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Entre las llamas y la pasión

Llegó la hora de la esperada revancha entre Honoka y Maki. ¿La pelijengibre podrá sobreponerse y ganar su medalla o recibirá otra paliza?


Tras su derrota con Maki, se vio a una Honoka sumamente apagada. Ella confiaba en ganar la medalla con facilidad, y en cambio se encontraba sentada junto a una camilla en la que descansaba su lastimado Teddiursa. Su Gligar y su Sunkern lo hacían en las camillas contiguas.

Maki-chan es demasiado fuerte... Pensé que todo sería más fácil, que mis Pokémon podrían manejar a los suyos... Me equivoqué... y ellos pagaron el precio.

Gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.

Onee-chan, no quiero sonar antipática, pero... necesitabas una derrota así.

―¡Yukiho! ―exclamó molesta.

―¡No me malentiendas! ¡Por supuesto que me habría encantado que ganaras! Es solo que te estabas confiando mucho últimamente. Las líderes de gimnasio son entrenadoras fuertes con mucha experiencia. Tú empezaste hace poco. Que hayas vencido a dos no significa que vas a ganarles a todas a la primera. Tampoco que vayas a ganar siempre.

Con los ojos aún humedecidos, Honoka fijó la vista en su hermana menor.

Onee-chan..., terminar invicto en la vida es una utopía. Las personas perdemos muchas veces. Si quieres ganar, tienes que ver qué hiciste mal y cambiar el enfoque.

La pelijengibre volvió a mirar a sus Pokémon por unos segundos antes de reenfocarse en Yukiho.

―¿Qué crees que debería mejorar para que no pase lo mismo en la revancha?

―Primero, no te confíes; tu rival es una líder de gimnasio; segundo...

―Disculpen por interrumpir ―dijo Alisa mientras entraba a la habitación con unas botellas―. Les traje algo de beber. ¿Quieren?

―... Gracias, Alisa-chan.

―Gracias, Alisa.

―No hay de qué.

El aura de amabilidad que desprendía la rubia hizo que Yukiho se sonrojara un poco, aunque esta no se dio cuenta.

―¿Cómo está todo?

Alisa no fue la única en entrar. Poco después de ella, hizo ingreso Maki, vistiendo una bata de doctora.

―Maki-chan...

―Qué sorpresa verte en este lugar ―dijo Yukiho.

―Ni creas. Siempre vengo a ver a los retadores después de las batallas para chequear a sus Pokémon. ―Se acercó a Teddiursa―. Estará bien. Las Chansey y las enfermeras Joy hicieron un buen trabajo.

Mientras la pelirroja se volteaba para revisar a Gligar, Honoka se dio cuenta de cómo para esta lastimar a los Pokémon ajenos era solo una parte de su trabajo.

―No tardarán mucho en recuperarse. Solo necesitan descansar un poco más ―aseguró Maki.

La pelijengibre se percató de que la líder de gimnasio mostró una actitud más suave durante las revisiones. Quizás fuese despiadada en la arena, pero fuera de ella, no eran tan diferentes.

―Maki-chan..., cuando mis Pokémon estén mejor, ¿me darías una revancha?

La ojimorada miró a Honoka y le dijo con seriedad:

―Te estaré esperando.

Dicho eso, se retiró; tenía más pacientes que atender.

Sabiendo que tenía garantizada una nueva oportunidad, la comepan comenzó a ver qué se vendría.

―¿Por dónde empiezo?

―No solo tienes que fortalecer a tus Pokémon. También tienes que evaluar nuevas estrategias. Por ejemplo, Gligar es un Pokémon de tierra, pero no sabe ningún movimiento ofensivo de ese tipo.

―¿Cuál crees que sería bueno?

―Tenemos que ver eso con calma.

Yukiho tenía razón: que Gligar no supiera un ataque de tierra ponía a Honoka en desventaja ante un gimnasio tipo fuego.

―Haré lo necesario para mejorar. Y sé que Gligar también.

―También creo que hay que ver qué más puede aprender Teddiursa; solo conoce tres movimientos.

―Es cierto.

Honoka ya intuía que se vendría un entrenamiento muy duro.

―Ánimo, Honoka-san. Nosotras te ayudaremos.

Sintiéndose apoyada por su hermana y su amiga, la pelijengibre sonrió.

―Muchas gracias, chicas.

(...)

Un par de días después, los Pokémon de Honoka recibieron el alta, por lo que el grupo fue a un pequeño campo de práctica detrás del gimnasio para aprender nuevas técnicas.

―Bien, onee-chan, es hora de que empecemos.

―Entendido. ¿Preparados, chicos?

―¡Ursa!

―¡Gligar!

―Buah...

Aprendiendo de su derrota, la ojiazul decidió no usar a Sunkern, reemplazándolo por Komala.

―Algo que noté en tu combate es que todos los Pokémon de Maki-san usan Lanzallamas. Saber contrarrestarlo va a ser clave.

―¡Pero no sé cómo!

―Es por eso que Vulpix servirá como apoyo en este entrenamiento. Tal vez solo sepa usar Brasas, pero de todas formas servirá.

―¡Vulpix!

El Pokémon de Yukiho mostraba mucha seguridad, pero parte de esa seguridad derivaba del hecho de que Iney lo estaba mirando; quería impresionarla y qué mejor que mostrando su fuerza.

―Espero que todo esto salga bien, Iney ―dijo Alisa.

―¡Vul!

Volviendo al entrenamiento:

―¿Lista, onee-chan?

―Tú sabes que sí ―respondió una alegre y desafiante Honoka.

―Entonces... ¡Vulpix, usa Brasas!

―¡Vul!

―¡Esquívenlo!

Las sesiones de entrenamiento se extendieron por unos cuantos días más. Como la pelijengibre intuía, fue bastante duro. Sin embargo, el esfuerzo valió la pena. Por supuesto, sería en la batalla contra Maki en donde se vería el resultado real.

(...)

―Veo que finalmente volviste.

―Por supuesto que sí. Tú misma me dijiste que podía regresar cuando mis Pokémon estuvieran mejor. Hoy no me voy sin medalla.

Honoka y Maki estaban en extremos opuestos del campo. La líder mostraba su habitual seriedad, mientras que la retadora se veía entusiasta, aunque en su interior sentía algo de nerviosismo.

―Se dará inicio a la revancha entre Honoka, la retadora, y Maki, la líder del gimnasio Nanisore. Una Medalla Estallido está en juego.

Mientras Eriko hablaba, las chicas se miraron de manera desafiante.

―Las reglas de la batalla son las mismas de la anterior: cada entrenadora puede usar tres Pokémon y la batalla terminará cuando los tres Pokémon de alguna no sean capaces de continuar. Además, ambas podrán realizar sustituciones.

Habiéndose explicado el reglamento, Maki le habló a su oponente:

―Espero que esta vez puedas hacer algo más. La anterior apenas ofreciste resistencia.

―Tengo confianza en mi equipo, Maki-chan. Estoy segura de que las cosas serán diferentes.

Yendo a las gradas:

―¿Crees que Honoka-san pueda ganar esta vez, Yukiho-chan?

―Eso espero. Onee-chan se ha esforzado mucho para resarcirse de su derrota. Ella y sus Pokémon realmente se enfocaron estos días, y sabes que es muy difícil que se tome tan en serio un entrenamiento.

Ambas vieron el rostro de la mayor: demostraba un ánimo que no debía confundirse con la presunción.

Volviendo a la arena:

―Pues veamos si ese es el caso. Elige a tu primer Pokémon.

―¡Muy bien! ¡Ve, Komala!

―Buah.

―Así que esta vez no irás con Sunkern.

―Por supuesto que no. No cometeré el mismo error.

―Como quieras, el resultado será el mismo. ¡Growlithe, a combatir!

―¡Growl!

―¡Komala, mantente atento a sus movimientos!

―Buah.

El Pokémon de Honoka se balanceaba en su tronco, durmiendo como siempre.

―¿En serio no vas a hacer nada? Entonces tomaré la iniciativa. ¡Growlithe, Lanzallamas!

La ráfaga ardiente se dirigió a toda velocidad contra Komala.

―¡Komala, Giro rápido!

Girando sobre su propio eje, el Pokémon normal desvió las llamas que le arrojaron, lo que sorprendió a Maki.

―¡¿Pero cómo?!

―¡Bien hecho, Komala! ¡Sigue así!

―Buah.

En las gradas:

―Parece que nuestra estrategia está resultando, Yukiho-chan.

―Eso veo. Komala aprendió esa maniobra para desviar varios de los ataques que le lanzamos en los entrenamientos.

―Sí. Aunque a Vulpix no le gustó mucho.

―Tiene mucho que aprender en cuanto a comportarse. Por suerte, Iney es una señorita.

La sonrisa que le dedicó Alisa hizo que Yukiho se sonrojara ligeramente.

Calma, Yukiho. Vuelve a enfocarte en la batalla.

De regreso al campo:

―No creas que ese truco será suficiente para detenernos. ¡Growlithe, Rueda de fuego!

―¡Esquívalo, Komala!

Rodando como un neumático, el Pokémon de Maki se aproximó al de Honoka, quien evitó el impacto moviéndose hacia un costado entre sueños.

―¡Sigue con las Ruedas de fuego hasta conectar!

―¡Sigue esquivando!

A pesar de la amenaza que significaba Growlithe, Komala no pareció preocuparse en ningún momento, limitándose a evadir sus ataques.

―¡Growl...! ¡Growl...! ―El canino mostraba agotamiento tras unos minutos de ofensiva en vano.

―¡Excelente! ¡Ahora, Komala, usa...!

―¡Growlithe, regresa!

―¡Oye, no es justo! ―se quejó Honoka.

―Mi gimnasio, mis reglas. Además, te dijeron desde el principio que esto era posible.

La pelijengibre hizo un puchero.

¡Onee-chan, no te desconcentres! ¡Sabes que todos sus Pokémon son muy fuertes!

―Tu hermana tiene razón, Honoka; y es momento de llamar al campo a mi siguiente Pokémon. ¡Pyroar, a combatir!

―¡Pyroar!

―Ahí está otra vez... ―murmuró Honoka con cierta inquietud.

―¡Pyroar, usa Rugido!

El estruendoso movimiento de la Pokémon de Maki mandó a Komala de vuelta con su entrenadora.

―¡¿Pero qué...?!

―¿Acaso no conoces Rugido? Obliga a tu Pokémon a regresar a su Pokébola. Ahora tendrás que enfrentar a Pyroar con un Pokémon diferente.

Mientras Honoka decidía a su siguiente compañero, las chicas en las gradas lucían nerviosas.

―Maki-san empezó a jugar con Honoka-san. No solo tiene el poder, sino también la capacidad para forzarla a hacer lo que ella quiere.

―No necesariamente, Alisa. Es verdad que Pyroar es la Pokémon más fuerte de Maki-san y puede usar Rugido, pero los Pokémon de onee-chan en esta ocasión están enteros. No digo que la victoria sea segura, pero hay una posibilidad, sobre todo porque ahora el equipo tiene un par de trucos nuevos respecto al primer combate.

―Quiero creer que ahora Honoka-san podrá ganar. Después de todo lo que entrenó, en verdad quiero creerlo.

Si hacía un rato Yukiho se sonrojó por la sonrisa de Alisa, en esta ocasión lo hizo porque esta tomó su mano con delicadeza en busca de fortaleza. La rubia lo habría notado si no fuera porque sus azules ojos estaban enfocados en la batalla.

De vuelta a la arena, Honoka ya había tomado su decisión:

―Teddiursa, ¿estás listo?

―¡Teddiursa!

El osezno se aprestó a luchar.

―¡Pyroar, regresa!

―¿Qué?

―¡Growlithe, a combatir!

―¡Growlithe!

Honoka no se esperaba esa jugada por parte de Maki.

―Recuerdo que tu Teddiursa sabía un movimiento tipo lucha; no expondré a Pyroar innecesariamente. ¡Growlithe, Lanzallamas!

El Pokémon normal no se movió de su sitio, hasta que...

―¡Teddiursa, usa Garras furiosas!

―¡Sa!

Violentos zarpazos comenzaron a despejar las llamas, y no solo eso: Teddiursa empezó a acercarse lentamente a Growlithe: la terquedad natural del osezno estaba haciendo de las suyas, esta vez para bien.

―Fue muy sorpresivo que Teddiursa aprendiera a usar Garras furiosas, pero al mismo tiempo fue golpe de suerte ―comentó Yukiho desde su asiento. En su lugar, no obstante, Maki no se veía tan alegre, incluso soltó un gruñido.

―... ¡Growlithe, Cola de hierro!

Cuando tuvo a Teddiursa a su alcance, el Pokémon de fuego le dio un golpazo con un rabo endurecido, derribándolo.

―¡Teddiursa!

―¡Ahora usa Carga salvaje!

Tras envolverse en electricidad, Growlithe se arrojó contra Teddiursa.

―¡Teddiursa, regresa!

Por primera vez en mucho tiempo, Honoka regresó a su Pokémon a su Pokébola, aunque lo sacó de inmediato para que volviera a su lado.

―¡Ey!

―Pero Maki-chan, tú misma dijiste que las sustituciones están permitidas.

Tras resoplar, la pelirroja lo confirmó:

―... Es verdad. Ahora escoge a tu nuevo Pokémon de una vez.

―Entonces... ¡Ve, Gligar!

―¡Gligar!

A pesar de que su oponente era tipo tierra, Maki no lo veía como una gran amenaza, sobre todo después de su última actuación.

―Lo único que lograste con eso fue impedir que Growlithe use Carga salvaje, pero todavía le quedan más trucos. ¡Lanzallamas, ahora!

―¡Growl!

―¡Gligar, salta!

Así lo hizo el Pokémon volador, quien seguía teniendo problemas para elevarse. Sin embargo, eso no era lo que pretendía Honoka.

―¡Ahora usa Terratemblor!

Al caer, Gligar golpeó el piso con su cola, creando una potente onda de choque que recorrió el terreno y lastimó a Growlithe.

―¡Terratemblor otra vez!

El daño resultó ser mayor, ya que el Pokémon usó también las pinzas para dar el golpe.

―¡Termínalo con Picotazos venenosos!

Cientos de agujas envenenadas salieron disparadas del aguijón de Gligar, alcanzando a Growlithe y dejándolo debilitado.

―¡Growlithe no puede continuar! ¡Gligar es el ganador!

―¡Gligar, lo hicimos! ¡Ya llevamos uno!

―¡Gligar!

En las gradas:

―Hace unos días jamás me hubiera imaginado que Gligar aprendería un movimiento como ese. De algo sirvieron todas las caídas.

―Ahora tengo más confianza en Honoka-san.

El rostro de Alisa resplandecía, lo que aceleraba el corazón de Yukiho.

Tranquila, Yukiho, piensa en la Pokédex.

Volviendo con la batalla, Maki sostenía estupefacta la Pokébola de Growlithe; no esperaba que Gligar lo derrotara, sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes del Pokémon de tierra.

―... Admito que me sorprendiste ―dijo la pelirroja mientras recobraba la calma―. Pero no volverá a pasar. Todavía me quedan dos Pokémon; veamos si puedes manejarlos.

Tras cerrar los ojos un momento, Maki llamó a su siguiente Pokémon.

―¡Pyroar, a combatir!

―¡Pyroar!

―Conque Pyroar de nuevo... ¡Gligar, Terra...!

―¡Rugido!

El Escorpión Volador regresó a su Pokébola.

―¡Maki-chan! ―reclamó Honoka.

―Ya sabes las reglas.

―Bueno, bueno... ¡Ve, Komala!

―Buah.

―Pyroar, regresa.

Maki realizó un cambio rápido.

―¡Torracat, a combatir!

―¡Torra!

El Gato de Fuego movía la cola de un lado a otro como un metrónomo. Se veía deseoso de pelear y emanaba una seguridad que asustaba. De hecho, su Intimidación se activó nada más salir de su Pokébola, disminuyendo la fuerza de Komala.

―Recuerdas a mi Torracat, ¿verdad, Honoka? No pudiste derrotarlo la vez anterior. Esta vez tampoco. ¡Ahora, Torracat, Colmillo de fuego!

Los colmillos del felino se envolvieron en llamas y cargó contra Komala, quien se bamboleaba en su sitio como si no ocurriera nada.

―¡Komala, usa Bostezo!

―Buah.

El movimiento del Pokémon normal dio de lleno en el de fuego, quien comenzó a sentir somnolencia.

―¡Ahora usa Golpazo!

Komala le propinó un tremendo golpe con su tocón a Torracat. Para colmo, este último estaba a nada de quedarse dormido.

―¡Regresa, Torracat!

Maki no dejaría que su Pokémon se durmiera, por lo que lo devolvió a su Pokébola y llamó al combate a Pyroar.

―Pyroar, Hipervoz.

El alarido de la leona resonó con fuerza, lastimando a Komala en el proceso.

―¡Komala!

―No debiste tratar de dormir a Torracat. ¡Pyroar, Hipervoz otra vez!

―¡Komala, regresa!

La pelijengibre salvó a su Pokémon por los pelos. Como reemplazó, mandó a Teddiursa.

―¡Sa!

―Así que Teddiursa... Regresa, Pyroar. ¡Torracat, a combatir!

―¡Torra!

Con solo ver a Torracat, el osezno sintió enojo. Recordó los problemas que tuvo en el combate anterior con él y deseaba desquitarse; pero para su desgracia, la habilidad del felino se volvió a activar.

―¡Ursa!

―¡Torra!

―¡Teddiursa, Garras furiosas!

―¡Torracat, Garra de sombra!

En las gradas:

―Pero Garra de sombra es un movimiento tipo fantasma. No tendrá ningún efecto en un Pokémon normal como Teddiursa ―señaló Alisa.

―Quizás no quiere atacarlo directamente ―dijo Yukiho.

Efectivamente, lo que pretendía Maki era bloquear los arañazos del Pokémon de Honoka con los arañazos del suyo. Unas cuantas chispas salieron del choque de garras, algo digno de un concurso.

―¡Torracat, Venganza!

Teddiursa recibió un tremendo golpe que lo mandó a volar. Para empeorar las cosas, fue superefectivo.

―¡Teddiursa!

―¡Lanzallamas!

El Lanzallamas de Torracat dio en el blanco, causando un tremendo daño.

―¡Teddiursa, regresa!

El osezno volvió con Honoka, quien llamó a Gligar al campo.

―Maki-chan, creo que tendré que ponerme seria.

―La ventaja de tipo no lo es todo en un combate y te lo voy a demostrar. ¡Torracat, Lanzallamas!

―¡Torra!

―¡Esquívalo, Gligar!

El Escorpión Volador no pudo evitar las flamas. Lo más terrible de todo fue que el ataque de Torracat le causó quemaduras.

―¡Oh, no! ¡Las quemaduras no solo causan daño residual, también disminuyen el ataque del Pokémon! ―exclamó Alisa.

―Si onee-chan no se apresura, Gligar va a caer ―dijo Yukiho con preocupación.

Honoka, en su lado del campo, sabía que no podía quedarse esperando a que el fuego acabara con su Pokémon, por lo que actuó en consecuencia.

―¡Gligar, As aéreo!

―¡Gligar!

Tras impulsarse con su cola, el Pokémon de tierra se lanzó contra Torracat: el impacto fue inevitable. Honoka después le ordenó repetir el movimiento, dando en cada ocasión.

―¡Mantente así, Gligar! ¡Tú eres más fuerte que esa quemadura!

―Oh, no, no seguirás con esa estrategia. ¡Torracat, Garra de sombra!

―¡Torra... cat!

Las zarpas del Pokémon de fuego golpearon de lleno a su oponente, derribándolo y dejándolo a su merced.

―¡Garra de sombra otra vez!

Más que un zarpazo, Torracat le dio un pisotón a Gligar. No se limitó a golpearlo y ya: mantuvo su pata encima mientras la quemadura seguía haciendo efecto.

―No voy a alargar más esto. ¡Torracat, acábalo con Colmillo de fuego!

Gligar intentaba zafarse mientras los colmillos del felino estaban cerca.

―¡Terratemblor!

La cola del Pokémon de tierra dio varios golpes en el campo de batalla, lanzando ondas de choque que lastimaron a Torracat y lo obligaron a soltarlo.

―Maki-chan, Gligar y yo no vamos a rendirnos.

―¡Gligar!

―Lo mismo digo sobre Torracat y yo. Si quieres ganarnos, tendrás que mostrar aún más poder.

―¡Torracat!

Ambos Pokémon se miraron fijamente.

―¡Gligar, Picotazos venenosos!

―¡Torracat, Lanzallamas!

Las agujas terminaron chamuscadas. De paso, las llamas golpearon al Pokémon de Honoka, agravando la quemadura.

―No extenderé más esto. ¡Garra de sombra, ahora!

Cuando Torracat estuvo a milímetros de Gligar, Honoka aprovechó la oportunidad.

―¡Terratemblor!

Como el Pokémon de fuego estaba tan cerca, el daño fue masivo. Para rematar, recibió después una lluvia de agujas venenosas, que decidieron el encuentro entre ambos.

―¡Torracat!

―¡Torracat no puede continuar! ¡Gligar es el ganador!

―¡Lo hicimos, Gligar! ¡Bien hecho!

En las gradas, las chicas celebraban.

―Honoka-san va 2-0. Solo una victoria más y conseguirá su tercera medalla.

―Es verdad... El problema es que el Pokémon que le queda a Maki-san es Pyroar.

Regresando al campo de batalla, la doctora no podía creer que estuviese en desventaja. ¿En serio aquella torpe pelijengibre era la misma a la que había aplastado hacía unos días? De todas formas, la Pokémon que le quedaba estaba intacta, en contraste con los de su contendora.

―Honoka, no sé si llamar suerte o habilidad a lo que ha pasado en este combate, pero sea lo que sea, se verá cuando enfrentes a mi compañera. ¡Pyroar, a combatir!

―¡Pyroar!

La melena de la leona se meneaba de manera majestuosa y la ojiazul no podía evitar sentir cierto temor: sabía qué era capaz de hacer esta.

―Ojalá esto funcione... ¡Gligar, Terra...!

―¡Hipervoz!

El ataque y las quemaduras fueron demasiado para el Pokémon volador, quien se desplomó.

―¡Gligar no puede continuar! ¡Pyroar es la ganadora!

―Honoka-san perdió al único Pokémon que tenía ventaja contra los tipo fuego. Ahora le va a costar más ―dijo Alisa algo decaída.

―Teddiursa podría hacer algo, pero Torracat lo dañó bastante. Me pregunto si aguantará ―Yukiho se veía tensa; quería creer en su hermana y en sus Pokémon, pero el pronóstico del combate era reservado.

Volviendo con la acción:

―¡Ursa, Teddiursa! ―El osezno quería combatir, por lo que jaló el pantalón de su entrenadora.

―Lo siento, pequeño, pero creo que necesitas descansar un poco más.

―¡Sa! ―reclamó.

―¡Ve, Komala!

―Buah.

―Conque Komala... Pyroar, Lanzallamas.

―¡Giro rápido!

El koala giró sobre su tronco como lo había hecho contra Growlithe y desvió las llamas.

―Sabía que harías eso. ¡Hipervoz!

Las ondas de sonido dieron de lleno en Komala, y a diferencia del fuego, no pudo anularlas de ninguna manera. Tanta fue la fuerza del ataque que el Pokémon normal terminó en el suelo, incapaz de seguir.

―¡Komala no puede continuar! ¡Pyroar gana!

―¡Komala! ―exclamó Honoka.

―... Eso fue rápido. Pyroar es demasiado poderosa ―señaló Yukiho.

―Ahora están igualadas... Todo depende de Teddiursa. Vamos, Teddiursa, confiamos en ti ―dijo Alisa para sus adentros.

Volviendo con la batalla:

―¡Sa, Teddiursa!

―Teddiursa, todo está en tus manos... o patas o lo que sea, je, je ―intentó bromear Honoka para aminorar la tensión―. Ve.

―¡Teddiursa!

Aunque estaba lastimado, el fuego interno del osezno brillaba con intensidad. Lo que estaba por verse era si dicho fuego sería suficiente para sobrepasar el de la Pokémon de Maki.

―Él otra vez... Esta batalla será la que defina todo.

El osezno y la leona se miraban de manera desafiante, más bien altiva.

―Si no van a atacar, nosotras lo haremos. ¡Pyroar, Lanzallamas!

―¡Pyroar!

Las llamas de la felina por poco golpearon a Teddiursa, quien rodó para ponerse a salvo.

―¡Teddiursa, usa Garras furiosas!

―¡Hipervoz!

El grito de Pyroar dañó al Pokémon normal, quien se negaba a rendirse. Incluso caminaba como un viajero contra el viento.

―Sa... Sa... Ursa...

―Sí que es terco. ¡Pyroar, más potencia!

―¡Pyroar!

A pesar de la Hipervoz, Teddiursa estaba cada vez más cerca de su oponente.

―¡Así se hace, pequeño! ¡Ahora usa Karatazo contra ella!

―¡URSA!

Por primera vez en el combate, la Pokémon de Maki recibió daño: el Karatazo le dio justo en la mandíbula inferior, obligándola a callarse.

―¡Eso es!

―¡Triturar!

―¡¿Qué?!

Pyroar atrapó el brazo de Teddiursa con sus fauces, causándole un agudo dolor.

―¡Teddiursa!

―¿Creíste que todos los movimientos de mi Pyroar eran a distancia, Honoka? ¡Pyroar, mantente así y no lo sueltes!

Si la pelijengibre no hacía algo, perdería otra vez.

―¿Qué hago, qué hago, qué hago, qué hago? ―se decía desesperada.

―¡Onee-chan, mantén el foco! ―le gritó Yukiho.

Yukiho tiene razón... ¿pero qué hago? ―pensó.

Teddiursa forcejeaba para liberarse de Pyroar, moviendo un poco la cabeza de la leona en el proceso. Honoka se percató de ello.

Quizás...

Era a todo o nada.

―¡Teddiursa, lleva a Pyroar al suelo!

―¿Qué? ¿Qué está planeando? ―se preguntó Maki.

De forma brusca, el osezno llevó su brazo atrapado hacia abajo, arrastrando a Pyroar con él.

―¡Karatazo!

―¡Ursa!

El golpe en la cabeza de la Pokémon de fuego fue devastador. Lo bueno para Teddiursa es que pudo liberarse del agarre.

―¡Roar!

―Ni creas que esto ha terminado. ¡Lanzallamas!

―¡Garras furiosas!

El osezno comenzó a apartar el fuego con sus zarpas. Sin embargo, Pyroar no cedía.

―¡Más poder, Pyroar! ¡No puede defenderse por siempre!

Las llamas aumentaron su intensidad y Teddiursa sintió el calor. No fue lo único: al igual que Gligar, terminó con quemaduras; se había activado la cuenta regresiva del combate.

Onee-chan...

―Honoka-san...

―¡Oh, no! ¡No otra vez!

Teddiursa ya mostraba agotamiento. Pyroar, por su parte, lucía más entera a pesar de estar lastimada también. Cualquier movimiento en falso significaría el fin del duelo.

―Honoka..., siempre habrá espacio para una revancha. ¡Pyroar, Hipervoz!

―¡Esquívalo y usa Karatazo!

Teddiursa rodó hacia un lado para evitar el impacto. Inmediatamente después se lanzó contra Pyroar, aunque la quemadura hizo de las suyas.

―¡Triturar!

En esta ocasión, la leona atrapó al osezno por el torso. No obstante, recibió un Karatazo muy cerca del ojo, por lo que tuvo que soltar a su presa.

―¡Teddiursa, ubícate bajo Pyroar!

―¡Sa!

El Pokémon de Honoka rodó entre las patas de la felina y quedó agazapado bajo ella.

―¡Karatazo!

―¡Teddi... ursa!

Un violento golpe levantó a Pyroar del suelo, para sorpresa de esta y de su entrenadora.

―¡Pyroar, prepara el Lanzallamas!

―No, no dejaré que lo hagas, Maki-chan. Hora de mostrar otro movimiento nuevo. ¡Teddiursa, Cuchillada nocturna!

Las garras de Teddiursa adquirieron un tono violáceo. Tras eso, esperó a que Pyroar estuviera a su alcance.

―¡Hazlo!

―¡Hazlo!

Pyroar exhaló su aliento de fuego cuando estuvo a milímetros de Teddiursa. Este también movió las garras en el mismo momento. La tensión era palpable.

―Pyroar...

―Teddiursa...

―Vamos, Honoka-san...

―No quiero ver...

Finalmente, uno de los dos Pokémon no pudo seguir en pie y se desmayó en la arena.

―¡Pyroar no puede continuar! ¡Teddiursa gana! ¡La victoria es para la retadora Honoka!

―Lo... Lo hicimos... Lo hicimos... ¡Lo hicimos!

―Teddi... ―balbuceó el osezno antes de desplomarse por el cansancio.

―¡Teddiursa! ―Honoka fue corriendo a buscar a su Pokémon.

Por el lado de Maki, se veía que no estaba contenta con el resultado. Sin embargo, se resignó. Había sido un encuentro difícil y cualquiera de las dos podría haber ganado.

Pyroar, Growlithe, Torracat, gracias por su esfuerzo el día de hoy ―pensó mientras regresaba a la leona a su Pokébola.

―¡Onee-chan!

―¡Honoka-san, felicidades!

Las menores abrazaron con fuerza a la pelijengibre.

―Todo el entrenamiento valió la pena ―comentó Yukiho.

―Lo sé... Hoy tratamos de usar todo lo aprendido, dimos nuestro mayor esfuerzo... ¡y lo hicimos! ¡Ganamos! ―exclamó mientras veía a Teddiursa, quien descansaba en sus brazos.

―Honoka...

La felicidad de las chicas fue arruinada por el tono seco de Maki.

―No soy una persona que se tome bien las derrotas. Sin embargo, eso no significa que desconozca cuando me vencen en buena lid. Como prueba de tu victoria en el gimnasio Nanisore, te entrego esto: la Medalla Estallido.

―Muchas gracias, Maki-chan.

Los ojos de Honoka brillaron al ver su tercera medalla.

―Como ya sabes, puedes subir y dejar que las enfermeras Joy se encarguen de curar a tus Pokémon. Lo necesitarán después del combate tan fuerte que tuvimos.

A pesar de su molestia por la derrota, la pelirroja esbozó una pequeña sonrisa, que la pelijengibre le respondió.

―Maki-chan, gracias por todo. Quizás nos veamos otra vez en el futuro y tengamos otra batalla.

―Si eso llega a pasar, no me ganarás.

―Je, je, je, ya lo veremos.

―Por cierto, ¿adónde irás ahora?

―No lo sé, al gimnasio más cercano.

―El gimnasio más cercano... Ese sería el de ciudad Chunchun.

La alegría de Honoka se transformó en sorpresa. Sumado a eso, una pequeña lágrima apareció en su ojo y un único murmullo salió de su boca:

―Kotori-chan...


No quise enfocarme mucho en el entrenamiento de Honoka porque el foco principal del capítulo era la batalla. Eso sí, espero que se hayan dado cuenta de que los tres Pokémon que usó aprendieron movimientos nuevos. Por cierto, Pyroar fue un auténtico dolor de cabeza, o al menos eso quiero creer.

Ya vieron quién es la siguiente líder de gimnasio (futuro reencuentro), pero habrá algunos eventos más antes de que las chicas lleguen a ciudad Chunchun. Muchos ya están pensados, así que tengo una base para continuar.

Pasando a otro tema, anteriormente anuncié que las chicas de PDP podrían formar parte de la historia en el futuro de una manera similar a las Aqours. Ahora que se viene el anime, veré con más detalle si les mantengo los tipos en los que se especializarían, qué Pokémon les doy, etc. Sobre Shioriko, la integrante más nueva, tengo dos tipos posibles hasta ahora: veneno y tierra. Ya veré si alguno de estos es el definitivo o si lo cambio.

Antes de terminar, aviso que, aunque ahora es muy pronto para nuevos extras, ya hay dos lectores que se ganaron el derecho a elegir a las protagonistas. Uno de ellos ya lo sabe, pero a la segunda persona le avisaré cuando vaya a sacarlos.

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