Rosa nociva
Tras el combate entre Honoka y Maki, llegó el momento de que el viaje continúe, aunque habrá cierto bache en el camino que causará más de un inconveniente. ¿De qué estoy hablando? Pues es momento de leer.
Tras haber derrotado a Maki y sabiendo que su próximo encuentro sería con su querida amiga Kotori, Honoka exudaba felicidad por todos sus poros. Su canto lo ponía de manifiesto:
―In the jungle, the quiet jungle, the Pyroar sleeps tonight.
―Ursa, Ursa, Teddi, Teddiursa, Teddiursa, Ursa, Sa. ―Teddiursa secundaba a su entrenadora en los coros.
Detrás de ellos, Alisa y Yukiho veían la curiosa escena.
―Es bueno ver a Honoka-san tan animada después de esa batalla tan dura ―dijo la rubia.
―Solo espero que la victoria no se le suba a la cabeza. Ya vio que las cosas no siempre serán fáciles y dudo que Kotori-san sea sencilla, aun cuando es una chica tranquila.
El grupo estaba a nada de salir de ciudad Nanisore cuando fueron encarados por una chica que no parecía muy amistosa.
―Tú eres Honoka, ¿cierto?
Las chicas detuvieron su andar, mientras la confusión se apoderaba de la pelijengibre.
―Responde, ¿eres Honoka o no? ―preguntó la extraña con el ceño fruncido.
―Eh..., sí, soy yo.
―Lo sabía... ¡Prepárate a combatir!
Ni corta ni perezosa, la chica sacó una Pokébola de su cinturón y apuntó a Honoka con ella como si la amenazara con una pistola.
―¿Qué? Espera, ni siquiera entiendo por qué quieres luchar conmigo.
―¡Cállate y pelea!
Como parecía que la desconocida no iba a responder ninguna pregunta, Yukiho se acercó a ella y le agarró los hombros, mirándola con un notorio enojo.
―¿Quién te crees que eres para hablarle a mi onee-chan de esa manera? Antes de hacer cualquier otra cosa, te vas a presentar y a decirnos a todas por qué tantas ganas de tener una batalla.
Inconscientemente, Yukiho aumentó la fuerza del agarre, lo que asustó a Alisa, quien estaba tras ella.
―Yukiho...
―... ¡Alisa!
Casi de inmediato, la castaña soltó a su presa, quien se limitó a mirar a un lado y a bufar.
―... Me llamo Megu. Soy la admiradora número uno de Tsubasa-sama.
―¿De Tsubasa-san?
―¡Tsubasa-sama para ti! Estuve en la charla que dio hace un tiempo... y la vi interactuando con alguien como tú. ¡No lo entiendo! ¡Ella es una persona maravillosa y una grandiosa entrenadora, miembro de la Élite Cuatro! ¡¿Cómo es que una tarada como tú se puede relacionar con alguien tan genial?!
Las quejas de Megu sonaban más a un berrinche que a una protesta real, molestando a Yukiho y dejando a Honoka, Teddiursa y Alisa con cara de pregunta.
―Bueno, ella y yo nos conocimos en...
―¡No me importa cómo se conocieron! ¡Lo que quiero es que te alejes de ella para siempre!
―¿Quién te crees para decirle eso a mi onee-chan?
Megu rechinó los dientes.
―... Solo aléjate de Tsubasa-sama.
―¿Por qué? Ella y yo somos amigas.
―¡¿Amigas?! ¡¿Tú y ella amigas?! ¡Es como comparar a Rayquaza con un Joltik! ¡Yo soy mucho más adecuada para ser su amiga y lo demostraré cuando me convierta en campeona de liga!
―¿Campeona de liga? Qué coincidencia, yo también aspiro a ganar la liga ―dijo Honoka sin malicia detrás.
―¡Ni siquiera llegarás a participar! ―se mofó Megu―. ¡¿Cuántas medallas tienes?! ¡¿Eh?! ¡¿Eh?!
―Pues... tengo tres.
La otra chica se rio con sorna.
―¿Solamente tres? Yo ya tengo cuatro. En ciudad Nanisore obtendré la quinta.
Megu enseñó sus medallas con un aire de superioridad. Quedó claro para el grupo de Honoka que la chica no estaba presumiendo porque sí.
―Mucha suerte con Maki-chan, Megu-chan. Ella es una entrenadora muy poderosa.
―... ¿Maki-chan?... ¿Megu-chan?...
Ser tratada con tanta familiaridad, y de paso que lo hiciera también con la líder de gimnasio de tipo fuego, enfureció a la muchacha, quien enrojeció como un Crawdaunt.
―¡ES MAKI-SAMA! ¡Y DESDE AHORA TE REFERIRÁS A MÍ COMO MEGU-SAMA!
―... No puedo. Somos casi de la misma edad, o eso supongo.
―¡SOY MUCHO MÁS HÁBIL QUE TÚ Y LO PROBARÉ!
Alisa y Yukiho se notaban incómodas, cosa que era extraño en la rubia, quien procuraba ser la conciliadora en la mayoría de las situaciones.
―Nada mejor que tener un calentamiento antes de la batalla real. Prepárate, porque mis Pokémon y yo barreremos el suelo contigo.
Megu sacó una Pokébola y apuntó con ella a Honoka.
―Disculpa, Megu-chan, pero acabo de tener un combate muy difícil y quiero llegar lo antes posible a ciudad Chunchun porque...
―No me interesa.
―... ¿Qué?
―Me suena a una excusa barata para escapar. Como se esperaba de una fracasada como tú. Sigo preguntándome qué vio Tsubasa-sama en ti.
Herida en su orgullo, Honoka miró a Megu. La habían tratado de tonta muchas veces en el pasado, pero que no le dejaran decir que quería reunirse con su querida amiga Kotori realmente la había herido.
―Onee-chan, no dejes que ella juegue contigo. Sabes que...
―Yukiho, voy a luchar contra ella.
―Onee-chan...
―¡Teddiursa, Teddiursa! ―El osezno azuzaba a su entrenadora; estaba deseoso de pelear y patear el trasero de la engreída que la ofendió.
―No me importa que me digan tonta, porque sé que no soy tan lista que digamos; pero que no me dejen explicar mis motivos para continuar, sobre todo cuando son importantes, me molesta.
―¿Estás segura de esto, Honoka-san? ―preguntó Alisa.
―Muy segura.
La pelijengibre se puso en posición, con Megu frente a ella, sonriendo burlescamente.
―Antes de empezar, hagamos una apuesta. Si tú ganas, comenzaré a verte como una rival a considerar, pero si yo gano, no verás nunca más a Tsubasa-sama. ¿Quedó claro?
―¡Imposible! ¡Tsubasa-san y yo somos amigas! Además..., quiero seguirla viendo.
―¡Cuando Tsubasa-sama me conozca, tú pasarás a segundo plano! ¡Ni siquiera se acordará de que existes!
Yukiho, desde su lugar, pensó con severidad:
―La tal Megu podrá tener más experiencia entrenando Pokémon que onee-chan, pero es más infantil que ella. Es desagradable.
―Yukiho-chan, ¿crees que Honoka-san pueda ganar? Viene saliendo de un duelo complicado.
―Eso espero. Quiero que onee-chan le muestre a esa presumida lo que es capaz.
Con respecto a las entrenadoras involucradas, estaban listas para comenzar.
―Será un uno contra uno. Quiero acabar con esto rápido.
―Por mí está bien. Teddiursa, ve y demuéstrale lo fuertes que somos.
―¡Ursa!
―No tardaré mucho en derrotarlos a ti y a tu peluche. ¡Roselia, ve!
―¡Roselia!
«Roselia, el Pokémon Espina. Tipos planta y veneno. Sus flores emiten un aroma relajante. Las espinas en su cabeza y brazos contienen un potente veneno».
―Los colores de esa Roselia son distintos a los de mi Pokédex... Creo que es un Pokémon shiny.
―Sorprendida, ¿no? Roselia es mi as. Somos prácticamente invencibles ―presumió Megu.
―¡Ursa! ―exclamó el osezno de manera amenazante.
―¡Roselia! ―le respondió su oponente de forma similar.
―¿Qué tal si iniciamos esto? Tranquila, que esto no durará mucho ―dijo Megu con petulancia―. ¡Roselia, Danza de pétalos!
La Pokémon planta apuntó al de tipo normal con sus brazos de rosa y le lanzó una gran cantidad de pétalos.
―¡Esquívalo, Teddiursa!
―¡Sa!
―Eso no bastará. ¡Sigue con la Danza de pétalos, Roselia!
El osezno tuvo que rodar y correr para escapar del ataque de su rival. Sin embargo, la Danza de pétalos se extendió más de lo esperado, lo que agotó a Teddiursa.
―Sa... Sa... Sa...
Por fortuna para él, la confusión terminó haciendo efecto en Roselia.
―Ro... se... lia... Ro... se... lia...
Las chicas menores, como solía ser su costumbre durante los combates de Honoka, comentaban lo que veían.
―Esa Roselia es fuerte. Posiblemente Teddiursa hubiese terminado en el suelo si la Danza de pétalos lo alcanzaba, o por lo menos malherido ―señaló Yukiho.
―Megu-san no presumía porque sí. De verdad es una entrenadora poderosa ―agregó Alisa.
―... No sabes cuánto me molesta eso.
Volviendo al combate:
―No me esperaba que Megu-chan fuera tan fuerte ―Honoka habló para sí―. Creo que incluso Maki-chan podría tener problemas con ella.
―¿Qué te pareció mi Roselia? Increíble, ¿verdad? Pues eso no es todo lo que tenemos.
―¡Roselia!
La Pokémon planta se había recuperado de la confusión sin hacerse daño a sí misma, por desgracia para la pelijengibre.
―Picotazos venenosos.
Cientos de agujas venenosas fueron arrojadas contra Teddiursa.
―¡Defiéndete con Garras furiosas!
El osezno movió los brazos de forma frenética, destruyendo las agujas que le lanzaron.
―¡Avanza hacia ella, Teddiursa!
―¡Teddiursa!
Motivado por su terquedad habitual, el Pokémon normal comenzó a acercarse paso a paso a Roselia. Esta comenzó a asustarse; no se esperaba que un rival pudiese mostrar tal entereza.
―¡Roselia!
―¡Golpéala, Teddiursa!
―¡Sa!
Las zarpas del osezno impactaron en la Pokémon planta, haciéndola retroceder un par de pasos.
―¡Sigue con tu ataque!
―Oh, no, no te dejaré continuar. ¡Roselia, Dulce aroma!
De las flores de Roselia comenzó a emanar un olor relajante. La nariz de Teddiursa lo captó y casi de inmediato dejó de atacar.
―Sa... Sa... Teddiursa... ―habló como si estuviera embriagado.
―¡Teddiursa, trata de resistir! ―exclamó una desesperada Honoka.
―... Así quedará expuesto a un ataque ―comentó Alisa, viendo la escena con preocupación.
―Y aún no sabemos con qué podría atacar ahora. Roselia solo ha revelado tres de sus cuatro movimientos ―la secundó Yukiho.
―Roselia..., Rayo solar ―ordenó Megu con una siniestra intención, casi como si hubiese oído a la castaña.
Su Pokémon alzó ambos brazos y comenzó a reunir tanta luz de sol como pudo. O Honoka aprovechaba la oportunidad para atacar o Teddiursa recibiría un ataque potente de lleno.
―¡Teddiursa, por favor reacciona! ¡No podemos perder! ¡No con ella!
―Sa... Teddiursa... ―El Pokémon normal no parecía reaccionar a la voz de su entrenadora.
―¡Dispara el Rayo solar!
Roselia atacó con todo su poder y golpeó a Teddiursa, mandándolo a volar y dejando a Honoka en shock.
―Esta batalla terminó. Era obvio que... ¡¿Ah?! ¿Cómo puede estar pasando esto?
―Sa... Ursa... Teddiursa...
A pesar de recibir el Rayo solar, el Pokémon normal pudo levantarse. En su mirada se veían las ganas de seguir peleando. Sin embargo, era notorio que había quedado bastante maltrecho; el poder de Roselia no era algo para tomar a la ligera.
―Pequeño, ¿estás bien? ―preguntó Honoka.
―Sa... ―respondió el aludido con un dejo de molestia.
―¿Puedes seguir peleando?... ¿O quizás...?
―¡Teddiursa! ―Poniéndose en posición de combate, Teddiursa dejó en claro sus intenciones.
―Lástima que tu peluche haya elegido la peor opción ―se mofó Megu―. Tendrá que aprender a la mala, igual que su entrenadora. ¡Roselia, prepara otro Rayo solar!
―¡Teddiursa, Cuchillada nocturna!
Las garras del osezno se volvieron violáceas. Tras eso, se lanzó contra la Pokémon planta, quien estaba acumulando luz solar.
―¡Roselia!
Teddiursa pudo conectar un golpe, y uno crítico. Roselia se tambaleó un poco y pareció que no terminaría de cargarse. No obstante...
―¡Dispara!
―¡Ro... selia!
Esta vez el ataque fue demasiado para el pobre Pokémon normal, quien no pudo soportar el impacto.
―¡Teddiursa!
―Ur... sa...
―Buen trabajo, Roselia. Sabía que no serían mucho problema para ti.
―Roselia.
Honoka fue a ver cómo se encontraba su Pokémon. Estaba bastante golpeado, pero para su fortuna, solo necesitaba una poción y algo de descanso para recuperar toda su energía.
―¿Ya te diste cuenta de la diferencia de nivel, idiota? Más te vale que dejes de ver a Tsubasa-sama desde el día de hoy. Ella merece a una amiga mejor, más digna..., alguien como yo.
―... Será Tsubasa-san la que decida eso.
Megu quería asegurar su triunfo no solo ganando el combate, sino también destruyendo la autoestima de Honoka. Sin embargo, aunque apenada por haber perdido, la ojiazul no dejaría que la odiosa se saliera con la suya, sobre todo porque no quería dejar de hablar con Tsubasa si se la volvía a topar.
―No puedes decidir por ella, Megu-chan, porque es ella la que elige a sus amigas, no yo.
La chica aludida se mordió el labio con molestia antes de explotar:
―¡TÚ TE VAS A ALEJAR DE ELLA! ¡PERDISTE! ¡NO SIRVES PARA NADA! ¡DEMOSTRÉ QUE SOY MEJOR Y...!
Megu terminó sentada en el suelo, sobándose la quijada.
―Yukiho...
―Yukiho-chan...
―Tú...
La castaña se frotó el puño mientras todas las miradas se posaban sobre ella.
―Ya ganaste el combate. Confórmate con eso.
Tras levantarse, Megu se sacudió un poco el polvo y miró a las demás chicas con odio.
―Digan lo que quieran. Yo soy la mejor aquí. Mejor me voy; no quiero que el fracaso se me pegue. ―Y se marchó con el ceño de un Primeape y casi con una postura similar.
―Yukiho..., nunca pensé que la ibas a golpear ―dijo Honoka.
―Es cierto, Yukiho-chan. Sabía que eras una persona seria, pero no a ese nivel ―añadió Alisa―. Creí que lo del agarre de hace rato sería lo máximo.
―Chicas, así es como actúo cuando se meten con lo que me importa. No se sorprendan si en el futuro pasa algo similar.
La pelijengibre no sabía cómo reaccionar, si molesta por el actuar de su hermana o feliz porque esta la consideraba alguien importante.
―Onee-chan, no te me quedes ahí mirando como tonta. Ten ―dijo Yukiho mientras le arrojaba una poción―. Teddiursa la necesita ahora mismo.
―¡Es verdad! ―exclamó como si la sacaran de un trance―. Tranquilo, pequeño, pronto estarás como nuevo.
―... Ursa.
Derrotas así podrían seguir sucediendo en el futuro de Honoka. No obstante, sabía que tendría que levantarse cada vez que se cayera. No le tomaría tanto tiempo esta vez, eso sí; una persona como Megu merecía que la hicieran callar.
Creo que en el capítulo en el que apareció Emi, mencioné que Honoka tendría una segunda rival y que sería todo lo contrario a ella, al punto que hasta Honky la podría odiar. Pues bien, Megu es la que cumplirá ese papel. Su nombre está tomado de la seiyuu de Tsubasa, Megu Sakuragawa, y en cuanto a por qué su Pokémon es un Roselia shiny..., creo que más de alguno entenderá la referencia. Si no, a revisar qué otro papel conocido tiene.
Pasando a otro tema, he estado viendo la serie de las Nijis. Hasta ahora, las nueve tenían tipos preliminares en los que se especializarían. Con siete capítulos emitidos, les diré que de las chicas que los protagonizaron, hasta ahora solo le he cambiado el tipo a una. El resto sigue tal cual. En cuanto al papel de Yu en este fic, ya lo tengo más o menos definido. Solo diré que no será líder de gimnasio, Élite Cuatro ni campeona. Tampoco un símil de Honoka.
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