la cara, estrujándosela — Vienen con nosotros a Noruega.
Suspiré y recargué mi cabeza sobre la banca — Ir a Noruega es mi última opción en todo el mundo.
—Sabes que no te voy a preguntar el motivo — dijo y lo miré — nos vamos dentro de una semana.
Asentí y tomé a Buddy en mis brazos.
—Nego (Negro) — dijo apuntando con sus pequeñas manitas el cabello de Hans.
Él sonrió, despeinándolo y me volvió a mirar — Piénsalo — y sin más qué decir, se fue.
—Buddy — lo miré — ¿te gusta aquí?
— ¡Mano!— gritó aferrándose a mí y riendo.
Le di unas palmaditas en su espalda y suspiré. Lo único por lo que debía preocuparme ahora era Buddy y mamá, si ellos estaban bien, lo que tuviera que hacer no importaba.
Metí la llave en el cerrojo y abrí la puerta —Llegamos — avisé, dejando a Buddy en el suelo y miré hacia la cocina.
Mis ojos se abrieron, mamá estaba inclinada tosiendo sangre —Estoy... estoy — y volvió a toser.
—Tenemos que ir al hospital — la tomé de la mano, ayudándola a levantarse.
Buddy me miró con sus ojos llorosos —Mamá...
—Mami está bien — dije abrazándolo con un brazo y con el otro, deteniendo a mamá.
***
Buddy corría de un lado al otro en el pasillo del hospital.
Pagué la cuenta inicial y me senté, contando el poco dinero que nos quedaba.
—Familiares de Rebeka...
—Aquí — me levanté inmediatamente — soy su hijo.
El doctor me miró —Su madre está en una condición sumamente deplorable, el embarazo solo hizo que todo empeorara — comentó mientras veía los papeles.
—Pero... pero, ¿va a estar bien? — pregunté, nervioso.
Él negó — Al parecer su madre sufrió un incidente de robo — cerré los ojos recordándolo — su madre padece de Leucemia.
Buddy corrió, aferrándose a mi pierna.
—Pero... ¿pueden hacer algo por ella?
—Su caso es muy severo, hace muchos años que la padece y cada vez ha empeorado más.
— ¡Qué quiere decir con eso!— grité, haciendo que las personas nos miraran.
Suspiró, mirándonos a Buddy y a mí — Ya no hay nada que hacer, Lo siento.
—No me diga eso, tiene que haber algo — comencé a temblar
Puso una mano sobre mi hombro — Pueden pasar a verla — y se alejó.
Tomé aire, intentando contener las lágrimas y tomé la manita de Buddy, entrando en la habitación.
Odiaba los hospitales con toda mi alma. Los odiaba desde el incidente.
—Mami — Buddy corrió hacia la cama donde estaba mi madre.
Su color era tan... no se veía nada bien.
—Mis bebés — dijo con una voz apenas escuchable.
Me acerqué y tomé su frágil y muy delgada mano — Ma...
—Shhh — me calló sonriéndome — quiero estar este momento con ustedes, después hablaremos.
Subí a Buddy en la cama, para que la abrazara. Y así quedamos unos minutos.
—Carter, quiero que cuides muy bien de Buddy...
—Mamá, no hagas esto — dije derramando lagrimas — por favor.
Ella acaricio mi rostro — Ustedes tres son lo mejor que me pudo pasar en la vida. Y sé que no hice las cosas como tuve que hacerlas, pero si todo esto me llevo a ustedes — sonrió tristemente — no lo cambiaria.
—Mami — Buddy tomó su rostro, y comenzó a llorar.
—Todo va a estar bien amor — dijo ella, y pude tonar como trataba de no dejar salir las lágrimas — quiero que seas un niño bueno, ¿sí? — Acaricio su pelo — debes ser bueno con tu hermano y cuidarse entre los dos.
Sorbí mi nariz y apreté mi mano en un puño.
—Hubiera querido con todo mi corazón haber estado con ustedes — me miró y limpio las lágrimas de mis mejillas — pero ahora es tiempo de reunirme con tu padre y mi bella Beka.
—Te quiero mucho — hablé enterrando mi cara en su cuerpo — no me dejes por favor mamá, soy solo un niño.... Yo.... Yo no sé qué debo hacer, por favor.
Alcé mi rostro y la vi, derramando sus lágrimas mientras Buddy trataba de limpiárselas con la manga de su suéter.
—Perdón — dijo sinceramente mirándome.
UN AÑO DESPUÉS.
Cuando nos mudamos a Noruega, decidí cambiar mi nombre. No quería ese maldito nombre que me hacía recordar toda la mierda del pasado.
—Feliz cumpleaños Buddy — sonreí y le acerqué su pequeño pastel.
Él me miró, impávido.
—Vamos, pide un deseo.
Tomó su pastel — Quiero ir con mamá — dijo para luego soplar las velas.
Suspiré y pegué mi frente sobre la mesa.
—Perdón — oí su vocecita.
Levanté mi cabeza y Buddy me miró, le di una sonrisa de boca cerrada — No es tu culpa.
— ¡Hola imbécil!— Hans entró por la puerta.
Volteé y miré los enormes bolsos con mercancía que traía.
— ¿Todo eso lo voy a entregar? — pregunté.
Él asintió y caminó hacia nosotros. Hacia un año ya que vivíamos en Noruega, en casa de Hans.
—Felices cuatro años Buddy — dijo tomándolo y abrazándolo mientras le daba vueltas.
Tomé los bolsos y miré a mi hermanito —Vamos.
—Luego iremos por tu regalo — Hans le guiñó un ojo, dejándolo en el suelo.
Él sonrió y yo igual.
Caminamos hacia el viejo auto que el padre de Hans me prestaba para hacer las entregas. Subí a Buddy en la parte trasera, abrochándole muy bien su cinturón — ¿Listo? — pregunté.
—Sip — sonrió jugando con sus piernitas.
Asentí y cerré la puerta, me senté en el asiento y comencé a conducir. Había una luz naranja y sonreí — Si paso — aceleré, pero un carro pasó por un pelo, al lado mío.
— ¡Fíjate, idiota!— gritó la chica, deteniéndose a mi lado — ¿qué no ves que está en rojo?
—Estaba en naranja — y metí un chicle a mi boca.
Meneo su cabello castaño y me miró —Traes un niño, se más prudente, idiota — reí al verla enfurecida.
—Vete a cambiar los pañales — dije mirando por el espejo retrovisor a Buddy, él estaba bien.
—Con una mierda, avanza Beka — gritó la chica al lado de la castaña. Me dirigió una última mirada y le saqué la lengua, haciendo que avanzara.
Reí y avancé, igualmente.
—Mami.
Fruncí el ceño y miré a Buddy — ¿Qué dijiste?
—Vi a mami — dijo mirando por la ventana.
Suspiré, confuso. Y seguí mi camino.
Luego de hacer todas mi entregas, estaba feliz. Tenía el dinero y ahora podía irme a casa.
Iba chiflando hacia el auto. Ya había hecho mi última entrega del día. Por fin podíamos ir con Buddy a ese restaurante feo con animales y comer pizza.
—Buddy — abrí la puerta de la parte de atrás, pero ya no estaba — ¡Buddy!— grité mirando alrededor, hasta que vi una camioneta y a él. Corrí lo más rápido.
Buddy lloraba mientras lo subían a la camioneta.
— ¡Esperen!— grité y aventé al tipo — ese es mi hermanito.
—Somos servicios infantiles — habló una mujer.
—Me importa una mierda quienes sean, es mi hermano y soy su tutor legal.
Ella me miró — ¿es acaso usted mayor de edad para serlo?
—Yo... — ¡Mierda!— yo soy su única familia, por favor. Él... él no está desnutrido ni sufre abuso. No tienen ninguna razón para llevárselo.
El hombre se levantó del suelo — Es un niño cuidando a otro. Vámonos — habló subiéndose a la camioneta.
—¡Yo lo crié, soy casi su padre!
Pero a ellos les importó una mierda.
—Buddy — golpeé el vidrio — déjenme verlo.
—Muchachos, no sean así.
Volteé y miré a un hombre detrás de mí. Su cabello castaño iba bien peinado y tenía unos ojos verdes muy amables.
—Por favor, él es mi hermanito... yo soy lo único que tiene.
Él suspiró y abrió la puerta de la camioneta —Puedes despedirte de él.
Me adentré, tomando fuertemente a Buddy en mis brazos —Yo quiero ir contigo — dijo llorando.
—Te prometo que nunca te dejare solo — tomé su rostro y lo besé en la frente — sé fuerte, por mí, por favor.
Él asintió, y me abrazó nuevamente.
—Ah, qué... ¿cómo que Rebeka se escapó en el auto?
Volteé y miré al hombre que me había abierto la puerta, hablando por teléfono.
—Es momento de meter a Rebeka en una clínica.
Buddy sonrió —Es mamá — dijo mirando al hombre.
—No Buddy.
DOS AÑOS DESPUÉS.
Por influencias del padre de Hans, Buddy había quedado con un hombre que me permitía verlo y cuidar de él todos los días, era un jodido idiota, pero era lo único que podía hacer por el momento.
—Vete a la mierda — rugió Liam aventando a Hans.
Él rio y yo me recargué en el auto, tomando de mi soda.
—Oye — Hans se acercó a mí — mira eso — apuntó a un cierto punto en el estacionamiento.
Volteé y vi a dos chicas bajándose de un auto, una rubia curvilínea y una con cabello castaño riendo incontrolablemente.
Mi corazón se detuvo por algunos segundos al verla, ¿qué era esto?
—Oye, la castaña es mía — dijo Hans empujándome.
—Cállate mierda, ya te oímos — Liam lo miró.
Negué con la cabeza y por unos segundos, volteo mirándome. Sus ojos verdes eran... familiares.
— ¿Qué le ves a mi amiga, maldito acosador? — gritó la rubia mirándonos.
Y las dos entraron a clases.
— ¿Quiénes son? — pregunté volteando.
Hans rio — Ya te dije que la que tengo en la mira es la castaña, así que la rubia está disponible.
Liam se subió a su auto — Los veo en la fiesta de hoy.
Suspiré y asentí. Eso había sido... raro.
***
Abrí mis ojos y vi una figura delante de mí, cambiándose.
—Me voy — dijo y tallé mis ojos.
Tenía cabello rubio —Perdón, ¿cuál es tu nombre?
Y al contrario de cómo pensé que iba a reaccionar, furiosa o haciendo un gran escándalo. Solo volteo sonriendo —Hela.
Y con eso se marchó de mi apartamento.
Me levanté de la cama, dándome un baño y cambiándome para ir a la escuela. La clase de sueco pasó con normalidad al igual que las otras. Matemáticas era algo que era fácil para mí, así que no tenía que preocuparme mucho.
—Linda chaqueta — dijo Hans apareciendo por el pasillo.
—No te lo voy a dar — comenté para luego ponerme un lápiz en la boca.
Él alzó una ceja negra y rio — Aja.
—Bueno, solo porque eres mi mejor amigo del mundo mundial — le sonreí, sarcástico, dándole mi chaqueta de cuero.
Él la tomó y se la colocó.
—Idiota — tomé mi celular y le envié un mensaje a Hela.
Hela: Oye, espero no te hayas sentido mal por no recordar tu nombre. Pero verdaderamente me agradas, espero que nos volvamos a ver :)
—Carson — Lilyth me llamó y fui hacia ella — ¿qué mierdas con el último ejercicio? — me enseñó su cuaderno.
Comencé a explicarle cómo era que se hacía.
—Tú, no sé qué carajos, o quién carajos te creas para hablarle a una chica así...
—Mierda, ¿qué habrá hecho Hans? — preguntó Gigi, incorporándose a nosotros.
La chica seguía gritándole cosas en medio del pasillo, esa era la chica de cabello castaño del estacionamiento del otro día.
—Espera, ¿Carson? — Hans rio y yo fruncí mi ceño —creo que te has equivocado de chico, fierecillas.
Y sin esperarlo, ni buscarlo. Pude saber que esa chica de cabello castaño y ojos extrañamente familiares, se llamaba Rebeka.
Los meses pasaron y ella y yo cada vez comenzábamos a ser más y más cercanos.
—Tú... — Beka se recargó en mi hombro. Ya estaba algo borracha, por no decir mucho — tú me agradas.
Sonreí y quité el cabello de su cara. Ella era simplemente preciosa. Pero, la cosa que no me podía explicar era que no me sentía atraído hacia ella.
—Tú también — sonreí.
Rebeka. No sabía si era por su nombre o... no lo sé...ella me recordaba mucho a mi hermanita. Pero no podía dejar que nada del pasado volviera a resurgir en mí, o empezar a tratarla como alguien que no era por mi mera avaricia.
Las pesadillas nocturnas que tenía sobre el incidente de antes eran cada vez más. Me despertaba en las noches, sudado y con un dolor en el estomago. Mis ojos estaban llorosos y un sentimiento horrible.
***
—Carson.
Cerré mis ojos. Habíamos venido a Suecia y lo que ahora quería hacer, era dormir.
—Carson — canturreo Beka afuera de la puerta.
—Estoy dormido — dije cubriéndome la cara con la cobija.
Y nada más se escuchó. Sonreí satisfecho que se había ido.
— ¡Carson!— y quitó mi cobija poniéndose frente a mí.
Suspiré y abrí los ojos, viéndola muy sonriente — No estoy — puse una mano en su cara, tumbándola al otro lado de la cama.
—Acompáñame — pidió.
Negué —Noup.
Ella tomó una almohada — quiero ir a desayunar.
—Beka — volteé y la miré — es la una de la madrugada.
—Cuenta como desayuno.
Esta fierecilla castaña que estaba a mi lado, importándole poco que estaba felizmente dormido y desnudo. Se había convertido en mi mejor amiga.
—No, cállate — dije cerrando los ojos nuevamente.
—Carson — canturreo y no pude evitar reír.
Beka era... todo un caso.
Hizo un puchero —Tú eres el único aparte de Hans que tiene auto.
—Dile a Hans.
Beka abrió mis ojos — Pero tú eres mi mejor amix.
—Pues tu mejor amix, quiere dormir.
Sonreí levantado los billetes — Yo invito los tragos.
—Me convenciste, ahora sal — dije mirándola, ella frunció el ceño — déjame que me cambie.
El día pasó con completa normalidad.
Cada uno había tomado su propio camino. Pero yo sabía que tenía algo que hacer, hacía mucho, mucho tiempo que no venía a Suecia.
Subí al auto y comencé a manejar. Me detuve en una luz roja y volteé hacia la calle. Vi que Beka estaba en una banca y parecía media dormida.
Así que apreté fuertemente el claxon — ¡Beka!— grité y vi como su cuerpecito brincó del susto — lindo ¿no?
—Idiota.
Luego de comprar flores. Ambos bajamos al cementerio.
Pude ver su extraña mirada mientras caminábamos —Carson, muchas películas de miedo empiezan con un cementerio en la noche.
—Sí, por eso pienso matarte — dije mientras seguíamos caminando.
Pero no dijo nada, iba mirando las tumbas, impávida.
Me detuve y suspiré —Hola — saludé. Puse las flores encima de la lápida y sonreí. Volteé y vi a Beka mirándola fijamente — ella es...
Cayó al suelo y corrí rápidamente hacia ella. Trataba de hacer que se tranquilizara.
— ¿K.K?
Me alejé de ella, mirándola — ¿Qué... có... cómo? — mi cuerpo comenzó a temblar sin explicación alguna.
***
—Panqueques — sonrió Buddy mirando a la madre de Beka.
Ella le sonrió igualmente y asintió, sirviéndoselos en el plato.
Los padres de Beka, Colby, Buddy ella y yo, estábamos teniendo un desayuno tranquilo. Hacia tanto, pero tanto tiempo que no recuerdo la última vez que sentí esta clase de paz.
— ¿Por qué Carson? — Colby me miró.
Beka volteo hacia él —Colby.
—Está bien — sonreí y me limpie la boca — pues, porque así fue como me llamó Buddy intentando decir mi nombre.
Mi hermanito volteo, con las mejillas llenas de panqueques — ¿io?
—Sí — le limpié la boca.
Su padre sonrió, pero, yo lo conocía de algún lado — Me da mucho gusto que los dos vayan a estudiar en la misma universidad.
—Sip — Beka se recargó en mi hombro y sonreí.
—No la dejaría sola — le guiñé un ojo.
Mentiría si dijera que en algún momento el reencuentro entre Beka y yo fue raro o incomodo. Las cosas fluían como antes, y un poco mejor. La chica que comenzó siendo mi mejor amiga, terminó siendo mi hermana.
Los meses seguían pasando y cosas maravillosas habían ocurrido. Por fin y legalmente éramos los padres de Buddy. Ya que yo había cambiado de nombre, y Beka había tomado el apellido de sus padres adoptivos. Por la ley, no éramos hermanos y podíamos hacerlo, claro, con la ayuda del padre de Beka.
Antes de irnos a la universidad, debíamos de ver la casa en la que íbamos a vivir. Esa por la que estábamos trabajando ilegalmente para conseguirla.
—Y tiene una habitación para Buddy y Colby por si nos visitan — dijo Beka muy sonriente.
Y no pude evitar sonreír al verla tan feliz. Eso era todo lo que quería en la vida. La felicidad de mi familia.
—Ya casi está todo — comenté mirándola. Habíamos comprado ya la mayoría de los muebles, porque solo faltaban unos cuantos meses para graduarnos y venir a Suecia.
—Feliz cumpleaños, K.K — Beka me abrazó fuertemente.
La envolví en mis brazos y suspiré —Gracias.
—Los chicos nos están esperando para celebrar — sonrió tomándonos una fotografía con su celular.
Cuando volvimos a Noruega, supuse que las chicas habían sido quienes arreglaron la casa de Hans.
— ¡Feliz cumpleaños!— gritaron las cuatro chicas. Colby y Buddy también estaban ahí con unos bonitos sombreros de fiesta.
Miré a Hans — ¿Acaso no te pone feliz que me estoy haciendo más viejo?
—Sí — sonrió.
Tomé a Buddy en mis brazos y miré a Colby —Vamos, somos una familia — sabía que a él no le gustaba para nada el contacto físico, y menos que lo cargaran.
— ¡Vamos a emborracharnos! — Gritó Hela.
Y ojala esa noche se hubiera detenido el tiempo. Mientras Buddy pintaba felizmente mi rostro, Colby lo veía divertido, Beka reía mientras nos grababa, Hans la miraba con cierto cariño y todo estaba bien.
***
HELA.
Un año, había pasado un año desde... eso.
¿Rebeka? Nadie sabía nada sobre ella. Algunos decían que su cadáver había quedado junto con los otros, incinerado sin siquiera poder reconocerlo. Otros decían que seguía viviendo en Noruega.
Liam... su cadáver había sido descubierto en uno de los baños del lugar.
Carson y Hans...
—Hela, amor.
Volteé viendo a Chlóe sonriéndome desde dentro del departamento. Su cabello rubio claro estaba peinado a un suave moño, y sus ojos negros me miraban con ternura.
Le sonreí, mandándole un beso —Ya voy — le di la última calada a mi cigarro para luego pisarlo con mis tacones.
Me había mudado a Paris tiempo después del incidente, la carga de ver las fotos de todos mis amigos desaparecidos o muertos me pesaba como nada. Así que mamá se ofreció a encontrarme un departamento y aquí poder estudiar mi universidad. En la carrera me hice amia de Chlóe, ella me ayudó mucho con mi adaptación, y con el idioma, el tiempo pasó y comenzamos a salir. Y ahora, vivíamos juntas.
—Voy a ir por algo de comer — sonrió besándome en los labios para tomar su abrigo y salir.
Tomé el control de la televisión y la encendí, comencé a pasar por los canales hasta que vi el edificio quemado.
"Se cumple un año desde la explosión en Noruega, estudiantes muestran su apoyo a todas las familias de las víctimas"
Mi labio comenzó a temblar, sin poder controlarlo. Comencé a llorar, abrazándome a mí misma. Había quedado sola... Si tan solo esa noche hubiera regresado con Beka, todo sería diferente.
Mi teléfono vibró y me sorbí la nariz. Volteé, tomándolo y encendí la pantalla. Era un número desconocido.
— ¿Qué mierdas? — me limpie las lágrimas y vi el mensaje. Mi corazón se quedó congelado, al igual que todo mi cuerpo. Sentí que el tiempo se congeló en ese momento.
CARSON (NOCHE DEL INCENDIO)
El frio que sentía en mi cuerpo era cada vez peor —Ah — intenté abrir mis ojos, y no sé si fue por mi imaginación o verdaderamente algo se arrastraba en el suelo hacia mí. Pero mis ojos no se mantuvieron más tiempo abiertos, y no pude ver qué carajos estaba pasando.
Me sentía como hace años, en el atraco en el callejón. Pero mucho peor.
Mi mente se llenó de blanco, todo era como... como una luz.
— ¿Esto es un sueño? — intentaba verme pero no podía.
—Carter.
Fruncí el ceño. Ya nadie me llamaba Carter. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Dónde estaba?
—Carter — volví a escuchar.
Miré hacia enfrente y mis ojos no lo podían creer.
— ¡Mamá!— sin titubear, corrí hacia ella estrechándola entre mis brazos. Comencé a llorar y ella me veía muy calmada.
Sonrió, apaciguando las arrugas debajo de mis ojos —Has sufrido mucho cariño — besó mi frente y sentí su calor, ese que tanto extrañaba — he visto todo lo que has logrado.
Alcé mi rostro —Pero...
—Estoy tan orgullosa de ti amor — de repente una mano se posó sobre su hombro, y vi a papá.
Mi cuerpo tembló y los miré —Yo... los extrañé mucho.
—Has trabajado muy duro Carter — dijo él sonriente — el mundo te ha tratado mal, pero todo tiene su recompensa.
Los miré confuso —Pero... ustedes están muertos.
—Siempre hemos estado cuidándolos. A ti, a Rebeka y a Buddy — mamá me sonrió — y lo seguiremos haciendo.
—Eso significa que estoy...
Los dos sonrieron y me abrazaron fuertemente, pegándose a mi oreja — Tienen un largo camino que recorrer.
Y la enorme luz que me cubría, se fue.
Todo se volvió negro... sin frio.
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Hola mis amores hermosos, preciosos bellos.
¿Disfrutaron de este capítulo?
Quiero confesarles que mientras lo escribía, estaba llorando. Carson es un personaje que sin pensarlo al principio, entro bastante en mi corazón llegando a tocar partes sensibles de mi alma. Sin lugar a duda, mi personaje favorito. Alguien que sufrió mucho, que luchó, consiguió sacar a su familia adelante importándole poco lo que le pasara a él. Así que sí, él es muy importante para mí-
Bueno, este es definitivamente el ULTIMO capítulo del este hermoso libro llamado "Love Me" quería contar un poco más acerca de su pasado y resolver un poco las cosas. Sigue siendo un final... que queda a su imaginación y al mejor bienestar de la salud mental de ustedes.
Ahora, ¿por qué "Love Me"? = Porque inicialmente este libro iba a terminar de una manera TOTALMENTE distinta. Pero, aunque en la historia no se exprese claramente, tanto Rebeka y Carson, siempre buscaron ese cariño que les habían arrebatado.
Así que, si no me sigues en Instagram. Por fa hazlo, ahí estoy publicando bastantes tonterías y avances de las historias. Como esta vez.
HAREMOS UN LIVE EN INSTAGRAM CONTESTANDO LAS PREGUNTAS QUE USTEDES VAYAN FORMULANDO. ¡LOS ESPERO ALLÁ!
Eternamente agradecida:
Daira
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