Rodando, saltando y pateando
- ¡Sí! ¡Llegó el día de mi batalla de gimnasio contra Rin-chan! ¡Hora de conseguir mi segunda medalla!
- ¡Teddiursa!
Honoka salió del centro Pokémon con un enorme ánimo. Ya se sentía un paso más cerca de la liga y no quería perder ni un segundo.
- Un momento ustedes dos, qué bueno que estén animados y todo eso, pero hasta que no desayunen, nada de batallas.
- ¡Pero Yukiho, tengo que aprovechar la energía que tengo!
- ... Sa. –Teddiursa reaccionó de manera diferente. La sola mención de comida hizo que comenzara a caérsele la baba.
- Sí, energía que se va a acabar pronto si no te alimentas.
- Vamos, Honoka-san, Teddiursa, comamos algo antes de su gran encuentro –dijo Alisa.
- Pero...
- Te daremos un pan, onee-chan.
- ¡No se diga más! ¡A comer!
El grupo se dispuso a desayunar. Rin podía esperar unos minutos más.
(...)
- ¿En serio este es el gimnasio?
Un edificio de buen tamaño se alzaba frente a las chicas. De acuerdo a las coordenadas que les dio la enfermera Joy, estaban en el lugar correcto. El problema: se trataba de un gimnasio para humanos.
- Quizás hay que entrar y ver –sugirió Alisa.
Al ingresar, las dudas solo aumentaron. Algunas personas y unos cuantos Pokémon se ejercitaban en máquinas buscando una mejor figura, pero no se veía nada que indicara que era un gimnasio Pokémon.
- Disculpa, ¿tú eres Honoka-san?
Quien habló fue una chica joven y sonriente. Daba la impresión de tener muy buena disposición.
- Sí, soy yo.
- Te estábamos esperando.
Las chicas y Teddiursa intercambiaron miradas.
- Me llamo Riho. Soy la asistente de Rin-san.
- ¿Entonces este de verdad es el gimnasio Nyanya? –preguntó Yukiho.
- Exactamente.
- ¿Y dónde está Rin-chan?
- En la parte de atrás. Síganme.
Riho guio a las muchachas por el gimnasio. Por el camino vieron a más personas y Pokémon ejercitándose, cosa que les seguía llamando un poco la atención.
- Disculpa, Riho-san, si este es un gimnasio Pokémon, ¿por qué hay gente ejercitándose? –preguntó Yukiho.
- Este lugar es para que tanto personas como Pokémon puedan mejorar su condición física. Además, así generamos ingresos extra –respondió una sonriente Riho.
- Ya veo... Sí, tiene sentido.
A medida que se acercaban al área de combate, la cantidad de gente disminuyó. Había unas cuantas máquinas de ejercicio por ahí, pero parecían ser exclusivas para Pokémon. También se veía una piscina en la que un Poliwhirl nadaba.
- ¿Cómo estás, Poliwhirl? –lo saludó Riho.
- ¡Poliwhirl!
- Ese es uno de los Pokémon de Rin-san.
- Se ve en buena condición física –señaló Alisa.
- ¿Y cómo está Shroomish? –preguntó Honoka de golpe.
- ¿Ustedes le trajeron ese Shroomish?
- Sí, por petición de Hanayo-chan.
- ¡Vaya! Ahora entiendo por qué la vi tan feliz ayer. Rin-san esperaba una respuesta desde hace un tiempo y empezaba a preocuparse. Más de una vez llegó a pensar que sus sentimientos no eran recíprocos.
A los pocos minutos, llegaron a una arena en la parte trasera del edificio. Unas gradas para los espectadores y una puerta en una esquina eran visibles. No había, eso sí, rastros de Rin.
- ¿Y Rin-san? –preguntó Alisa.
- Sí, tú dijiste que estaría aquí –dijo Honoka.
- Probablemente esté afuera en el callejón. Muchos Meowth salvajes suelen deambular en ese lugar y a ella le gusta mucho alimentarlos y cuidarlos.
Casi al instante, la puerta se abrió dando paso a Rin y a Shroomish. La pelinaranja cargaba varios platos de comida vacíos y exudaba felicidad por cada uno de sus poros.
- ¿No eran adorables esos Meowth, Shroomish?
- Mish –respondió no muy convencido.
- A mí me encanta cuidar de ellos. Si no hubiese entrenado Pokémon tipo lucha, de seguro tendría un equipo lleno de Meowth, nya.
En eso, Rin clavó la vista en Honoka y su grupo.
- ¡Buenos días a todas!
- Buenos días, Rin-chan.
- Shroomish...
- Buenos días, Shroomish.
- ¿Cómo estás, nya?
- Con muchas ganas de combatir –dijo una segura pelijengibre.
- ¡Me gusta tu energía!
- Tú también te vez con mucha energía, Rin-san.
- Por supuesto que sí, Riho-chan. ¡Estoy muy feliz, nya! Hablé por teléfono hace un rato con Kayo-chin... ¡y aceptó ser mi novia, nya!
Se vieron rostros de alegría en todas.
- ¡Felicitaciones, Rin-chan! –exclamó Honoka.
- Que Hanayo-san y tú sean muy felices –la secundó Alisa.
- Muchas felicidades a ambas –agregó Yukiho.
- Siempre dije que hacían una hermosa pareja. Ahora por fin lo son de manera oficial –señaló Riho.
- ¡Sí! Cuidaré mucho de Kayo-chin de ahora en adelante, nya.
Ya habiendo compartido su felicidad con todas, Rin se reenfocó en lo importante.
- Pero ustedes no vinieron a escuchar sobre mi vida amorosa. Honoka-chan, no perdamos más tiempo y empecemos con la batalla. Chicas –les dijo a Yukiho y a Alisa–, ustedes pueden sentarse en las gradas si quieren.
Las menores se ubicaron en sus asientos. En el caso de Alisa, sacó a sus Pokémon para que también presenciaran la batalla.
- Iney, Rozy, tenemos que apoyar a Honoka-san.
- ¡Vulpix!
- ¡Cleffa!
- ¡Teddiursa!
Teddiursa estaba sentado en el regazo de Yukiho y hacía pucheros; Honoka no lo había considerado para el combate.
- Vamos, Teddiursa, no te molestes. De seguro onee-chan volverá a contar contigo la próxima vez.
- Sa...
El ambiente de batalla ya se sentía en la arena. Ambas entrenadoras estaban en sus posiciones y se veía determinación en sus ojos.
- Honoka-chan, no pienso moderarme contigo. Me diste un susto de muerte con lo de Kayo-chin, así que prepárate para una lucha intensa, nya.
- No creas que me asustaré tan fácilmente, Rin-chan. Vine a ganar y a obtener una medalla.
La pelinaranja sonrió.
- Riho-chan, explícale las reglas.
- Con mucho gusto. Esta es una batalla de gimnasio oficial entre Honoka la retadora y Rin la líder del gimnasio Nyanya. Cada entrenadora podrá usar dos Pokémon y la batalla terminará cuando los dos Pokémon de alguna de ellas sean incapaces de continuar. Además, solo la retadora podrá hacer sustituciones.
- Si onee-chan aplica algunas de las cosas que vimos anoche, podría tener una oportunidad contra Rin-san –afirmó Yukiho.
- Ojalá tengas razón. Como todas las líderes de gimnasio de la región, Rin-san es difícil de derrotar. Honoka-san no tendrá un combate fácil –dijo Alisa.
- Teddiursa...
Volviendo al campo:
- Shroomish, ahora verás lo que hago. Cuando tengas más experiencia, también vas a participar, nya.
- ¡Shroomish! –exclamó con decisión.
- Honoka-chan –La pelinaranja clavó la vista en su rival–, llegó el momento de la verdad. Veamos si tienes lo que se necesita para obtener mi medalla, nya.
- De seguro vas a impresionarte, Rin-chan. –Honoka se veía confiada.
- Ya lo descubriremos. Es hora de llamar a mi primer Pokémon. ¡Mankey, yo te elijo, nya!
- ¡Mankey!
- Hora de consultar.
«Mankey, el Pokémon Mono Cerdo. Tipo lucha. Posee un mal temperamento y se enfada con mucha facilidad. Ataca a cualquiera que se le acerque demasiado».
- ¡MANKEY!
El grito del Pokémon de Rin espantó a Honoka.
- ¡Ah! ¡Tengo miedo!
- ¡Onee-chan, concéntrate! ¡Tienes que vencerlo!
- ¡Sa, Teddiursa!
El apoyo de sus amigas y Teddiursa reenfocó a la pelijengibre en la batalla.
- Si vas a usar a Mankey, entonces te enfrentaré con esto. ¡Komala, ve!
- Buah.
- ¡¿Qué?! ¡¿Komala?! –Se extrañó Yukiho.
- Quizás Honoka-san tiene alguna estrategia con él, Yukiho-chan –respondió Alisa.
- ... Eso espero, Alisa... Eso espero.
Ya con los dos Pokémon en el campo, era momento de que iniciara la acción.
- Mankey versus Komala. ¡Que comience la batalla! –señaló Riho.
- Es hora de dormir a Mankey. ¡Komala, usa Bostezo!
- Buah.
Pequeñas burbujas salieron de la boca de Komala e impactaron en Mankey. El problema fue que pese a acertar, el movimiento no pareció hacer efecto en el Pokémon luchador.
- ¡MANKEY! –exclamó furioso.
- ¿Eh? Pero se suponía que Mankey debía quedarse dormido.
- La habilidad especial de mi Mankey es Espíritu Vital. Es inmune al sueño, nya.
- ¡MANKEY!
Honoka hizo una mueca de espanto al enterarse.
- Esto es malo –señaló Yukiho desde su lugar.
- Ahora es nuestro turno de atacar. ¡Mankey, Patada baja, nya!
- ¡Mankey!
El Pokémon Mono Cerdo arremetió contra Komala dispuesto a patearlo. Justo cuando el ataque iba a hacer contacto, una nerviosa comepan, a la que casi se le cae la Pokébola de las manos por lo mismo, regresó a su Pokémon.
- ¡Komala, regresa!
- No esperé que hicieras una sustitución tan rápida, nya. ¿Cuál será tu segundo Pokémon?
Honoka miró desafiante a Rin.
- Mi clave para ganar. ¡Gligar, ve!
- ¡Gligar!
Gligar se apoyó sobre su cola nada más salir de su Pokébola.
- Solo porque tengas un Pokémon volador no significa que me vencerás. ¡Mankey, Golpe de karate, nya!
- ¡Mankey!
- Ojalá lo que practicamos con Yukiho funcione –pensó Honoka–. ¡Bloquéalo con Corte furia! –ordenó después.
La mano de Mankey y la garra de Gligar chocaron entre sí.
- ¡Insiste con Golpe de karate!
- ¡Corte furia otra vez!
Lo mismo de antes.
- Perfecto.
- Creo que onee-chan encontró una oportunidad.
- ¡Gligar, rebota y usa Picotazo venenoso!
- ¡Gli... gar!
Como Mankey tenía incapacitados ambos brazos de momento, el Escorpión Volador se impulsó ligeramente con su cola y disparó una lluvia de agujas venenosas contra él.
- ¡No, Mankey, nya!
- ¡Eso es, Gligar!
A pesar del daño recibido, el Mono Cerdo aún no estaba vencido. De hecho, tampoco estaba tan golpeado como podría suponerse.
- ¿Te encuentras bien, Mankey?
- ¡Mankey!
- Genial. Entonces usa Patada baja.
Los movimientos del Pokémon de lucha fueron tan rápidos que Gligar no pudo esquivarlos. Tras patear la cola de su oponente y derribarlo, Mankey continuó con un Golpe de karate que le dio justo en la cabeza y lo estampó en el suelo.
- Que Mankey tenga desventaja de tipo no significa que no pueda hacerle daño a tu Gligar, Honoka-chan, nya.
- ¡Ataque de arena!
A pesar de estar tendido en el suelo, el Pokémon volador movió velozmente su garra izquierda y le lanzó algo de polvo a los ojos de Mankey. Este comenzó a retroceder tratando de limpiarse la arena, cosa que aprovechó Gligar para levantarse.
- ¡Gligar!
- Gligar parece estar en control de la situación –comentó Alisa.
- Tal parece que el entrenamiento de anoche rindió frutos –dijo Yukiho.
- ¡Es el momento de atacar! ¡Gligar, impúlsate y usa Corte furia!
El Pokémon de tierra usó su cola como resorte y se lanzó contra Mankey.
- ¡Doble equipo, Mankey!
De forma casi instantánea, varias copias del Pokémon Mono Cerdo aparecieron en el campo. Por lo demás, el Corte furia fue infructuoso.
- ¡No pienso perder, Honoka-chan! ¡Mankey, Cuchillada nocturna!
- ¡MANKEY!
- ¡Gli...!
Gligar tragó saliva al ver a tantos Mankey lanzarse contra él con la intención de lastimarlo. Todos extendían sus garras afiladas, acrecentando el temor del Pokémon de tierra.
Antes de que Honoka y Gligar se dieran cuenta, este último recibió varias Cuchilladas nocturnas. Parecía que el Pokémon volador aguantaba bien los golpes, pero no podía saberse con exactitud cuánto duraría en pie.
- ¡Golpe de karate, nya!
Daño directo para Gligar, y además masivo. Al mismo tiempo, Mankey volvió a ser un solo Pokémon.
- Esto es malo. Mankey golpea demasiado fuerte. Si esto sigue así, Gligar va a caer.
- ¡Usa Patada baja, nya!
- ¡MANKEY!
- ¡No, Honoka-san podría perder a Gligar!
- ¡Que onee-chan haga algo rápido!
- ¡Sa, Sa, Sa, Sa!
- ¡Gligar, regresa!
Antes de que la patada pudiera conectar, el Pokémon de Honoka volvió a su Pokébola.
- Eso estuvo cerca –susurró.
- Un poco más y habría ganado, nya –se lamentó Rin.
- ¡Komala, ve!
- Buah.
- Komala no podrá dormir a Mankey. Quizás deba hacer que esquive los golpes hasta que Gligar se recupere un poco.
- ¡No importa, aún puedo ganar! ¡Mankey, Patada baja!
- ¡MANKEY!
- ¡Komala, rueda y esquívala!
- Buah.
El Pokémon normal rodó hacia un lado y evitó la patada.
- ¡Doble equipo, nya!
Nuevamente apareció la horda de Mankey, por lo que se avecinaban problemas para Komala.
- ¡Ahora usa Patada baja!
- ¡Sigue rodando!
El Pokémon normal hizo lo que le ordenó su entrenadora en medio de su sueño. Rin no se esperaba algo así de un Pokémon que se la pasaba durmiendo, pero no pensaba dejar que eso la sorprendiera.
- ¡Cambia a Golpe de Karate, Mankey, nya!
- ¡MANKEY!
Mankey y sus ilusiones se lanzaron con todo para golpear a Komala, pero en ese momento, Honoka regresó a su Pokémon y llamó de nuevo al combate a Gligar.
- ¡Gligar, ve y usa As aéreo!
- ¡Gligar!
Ayudado por el impulso ganado al salir de su Pokébola, el Escorpión Volador atravesó las réplicas de Mankey y logró golpear al verdadero con supereficacia.
- ¡Genial! –exclamó Alisa desde la tribuna.
- ¡Buena jugada! As aéreo es un movimiento que siempre da en el blanco. Además, es de tipo volador, muy efectivo contra un tipo lucha como Mankey.
- ¡Sí! ¡Ahora usa Corte furia, Gligar!
Una serie de golpes de garra terminaron por debilitar a Mankey.
- Man... key...
- ¡Mankey!
- ¡Mankey no puede continuar, Gligar gana!
- Yukiho-chan, la estrategia que le dijiste a Honoka-san funcionó –dijo Alisa.
- Sí que lo hizo. Como Gligar no es capaz de planear bien ni mantenerse en el aire por mucho tiempo, necesita ganar impulso de otras formas para usar sus ataques voladores. Salir de su Pokébola y rebotar sobre sus oponentes son buenos métodos para eso.
- ¡Sí, lo hicimos, Gligar! –exclamó Honoka en el campo de batalla.
- Gli... gar... Gli... gar...
- Pero me pregunto si Gligar logrará aguantar otra ronda –comentó Yukiho.
- Teddiursa...
- Lo que hiciste fue impresionante, Honoka-chan. Mankey siempre es un oponente difícil para los retadores, y que a pesar de todo lograras derrotarlo debe destacarse, nya.
- Muchas gracias, Rin-chan, aunque el triunfo no es solo mío.
- Pero aún me queda un Pokémon y no pienso dejar que ganes mi medalla. ¡Scraggy, yo te elijo, nya!
- ¡Scraggy!
«Scraggy, el Pokémon Muda. Tipos oscuridad y lucha. La mitad inferior de su cuerpo está cubierta por una elástica piel que reduce el daño recibido. Si se hace contacto visual con él, responde con un cabezazo».
- Shroomish...
- Tranquilo, Shroomish, estoy segura de que Scraggy ganará esta.
El mencionado se estiraba la piel de sus piernas en un intento por amedrentar a su rival. Sin embargo, Honoka tenía otros planes para Gligar.
- Gligar, regresa.
El Pokémon volador volvió a su Pokébola.
- Así que le darás descanso a Gligar, nya.
- Exactamente, Rin-chan. ¡Komala, ve!
- Buah.
En las gradas, Yukiho y Alisa hacían observaciones.
- Komala es bueno esquivando, pero no creo que Scraggy lo deje tranquilo.
- Tienes razón, Alisa. De seguro Rin-san ya está planeando una forma de evitar que Komala evite los golpes.
- ¿Teddiursa?
- Tranquilo, Teddiursa. Onee-chan podrá superar cualquier problema que se le presente. De algo sirve que sea tan terca.
- ¿Ustedes qué opinan, Iney, Rozy?
- ¡Vulpix!
- ¡Cleffa!
Volviendo a lo que acontecía en el campo, Honoka se mostraba inusualmente seria. Se notaban sus ganas de triunfar y esperaba conseguir la victoria sin sufrir en demasía.
- Honoka-chan, no puedo dejar que obtengas mi medalla tan fácil. ¡Scraggy, usa Cabezazo, nya!
- ¡Scraggy!
El Pokémon de oscuridad se lanzó de cabeza contra Komala, quien lo esquivó con relativa facilidad.
- ¡Bostezo, Komala!
- Buah.
Las burbujas dieron en Scraggy quien, a diferencia de Mankey, sí se mostró somnoliento.
- ¡Sí!
- ¡Scraggy, no te duermas!
Desafortunadamente para Rin, su Pokémon terminó quedándose dormido, cosa que Honoka aprovechó para atacar.
- ¡Komala, Golpazo!
- Buah.
Scraggy recibió un potente golpe de tronco.
- ¡Sigue usando Golpazo!
Como una lluvia de piedras, los azotes de Komala eran potentes y dañinos. Debían aprovechar que Scraggy estaba dormido, porque quizás sería la única oportunidad de causarle golpes serios.
- Es ahora o nunca –pensó Honoka.
Para mala suerte de la pelijengibre, Scraggy comenzó a brillar. Para cuando dicho brillo se desvaneció, el Pokémon luchador estaba totalmente despierto.
- ¡Sí, la habilidad de Scraggy se activó, nya!
- ¿Su habilidad?
- Mudar. Hay ocasiones en las que Scraggy puede curarse solo de un problema de estado –le informó Rin.
- Ojalá Komala le haya hecho suficiente daño –dijo Yukiho en su asiento.
- ¡No dejaré que vuelvas a dormir a mi Pokémon, Honoka-chan! ¡Scraggy, usa Noqueada!
- ¡Scraggy!
Uno de los brazos de Scraggy se cubrió de energía oscura. Con él pudo darle un golpe bastante fuerte a Komala, aunque no logró debilitarlo.
- ¡Komala, regresa!
- Tal parece que volveremos a enfrentar a Gligar.
- Así es. ¡Gligar, ve!
- ¡Gligar!
El Pokémon de Honoka se veía algo cansado. Después de todo, Mankey había hecho lo suyo en la ronda anterior.
- Es hora de conseguir mi medalla. ¡Gligar, rebota sobre tu cola y trata de elevarte!
- ¡No lo permitiré! ¡Scraggy, Bomba ácida al cielo, nya!
Una auténtica lluvia de ácido morado comenzó a caer sobre Gligar, dañándolo e impidiéndole elevarse.
- ¡Cabezazo!
El golpe mandó a volar al Pokémon de tierra, aunque no de la manera que pretendía.
- ¡Bien hecho, nya!
Honoka no se esperaba una jugada como esa, pero Rin no era una líder de gimnasio por nada.
- ¡Gligar, ¿estás bien?!
- Gli... gar...
A pesar del daño, el Pokémon de la pelijengibre seguía con la suficiente energía para dar batalla.
- ¡Excelente! ¡Ahora usa Picotazos venenosos!
- ¡Gligar!
Tras un rebote, el Escorpión Volador logró elevarse un poco y disparar sus agujas tóxicas contra Scraggy, quien estiró su piel para protegerse.
- Mi Pokémon no se rendirá sin luchar, Honoka-chan. ¡Scraggy, usa Noqueada, nya!
- ¡Scraggy!
- ¡Gligar, protégete con Ataque de arena!
- ¡Gligar!
Un puñado de arena fue arrojado a la cara del Pokémon de oscuridad, haciéndolo fallar su golpe.
- ¡Ahora usa Corte furia!
Cada golpe de garra aumentaba en poder, dañando seriamente a Scraggy.
- ¡Patada de salto alto!
Gligar recibió un potente rodillazo que lo mandó al techo.
- ¡Oh, no! –exclamó Alisa.
- Onee-chan tiene que aprovechar el impulso. Ojalá se dé cuenta de que esta es una oportunidad de oro. De lo contrario, Gligar caerá.
- ¡Teddiursa!
De manera independiente, Honoka pareció percatarse de eso y le ordenó a su Pokémon usar el movimiento que podía sellar su triunfo.
- ¡Gligar, As aéreo!
El Escorpión Volador comenzó a descender a toda velocidad. Tan rápido iba que Scraggy no pudo evitar que lo golpearan.
- ¡Bien hecho! ¡Ahora sigue usando As aéreo!
- ¡No lo permitiré! ¡Scraggy, usa Bomba ácida, nya!
Gligar dio una vuelta y se dispuso a usar As aéreo otra vez. Sin embargo, recibió un bombardeo de ácido directo.
- ¡Noqueada!
Honoka se apresuró a regresar a Gligar y mandó a Komala al campo.
- Buah.
- ¡Scraggy, usa Cabezazo!
- ¡Scraggy!
Un topetazo hizo rodar a Komala por el piso.
- ¡Ahora usa Noqueada!
- ¡Esquívalo!
El Pokémon normal logró evitar el movimiento de su oponente haciéndose a un lado.
- No dejaré que tu Komala siga haciendo de las suyas. ¡Scraggy, Patada de salto alto, nya!
- ¡Scraggy!
Scraggy saltó y extendió su rodilla contra un inmóvil Komala.
- ¡Regresa!
Para mala fortuna de Rin, Honoka regresó a su Pokémon justo antes de que le llegara el rodillazo, por lo que Scraggy falló y se lastimó.
- ¡No!
- ¡Gligar, ve!
- ¡Gligar!
- ¡Gligar, usa tu cola para rebotar en Scraggy!
El Escorpión Volador así lo hizo, ganando suficiente altura con su salto.
- ¡Ahora..., As aéreo!
El descenso fue veloz, y como Scraggy estaba resintiéndose del daño de la patada fallida, no pudo defenderse del golpe de Gligar. La batalla había terminado: el Pokémon de Rin no logró resistir el ataque.
- ¡Scraggy, nya!
- ¡Scraggy no puede continuar, Gligar gana! ¡La victoria es para Honoka la retadora!
- ¡Sí, lo hicimos! ¡Gligar, ganamos!
- ¡Gligar!
Gligar intentó planear hacia su entrenadora, pero entre el cansancio y su torpeza natural, no logró estabilizarse y se estrelló de cara con ella.
- ¡Gligar! –exclamó asustado.
- Tranquilo, estoy bien, je, je –dijo la pelijengibre sobándose la frente.
- Lo torpes no se les quitará de un día para otro –opinó Yukiho desde su lugar–. Pero lo importante es que onee-chan ganó y me hizo caso con lo que le dije. Aprovechó cada oportunidad que Gligar tuvo de elevarse para atacar con todo.
- ¡Teddiursa, Teddiursa!
- Estoy tan feliz por Honoka-san. Fue una batalla difícil, pero me alegro de que haya ganado.
- ¡Vulpix!
- ¡Cleffa!
Volviendo a la arena:
- Scraggy, regresa, nya.
- Shroomish... –Se oyó algo triste.
- No te preocupes, Shroomish. Estas cosas pasan a veces. Con el tiempo te darás cuenta, nya.
Tras esas palabras, Rin se acercó a Honoka.
- Muchas felicidades, Honoka-chan. Tú y tus Pokémon realmente me sorprendieron. Fue una victoria muy merecida, nya.
- Gracias, Rin-chan, pero como dije antes el mérito no es solo mío. ¿Verdad, Gligar?
- Gli... gar –dijo cansado.
- Y también es de mi hermana y mi amiga. –La comepan miró a las tribunas. En cuanto a las aludidas, no esperaban la mención, pero les agradó que las reconocieran.
- ¿Por qué no vienen para acá y me dan un abrazo?
Las chicas se levantaron y se dirigieron corriendo donde Honoka, siendo Yukiho la primera en abrazarla... y con mucha efusividad.
- Onee-chan, eres una chica torpe, pero eres la mejor.
El gesto conmovió a la mayor.
- Y ahora –dijo Rin– es hora de entregarte lo que viniste a buscar, Honoka-chan. Por haber ganado en el gimnasio Nyanya, te entrego la Medalla Prisa, nya.
- Muchas gracias, Rin-chan.
Sin contenerse más, la pelijengibre dio un salto mientras alzaba su premio.
- ¡Sí, tengo la Medalla Prisa!
- ¡Gligar!
- ¡Teddiursa!
- Por cierto, Honoka-chan, te agradezco nuevamente por entregarme a Shroomish.
- No hay de qué, Rin-chan.
La chica se acercó al Pokémon planta y se agachó frente a él.
- Shroomish, pórtate bien con Rin-chan y hazle caso en todo, ¿sí?
- Shroomish...
- Adiós, cuídate mucho –se despidió mientras acariciaba su cabeza.
Llegó el momento de decidir sus siguientes pasos.
- Onee-chan, ahora hay que ver a dónde iremos.
- Es cierto. Necesito saber cuál es el gimnasio más cercano.
- Oh, eso es fácil: el gimnasio de ciudad Nanisore, nya.
- Conque ciudad Nanisore... ¡Chicas, ese será nuestro siguiente destino!
Era tiempo de continuar con el viaje. Con la energía renovada, Honoka y su grupo dejaron ciudad Nyanya poco después.
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