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Capítulo 5 "Nunca hemos empezado"


Mi cara comenzó a picarme, trato de rascarme pero hay algo que está en mi cara. Abro los ojos y veo pelo rubio, lo hago para un lado pero hay más, y más y más.

—Hela — digo desenmarañándome de su pelo.

Las dos nos quedamos dormidas en mi cama, luego de que anoche mis padres llamaran para decir que se le había ponchado una llanta al carro e iban a quedarse junto con los padres de Hela en un hotel.

Y la rubia ocupa más de la mitad de mi cama. Me levanto y me estiro.

—Beka, es sábado — Dice ella levantándose también.

La miré, entrecerrando los ojos—Son las diez, rubia, y no es sábado— y caminé al baño — ¡No vayas a entrar!

Y Hela entra sentándose en la taza—Tengo hambre.

Rio y me lavo la cara—Voy a despertar a Dani y Colby — digo saliendo de la habitación.

Camino por el pasillo hasta llegar a su cuarto.

—Vamos a desayunar — digo y los dos se levantan, Danica se pega en su frente con el marco de la puerta, pero la niña ni reacciona y solo sigue caminando. Hela versión pequeña y castaña

Luego de ingeniárnoslas para desayunar todos y  llevar a los niños a la escuela a tiempo, llegamos a la preparatoria.

— Chócalas, equipo— dijo Hela sonriendo.

¿Qué mierdas?

Estamos Hela y yo en mitad del pasillo viendo carteles y pancartas sobre un baile de invierno en la escuela.

—Siempre encuentran la manera de jodernos ¿no? — preguntó Hela, sacando sus libros.

Asentí— ¿Un baile en invierno?, ¿vestidos en la nieve? — dije confusa.

Una risa hizo que las dos volteáramos.

— ¿Vendrán? — preguntó Carson mirándonos.

—Prefiero comer helado sentada en la nieve — contestó Hela, cerrando su casillero.

— ¿Y tú? — dijo mirándome.

—Paso — ajuste mi mochila al hombro.

Hans estaba detrás de Carson con otros chicos hablando algo, hasta que me miró y volteé con Carson.

—Todavía me deben un favor — dije apuntándolos.

—Eres grande pecas — Hela me abrazó.

Carson sonrió—Bueno, hoy en la casa de Hans vamos a hacer una pequeña reunión, espero y puedan venir — nos miró a ambas.

—No quiero ir a una fiesta a cambio de mi favor — lo miré.

—Tranquila, que solo las invito por amabilidad, el favor queda aparte — un chico golpeo su hombro y le susurró algo — bueno, las esperamos ahí — y se fue junto con los demás chicos y Hans.

La campana sonó y miré mi reloj.

—Joder, el trabajo de dibujo — dije llevándome las manos a la cabeza — no lo terminé y la profesora va a matarme.

Hela me miró y rio—Si no te conociera, diría que eres una irresponsable — comenzó a buscar algo en su mochila — deuda pagada — me guiñó un ojo.

Y un bello dibujo estaba entre sus manos, la miré anonadada — ¿Qué?

—Mira, pecas. Ayer vi tu horripilante intento de dibujo en tu habitación, así que decidí hacerte uno y mi deuda quedaría saldada.

Lo tomé—Gracias rubia, ahora me voy — dije encaminándome a mi salón.

— ¡Espera! — Gritó y volteé — ¿vamos a ir a la fiesta?

Hice cara de culo — Tengo cita con ella.

—Vamos Beka, es viernes, sé que tu cita fue ayer.

Suspiró, viendo como mi excusa ya no era valida — Mis papás están a punto de llevarme a rehabilitación de nuevo.

— Tu problema es no dejar de tomar alcohol no ir a fiestas, puedes ir sin tomar alcohol

—¿Y cuál sería el chiste?

Ella negó con la cabeza, pero me sonrió decidiendo cambiar de tema—Tengo dinero para comprar ropa linda — me miró y me debatí.

—Está bien, pero me voy a vestir yo — la apunté y asintió.

—Okey — se dio media vuelta y caminó a su salón.

Luego de mi clase de artes, fui al baño y cuando salí vi que había un chico en los casilleros.

—¿Buscabas alguna clase? — le pregunté secando mis manos sobre el pantalón.

Él me miró y negó — No.

Miré que tenía una hoja de papel entre sus mano —¿Podría preguntar qué es eso?

—Solo... — miró el papel — un recuerdo— sonrió caminando.

Fruncí mi ceño, Eso había sido raro, muy raro. Como Bella de Crepúsculo contestando algo.

*** 

Hela estaba embobadas con unos abrigos que sinceramente, a mí también me gustaban.

—Pero míralos, que bellos son — dijo tocándolos — ¿por qué tienen que ser tan caros?

—Eso cuesta un ojo de la cara — y me arrepentí de haber dicho eso, ya sonaba como mamá.

Hela miraba hacia un lado y luego hacia otro buscando qué hacer—A la mierda — lo tomó y levanté las cejas sorprendida — así ya no lo gastaré en estupideces.

Caminamos a la caja y luego de pagar nos dirigimos a la casa de Hela.

—Hola whiskey — dijo Hela, saludándola.

Su casa estaba calmada, ya que su papá junto con Danica y su madre habían salido a una cena importante del trabajo de su padre y no volverían hasta el lunes.

El sonido de sus uñas contra el suelo hizo que mirara hacia abajo, Whiskey, la perra de Hela estaba ahí, y cuando Hela la saludó solo me miró y comenzó a gruñirme.

—El odio es mutuo — le levanté el dedo medio-

Y comenzó a ladrar.

—Shhh — gritó Hela subiendo las escaleras haciendo que la rata se callara — vamos.

Sonreí mirándola — Las ratas no ladran.

¿Me sentía culpable o infantil por pelear con una perra media rata? Absolutamente no.

Subimos a su habitación y dejó las bolsas en su cama.

—Bueno, creo que mi papá va a matarme si sabe cuánto costo ese abrigo — tomó la etiqueta y la partió en miles de pedacitos — listo. Ahora a arreglarnos.

Reí y tomé mi bolso donde estaba la ropa que había elegido para ir a la fiesta.

—Hela, dime que conoces a la gente que va a ir — dije sentándome en su cama.

—No a toda, pero sí a los chicos — se sentó en el tocador para comenzar a hacer su pelo.

— ¿Tienen algo de romance tú y Carson? — pregunté.

Ella rio y me miró.

—Claro que no, los dos sabemos que esto no va a llegar a nada de eso. Somos adultos y hemos hablado sobre nuestros términos, sin ataduras — sonrió y reí.

Abrí mi bolso y me quedé sin palabras.

—Hela, esta no es la ropa que elegí — dije sabiendo que ella la había cambiado.

—Vamos nena, es una fiesta, no un funeral.

Suspiré pero no quise pelear más, así que me cambie para luego irnos a la fiesta.

Seguía un poco rara al respecto de mí ropa, pero la verdad me gustaba.

—Ya chica, te ves guapa — dijo Hela sacándome del espejo.

No podía negar que la rubia había hecho un gran trabajo al elegir esto.

—Ya, solo deja acomodarme la falda — dije mirándome.

Una blusa negra con manga de tres cuartos y cuello largo estaba a conjunto con una falda gris de cuadros y para combinar unos botines negros de tacón y para darle este estilo malo pero sexi, una chaqueta de cuero. Dejando de lado la falda, el conjunto era abrigador.

—Nos vamos — Hela sonrió.

Salimos de su casa y el cielo estaba ya oscuro, solo las lámparas de la calle iluminaban las casas.

—No sé dónde es la casa de Hans — dije mirándola.

Después de algunos minutos manejando y otros perdidas, habíamos llegado a la casa.

— ¿Segura que es aquí? — dije mirando a Hela.

—Sí.

Me acerqué un poco más y apreté el botón.

—Nombres — dijo una voz masculina.

Miré a Hela sin saber qué decir. ¿Cómo me llamaba?

—Hela y Rebeka — gritó ella.

Y luego de unos segundos, el portón blanco metálico se abrió dejándonos pasar. Estacioné la camioneta y las dos salimos.

El aire frío me golpeo y me abracé.

—Vamos — me apresuró Hela.

Caminamos y dos puertas blancas metálicas ya estaban abiertas así que entramos. Y totalmente diferente a lo que yo pensaba estaba adentro.

—Ey — Carson se levantó del sillón y vino a recibirnos — vinieron.

La música estaba considerablemente baja, contaba algunas diez personas en la sala y todas tomando de vasos rojos, nada de lo que me había imaginado. Pensaba que el caos y la locura iban a reinar el lugar.

Bueno, bebidas por allá, comida al frente y disfruten de la plática — sonrió volviendo a su lugar.

Miré a Hela y ella comenzó.

—Las tres chicas de por allá son normalmente las... ¿parejas? — dijo un poco confundida bueno, tú entiendes. Los otros chicos son amigos y socios de Hans.

¿Socios?

— ¿Socios de qué? —  Pregunté mirándola.

— ¡Hela! — gritaron las chicas.

Me tomó de la mano y nos acercamos. Dos de las tres chicas tenían el pelo negro, y la tercera, rubio, casi como el de Hela pero más oscuro.

—Chicas, ella es mi amiga Beka — dijo Hela presentándome.

—Hola — me senté y mi rubia amiga hizo lo mismo.

—Ella es Candace — apuntó a la chica pelinegra con ojos café — Lilyth— y era la otra chica de pelo negro al igual que sus ojos — y Gigi — con cabello rubio oscuro.

Las tres chicas me saludaron sonrientes.

—Qué bueno que ya están armando lazos — dijo Carson sentándose en medio de las chicas y poniendo los brazos detrás de sus hombros.

—Hay que jugar — dijo Gigi mirándonos.

—Chupa y sopla — terminó Candace.

—Okey — Hela me miró y sonrió — todos en un círculo.

Y así lo hicimos, a mi lado derecho quedó Hela y a mi izquierdo Gigi.

— ¿Listos? — Preguntó Lilyth con una tarjeta de póker en la mano — ahora — la puso en sus labios y comenzó a pasarla.

Primero a Candace, ella a Carson y por ultimó a Hela, y mágicamente la carta se cae y comienzan a besarse.

—Necesito un trago — dije levantándome.

Caminé hacia la cocina y veo que en la barra hay vasos. Así que tomo uno y busco el alcohol.

—Está en el refrigerador.

Volteo rápidamente y veo a Hans recargado en el marco.

—Gracias — digo y lo abro.

— ¿No piensas jugar más?

Lo miró antes de vaciar un poco de "jugo".

—Creo que se la pasan mucho mejor sin mí — y le doy un trago.

Me mira y parece analizarme.

— ¿Qué? — preguntó despegando el vaso de mis labios.

— ¿Por qué siempre estas a la defensiva conmigo?

Frunzo el ceño.

—No es cierto.

Me mira incrédulo y doy otro trago.

—Mira, si es por lo de la cita, olvídalo ¿okey?, fue una broma — dijo acercándose — solo que eres graciosa.

Dejo el vaso en la isla — ¿Te parezco graciosa? — pregunto mirándolo.

Bueno, era un poco rara la conversación que estábamos teniendo pero no tan incomoda a como la imaginaba.

—Algo — contesta sentándose en un banco alto.

Y mierda, si antes tenía que alzar un poco el cuello, ahora casi lo disloco.

— ¿Nos conocemos? — pregunta tomando un vaso y sirviéndose.

—No — digo subiéndome a la isla.

—No era una pregunta, es una propuesta.

Alzó una ceja incrédula, reprimiendo una sonrisa.

— ¿No deberías estar jugando? — pregunto, sabiendo lo que quiere.

—Me parece más interesante conocer a la fierecilla que confunde a las personas.

Le doy una mirada cansada, sin responderle

— ¿Ves?, desde el momento en que me viste tienes una idea errónea de mí.

Y en parte no está tan equivocado, pero no le voy a decir eso.

— ¿Ah sí? — alzó una ceja, dando un trago — según tú, ¿Qué pienso de ti?

Me mira directamente a los ojos y paso saliva—Que soy frio — corrección, lo es — antipático — pero lo es — ¿tengo razón?

Levanta una ceja observándome.

—Creo que la pregunta real sería ¿tengo razón yo?

Ríe y su risa es tan ronca como su voz.

— ¿Te parece si empezamos de nuevo? — pregunta mirándome.

—Nunca hemos empezado — digo y miró un momento hacia la sala, Hela junto con los demás siguen "jugando"

—Hans — dice estirando su mano.

Rio.

—Beka — y la estrecho.

***

No sé en qué momento de la noche me he puesto tan, pero tan borracha. La conversación con Hans estaba amena, luego Carson nos invitó a jugar beer pong y ahora estoy tirada en el sofá de la sala.

Si me preguntaran que tan borracha estoy del uno al diez, creo que mi respuesta sería. Mucho.

—Vamos a bailar — dice Carson tomando la mano de Hela, Lilyth, Candace y Gigi.

Solo quedamos ellos cuatro, Hans y yo.

—Si — Hela, bueno. Creo que si a ella le preguntaran qué tan borracha está, vomitaría y gritaría locuras. Creo que entre las mujeres yo soy la más sobria. Já, esa ni yo me la creo.

—Vamos Beka — me invita Gigi con su mirada perdida.

Yo solo niego desde la comodidad del sillón, estoy casi muerta, solo escucho mientras mi cuerpo se relaja.

Oigo como el celular de Hans vibra y él se levanta para contéstalo, yo lo sigo con la mirada. Solo habla y habla, veo que está serio.

—Beka — el cuerpo de Hela me cae encima y casi muero.

—Hela — digo empujándola y sin querer, cae a la alfombra de la sala y comienza a reír frenéticamente — voy a... morir.

Mis ojos comienzan a parpadear lentamente y sé que no tardo en dormirme.

—Beka — una voz gruesa y ronca me habla.

Con un esfuerzo milagroso, logro abrir mis ojos. Y me encuentro con una mirada azul viéndome directamente.

—Hola — digo tratando de enfocar, es Hans.

—Van a quedarse a dormir esta noche, ¿okey? — Dice y trato de asimilar todas las palabras — Carson, hay que subir a las chicas al cuarto de invitados.

Mi mente está medio presente pero todo mi cuerpo no reacciona. ¿Por qué habla tan rápido? ¿acaso estaba rapeando?

—Sí — digo sin saber qué preguntó.

Unas manos me toman por detrás de las rodillas y por mi espalda, noto que caminamos.

— ¿Hans? — suelto sin haberlo procesado mucho por mi mente.

— ¿Sí? — contesta deteniéndose.

Y eso era todo lo que quería saber.

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Mis amores lindos y bellos.

¡Feliz casi año nuevoooooo!

Para todas esa personitas que se estén desvelando (como yo) y les guste esta historia, un nuevo cap con mucho amor.

Eternamente agradecida:

Daira ❤️

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