▪︎ Dieciséis ▪︎
EunJae salió de aquel ascensor caminando por el pasillo, tenía su celular en la mano, miró los números en las puertas de cada departamento, al encontrar el indicado se detuvo frente a éste, respiró profundo un par de veces, guardó su móvil en el bolsillo de su pantalón tocando el timbre.
"Sería estupendo que él no estuviera en casa..."
La cerradura se escuchó del otro lado.
"Claro, JungHee no desaprovecharía esta oportunidad"
Jeon JungHee vestía con ropa informal pero cómoda para andar en casa, incluso le pareció muy similar a como su hermano menor se vestía. Sonrió con evidente alegría al verla.
— Llegué un minuto tarde, me costó un poco que me dejaran subir en recepción...
— Descuida, ¿Llegaste bien? —le dejó pasar. La chica al estar dentro se sorprendió de lo grande que era, incluso tenía un segundo piso, bueno, cuando se trataba de JungHee todo debía ser extravagante. Notó la madera del suelo, las paredes de blanco y un verde manzana, cuadros con algunos paisajes, una biblioteca...
"No pensé que leyera tanto"
— Sí, sí, estoy bien—se cruzó de brazos mirando el departamento—Esto es...muy...grande, ¿Saliste victorioso de tu divorcio?
— No hubo problemas con eso—se encogió de hombros—No tienes que preocuparte por el piso de arriba, sólo limpiarás todo lo de aquí abajo—indicó.
EunJae respiró profundo mentalizándose que si estaba allí era porque debía ahorrar para mudarse, jamás en su vida se compraría algo así, ella prefería lo cómodo, lo pequeño y lo cálido. Se encontró con la mirada atenta de JungHee sonrojándose ligeramente.
— ¿Arriba están las habitaciones?
— Sí, tiene tres habitaciones y dos baños, arriba está una pequeña sala de estudio—indicó—Aquí está la cocina—fue señalándolo—El comedor, la sala, un cuarto de limpieza, un cuarto de lavado y el balcón.
— Debes tener una bonita vista de la ciudad.
— Por las noches vale la pena asomarse—admitió— ¿Es mucho para ti? Puedes dedicarte solo a la cocina...
— Estoy bien—contestó al instante—Apreciaría que me indicaras cómo quieres que limpie cada área y qué voy a hacer exactamente...
El timbre sonó en ese instante. JungHee se asomó en el ojo de la puerta y rodeó los ojos.
— Joder.
— ¿Qué sucede? —EunJae lo había escuchado.
El chico abrió la puerta y ella vio a JungKook entrar. Sus nervios se agitaron un poco, estaba a solas con ambos gemelos. Eso le incomodaba de sobremanera, pero, no dejaría que sus inseguridades la atacaran, se armó de valor tensándose un poco, pero manteniendo su frente en alto.
— Sabía que ibas a venir—JungHee cerró.
— Me conoces bien—fingió una sonrisa. Al ver a EunJae hizo una leve inclinación de cabeza—Hola.
— ¿Sabías que iba a estar aquí? —la chica miró molesta a JungHee— ¿Enserio le contaste a tu hermano?
— Sabes que Kookie es muy chismoso y entrometido, si se trata de ti lo es el doble...—recibió un codazo y él se lo devolvió.
— No puedo dejarte a solas con este idiota—levantó una de sus cejas—Con más ganas te ayudaré a conseguir otro empleo, EunJae.
La joven rodeó los ojos pidiendo paciencia en su mente.
▪︎▪︎▪︎
— ¿Entonces...ambos simplemente dejaron de ir? —EunJae comía en el comedor con ambos chicos. JungHee había pedido algo de comida japonesa cuando escuchó el estómago de la chica rugir y JungKook fue quien le dio la idea de qué ordenar.
— Así es—JungKook asintió—Supongo que el hotel no era para nosotros.
— Todo negocio tiene deudas, ¿Sabes de cuántos millones tiene las deudas el hotel Euphoria? —JungHee le sirvió un poco más de Soju mientras que JungKook le servía algo más de comida.
— Lo siento—se disculpó—Creo...que debí retirarme en el momento que los vi en aquella mesa, no pensé que traería problemas con su padre...
— Estos problemas siempre han estado, EunJae—JungKook la miró—No tienes que preocuparte.
— Sí, él siempre ha sido un hijo de...
— ¡Ya! Estoy intentando calmar la situación y tú arrojas cuchillos a ella—JungKook rodeó los ojos quejándose.
— Pues perdóname por existir, pero es la verdad—llevó algo de arroz a su boca—No, espera, tienes que agradecerme por existir, ¿Qué sería de ti sin mí?
EunJae miró eso en silencio y masticando despacio.
— Créeme, sería muy feliz.
— Y muy aburrida, bebé—acarició su barbilla y JungKook golpeó su mano—No te hagas el duro sólo porque EunJae está aquí, es más, para que haya evidencia de lo mucho que te amo y detesto como gemelo, voy a besarte.
— ¡¿Qué?!—JungKook casi se atragantó. EunJae sonrió divertida cuando JungHee tomó el rostro del menor intentando besarlo, en medio del forcejeo el pobre JungKook se cayó de la silla.
Las risas de la chica no se hicieron esperar y mucho menos las de JungHee quien al reír parecía un bebé. Por un instante...parecía como si nada hubiera cambiado entre ellos.
— Ustedes dos han bebido mucho Soju—les quitó los vasos bebiéndolos de un trago—Será mejor que no beban más.
— Tú tampoco puedes beber mucho—JungKook le quitó el suyo.
— Cierto, si lo haces te llevaré a casa.
— La llevaremos—corrigió JungKook.
— Tú tienes que regresar con tu esposa y tu bebé—bromeó, pero la verdad es que no se percató de lo que había dicho. EunJae curiosa miró a JungKook.
— ¿Tu...bebé?
Ambos gemelos compartieron una mirada, JungKook quería asesinarlo y JungHee se atrevió a hablar.
— Irene está embarazada pero ese bebé no es de JungKook.
— Ambos son esposos, es evidente que es suyo.
— Hace meses no tenemos intimidad—JungKook la miró—Es imposible que ese bebé sea mío, ella asegura que sí, pero miente—suspiró sirviéndose un trago, de repente estaba muy serio—El próximo divorcio que verás será el mío.
— No digas eso—EunJae intentó animarlo.
— Muchas veces me burlé de hyung por no poder llevar bien su matrimonio, pero ahora estoy recibiendo mi castigo—sonrió amargamente bebiendo del vaso—Por eso es mejor no criticar ni juzgar, la lengua es el peor castigo para uno mismo.
EunJae miró a JungHee quien comía silenciosamente. Cuando ambos intercambiaron miradas por un segundo, éste suspiró fingiendo una pequeña sonrisa.
El silencio volvió tenso el ambiente y los tres perdieron el apetito repentinamente.
— Lo siento.
— Nosotros también—JungKook la miró—Por antes, por ahora y por lo que venga—se cruzó de brazos sobre la mesa—Lamento lo que hicimos, es inútil disculparse ahora y también después así que sólo lo diré-miró a su hermano quien continuó hablando.
— Es culpa nuestra todo lo que te ha pasado, sabemos que no podemos borrar lo que hicimos pero...—miró a la chica cruzándose de brazos sobre la mesa—Tanto a JungKook como a mí nos gustaría intentar...hacer cualquier cosa para...al menos...hacer el intento de mejorarlo—sonrió tristemente—Lo siento, EunJae, por el daño que te hice y por haberte...marcado tanto, eras sólo una niña, debí...ser cuidadoso y pensar en ti, porque tú eras lo importante...
— Y sigues siendo lo importante-completó JungKook.
EunJae no supo porque, pero sintió algo de alivio sobre sus hombros y en el pecho, algo extraño y cálido en su corazón, no estaba diciendo que ya los perdonaría, pero...
Era la primera disculpa sincera que ambos hermanos le estaban dando, eso significaba mucho.
Ojalá sus recuerdos fueran sencillos de olvidar o guardar en un baúl, parte de ellos seguían lastimándola día a día.
•••
Aquí es donde lloramos :')
No mentira, faltan más lágrimas todavía.
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