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Exhibiendo la antipatía

—Y... ya llegamos a pueblo Sakura.

—Teddiursa.

Las chicas se encontraban en el lugar del que sería el primer concurso oficial de Alisa. Esta estaba muy ansiosa, pero confiaba en sus habilidades y en las de sus Pokémon.

—Tranquila, lo harás muy bien.

—Gracias por el apoyo, Yukiho-chan.

La mirada de aquellos ojos azules fue como el disparo de un Decidueye para el corazón de la castaña.

«Arceus mío, ¿qué hice para merecer a una chica tan hermosa?».

—Me pregunto dónde debo registrarme.

—¿En serio vas a participar en el concurso?

La voz que se escuchó de repente era de una chica que el grupo ya conocía: Ayane, la misma que derrotó a Alisa en la competencia de exhibición. Su tono, igual que su expresión, denotaba arrogancia.

—¿En serio? Ya te vencí antes. No sirves, no tienes habilidad.

—Ayane-san... —murmuró Yukiho entre dientes.

—Ursa...

—Ayane-chan —Honoka se le acercó—, es cierto que eres muy hábil, pero también Alisa-chan. ¡Ella va a entrar a la competencia y la ganará!

—¡Teddiursa!

—Si quiere que la aplaste, adelante, que se registre. Veremos si es lo suficientemente tonta como para tratar de enfrentarme.

Dichas esas palabras, se marchó, dejando al grupo de chicas y a Teddiursa con un mal sabor de boca.

—Alisa, no dejes que esa presumida te haga sentir menos.

—Por supuesto, que no, Yukiho-chan. Voy a darlo todo en el escenario.

—¡No podía esperar menos de ti, Alisa-chan! ¡Busquemos el lugar de registros y mostrémosles a todos de qué eres capaz! —exclamó Honoka.

—¡Teddiursa!

Sintiendo el apoyo de sus acompañantes, la rubia sonrió. No tardaron mucho en encontrar el lugar al que deseaban llegar, un edificio de gran tamaño que contrastaba enormemente con el resto de las estructuras de la localidad.

(...)

—Según este manual que nos dieron en la recepción, tu nuevo pase aplica para todos los concursos de la región. Sobre este concurso en específico, hay que cambiar de Pokémon tras la primera ronda —informó Yukiho.

—Eso si pasamos la primera ronda —dijo Alisa—. Solo espero que lo hagamos bien.

—¡Por supuesto que sí, Alisa-chan! ¡No solo vas a llegar a la segunda ronda, también ganarás el concurso! —la animó Honoka.

—¡Sa, Sa!

—... En serio espero eso.

—¿Y a quién usarás en la primera ronda? —preguntó Yukiho.

—A Rozy. Si llegamos a la segunda ronda, será el turno de Iney.

La rubia miró a sus Pokémon, quienes le devolvieron una mirada cargada de determinación.

—¡Cleffa!

—¡Vulpix!

No podía traicionar sus expectativas. Con eso en mente, Alisa se preparó para la etapa inicial.

(...)

—¡Sean todos bienvenidos al concurso de pueblo Sakura! ¡Yo soy Ryo, su anfitriona!

El público estalló en vítores, y aunque Honoka y Yukiho aplaudieron, no podían evitar estar nerviosas por Alisa. Aquel era su debut en las grandes ligas y debía manejar bien la presión.

—Yukiho, toma mi mano.

—Tú toma la mía.

—Teddiursa...

Los tres se sujetaron las manos con fuerza, tratando de traspasarle buenas vibras a su amiga.

—¡Recuerden, de entre todos los participantes, solo ocho lograrán superar la primera ronda de exhibición, tras la cual se enfrentarán en batallas de concurso en las que deberán mostrar la belleza de sus Pokémon! ¡Quien consiga salir victorioso de ellas recibirá esto, el codiciado listón Sakura, válido para presentarse en el Gran Festival de Otonokizaka! ¡Solo aquellos que consigan tres listones podrán participar en dicho evento!

Tras la presentación de las juezas, tres chicas llamadas Akiru, María y Koyuki, se dio inicio a la competencia.

—Dicen los rumores que una de las juezas es novia de la presentadora. —Aquel fue un comentario que las hermanas escucharon desde el público por pura casualidad. Se miraron con extrañeza en consecuencia.

Regresando con el concurso, las primeras exhibiciones fueron bastante interesantes. Se veía el buen nivel de los competidores. Alisa tendría que hacer algo realmente fantástico si quería pasar de ronda.

—¡Ahora es el turno de la siguiente participante! ¡Damas y caballeros, un fuerte aplauso para Ayane!

—Va a actuar Ayane-chan... —dijo Honoka en su asiento.

—Veamos qué muestra —complementó Yukiho.

La respuesta de Teddiursa fue gruñir.

Regresando al escenario:

—¡Octillery, hora del espectáculo!

—Ocu.

«Octillery, el Pokémon Jet. Tipo agua. Atrapa a sus enemigos con sus tentáculos y los azota contra su dura cabeza. Si su rival es muy fuerte, le arrojará tinta para escapar».

—¡Octillery, apunta al techo y dispara tu Octazooka!

El pulpo lanzó una bola de tinta de tamaño considerable, más o menos como una pelota de vóleibol.

—¡Ahora, usa Rayo carga!

De la boca del Pokémon salió disparado un rayo de energía eléctrica que envolvió la Octazooka. El público quedó maravillado por lo que veía; era como un gigantesco globo de discoteca rodeado por chispas.

—¡Ya sabes qué hacer, Octillery!

—Ocu.

El Pokémon se impulsó con los tentáculos y dio un impresionante salto, colocándose encima de la esfera de tinta y envolviéndola desde esa posición. Casi de inmediato, la electricidad comenzó a recorrer el cuerpo de Octillery. Lo curioso era que, a pesar de la desventaja de tipos, el Pokémon no recibía daño alguno.

—¡Miren nada más, Octillery está rodeado por el Rayo carga! ¡No solo se ve llamativo, sino también poderoso!

—Ocu.

El público estaba boquiabierto, incluyendo a las amigas de Alisa.

—Yukiho..., ¿cómo es que lo hace?

—No lo sé, onee-chan. Estoy tan sorprendida como tú.

—Ursa...

—¡Ahora, Octillery, hacia abajo!

—Ocu.

El pulpo comenzó a caer a gran velocidad, y cuando estuvo a centímetros del suelo...

—¡Suelta la Octazooka!

La tinta se dispersó como una pequeña explosión de agua, desvaneciendo la electricidad del cuerpo de Octillery de paso.

—Terminamos —declaró Ayane con arrogancia.

Los vítores no tardaron en hacerse oír.

—Alisa la tendrá muy difícil. No quiero admitirlo, pero es posible que Ayane-san gane esta primera ronda, y eso que todavía faltan participantes.

—Alisa-chan, tú puedes lograrlo. Que esto no opaque tu actuación —susurraba Honoka para sí misma.

La rubia, en la sala de espera, había visto las rutinas de sus contrincantes en una pantalla. Inhalaba y exhalaba en un intento por calmar los nervios. Pronto sería su turno y no podía mostrarse dubitativa.

«Si estoy nerviosa, les traspasaré mis nervios a Rozy y a Iney. No puedo dejar que la rutina de Ayane-san me intimide. Yo también puedo hacerlo bien».

Las juezas anotaban con celeridad todas sus impresiones de las performances, prestando suma atención hasta a los detalles más nimios.

Tras un par de rutinas, finalmente había llegado el gran momento para Alisa.

—Concursante número 12, es su turno.

—Sí.

La rubia se levantó de su asiento y se dirigió al escenario.

—¡Llegó el momento de darle la bienvenida a la siguiente participante, una chica que hace su debut en los concursos Pokémon! ¡Un fuerte aplauso de ánimo para Alisa! —anunció Ryo.

—¡Por fin saldrá Alisa-chan! ¡Teddiursa, hora de hacerle porras!

—¡Ursa!

De la mochila de la pelijengibre sacaron unos pompones de porrista, que empezaron a agitar con brío.

—¡Alisa-chan, Alisa-chan!

—¡Teddi, Teddiursa!

Onee-chan, ¿dónde conseguiste esas cosas? —preguntó una molesta Yukiho.

—Las compré en una tienda antes de que empezara el concurso. Teddiursa y yo las usaremos cada vez que Alisa-chan tenga que competir.

—Para la próxima, avísame. No me gusta que gastes nuestro dinero de forma tan irresponsable.

—Je, je, lo siento.

—Bueno, lo hecho, hecho está. Ahora hay que desearle lo mejor a Alisa.

Volviendo con la rubia, ya se encontraba en posición. Sacó su Pokébola con premura y se mentalizó para el show.

—¡Rozy, ve!

—¡Cleffa!

Alisa podría ser una novata en los concursos, pero había estudiado mucho del tema y planeado varias rutinas durante bastante tiempo; era el momento de que el esfuerzo se reflejara.

—¡Rozy, Voz encantadora!

—¡Cleffa!

Ondas de sonido con forma de corazón salieron de la boca del Pokémon tipo hada. Dichas ondas iban incrementando su tamaño a medida que ascendían, llamando la atención del público.

—¡Ahora usa Hoja mágica!

Rozy arrojó un montón de hojas de color verde brillante hacia los corazones. Todas juntas formaron una especie de flecha que los atravesó y los dispersó en corazones más pequeños.

—¡Una vez más!

Las Hojas mágicas hicieron desaparecer los restos de la Voz encantadora y dieron unas cuantas vueltas en el aire, antes de caer sobre Rozy como si fuese otoño.

—¡Cleffa!

—¡Terminamos!

Resonaron los aplausos en el recinto.

—¡Sí, Alisa-chan, yo sabía que lo harías excelente! ¡Alisa-chan, Alisa-chan!

—¡Teddi, Teddiursa!

—Ustedes dos, dejen de hacer el ridículo —dijo Yukiho con voz severa—. Pero lo que sí es cierto es que Alisa lo hizo muy bien. —Sonrió ligeramente, mientras sus mejillas se teñían de rojo.

Regresando con la rubia, se sentía muy conforme con su presentación. Abrazó con fuerza a su Cleffa y la felicitó por su desempeño. Ahora debía esperar la decisión de las juezas.

«Ojalá pueda pasar a la segunda ronda», pensó mientras se dirigía a la sala de espera.

—¿En serio crees que vas a llegar a la siguiente etapa? Por favor, esa rutina tan simple podría hacerla cualquiera —le dijo Ayane, parada junto a la puerta del cuarto, en cuanto la vio—. Octillery y yo sí hicimos las cosas bien.

—Son las juezas las que tienen la última palabra, Ayane-san.

—Si tienen un poco de criterio, te quedarás afuera.

Hubo un par de presentaciones más. Alisa las vio todas; se sentía más nerviosa que nunca, ya que le habían parecido de buen nivel.

—¡Damas y caballeros, con esto concluye la primera ronda del concurso del pueblo Sakura! ¡A continuación se revelará qué coordinadores llegarán a la siguiente fase! —dijo Ryo.

En las tribunas:

—Yukiho, ¿cómo crees que le irá a Alisa-chan en la segunda ronda?

—Primero tiene que llegar a la segunda ronda... Quiero creer que lo logrará, pero sus rivales son muy talentosos... Onee-chan, esto no depende de nosotras.

—Tú confía, Yukiho.

—Me encantaría tener tu seguridad ahora mismo.

—Ursa, Teddiursa. —El osezno apoyó a su entrenadora, acercándose a Yukiho y palmeando su rodilla.

En medio de la conversación, Ryo volvió a hacer acto de presencia.

—¡Perdón por la espera! ¡Es hora de revelar quiénes avanzan a la segunda ronda! ¡Recuerden, solo ocho coordinadores lo lograrán!

La tensión era palpable. Mientras descendía una pantalla y se apagaban las luces, se escuchaban ruiditos, una que otra respiración agitada y a gente moviéndose en su asiento.

—¡Estos son los afortunados!

Las luces volvieron a encenderse y de a poco iban apareciendo las caras. La tercera fue Ayane.

—¡No! —exclamó Honoka.

—Lo sospechaba... —dijo Yukiho con resignación.

Sus caras, eso sí, cambiaron cuando vieron quién era la séptima clasificada.

—¡Sí, Alisa-chan lo consiguió! ¡Yo lo sabía, lo sabía!

—¡Sa, Teddiursa!

—Lo hizo... De verdad lo hizo... —La cara de Yukiho esbozó una sonrisa que cada vez se hacía más grande—. ¡Lo hizo!

—Eh..., Yukiho..., yo también estoy feliz, pero creo que te oyes más emocionada que yo.

—... Es tu imaginación —respondió desviando la mirada, con el rostro rojo.

—¡Ya sabiendo quiénes clasificaron, la computadora ordenará a las parejas para la ronda de batallas!

Los cuadros con las caras se voltearon y comenzaron a moverse por la pantalla. Cuando finalmente se detuvieron, los enfrentamientos fueron revelados.

—¡Así quedaron conformados los combates!

—¡No! —gritaron las hermanas al unísono.

La tercera batalla sería entre Ayane y Alisa.

—Me enfrentaré... a Ayane-san...

—Ya te aplasté una vez. Y lo haré de nuevo.

La rubia estaba consciente del poder de su rival. Tendría que ser más lista y utilizar buenas estrategias si quería derrotarla.

«¿Qué Pokémon usará? ¿Será Buneary otra vez o uno que no conozca? Yo tengo a Iney. Ojalá pueda derrotar a lo que saque».

Sacó la Pokébola de su Vulpix y la contempló un instante; debía confiar en ella.

Las primeras batallas transcurrieron sin mayores sobresaltos, pero Honoka y Yukiho solo esperaban a que iniciara la tercera. Cuando por fin llegó el momento, se aferraron a sus asientos; la pelijengibre estaba tan nerviosa que ni siquiera se animó a agitar sus pompones.

«Que gane Alisa-chan, que gane Alisa-chan», pensaba la mayor. La menor, por otra parte, trataba de serenarse en total silencio, sin éxito.

Por supuesto, la más nerviosa era la que sí estaba compitiendo. En ese momento debía tener la cabeza fría, justo como su hermana antes de una batalla de gimnasio.

—Alisa-san, Ayane-san, es hora de su combate —les avisó una asistente desde la entrada de la sala de espera.

—Iney, llegó el momento. —La ojiazul le susurró a su Pokébola.

Ambas oponentes dejaron el cuarto y se dirigieron al escenario, cada una expresando una emoción opuesta: Alisa estaba intranquila; Ayane, demasiado confiada.

—¡Ahora iniciará la tercera batalla de la segunda ronda entre las concursantes Alisa y Ayane! ¡Tendrán cinco minutos para mostrar sus habilidades y quitarle puntos a su rival! ¡Si una de ellas se queda sin puntos, tiene una menor cantidad al acabarse el tiempo o su Pokémon cae debilitado, la otra será la ganadora!

—¡Alisa-chan, tú puedes hacerlo! —gritó Honoka desde la tribuna.

—¡Alisa, gánale! —la acompañó Yukiho, haciendo algo inusual para ella.

—¡Teddiursa!

—Chicas..., Teddiursa... —La de ciudad Harasho sonrió complacida. De ahí se concentró en su oponente—. No puedo perder, no con su apoyo.

—Es una lástima. Tus porristas gritaron en vano.

—No vas a asustarme, Ayane-san.

El reloj comenzó a correr.

—¡Ve, Iney!

—¡Vulpix!

—¡Buneary, hora del espectáculo!

—¡Buneary!

—Veo que usarás al mismo Pokémon patético de la vez anterior. Esto será más rápido todavía. ¡Buneary, Onda trueno!

—¡Esquívalo, Iney!

Así lo hizo la Pokémon de hielo. Sin embargo...

—¡¿Qué?! ¡¿Ambas perdieron puntos?! ¿Por qué, Yukiho?

—Creo que fue porque la evasión de Iney no se vio muy artística. Se asemejó mucho a la de un combate regular.

—Alisa-chan...

Volviendo al combate, la rubia decidió contraatacar.

—¡Iney, apunta a sus pies y usa Polvo de nieve!

—¡Vul-pix!

—¡Bu!

Buneary se vio atrapado en hielo, cosa que Alisa pensaba aprovechar.

—¡Rayo de confusión!

El movimiento dio en el blanco. El Pokémon Conejo quedó confundido y comenzó a golpearse a sí mismo con sus orejas, restándole puntos a Ayane.

—¡Buneary, no podemos perder contra esas fracasadas! ¡Trata de romper el hielo con tus orejas!

—¡Bun! ¡Bun! ¡Bun! ¡Bun! —exclamaba dándose golpes.

—¡Iney, Poder oculto!

—¡Vul!

Ayane gruñó furiosa; Alisa e Iney estaban dominando el combate y restándole puntos de forma rauda. En la tribuna, por otro lado, Honoka celebraba el desempeño de su amiga.

—¡Sigue así, Alisa-chan! ¡Ya casi ganas!

Onee-chan, no grites, la vas a desconcentrar.

Regresando a la batalla, Ayane le vociferaba con desespero a su Pokémon, esperando que así se librara de su confusión, mientras Alisa e Iney seguían con su ataque. El contador de puntos de la entrenadora de Buneary estaba con un poco menos de la mitad de la barra, mientras que el de la rubia apenas había bajado.

—¡Buneary, Poder oculto!

Fue Poder oculto versus Poder oculto. El choque de las pequeñas esferas de energía creó minifuegos artificiales, causando que Alisa perdiera puntos por primera vez en un rato. Para peor, Buneary se había recuperado de la confusión.

—¡Rompe el hielo!

—¡Buneary!

El conejo usó sus orejas para destrozar el hielo que lo inmovilizaba. Alisa tendría que pensar en otra cosa para asegurar la victoria.

—¡Iney, Fragmento de hielo!

—¡Rebote!

Buneary aplastó el ataque de Iney, creando brillos que lo hacían resaltar y bajando los puntos de Alisa en el proceso.

—¡Rebote otra vez!

—¡Defiéndete con Polvo de nieve!

—¡Vul!

—Caíste.

—¿Qué?

—¡Buneary, cambia a Puño mareador!

Las puntas de las orejas del conejo se congelaron, dando la impresión de guantes de boxeo de hielo. El golpe fue tremendo; Alisa e Iney comenzaban a perder terreno en el encuentro, y eso lo sabía la chica.

—¡Buneary! —se burló el de tipo normal.

«Ayane-san está usando los movimientos de Iney en mi contra... Tal vez si usamos otra vez Rayo de confusión...».

Tendría que arriesgarse.

—¡Iney, Rayo de confusión!

—¡Vulpix!

El movimiento salió disparado contra Buneary, pero cuando estuvo a punto de hacer contacto...

—¡Rebote!

—¡Bun!

El conejo dio un tremendo salto, quedando justo sobre Iney.

—¡Aplástalo!

«¡Quedó expuesto!», Alisa se había dado cuenta de ese detalle: era su oportunidad.

—¡Rayo de confusión otra vez!

En esta ocasión dio en el blanco, por lo que Buneary no logró concretar el Rebote.

—¡Excelente! ¡Ahora usa...!

—¡Puño mareador!

A pesar de estar confundido, el Pokémon normal se las arregló para darle un buen golpe a Iney.

—¡Se terminó el tiempo! —anunció Ryo—. ¡Quien pasa a la siguiente ronda de batallas es... Ayane!

El público estalló en aplausos. De alguna manera, Ayane se las había arreglado para revertir la situación, aunque solo quedó con unos cuantos puntos más que Alisa.

—Buneary, bien hecho. —Se enfocó entonces en su oponente—. Te dije que acabaría contigo. Que no te engañe esa barra de puntuación.

—Iney y yo lo hicimos bien... No nos menosprecies.

—Perdieron. Esa es la única verdad.

Alisa tomó a Iney en brazos y dejó el escenario. Por su parte, Ayane fue a la sala de espera para su siguiente batalla.

En el público, las amigas de la rubia lamentaban los acontecimientos.

—No puedo creer que Alisa-chan perdiera. Estaba segura de que ganaría el listón al final.

—Sa...

—Ella e Iney tuvieron una batalla excelente..., pero esa Ayane-san... Ella sabe cómo emplear los movimientos de sus rivales en su propio beneficio.

—Vayamos con Alisa-chan. De seguro necesita apoyo ahora mismo.

—Tienes razón, onee-chan.

La rubia en ese momento se encontraba en un pasillo del edificio, todavía cargando a Iney.

—... Volví a perder con ella... Esta vez lo hicimos mejor, pero... no fue suficiente. Creí que llegaríamos más lejos..., que podríamos mostrarle a Ayane-san que tenemos talento... —Se empezó a quebrar—. Que... que...

Alisa lloró como nunca antes. Ni siquiera de pequeña se había sentido así. Su Pokémon trató de consolarla, pero fue inútil.

—¡Alisa!

—¡Alisa-chan!

—¡Teddiursa!

Sus amigas la encontraron y la abrazaron inmediatamente.

—Alisa, no llores más. Hiciste lo que pudiste y te puedes ir con la frente en alto. Ya llegará el día en el que ganes tu primer listón y derrotes a esa engreída.

—Es cierto, Alisa-chan. Lograste pasar la primera ronda en tu primer concurso. No todos lo logran.

—Sa, Teddiursa.

—Recuerda, tú nos tienes a nosotras, ella no —le dijo Honoka.

Alisa tardó un poco en calmarse. Sin embargo, a pesar de que seguía apenada, decidió que no se iría hasta que el concurso acabara.

—Asistiré a la ceremonia de premiación. Es lo que un buen coordinador haría.

—¿Sea cual sea el resultado?

—Sea cual sea.

Yukiho se llevó la mano al pecho y escuchó su corazón agitado.

«Sí que es una chica muy noble».

(...)

—¡Damas y caballeros, un aplauso para la ganadora del concurso Sakura, Ayane!

—¡Esto se lo dedico a todos mis admiradores! —exclamó la muchacha mientras levantaba el listón que acababa de obtener.

En el fondo, aplaudían todos los demás participantes, incluyendo Alisa, quien mantenía una expresión seria.

—¡Gracias a todos por venir y será hasta la próxima vez!

Finalizada la ceremonia, Alisa se unió a sus compañeras.

—¿Nos vamos?

—Sí. Ahora nos espera ciudad Chunchun —dijo Honoka.

Estaban a punto de irse cuando una voz irritante las detuvo:

—¡Oye, fracasada!

—Ayane-san...

—¿Envidia? —preguntó agitando el listón—. Ni en tus sueños vas a conseguir algo como esto. Yo me retiraría de los concursos de ser tú.

—¿Por qué tanto interés en fastidiarme? Yo no he hecho nada para molestarte.

—¿No? Tu mera presencia me saca de quicio. Esa cara de... Cutiefly muerta... ¡Agh! Me repugnas. No quiero volver a verte.

—Ayane-san —Alisa miró a su rival con firmeza—, algún día voy a vencerte. Lo digo en serio, en frente de mis amigas.

—Las palabras se las lleva el viento. Nunca me derrotarás —presumió Ayane antes de irse.

Yukiho se acercó a la rubia y le palmeó el hombro.

—Le ganarás. Antes de que ella se dé cuenta, tendrás los tres listones y por fin te empezará a respetar.

—Ojalá así sea, Yukiho-chan. Ojalá.

—¡No quiero caras tristes ni ánimos bajos! ¡Vamos, ciudad Chunchun nos espera! ¡Faito dayo! —exclamó Honoka.

—Sí, sí, ya sabemos —replicó su hermana.

Alisa no pudo ganar su primer concurso, pero se aferraba a la esperanza de conseguir la victoria pronto. Mientras tanto, puliría sus estrategias; Ayane tendría que tratarla como una rival digna alguna vez.


Nuevamente Alisa se quedó con las manos vacías, solo que esta vez en una competencia oficial. Por cierto, decidí reducir la cantidad de listones en la historia de cinco a tres por dos razones: uno, para que la historia pueda fluir un poco más rápido; y dos, como no soy un gran fan de los concursos, me cuesta pensar en rutinas que puedan verse creíbles.

Tanto la animadora como las juezas son personajes de SIF. Tuve que ver un poco quién podría calzar en los roles, ya que no juego SIF.

Una cosa más: aunque Ayane es la rival principal de Alisa, no quiero que sea la única. Eso sí, no sé quién más puede cumplir ese papel, así que acepto sugerencias que vayan acorde a la historia.

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