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Capítulo 2 ""Fue... aghsjhd""


Mis ojos se mantenían cerrados mientras escuchaba voces abajo. Trataba de no abrirlos para ver si conciliaba el sueño nuevamente, pero era imposible.

— ¿Qué carajos hay abajo? — digo poniendo una almohada sobre mi cara.

La hice a un lado, levantándome de la cama. Me miro en el espejo y veo que solo tengo puesta una camisa, así que tomo unos shorts y mi brasier. Abro la puerta y me coloco mis pantuflas grises que están en el suelo y salgo para ver qué carajos pasa.

Voy bajando las escaleras y escucho risas de parte de mi hermanito.

—Buenos días pequeña osa — dice Hela desde la mesa ce la cocina, mordiendo un panqueque.

Y bueno, ¿Qué tan amigas somos? Hela entra a mi casa a la hora que se le pegue la gana, hace que mi madre cocine panqueques y luego se pone a comer como si de su casa se tratara, pero eso no es lo que me sorprende, sino su aspecto. La miro de arriba abajo, tiene una camisa que no es la suya, al igual que los pantalones de deporte que lleva, su cabello rubio está atado en una coleta pero aún así se puede notar lo enmarañado que está, y su cara tiene la máscara de pestañas debajo de los ojos.

—Vaya, y yo creí que había dormido bien — me recargué sobre una silla, mirando a mi amiga.

Mamá voltea y me da "la mirada" 

—Está Colby — dice, dándome una advertencia sigue cocinando.

Volteo hacia el pequeño castaño y le sonrió.

— ¿Ya le enseñaste tu perrito nuevo a Hela?

Él me mira con una enorme sonrisa y luego a Hela.

— ¿Quieres verlo? — pregunta, muy feliz.

Mi amiga me mira — ¿Otra mascota?

Tomo el cuchillo con el que Hela estaba cortando las fresas y la empujo, guiñándole un ojo.

—Anda, enséñaselo — digo y mi hermanito la toma de la mano para guiarla por la casa. Cuando mamá y yo nos quedamos solas en la cocina le pregunto — ¿Cómo es que dejaste pasar a Hela, son las ocho de la mañana, y es domingo madre? — llevo un pequeño trozo de fresa a mi boca y lo cómo.

Mamá voltea—Bueno, me levanté para hacerlas compras y de pronto el teléfono de la casa vibró, lo conteste y era ella — frunzo el ceño al saber que la rubia se aprendió el número de mi casa — y dijo que venía hacia acá, listo.

—Ni se ha bañado — digo, apuntándola hacia donde se fue.

—Tú tampoco.

Abro la boca ofendida—Qué mala eres madre — tomo otro pedazo de fruta y me voy de ahí, dejando mi dignidad al lado de mamá y me dirijo a la pequeña granja, fuera de la casa. Antes de salir, tomo el abrigo que está en el perchero y me lo pongo, cuando abro la puerta el viento frio hace que me estremezca.

Entro a la granja y veo a Hela mirando muy extrañamente al gallo.

—Eso no es un perro — comenta, frunciendo su ceño.

Colby tiene al gallo al que he llamado "Marisol" porque tiene un ojo que mira al mar y el otro al sol.

—Sí lo es, solo que esa mancha negra debajo de tus ojos no te lo deja ver.

Hela me mira con la boca abierta.

—Me ha dicho panda.

Y yo muerdo mi labio inferior para evitar reírme.

—No, eso tú solita te lo has dicho — Y Colby sigue acariciando su gallo.

—Hay que entrar a desayunar — digo y mi amiga me mira.

—A mí no me engañan, eso sigue siendo un gallo — Colby la mira y ella le sonríe — pero bien hecho, lo salvaste de morir.

Mi hermanito le sonríe y deja el gallo para comenzar a perseguir a Hela diciéndole que la va a embarrar de gérmenes de gallo.

Luego de tener un desayuno bastante normal decido llevarla su casa .Abrió la puerta de su casa  para luego dejar las llaves sobre una mesa.

— ¡Llegué! — Grita pero no hay ninguna respuesta — creo que salieron, que novedad —Noto algo de tristeza en su voz.

Nos dirigimos a la cocina y me mira.

—No estoy triste Beca — dice, adivinando mis pensamiento  y abre su refrigerador sacando el bote de helado.

—Rubia, a mí no me engañas — me siento y ella me da una cuchara y comenzamos a comer helado.

La situación de Hela es complicada, cuando era muy pequeña sus padres se divorciaron. Su madre se fue a Paris y vive con su nuevo esposo viajando, su padre se volvió a casar con una mujer y tuvieron una niña, media hermana de Hela, llamada Danica.

 A lo que ella me contaba, cuando tenía ocho años la trataban como pelota de ping pong, algunos meses con su madre, otros con su padre, más con su madre, menos con su padre. Y así hasta que cumplió diez, cuando decidió quedarse con su padre aquí en Noruega. Él verdaderamente la quería, al igual que su madrasta la quiere como si fuese su hija, y Danica, su media hermana menor la adoraba mucho. Pero hay veces que dejan a Hela de un lado.

Mi amiga me mira —No pasa nada, no es la primera vez ni la última que pasa — y con eso, se lleva una cucharada enorme a su boca — pero bueno, cambiemos de tema.

Asiento y encajo la cuchara en el bote de helado—Bueno, después de que te dije que iba al baño me topé con él, y platicamos y eso.

Rio y la sigo mirando.

—Luego me dijo que si mejor nos íbamos a su departamento para hablar más claro y obviamente yo dije que sí — muerde su cuchara — ¡es un jodido bombón Beca!, tiene cara de ángel y cuerpo de tentación, ¡agh! — Dice casi dándole un orgasmo — no sabes lo bien que me la pasé esa noche, fue... aghj — dice volteando sus ojos dejándolos en blanco.

Hago una cara de asco —Qué asqueroso Hela — dejo la cuchara.

—Tuve uno de los mejores orgasmos de mi vida esa noche.

Rió—Eres una zorra.

Ella me lanza un poco de helado a mi cara —Todo lo aprendí de ti — canturrea — o qué, ¿ahora me vas a decir que la niña es virgen?

Limpio el helado de mi cara y lo como —No, pero nunca llegue orgasmeandome a tu casa.

Escucho su risa —Ahora los preservativos de tuti fruti son mis favoritos.

—Hela, qué asco, ahora cada vez que tenga sexo con unos de esos me voy a imaginar tu cara orgásmica.

Oímos la puerta abrirse y reímos.

—Hola amor — el padre de Hela le da un beso en la mejilla — hola Bek.

—Hola señor — digo tragándome la risa.

El padre de Hela es rubio y de ojos azules, como su hija.

—Hola linda — Weylyn  le sonríe, su madrastra, y al contrario de Hela, ella es castaña con ojos negros.

— ¿Cómo les fue? — pregunta mi amiga llevándose una cuchara de helado a su boca.

—Bien — su padre se quita el abrigo dejándolo en el perchero.

— ¡Hela!

Una voz chillona viene hacia nosotras.

— ¡Mira lo que me han comprado! — grita la niña castaña a su lado alzando una caja de muñeca. Danica tiene el pelo de su madre y los ojos del padre de Hela.

—Wow, es una muñeca — dice ella mirándola.

— ¡Y se parece a mí! — Grita entusiasmada — ahora si podremos jugar bien.

—Ya podremos poner en la ruina a esa maldita — mi amiga y su hermanita tienen un juego muy entretenido de muñecas.

—Hela, ese vocabulario — la corrige su padre.

— ¡Es que es una maldita! — grita Danica.

La niña tiene la misma edad que Colby mi hermano, así que nuestras familias se puede decir que son muy unidas.

—Bueno, espero que hayan traído mis meriendas — mi amiga se levanta de la silla.

—Dos botes de helado de cajeta, galletas y barras de chocolate — Weylyn pone todo en su lugar — nunca se me olvidaría amor.

Me levanto y miro a Hela.

—Yo creo que me voy, tengo que hacer limpieza en el jardín y lavar ropa.

—Nos vemos mañana en la escuela — Hela me abraza y se despide.

— ¿Puedes traer a Colby mañana para jugar? — me pide Danica tomándome de la mano.

—Claro, tiene una nueva mascota.

Ella sonríe y asiente.

***

No sé para qué carajos tengo despertador si los gritos de mi madre son suficientes para levantar a todo el país.

— ¡Rebeka se te va a ser tarde para la escuela! — grita desde el otro lado de mi puerta.

Abro un ojo y veo mi despertador que está en mi cómoda. Falta una hora para entrar a clases.

— ¿¡Me has oído Rebeka!? — grita.

Ruedo los ojos.

— ¡Todo el condado te ha oído!— grito quitando la cobija de mi cuerpo y levantándome. 

Voy al baño y lavo mi cara para después abrir mi armario y tomar un suéter rojo vino con unos jeans y mis botines color camel, y para el frio tomo una chaqueta de mezclilla. Me pongo frente al espejo de mi tocador y recojo mi cabello en una coleta media y hacerme unos pequeños rulos y así tener más volumen en mi cabello.

Abro mi puerta y bajo las escaleras.

—Buenos días — digo y sacudo el cabello de Colby que está desayunando cereal.

—Hola amor — dice mi padre bebiendo su café.

— ¿Té? — pregunta mamá comiendo un pan tostado.

—Tomaré café — agarro la jarra y me sirvo un poco, tomo un poco de huevos del sartén y me siento.

Colby me mira— Me gusta tu cabello — dice tomando la cuchara con toda su mano y comiendo.

—Gracias — le mando un pequeño beso y él sonríe.

—Rebeka, no olvides ir hoy a recoger los papeles de la universidad — dice mi madre.

Asiento y veo el reloj —Me voy, tengo que pasar por Hela — tomo un pan tostado  — me llevaré tu camioneta ma.

Ella asiente y tomo las llaves para salir. Veo que hay pequeños copos de nieve cayendo y rápidamente entro a la camioneta gris y pongo la calefacción, me abrocho el cinturón y marco el número de Hela.

"Rubia, ya voy para tu casa"

"Carajo, solo me hace falta vestirme"

Cierro los ojos.

"¿No te has vestido todavía?"

"En realidad, estaba dormida"

Respiro y pido al señor, tener paciencia.

"Apúrate mujer" — digo y cuelgo.

Giro las llaves y arranco. El clima se ve particularmente frio y yo enciendo el estéreo para así poder oír un poco de música mientras me dirijo a la casa de Hela. Luego de unos minutos estoy a fuera, y presiono el claxon.

— ¡Lista! — grita mi amiga saliendo mal peinada, con una bota en mano y la mochila abierta.

Sube al carro y me mira.

—Creo que no me puse ropa interior.

Suspiró y comienzo a conducir directo a la escuela. Puedo ver como Hela lucha por no cerrar los ojos en el camino y quedarse dormida. Así que cuando llegamos a la preparatoria, decido frenar bruscamente, haciendo que me miré feo.

—Buenos días, corazón  — sonreí

Cerré la puerta del coche y ajuste mi mochila negra a mi hombro, comencé a caminar . Hela y yo nos detuvimos en una banca que estaba bajo un árbol y nos sentamos ahí.

— ¿Hoy veré a tu chico misterioso? — pregunté, llevándome el termo de café a mis labios.

—No es mi chico, solo tuvimos sexo y eso es todo.

Reí.

 El rugido de motores de autos se escuchó cerca de nosotras, así que volteamos hacia el estacionamiento. Un Audi negro junto con algunas camionetas se estacionaron, y parce que Hela y yo no fuimos las únicas curiosas en voltear. Todas las chicas tenían su atención en el estacionamiento.

—Excitación, on — dijo Hela.

De las camionetas que acompañaban al carro salieron chicos y muy pocas chicas, y del Audi, dos chicos salieron con gorras negras, al igual que toda su vestimenta. Y sería una maldita mentirosa si dijera que eran feos.

En ese momento el timbre sonó, indicando que ya debíamos entrar a clase.

—Lindo espectáculo — Hela tomó su mochila y se levantó — hora de irse.

Dejé de mirar, sin poder reconocer quiénes eran aquellos chicos.

Entramos a la escuela y todo mi cuerpo lo agradeció, parecía que habían prendido la calefacción, porque todo el interior se encontraba caliente y perfectamente, para el frio de afuera.

—Bueno, me voy, te veo en la siguiente clase — se despidió Hela caminando por los pasillos.

Metí mis manos a los bolsillos de mi chaqueta de mezclilla y caminé directamente a mi clase.

+

—Esto es absurdo — dije al ver mi libreta.

Había anotado cada uno de los ejercicios de física, y ¿Qué pasaba?. ¡No le entendía a nada!

Miré a mi alrededor y todos parecían muy concentrados en su cuaderno haciendo los ejercicios, yo parecía la única imbécil que no sabía nada, y ahí es cuando particularmente te siente idiota. Encendí mi celular y vi que solo faltaban algunos minutos para que la clase se terminara.

—Vamos chicos — gritó el profe animándonos. Y del maestro no me podía quejar, él era un amor de persona, explicaba bien su clase. No, yo aquí era la estúpida que se ponía a ver Facebook en clase.

La campana salvadora sonó y flash me vino pendejo a como tomé mis cosas y salí de ahí.

Miré a ambos lados del pasillo y caminé en busca de mi rubia amiga.

—Hey — saludé al verla.

Cuando volteo vi que sus ojos azules estaban un poco rojos.

—Ey — dijo fingiendo una sonrisa.

Me detuve y la miré— ¿Qué pasó?— pregunté.

— ¿De qué? 

Suspiré —Hela, ¿Qué pasó?

—No ha pasado nada — miré hacia su mano y vi su celular encendido.

Lo tomé sin pedir permiso y vi que estaba en una conversación con una tal "Carson", comencé a leerla y apreté mi mandíbula.

—Por favor no Rebeka, no es lo que...

Pero ni siquiera la escuché y comencé a caminar por los pasillos sin rumbo, hasta que me topé con un circulo de chicas.

— ¿Y Carson? — pregunté sin tener en cuenta si lo conocían o no.

Una chica apuntó con la barbilla a un grupo de chicos.

—El de chaqueta de cuero — dijo otra.

Y sin pensármelo dos veces, y mi furia a mil. Caminé hacia él y lo tomé del hombro haciendo que me mirara.

Cuando volteo, no negaré que tragué saliva. Su altura era imponente, pero su aura era lo que me hizo tomar un respiro. Su cabello negro azabache estaba revuelto y parcialmente cubierto por la gorra de su sudadera gris, sus ojos... ¿azules?, no podía distinguirlos mucho, pero me miraban con cierta superioridad, no podía negar que sus facciones eran su simétricas y afiladas.

—Tú — dije volviendo a recobrar el coraje — no sé qué carajos, o quién carajos te crees para poder hablarle a una chica de esa forma. Si tus padres no te educaron bien en casa. Bienvenido al mundo real amigo, aquí te tratamos como te lo mereces...

—Rebeka — noté la mano de Hela sobre mi hombro.

—Ahora no rubia — dije volviendo con el chico, alcé mi cabeza nuevamente para mirarlo, pero él me miraba con cierta diversión en el rostro — que lindo que te parezca gracioso esta situación, porque a mí no, Carson.

—Beka — Hela me jaló.

— ¿Qué? — volteé con ella.

—No es...

—Espera, ¿Carson? — Dijo el chico, volteé con él y soltó una carcajada al igual que su grupo — creo que te has equivocado de chico, fierecilla.

Y mi boca quedó abierta.

— ¿Hela? — un chico de cabellera castaña asomó su cabeza del círculo — ¿me buscabas?

Pero yo seguía en shock, okey. ¿Había sido una estúpida por hablarle así a un chico que no conocía?, SÍ Beka, lo fuiste.

—Nos vamos — dije tomando a Hela del brazo y caminando al baño, con la poca dignidad que todavía esperaba que me quedara.

Cuando entramos cerré la puerta y recargué mi espalda en ella, solté el aire que no sabía que estaba reteniendo.

—La cagaste — dijo Hela mirándome divertida.

Luego de mi... particular enfrentamiento en los pasillos, traté de ser invisible en las otras clases, lo cual no era muy difícil porque a nadie le importaba una mierda la vida de otros. Y así mis clases acabaron.

—Al fin  — agradecí caminando hacia la salida.

El estacionamiento de la escuela estaba particularmente solo, cuando visualicé mi coche empecé a buscar a Hela, pero cuando un zumbido llegó, supe que no vendría conmigo. Saqué mi teléfono y lo miré.

HELA:"Pecas, estoy en el café contigo si preguntan :*"

Suspiré y me acerqué a mi camioneta, comencé a buscar las llaves. 

Mierda, ese siempre era mi problema, perdía las llaves y luego estaba como idiota buscándolas.

—Hey.

Salté y puse la mano en mi pecho.

—Mierda — dije cerrando los ojos y tomando aire. Pero cuando los abrí, hubiera deseado tenerlos cerrados — mierda.

El chico al que hace algunas horas había insultado sin ninguna razón aparente, ahora estaba a mi lado con una sonrisa y con su mochila colgando de un hombro.

—Hey — repitió al ver mi cara de estúpida.

—Mira, si vienes a burlarte de mí, créeme, ya bastante tengo yo conmigo...

—Vengo por una disculpa — dijo sin dejarme terminar.

Mi boca quedó abierta, pero luego la cerré y fue reemplazada por un ceño fruncido.

— ¿Una qué? — pregunté escupiendo la "e" como risa.

—Una disculpa — se recargo en mi camioneta.

—No, creo que te equivocaste — crucé las manos sobre mi pecho — de mi boca no va a salir ninguna palabr...

—Sal conmigo.

Y nuevamente mi cara de estúpida.

—No es una cita — dijo re-acomodando la mochila sobre su hombro,

—No — dije casi en un susurró y abrí la puerta de la camioneta para entrar y dar de reversa.

El chico cuyo nombre desconocía se quedó ahí mirándome con diversión.

      Imágenes de como YO me imagino a Hela

(Eres libre de imaginarte a los personajes como TÚ quieras)

                      Imagen de Hans (nuestro chico)

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Jelouuuuu mai frends.

¿Qué tal les pareció el capítulo?

Espero que les esté gustando , y la trama que tengo destinada para está historia, sé y estoy 100% segura que la van amartssssssss.

Sin más que decirles, los dejo.

Eternamente agradecida:

Daira. ❤️

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