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↪España.

Tengo frío, es lógico, ¿no? ¿Quién se mete en el agua helada en pleno invierno? Quizás hasta sufro una hipotermia. Es gracioso en cierto modo, cuando tienes una hipotermia sientes más calor, pero cuando tienes una insolación no sientes más frío, las cosas de la vida, supongo.

El agua envuelve mi cuerpo con tanta paz, casi como un abrazo, ignora la luz del exterior, cualquier otra sensación, nada de estímulos, nada de ruido, solo yo y el agua opacando mis pensamientos y las voces de los demás.

Hace tiempo este sitio se sentía como el océano, ¿Cuándo fue eso? ¿Hace años? Creo que sí, ¿cuantos? Portugal y yo todavía éramos niños, mamá nos bañaba juntos. Mamá. Claro, estaba viva, entonces... ¿Cuándo fue eso? Hace, ¿2 años? o puede que más, ¿fue hace años? quizás solo son meses, ¿Qué día es hoy? Debería buscar a Portugal y preguntarle sobre eso, o mejor no, no debería recordarle la muerte de mamá, ¿no?

Ahh... mamá, daba igual cuanto de fría estaba el agua, ella se encargaba luego de calentarlos con las toallas, las mantas y sus brazos. Todavía recuerdo como nos regañaba por salpicar el agua fuera, eran buenos tiempos. Quizás... si sigo aquí un poco más, puedan durar más, podría encontrarme con ella, supongo que será dentro de poco, dejé de sentir las puntas de mis extremidades...

Algo hace vibrar el agua, oh, ¿me estoy moviendo? no, no es eso, es un estilo externo, un sonido, una voz, masculina, enfadada, ¿están hablando fuera? no, la puerta se a abierto, solo ignóralo España, vuelve a donde estabas, ¿Dónde estábamos? ah, sí, el agua, me relaja tanto, aunque sea un baño helado... ¿Cómo era esa canción que nos cantaba mamá? Ahg, no me acuerdo, quizás podría encontrarla en algún sitio... no, mamá no sabía escribir, y él se encargó de que no quedará ningún resto de escritos árabes. ¿Él? oh, sí, él, ¿Cuál era su relación conmigo? ¿Padre? ¿Se supone que era eso?

Empecé a sentir frío en mis rodillas, pero no un frío por el agua, era un frío seco, abrí los ojos, las imágenes se movían, el agua vibraba y mis piernas se inundaba de frío, ¿Estaba bajando el agua? Algo agarró mi brazo y tiró de él hacía el exterior de lo que quedó en la bañera, pude ver como esta se iba vaciando y las vibraciones ya sonaban más claras, una voz.

Miré al frente, y como no, para perturbar el único minuto de paz que alguien podría tener, padre.

— ¿Qué mierda se supone que estas haciendo? — Soltó mi brazo mojado al igual que todo mi cuerpo, solo le miré, ya sin tener mi armadura líquida. — Habla.

— ¿Un baño? — Respondí, dudé, no me estaba bañando, estaba descansado. — Relajándome.

— ¿Relajándote en la bañera? — Pude ver como sus ojos se encorvaban, asco y gracia en su mirada. — ¿Qué eres? ¿Una niña? — Le siguió una carcajada, seguido su mano pasó por uno de mis mechones mojados. — Lo pareces con este pelo...  le diré a alguna sirvienta que te lo corte... ahora sal de ahí, partimos a las Indias en la puesta de sol.

No dijo nada más, solo salió del baño, gritándole a cualquiera que estuviera fuera que terminara ya con el equipaje. Como no. Solo a gritos se entiende ese hombre...

— España... — Una voz me llamó, me giré a la puerta confuso. — Reino de España. — ¿Reino? ¿Desde cuando soy Reino? No, yo no voy a ser reino, lo será alguno de mis hermanos. ¿Están llamando a otro? 

Una fuerte vibración me hizo temblar.

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Mis ojos se abrieron aturdidos por tanta luz repentina, me eché hacía atrás en una silla rodeada de otras cuantas alrededor de una mesa con forma de "U" , me costó un poco entender donde estaba, había muchos ojos sobre mi, o eso sentí, realmente solo podía centrarme en los de Portugal a mi izquierda, Francia a mi derecha y un hombre de aspecto angelical (por las aurora y los ojos unicolor, no por su belleza) frente a mi. Oh, sí, UE.

— ¿Qué? — Pregunté perezoso, me pesaban los ojos, ¿Me acababa de dormir en una reunión? Genial, vengo solo a una cada dos meses y en esa me duermo.

— ¿De qué estábamos hablando? — Preguntó aquel hombre, viéndole fijamente en busca de alguna respuesta.

— Emmm... ¿Temas del contiene? Economía, comercio, roces políticos... — Intenté memorizar lo que venía en el correo de organización.

— ¿Cuál de los tres puntos que te leíste en concreto? — Volvió a interrogar.

— Oye, todos me han visto dormido, ¿sabes? Esto no es una clase de primaria como para que me pongas en ridículo... — Pude verle rodar los ojos, como si de un niño estuviera tratando. ¿Sí sabe que soy mayor que él?

— Vete a casa, Reino. — Finalizó, caminando hacía una pizarra donde se posicionaban algunos datos con deudas. Claro. Solo importo cuando hay que pagar.

Me levanté con la poca fuerza que mi cuerpo recién despierto me otorgaba, caminando hacía la puerta mientras sentía una mirada contra mi nuca, quizás solo haya dormido mal...

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— Se te nota apagado. — Habló Francia antes de darle un sorbo a su café, yo solo negué.

— Umh, tenía hambre. — Justifiqué, llevando un trozo de churro a mi boca para luego levantar la vista, había 4 pares de ojos viéndome fijamente. — ¿Qué? — Pregunté.

— Para tener tanta hambre viniste sin comida, o dinero para comida. — Añadió Portugal, quien tuvo que compartirme de su merienda.

— Salí con prisas, ¿Qué pasa? ¿Ahora ser despistado es delito? — Expliqué, rodando los ojos para luego terminar mi alimento. — Yo ya me voy para casa.

— ¿Tan pronto? — Cuestionó Italia, viéndome con cierta preocupación. — Quedan 2 reuniones...

— Y en esas 2 voy a aportar lo mismo que en la de antes. — Me levanté de la mesa, agarrando mi teléfono sobre esta y viendo a los demás. — Bueno, nos vemos ya otro día, adioh'~.

Me llegó el tiempo justo para llegar a la puerta de la cafetería cuando unos pasos se acercaron a mi, quedando a mi lado, no me hizo falta mirarle para saber que era Uk, ese perfume de señor rico que viste en traje cada día es distintivo a kilómetros de distancia, aun así, hice el esfuerzo de girarme a él.

— Te acompaño, tengo que preguntar algunas cosas en secretaría. — Comentó, saliendo junto a mi de la cafetería.

La fiesta de fin de año fue hace poco... recién habíamos vuelto a la jornada laboral, todavía recordaba aquellas palabras que salieron de mi con asco. Nunca había hablado así, y menos con Uk, éramos... bueno, no nos llevábamos mal, estaba en mi grupo social, pero... ni a Portugal le dije nada similar. ¿Se habrá acordado?

— ¿Cómo estás? —  Preguntó, manteniendo su mirada firmo por aquel pasillo.

—  ¿Ah? Llevas una hora sentado conmigo en la cafetería. —  Volví a mi tono burlón,  girándome a verle.

— Vale. —  Asintió, viendo a otro lado para luego fijarse en mi. —  Cambiaré de pregunta. —  Sus pasos se detuvieron, yo caminé un poco más, justo dejando el espacio de un pasillo perpendicular al nuestro.  — ¿Estás bien?

— ... — Mi boca se abrió, pero no emitió ningún sonido.

Llevo suficientes años vivos como para poder afirmar algo, no es lo mismo cuando te preguntan "¿Cómo estas?" a "¿Estás bien?" Nadie pregunta "¿Estás bien?" si no pareces estar bien, al contrario, si luces contento te lo indicará. "Te veo bien", "Estas estupendo", "Sí que te va bien"... pero nadie dirá "¿Estás bien?", eso solo se dice cuando un niño se cae y le tienes que consolar, o cuando le cuentas una mala noticia a alguien y está apunto de llorar. Nunca escucharas como le preguntan a la persona más feliz del mundo "¿Estás bien?".

Y lo peor de esa pregunta, es lo que genera, lo que rompe.

Por algún motivo nos resulta fácil engañarse a si mismo cuando preguntan cómo estás y tú respondes "Bien",  pero si alguien te pregunta si estás bien, es obvio que "Bien" no tiene concordancia, no puedes automatizar tu respuesta. Ese momento de escasos segundos en los que tienes que pararte y responder por ti mismo es lo que te delata, lo que delata que no lo estás, y esa pregunta en la que te hace reventar en llanto, sollozar, olvidarte que estabas sonriendo o darte cuenta que se te olvidó sonreír.

Es tan fácil pillar a alguien cuando preguntas eso...

— Yo... — Fue lo único que salió de mi boca en un leve temblor.

— DAD! —   Una voz energética salió por el pasillo que nos dividía, quedando en medio y cortando aquella conversación. Dios te bendiga por tu importuno Usa.

— Ah... Usa, Not now... I...

A saber que más dijo, aproveché mi momento como nuca y salí corriendo.  Consejo del día: Nunca le quites la vista de encima a un sureño a no ser que quieras que se te escape.

No podía ignorar a Uk de por vida... eso estaba claro... El capullo sabe donde vivo y es amigo de mi hermano, capaz y hacen equipo para joderme...

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↪UK.

Nunca entendí porque España solo tenía la obligación de aparecer en las reuniones cada dos semanas cuando los demás vivíamos hasta arriba de ellas, en un principio pensé que se la saltaba, pero cada vez dudo más de ello, si ONU no dice nada por algo será...

Hacía apenas dos días que intenté hablar con España sobre lo de la fiesta y Usa intervino solo para preguntarme si le daba dinero. Hasta como potencia mundial sigue siendo mi hijo, y sabe su posición como ambos...

Suspiré y abrí la puerta de mi despacho, me detuve nada más poner un pie dentro casi resbalar, bajé la vista a la vez que me apartaba y cerraba la puerta, ¿Una carta? ¿Quién deja una carta por debajo de la puerta?

La agarré dejando esas preguntas atrás, caminé hacía mi escritorio mientras la abría y sacaba los escritos del sobre el cual dejé sobre la misma superficie antes de sentarme en mi silla, nada más ver aquella desordenada letra entendí de quien se trataba.

España.

«Querido Uk (De querido tienes una mierda, pero es lo que se dice).

Ambos sabemos lo que pasó en la fiesta y porqué tu pregunta de hace dos días. Quizás mi reacción en ambos casos no fue la más adecuada, pero espero que esto se quede entre tú y yo, que no metas a ONU, a OMS, a mi hermano o a quien coño se te cruce por la cabeza en estos momentos. 

No quería mandarte ningún mensaje o correo, total, ambos somos de la vieja escuela, y las cartas tienen ese toque romántico que tanto adoro (Romántico de bonito, no de que te quiero seducir, no te me hagas ideas equivocadas). (...)»

Paré de leer para reírme por esa aclaración.

«(...) A lo que iba, que me enrollo más que las persianas. 

Sé que estarás buscando explicaciones sobre el porqué de esas palabras, pero te pido, ya no de país a unión, si no desde nosotros mismos, de España a Uk: Ignora el tema.

Respondiendo a tu pregunta: Estoy bien, si eso era lo que querías escuchar, o leer, para aclarar tus dudas. No te metas donde no te llaman, porque yo sé también cosas que podrían hacerte caer muy bajo. Hagamos ese trato, yo seré tu sirviente y tú el mío a la hora de callar lo que suponemos del otro.

En ese caso, firmo:
Tu fiel sirviente,
E. Cortés.»

Definitivamente ese hombre era peor cuando intentaba tomarse las cosas serias, supongo que es lo que tuvo para nosotros haber nacido en la época de cartas y pergaminos, en cierto modo, ese toque humorístico de él se había plasmado en la carta. 

Pero por desgracia suya lo apto al recibir una carta es responderla.

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«Querido España (Dicho por educación).

Tu carta ha sido leída a primera hora de la mañana dos días tras nuestro encuentro, admito que encontrarla en la puerta de mi oficina y casi descender al suelo por ella fue una sorpresa grata, sobre todo por haber tenido en cuenta que no me agradan del todo los e-mails, la gente debería volver a las cartas.

Eso sí, mejora tu ortografía, apenas distingo la p, d y b, y eso no es cosa de la dislexia que ya conozco tus escusas como tú mis secretos.

Admito que no sería de mi gusto saber que, como tú dirías, "marujeas" sobre mi. (Por cierto, ¿Cómo es eso que "Maruja" es como llaman a las "Amas de casa"? suena muy despectivo a mi parecer, quizás cosas de la traducción que nunca entenderé).

Respondiendo a tu respuesta de mi pregunta: No lo pareces, y lo siento pero no era lo que quería escuchar, o leer, quería la verdad, y si algo te preocupa lo suficiente como para madrugar y dejarme una carta en mi oficina deberías contarlo. Aun así, respeto la privacidad de las personas (cosa que por tus amenazas parece que tú obvias), no le diré a ONU, ni OMS, ni a tu hermano u otra persona que se cruce por mi mente al pensar en ti. (Puede que sí de forma romántica.) 

Para finalizar, acepto tu trato de servidumbre con una exclusiva condición: Más cartas tuyas. Aunque sean para insultarme. Mientras escribía estas ultimas palabras en mi mente cruzaron dudas, sé mucho sobre Portugal, estuve caso con Francia y tengo cierta cercanía a Italia en ciertos temas, pero de ti apenas sé más de tu asombrosa habilidad para huir de los sitios. Es curioso como no sé tanto sobre ti, y quiero que, aunque sea, me cuentes sobre tu día a día sin la obligación de tener que venir cada mañana a la sede.

Firmando esta carta, y tu petición:
Your obedient servant,
UK. Evans.»

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«Estúpido Uk. (Suena mejor que Querido).

"Tu carta ha sido leída" PORQUE ME DESPERTÓ EL PUTO CARTERO PARA DARMELA, ¡¿QUÉ NO SABES LO QUE ES LA SIESTA CAPULLO?! Y deja mi letra en paz, la tuya es tan puto perfecta que parece que no has salido del siglo XV.

Por cierto, "Maruja" no es una "Ama del hogar", como la has llamado, se usa para mujeres que se la pasan viendo telenovelas, chismeando, leyendo revistas... Idioma de calle española, eso Duolingo no lo enseña (Debería). Pero admiro que uses la palabra en una carta con un lenguaje muy formal.

Respondiendo a tu respuesta de mi respuesta a tu pregunta: Que no te metas, coño (Culpa tuya por mandarme esta carta un sábado por la mañana, ya me cabreaste.) Hay temas que no entenderías, ni tú, ni organizaciones y menos quiero involucrar a familiares míos, porque ellos, por mucho que duela admitirlo, tampoco lo entenderían.

¿Sabes lo que es ver a tu propio hijo llorar porque te estas destruyendo? Creo que es por esa sensación que mi madre detuvo el dejar pasar tantas cosas... y quizás por eso mismo es mi culpa su ida. No lograba entender del todo ese dolor hasta que vi por primera vez a México llorar. Azteca había muerto hace escasos meses y yo me encargaba de cuidar a México, era adorable como, aun sin ser su padre biológico, me trataba como tal. Había vuelto de una pelea con mi propio padre y tenía el ojo más morado que nada en el mundo. Vi como su pequeño rostro se enrojeció y empezó a llorar, un llanto que... de solo recordarlo se me encoje el corazón. Entendí que llegó un punto donde no iba a actuar por mi mismo, si no por otros, pero claro, el momento donde te ves heredando todo lo que ese bastardo que tanto odias hizo y teniendo que dirigirlo con tan solo 12 años es el mismo donde te das cuenta de algo: O actúas por ti mismo, o ninguno vivirá.

¿Quería sinceridad? Toma sinceridad. Si tanto quieres esas cartas las tendrás, una por sema, ya tu decide si leer o quemarlas, pero te aviso: Seré el doble de pesado de lo que ya soy, prepárate.

Finiquitando este contrato:
Tu cansado sirviente,
A. Cortés.»

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2684 palabras.