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💌: 03

Decir que Jimin se sentía enojado era poco. Si tuviera una foto de Jungkook frente a él, le lanzaría dardos, flechas, o cualquier cosa que encontrara a mano. Estaba sentado en el borde de su cama, con el ceño fruncido mientras miraba su teléfono. Sus dedos deslizaban frenéticamente la pantalla, y su pie no dejaba de moverse con impaciencia, golpeando el suelo al ritmo de su enfado. Todo mientras observaba el muro de chismes de la escuela, que ese día parecía especialmente enfocado en él.

Lo primero que apareció fue una fotografía de Jungkook, con esa sonrisa arrogante que tanto le molestaba. La imagen capturaba perfectamente la actitud despreocupada del capitán de baloncesto, como si nada en el mundo pudiera afectarlo.

—¡Ush, ese idiota! —Pataleó, apretando los dientes con fuerza—. ¡¿Cómo se atreve a disfrutar esto?!

Deslizó más la pantalla de su celular y, para su horror, encontró un video que lo tenía a él como protagonista junto a Jungkook. Era la grabación del incidente en los casilleros. Desde esa perspectiva, parecía una escena más íntima de lo que realmente fue, con Jungkook acorralándolo de una manera que sugería todo menos un simple malentendido.

Soltó un bufido al leer la descripción que acompañaba el video: “¡Con esto confirmamos que del odio al amor hay un solo paso! ¿Acaso nuestro sexy capitán de baloncesto y el alumno estrella no se ven lindos juntos?”

Nuestro sexy capitán. —Imitó las voces chillonas de las chicas que se derretían por Jungkook, rodando los ojos con exasperación—. Lo de sexy también lo tiene imbécil.

Sin poder contenerse, bajó hasta los comentarios, esperando encontrar algo que aliviara su enojo. Pero lo que encontró solo sirvió para encender aún más su frustración. Algunos estudiantes estaban encantados con la idea de una nueva “pareja” en la escuela, mientras otros publicaban emojis llorando por no tener una oportunidad con ninguno de los dos.

“¡Definitivamente, la pareja del año!”

“El alumno estrella tiene un crush con el capitán. Qué cliché.”

Jimin frunció aún más el ceño al leer esos comentarios. ¿Cómo podían pensar que había algo romántico entre ellos?

—¿Quién tiene tiempo para escribir estas tonterías? —gruñó, apretando más su celular antes de dejarlo caer a un lado de su cama—. Idiota.

Se dejó caer de espaldas sobre la cama, mirando al techo, tratando de calmar la tormenta que se agitaba dentro de él. Cada vez que cerraba los ojos, la escena se repetía en su mente. Podía sentir la proximidad de Jungkook, su mirada intensa, la forma en que lo hizo sentir acorralado.

Y ahora, todo el mundo parecía estar disfrutando de lo que pasó, creando un romance que no existía. Ni siquiera podía imaginarse cómo sería enfrentar a todos al día siguiente. La idea de volver a la escuela lo hacía estremecer.

—Lo mataré. —murmuró para sí mismo, apretando los puños. Pero sabía que no podía hacer eso, aunque quisiera.

El teléfono vibró a su lado, sacándolo de sus pensamientos. Jimin lo tomó con cautela, temiendo encontrar otro comentario estúpido, pero en su lugar, vio los mensajes de sus mejores amigos.

Taehyung: “¿Quieres que vayamos a patearle el trasero a Jungkook?”

Seokjin: “Sí, vayamos. Tengo un bate de béisbol y cero arrepentimientos.”

Jimin dejó escapar una pequeña risa. La idea de sus amigos defendiéndolo siempre lograba calmarlo un poco, aunque sabía que no podían hacer mucho más que ofrecerle apoyo moral. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de responder, otra notificación apareció en la pantalla, borrando la sonrisa de su rostro.

Era un mensaje de Jungkook.

Jeon: “¿Ya viste el video? Te ves lindo, Park. Deberíamos hacer otro, pero esta vez más convincente.”

Jimin sintió cómo la sangre le hervía. Sus dedos se apresuraron a responder.

Jimin: “Maldito imbécil, todo es tu culpa.”

Jeon: “Deberías relajarte un poco. Si sigues molestándote así, vas a arrugarte antes de tiempo.”

Jimin: “JA JA. Gracias por preocuparte. Idiota.”

Jeon: “Ya es tarde, Park. Deberías descansar, mañana tendremos otro momento para que sigas reclamándome.”

Jimin apretó los dientes, dejando el teléfono a un lado, mientras soltaba un suspiro pesado. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? Mientras él se encontraba en su habitación, luchando contra la frustración y el enojo, Jungkook parecía estar disfrutando cada segundo de esta situación. Se imaginó al capitán de baloncesto con esa sonrisa arrogante, mirándole la pantalla de su celular, divertido por el chat que acababan de tener -y vaya que no estaba tan fuera de la realidad-. Jungkook estaba sentado en su habitación, sonriendo mientras miraba la conversación. Encontraba algo fascinante en las reacciones de Jimin y en la manera en que el rubio se molestaba con cada mensaje que enviaba.

.  . • ☆ . ° .• °:. *₊

Un tiro perfecto al aro fue suficiente para concluir el entrenamiento. Los jugadores, sudorosos y satisfechos, comenzaron a dirigirse a las duchas. Jungkook y sus amigos decidieron quedarse unos minutos más en la cancha, disfrutando del silencio y del eco de los pasos que se alejaban.

Yoongi, con una cinta en la cabeza que mantenía a raya su sudoroso cabello, suspiró pesadamente.

—El entrenador casi me da de baja del equipo. —Dijo, la preocupación clara en su voz—. Si no subo mi promedio, estoy fuera.

Namjoon, recostado en el suelo usando la pelota como almohada, sonrió de medio lado.

—Te lo advertimos, cabeza hueca. —Dijo levantando una ceja cuando Yoongi le mostró el dedo medio en respuesta.

—¿Cómo lo hacen ustedes? —Continuó el pálido, haciendo una mueca infantil mientras se dejaba caer al lado de Namjoon—. ¿Cómo tienen tan buenas notas y aún así juegan tan bien? Deberían enseñarle a este pobre niño que solo quiere seguir jugando con sus amigos.

Namjoon soltó una carcajada, mirando a Jungkook, quien estaba apoyado con los brazos hacia atrás, observando el techo.

—Lo siento, Yoongi. —Respondió Jungkook, con una sonrisa burlona—. Mi inteligencia es mucho para ti.

Yoongi rodó los ojos, pero una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

—Oh, por cierto... —Namjoon comenzó a decir algo, pero se interrumpió cuando las puertas de la cancha se abrieron de golpe, llamando la atención de todos.

Jimin apareció en el umbral, su cabello despeinado, sus mejillas enrojecidas, y una expresión de furia en su rostro. Sus puños estaban apretados a ambos lados de su cuerpo, como si estuviera conteniendo el impulso de golpear algo, o a alguien.

—¡Jeon Jungkook! —Gritó, su voz resonando en el espacio vacío de la cancha.

Jungkook apenas logró contener una risa al ver la imagen del enfurecido rubio. Se levantó de su posición con una expresión vacilona, acercándose al chico que parecía a punto de estallar.

—Ese mismo soy. —Dijo, con una sonrisa que solo aumentó la furia del otro.

Sin decir una palabra más, Jimin cerró la distancia entre ellos y le estampó una hoja en el pecho con fuerza. Jungkook apenas tuvo tiempo de sostenerla antes de que cayera al suelo.

—Ven conmigo. —Ordenó Jimin, su voz temblando de frustración antes de girar sobre sus talones y marcharse rápidamente hacia la salida.

Jungkook se quedó quieto por un momento, sosteniendo la hoja en su mano, mientras sus amigos observaban con curiosidad y diversión. Volvió hacia Yoongi y Namjoon, pero las miradas burlonas que encontró hicieron que frunciera el ceño.

—¿Qué?

—Nada, nada. —Dijo Yoongi, levantando las manos en un gesto de inocencia falsa.

Namjoon, sin embargo, no pudo resistirse a un comentario.

—Es interesante cómo "la estrellita" se molesta tanto por ti. ¿Qué le hiciste esta vez?

Jungkook ignoró la pregunta, encogiéndose de hombros, pero justo cuando pensaba volver a sentarse, sintió que alguien tiraba de su brazo con fuerza. Giró para encontrarse con Jimin nuevamente, quien había regresado para tomarlo por el brazo y arrastrarlo hacia la puerta de la cancha.

—Vamos. —Dijo Jimin, su tono dejando claro que no aceptaría un no por respuesta.

Jungkook no pudo hacer más que seguirlo, lanzando una mirada rápida a sus amigos que se quedaron atrás, ambos luciendo sorprendidos pero claramente divertidos por la escena. Yoongi y Namjoon intercambiaron una mirada antes de que Yoongi rompiera el silencio.

—Bueno, eso fue inesperado. —Comentó, viendo cómo la puerta se cerraba detrás de los dos chicos.

Namjoon sonrió, levantándose lentamente del suelo.

—Parece que "la estrellita"  tiene más fuego del que pensamos. ¿Crees que lo llevará a la oficina del director?

Yoongi se encogió de hombros, ajustándose la cinta en la cabeza.

—No lo sé, pero esto será interesante.

Mientras tanto Jimin llegó hasta la oficina del director con un Jungkook completamente confundido.

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