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El Applin de la discordia

Gente, sé que han pasado meses, casi dos años, de hecho, pero la vida siempre tiene sus propios planes y muchas veces se comen los de uno. Ha salido nuevo material de Love Live! y se han revelado nuevas especies de Pokémon durante mi ausencia. El punto es que por fin esta historia continúa, con la aparición de un personaje conocido. No los entretengo más, así que los dejo para que lean.


Con la mente puesta en pueblo Kubo y en el siguiente concurso de Alisa, Honoka y su grupo caminaban por un sendero agreste. Algunos Pokémon salvajes correteaban por el lugar, lo que abrió el apetito de la pelijengibre por una nueva captura.

—Oye, Teddiursa, ¿qué te parece si atrapamos a otro Pokémon? Tenemos que estar preparados para cuando nos enfrentemos a Kotori- chan.

—¡Ursa!

—Solo espero que no te vuelvas loca, onee-chan. Ya conoces nuestro trato: solo un Pokémon por zona. ¿Quedó claro?

—Yukiho, eres una aburrida.

—Sa, Sa.

—Alguna de las dos tiene que poner orden. Lo sabes.

—Vamos, Yukiho-chan, no seas tan dura con tu hermana. No es su culpa el emocionarse tanto con los Pokémon.

—¡Vulpix!

—Pero...

Alisa miró a la castaña como solía hacerlo, provocando las reacciones de siempre.

Volviendo con Honoka, ella y Teddiursa veían las posibles opciones para el equipo. Sin embargo, ninguna le resultaba definitiva. Si dependiera de ella, atraparía a distintos tipos de Pokémon de una sentada.

—¿Qué opinas, pequeño?

—Teddiursa.

—A diferencia de las líderes anteriores, sí sé cuál es la especialidad de Kotori-chan. Quizás deba escoger un Pokémon que pueda hacerle frente a los suyos... Mmm, ¿ves alguno así?

—Sa, Sa.

En medio de la ojeada, un objeto pasó rodando cerca de sus pies a toda velocidad. Por un instante se detuvo frente a ellos y los miró: tenía el aspecto de una manzana, solo que en vez de hojas, en la parte superior se asomaban sus ojos.

—¿Qué pasa, onee-chan?

—Chicas, miren...

Todo el grupo fijó la vista en el Pokémon.

—¿Qué es?

—Oh, ese es un Applin.

—¿Applin?

—«Applin, el Pokémon Manzanido. Tipos planta y dragón. Se mete en el interior de una manzana en cuanto nace, devorando su interior a medida que crece».

—... No importan las efectividades, quiero atraparlo. ¡Teddiursa, prepárate!

—¡Ursa!

No obstante, un ruido aproximándose a ellos causó que el Applin huyera despavorido. Poco después, un Pokémon cuadrúpedo con una enorme hoja en su cabeza hizo acto de presencia, seguido de una entrenadora que las chicas conocían bien.

—¡Chiko!

—Sí, Chikorita, parece que se nos escapó.

—¿Emi-chan? ¿Eres tú?

—¿Uh? ¿Honoka-chan?

Emi, la entrenadora novata que habían conocido hacía poco, estaba ahí acompañada de un Pokémon distinto a Tyrunt. Se veía agitada.

—¡Qué bueno verte de nuevo!

—Disculpa, Honoka-chan, pero ahora no puedo hablar. ¿Has visto pasar un Applin por aquí?

—Sí, por ahí. —Apuntó—. Teddiursa y yo íbamos a atraparlo, pero se asustó y huyó.

—... ¿Atraparlo?

—Sí, me pareció bonito y...

—¡No es justo! ¡Chikorita y yo llevamos horas siguiéndolo! ¡Estamos exhaustos de tanto perseguirlo!

—Pero... tú no estabas cuando lo vi.

—¡No importa! ¡Yo me topé con ese Applin antes que tú!

Las chicas, que se habían llevado bien la primera vez, comenzaron a discutir. Ninguna de las dos quería ceder en cuanto a ser la entrenadora del Pokémon planta y dragón. Inclusive sus Pokémon se contagiaron del calor del momento.

—¡Teddiursa!

—¡Chikori!

—Chicas... chicas... ¡Ya no se peleen!

Alisa, que solía mantenerse tranquila y mediar en los conflictos del grupo, no aguantó más.

—Es obvio que ambas quieren tener al mismo Pokémon, pero solo una podrá atraparlo. ¿Estamos de acuerdo?

Honoka y Emi asintieron.

—Hagamos lo siguiente. Buscaremos juntas a ese Applin; no puede estar muy lejos. Ahí veremos quién lo capturará. ¿De acuerdo?

—... Bien —dijeron las dos al unísono.

—Espléndido.

(...)

Las chicas y sus Pokémon comenzaron a caminar por los pastizales en busca de la escurridiza manzana. Con la caminata, los ánimos de Honoka y Emi se calmaron, e incluso entablaron una conversación.

—Disculpa por alterarme, Honoka-chan. Es solo que no quiero que el tiempo invertido se desperdicie.

—Descuida, Emi-chan. Yo tampoco me comporté muy bien, je, je.

La aludida correspondió la risa.

—La vez anterior que nos vimos dijiste que querías enfrentar a Rin- chan en una batalla de gimnasio. ¿Cómo te fue?

—... Eh... Este... Me venció.

—... Qué pena, Emi-chan. —La comepan hizo un puchero.

—Sí, su Mankey fue demasiado para Tyrunt y Chikorita... Ni siquiera usó un segundo Pokémon.

—¡Auch! Pero no dejes que eso te deprima. Ya llegará el momento en que consigas tu primera medalla.

—Tengo una.

—¿Ah? ¿De verdad?

—Sí, aunque no fue la Medalla Prisa.

De una cajita sacó una Medalla Tallo.

—Guau, o sea que luchaste contra Hanayo- chan.

—Sí, aunque derrotarla no fue fácil. Sus Pokémon planta son muy duros.

—Lo sé de primera mano, je, je.

Los ánimos parecieron sosegarse.

—Cambiando de tema, ¿por qué tienes tanto interés en Applin? —preguntó Honoka.

—Siempre me ha gustado la especie. Espero tener a un Flapple un día.

—¿Flapple? Veamos.

—«Flapple, el Pokémon Manzanala y la forma evolucionada de Applin. Tipos planta y dragón. Revolotea hasta encontrar una brecha en la defensa de su enemigo y después ataca con un fluido extremadamente ácido».

—Vaya.

—¿Sabes otro dato curioso, Honoka-chan? En Galar se dice que regalar un Applin a otra persona es un símbolo de amor.

Aquello llegó a oídos de Yukiho, quien comenzó a fantasear.

«¿En serio es para mí? ¡Muchas gracias, Yukiho-chan! La verdad es... que yo... yo también te...».

—Yo voy a atrapar a ese Applin.

—¿Qué? —se preguntaron tres voces al unísono.

—Eso. He decidido capturar a Applin.

—Pero... ¿por qué? —preguntó Honoka, sorprendida y confundida.

—... No puedo decir las razones.

Alisa notó inquieta a la castaña, lo que la inquietó también.

«Yukiho-chan...».

La búsqueda se hizo exhaustiva de golpe. Todas las chicas rastrearon con más ahínco los sectores donde podría ocultarse el elusivo Applin, pero los esfuerzos eran infructuosos. Otros Pokémon se asomaron entre el pasto, pero ni rastro del de tipo planta y dragón.

«¿Y si mejor atrapo a otro Pokémon? Después de todo, Emi-chan parece más interesada en ese pequeño y lleva más tiempo tras él... No, no. Rendirme ahora significaría que no me estoy tomando esto en serio y sería un insulto para todos».

«Me agrada Honoka-chan, pero no cederé a ese Applin sin luchar. Capturar uno ha sido una de las cosas que más he querido desde que me convertí en entrenadora. Debo aprovechar esta oportunidad».

«Sé que actué de forma impulsiva, pero me encantaría regalarle ese Applin a Alisa. Quizás así por fin se dé cuenta de mis sentimientos por ella... Bueno, eso lo veré después».

Cada una de las interesadas en la captura estaba ensimismada, solamente regresando a la realidad cuando Teddiursa y Chikorita gritaron: habían visto a Applin sobre la rama de un arbolillo, al parecer, desprevenido.

—¡Ursa!

—¡Chiko!

El Pokémon manzana se asustó e intentó arrojarse desde lo alto. Sin embargo, tres Pokébolas fueron lanzadas contra él. Segundos después se escuchó el ruido de algo golpeando el pasto seguido de un resplandor.

Todos comprendieron que Applin había sido capturado. El gran problema era que las tres Pokébolas estaban cerca la una de la otra, sin ninguna marca distintiva que permitiera saber cuál de las tres era la entrenadora que se encargaría del planta y dragón.

—Chicas..., Applin es de una de nosotras —dijo Honoka.

—¿Pero de quién? —preguntó Emi—. Alisa- chan, ¿tú qué dices?

—Exacto, Alisa. ¿Tienes algo en mente?

—Bueno... —La rubia se puso algo nerviosa. Incluso jugueteó con sus dedos—. ¡Hagamos una competencia! —soltó de improviso.

—¿Qué?

—Denme unos momentos para definir bien todo —dijo mientras se acercaba a la Pokébola de Applin y la tomaba con suavidad—. Mientras tanto, yo me encargaré de cuidar a Applin.

Honoka, Emi y Yukiho se miraron con ardor en el alma y un brillo en los ojos: estaban más que dispuestas a lo que fuera.

—Bien, chicas, daremos comienzo a las pruebas por Applin. Conmigo estarán mis adorables asistentes, Iney...

—¡Vulpix!

—... y Rozy.

—¡Cleffa!

—Haremos tres pruebas para determinar quién de ustedes se queda con Applin. Cada prueba dará un punto a la ganadora y la que obtenga más al finalizar será la nueva entrenadora de este pequeño de aquí. —Enseñó la Pokébola con el Pokémon en su interior.

—¿Con qué empezaremos, Alisa? —preguntó Yukiho.

—La primera prueba consistirá una ronda de preguntas. Serán cinco, todas con respecto a Applin.

La pelijengibre se convirtió en un manojo de nervios. Grandes gotas de sudor recorrieron su rostro.

—¿Qué le pasa a Honoka-chan? —preguntó Emi.

—Su cerebro no es su mayor cualidad. Con suerte se sabe la tabla de tipos —respondió Yukiho.

—... ¡Yukiho, deja de burlarte de mí! ¡Voy a demostrarte que no soy tan tonta como crees!

Alisa se aclaró la garganta y comenzó:

—Atención, todas, aquí va la primera pregunta sobre Applin. ¿Cuántas evoluciones distintas puede tener?

—¡Yo, yo, yo! —Honoka alzó la mano, muy entusiasmada—. Solo una, Flapple.

—... Lo siento, Honoka-san, pero no es la respuesta correcta.

—¡Buu! ¡No es justo!

—Teddiursa... —El osezno le daba apoyo moral.

—¡Ah, Emi-san! ¿Tú sabes la respuesta?

—Sí, son tres: Flapple, Appletun y Dipplin.

—¡Correcto!

—Yo también me la sabía —susurró Yukiho con desazón.

—Segunda pregunta: ¿qué objetos necesita un Applin para evolucionar?

—Una manzana ácida, una manzana dulce y una manzana melosa.

—¡Correcto, Yukiho-chan!

Alisa hizo tres preguntas más. Al finalizar la ronda, Emi había respondido correctamente tres y Yukiho, dos. Honoka, por otro lado, expresaba una tristeza caricaturesca tras fallar todas.

—Teddiursa, ¿cómo es que me fue tan mal? —se lamentó.

—Sa, Sa...

—Como Emi-san fue quien obtuvo más respuestas correctas, el punto de la primera prueba es de ella.

—¡Sí! ¿Qué te parece, Chikorita!

—¡Chiko, Chiko!

—Todavía quedan dos pruebas más para definir quién se queda con Applin. Tomen un descanso mientras tanto.

Las chicas se dirigieron a distintos lugares para despejarse y aclarar la mente. Ninguna estaba al tanto de cuál sería el siguiente desafío, por lo que debían prepararse para lo que fuera.

(...)

—¡Aún no me convenzo de que me fuera tan mal, Teddiursa! ¡Creí que al menos acertaría una!

—Sa, sa.

—... Sí... Es que Emi-chan y Yukiho fueron demasiado rápidas. No me dieron tiempo.

—Teddiursa...

—No importa. Ganaré las otras dos pruebas. ¡Faito dayo!

No mucho después, Alisa les avisó que la segunda prueba estaba por disputarse. En cuanto las muchachas se ubicaron en el punto de reunión, notaron que había cinco vasos boca abajo sobre una roca plana.

—Nozomi-san me ha dicho varias veces que un entrenador necesita una fuerte conexión con sus Pokémon, y que debe establecerla nada más atraparlos.

—¿Y eso qué tiene que ver con esto? —preguntó Honoka.

—¡Onee-chan!

—Voy a poner a prueba su intuición. Quiero ver si alguna de ustedes es capaz de encontrar la Pokébola de Applin sin ninguna ayuda.

Las chicas interesadas levantaron una ceja.

—¿Esto... es en serio. Alisa? —preguntó Yukiho.

—En serio —respondió la rubia, con la mayor de las sonrisas.

Aunque no muy convencidas, una de las muchachas tomó la iniciativa sin pensarlo demasiado.

—¡Yo encontraré a Applin!

—¿Teddiursa?

—Tranquilo, pequeño. Confío en mi suerte, je, je.

Honoka se acercó a uno de los vasos y lo levantó de inmediato.

—¡Buuu! —se lamentó al comprobar que se había equivocado.

—Sa, Sa...

—Lástima, Honoka-san, pero era algo que podía pasar.

—¡Pero yo quería ganar!

A pesar del puchero de la pelijengibre, solamente Yukiho se sintió avergonzada; Alisa y Emi se tomaron la situación con humor.

—¿Quién de ustedes quiere seguir? —preguntó la rubia.

—Yo voy —respondió Emi.

Tampoco hubo suerte para ella. Sin embargo, para Yukiho la historia fue diferente.

—... Esta es... la Pokébola.

—¡Felicitaciones, Yukiho- chan! ¡Eres la ganadora de la segunda prueba!

—¡Vulpix, Vulpix!

—¡Cleffa!

Los Pokémon de Alisa acompañaron a su entrenadora en la enhorabuena.

—Hasta ahora el marcador va así: Emi-san, un punto; Yukiho- chan, un punto; Honoka-san, cero puntos.

—No es necesario mencionar lo último, Alisa-chan. Eres muy cruel. —La mayor del grupo hizo un puchero.

—La prueba final determinará quién se queda con Applin. Aguarden unos momentos mientras preparo los detalles.

La rubia y sus Pokémon se alejaron unos pasos, dejando a las demás muchachas a la espera.

—No puedo creer que haya perdido las primeras dos pruebas, Teddiursa —se quejó Honoka—. ¡Agh, ojalá la última sea fácil para mí!

—Teddiursa...

—Honoka-chan —Emi se acercó a ella—, ¿te encuentras bien? Pensé que sería bueno darte algo de ánimo.

—... Tranquila, Emi-chan, me siento perfectamente. Ja, ja, ja, ja. —Una gota de sudor frío le recorrió la sien.

—Es porque hasta ahora a onee-chan solo le han tocado pruebas en las que flaquea —señaló Yukiho, acercándose a ellas—. Ya veremos de qué tratará la última...

—¡Ojalá sea de quién come más pan!

—¿Qué tiene que ver eso con Applin?

—No lo sé, pero ahora quiero comer algo.

No tuvieron que esperar mucho más para ver en qué consistía el desafío final. En un espacio despejado, Alisa, Iney y Rozy las esperaban de pie.

—Bienvenidas a la última prueba, chicas. Ahora demostrarán su fuerza.

—¿Vamos a pelear? —la interrumpió Honoka.

—Sí, Honoka-san. Van a pelear.

Los ojos azules de la pelijengibre brillaron con intensidad.

—Será un triangular entre ustedes en batallas uno a uno. La que gane más combates obtendrá el punto.

Honoka se veía confiada, Emi, alegre, y Yukiho, bastante nerviosa.

«No sé si mis habilidades están a la par de las de ellas», pensó esta última.

—¿Quién quiere luchar primero?

—¡Yo, yo, yo, yo, yo! —La comepan levantó la mano como desaforada.

—¡Teddiursa, Teddiursa!

—Excelente, Honoka-san. ¿Quién quiere enfrentarla? —Miró a las otras dos.

Con labios temblorosos, Yukiho dio un paso al frente.

—... Yo.

—¿Yukiho? ¿De verdad quieres luchar conmigo ahora mismo?

—Tendré que enfrentarte sí o sí. Hagamos esto más rápido.

Las hermanas se ubicaron frente a frente. Aquel prometía ser un encuentro interesante.

—Pequeño, ¿quieres encargarte?

—¡Sa, Sa!

—Sabía que usarías a Teddiursa, onee-chan. ¡Ve, Vulpix!

—¡Vulpix!

El Pokémon de fuego salió con ánimos de pelear, pero cuando vio a Iney, su cara adoptó una expresión un tanto boba, cercana a las que hacía Honoka.

—¡Comiencen! —exclamó Alisa.

—¡Vamos a demostrarles nuestra fuerza, Teddiursa! ¡Garras furiosas!

—¡Teddiursa!

—¡Vulpix, Fuego fatuo!

El osezno logró repeler las llamas espectrales a punta de zarpazos, quedando cara a cara con el pequeño zorro.

—¡Cuchillada nocturna!

Las garras iluminadas de morado dieron de lleno en el rostro de Vulpix, quien aguantó como pudo.

—¡Brasas!

Teddiursa recibió las chispas llameantes en su cuerpo, pero, terco como era, no cejó en su intento por ganar.

—¡Bien hecho, Vulpix! ¡Ahora usa Giro fuego!

—¡Esquívalo!

El de tipo normal rodó hacia un lado y esquivó el movimiento flamígero por poco.

—¡Ahora usa Karatazo!

Vulpix recibió un enorme daño de los brazos de Teddiursa, saliendo bastante mal parado. Para peor, Honoka ordenó que el movimiento se repitiera una y otra vez, y aunque Yukiho intentó que su Pokémon intentara librarse del castigo, aquello resultó inútil.

—¡Termínalo con Cuchillada nocturna!

Las garras del osezno acabaron la faena.

—¡Vulpix no puede continuar! ¡Teddiursa gana! ¡La batalla es para Honoka-san!

—¡Lo hicimos, pequeño! ¡Ganamos!

—¡Teddiursa!

—... Qué lástima... Hiciste un gran trabajo de todas formas, Vulpix.

La segunda batalla se dio entre Yukiho, quien buscaba resarcirse ante su querida Alisa, y Emi. No obstante, Spearow poco pudo hacer ante los despiadados movimientos de Tyrunt, por lo que la hermana menor de Honoka quedó con un saldo de dos derrotas. La ganadora del último punto saldría del combate entre la pelijengibre y su admiradora.

—Espero que este sea un buen duelo, Emi-chan.

—Lo mismo digo, Honoka-chan.

—Ambas entrenadoras están en posición —dijo Alisa ceremoniosamente—. Ahora, ¡que comience la batalla!

—¡Ve, Gligar!

—¡Vamos, Chikorita!

« Onee-chan tiene ventaja de tipo en este encuentro. Veremos si la aprovecha».

—¡Gligar, elévate y usa As aéreo!

—¡Chikorita, bloquéalo con Reflejo!

Aunque el Escorpión Volador se lanzó con fiereza, su ataque pudo ser interceptado por una barrera luminosa multicolor que se formó enfrente del Pokémon planta.

—¡Vaya!

—Hemos estado entrenando mucho, Honoka-chan. No pienses que será tan fácil vencernos, ja, ja, ja, ja.

—Yo también tengo mis trucos, Emi-chan. ¡Picotazos venenosos!

Varias agujas tóxicas salieron disparadas del aguijón de Gligar, pero el Reflejo hizo de las suyas nuevamente, apareciendo para defender a Chikorita.

—¡Onee-chan, Reflejo se activará cada vez que Gligar use un ataque físico! ¡No desaparecerá hasta pasado un rato! —gritó Yukiho.

«... Gligar solo tiene ataques físicos», pensó preocupada la pelijengibre.

«Si onee-chan hubiese usado a Teddiursa en este combate, habría tenido menos problemas. Su Karatazo destruye Reflejos y Pantallas de luz».

Mientras Honoka desesperaba, Emi aprovechó la situación.

—¡Dulce aroma!

—¡Chiko!

La fragancia causó que el de tierra se relajara.

—¡Sigue con Hojas navaja!

—¡Bloquea con Corte furia!

Gligar despertó de su sopor con el grito y pudo defenderse con sus zarpas, destrozando cuantas hojas pudo. De a poco comenzó a avanzar, dispuesto a quedar frente a frente con Chikorita.

«Si puedo alargar un poco más esto, el Reflejo se esfumará. Gligar tiene que seguir presionando», pensó Honoka.

«Trataré de que Gligar se acerque más Chikorita. Cuando esté en el punto exacto, atacaremos», hizo lo propio Emi.

Ambos Pokémon quedaron a centímetros el uno del otro. Entonces...

—¡Chikorita, Tacleada!

El de tipo planta embistió con prontitud al volador, empujándolo lejos. Sin embargo, a Honoka se le ocurrió una idea, idea de las del tipo que solo le surgían durante las batallas.

—¡Gira en el aire e impúlsate con tu cola hacia adelante!

—¡Gligar!

Con la agilidad de un acróbata, el Escorpión Volador hizo lo pedido por su entrenadora, quedando en una posición ideal para un contraataque.

—¡As aéreo!

El golpe dio en el Reflejo de Chikorita, como era de esperarse, pero el impulso pareció darle un extra de poder al movimiento de Gligar: la pantalla se hizo trizas como un vidrio y el inicial de planta de Johto recibió un daño considerable y superefectivo.

—¡Chiko...!

—¡Termina con Picotazos venenosos!

—¡Gligar!

—¡Chiko... ri...! —exclamó antes de caer.

—¡Chikorita no puede continuar! ¡Gligar gana! ¡La batalla es para Honoka-san!

—¡Gligar, ganamos!

—¡Gligar!

Entrenadora y Pokémon se abrazaron, pero su victoria significaba un problema inesperado.

—Honoka-san obtuvo el punto por batallas... Eso quiere decir... que tenemos un triple empate.

Las tres jóvenes interesadas en Applin se miraron.

—¿Qué hacemos entonces, Alisa? —preguntó Yukiho.

—No lo sé... No esperé que llegáramos a esta situación.

—¿Y si repetimos las pruebas?

Onee-chan, eso no tiene sentido.

—... ¿Por qué no dejamos que el mismo Applin decida? —sugirió Emi, levantando unas cuantas cejas.

—... Creo que es lo único factible ahora. ¿Qué opinan ustedes?

—¡Vulpix!

—¡Cleffa!

—¿Y ustedes, chicas?

—... Quizás sea la única solución.

—¿Qué dices tú, Honoka-san?

—... Yo... Yo...

Con todos los ojos puestos sobre ella, finalmente dio su parecer:

—... opino igual que el resto.

Alisa tomó la Pokébola de Applin y mandó al Pokémon al exterior.

—Hola, pequeño Applin. Espero que estés bien. —El planta y dragón la miró—. ¿Sabes? Una de ellas —las mostró— te atrapó hace un rato, pero no sabemos cuál fue, y aunque tratamos de encontrar la respuesta, nos resultó imposible. Ahora es momento de que tú decidas quién te entrenará. Hazlo de acuerdo con tu sentir.

Applin miró las tres opciones que tenía: Yukiho denotaba tensión, apretando los puños; Emi jugueteaba con sus manos y mantenía una cara un tanto suplicante; y Honoka hacía gestos involuntarios como tratando de decirle que se fuera con ella.

Tras deliberarlo con cuidado, el Pokémon finalmente escogió a una, saltando a sus manos.

—... ¿En... en serio me eligió a mí?

—Felicidades —Alisa se acercó con calma—, Emi-san.

La chica no se lo podía creer.

—Yo... O sea... ¿No estoy soñando? ¿De... de verdad me eligió a mí? ¿A mí? —Una lágrima se le escapó.

—Felicidades, Emi-san —dijo Yukiho, un tanto resignada.

—Felicidades, Emi-chan. Es verdad que me habría gustado ser yo quien se quedara con Applin, pero sé que tú lo cuidarás muy bien —comentó Honoka.

—Muchas gracias, chicas. —Se limpió los ojos—. Prometo ser digna de la confianza de Applin.

El único que se veía molesto era Teddiursa, quien pensó que todo su esfuerzo había sido en vano.

(...)

—Entrenaré por un tiempo a Applin y después desafiaré nuevamente a Rin- san por su medalla.

—Te deseo buena suerte, Emi-chan.

—A ti también, Honoka-chan. Ojalá ganes tu siguiente batalla de gimnasio. Y Alisa- chan, mucho éxito en tu concurso.

—Muchas gracias, Emi-san.

—... No las decepcionaré. Applin será un gran compañero —dijo la rival de Honoka, muy emocionada.

Poco después, retomaron sus respectivos caminos.

—Sa, Sa... —balbuceó Teddiursa, molesto.

—Sí, es frustrante no habernos quedado con Applin... ¡Pero no importa! Hay muchos Pokémon esperándonos. Quizás algún día consigamos nuestro propio Applin, pequeño. ¡Faito dayo! —le dijo su entrenadora.

Un poco más atrás...

—Oye, Yukiho- chan, al principio no mostraste interés en Applin. ¿Por qué el cambio de idea?

—¿Eh? Bueno... este... Tal vez en otro momento te lo diga.

Aquello ya era historia. Pueblo Kubo estaba adelante aguardándolas, con nuevas aventuras.


Este capítulo comenzó a escribirse en octubre del año pasado. Es más, Hydrapple ni siquiera había sido revelado en ese entonces. Sin embargo, como conté al inicio, ocurrieron hechos fuera de mi control, por lo que este capítulo (y varias cosas más) se fueron posponiendo. No es una excusa, es solo información.

Sobre el capítulo en sí, omití algunas de las preguntas de la primera prueba simplemente porque no se me ocurrieron. También tuve problemas decidiendo la segunda. Espero que haya tenido sentido al final.

Para cerrar, hay posibilidades de que sí se incluya una mecánica: la teracristalización. De ustedes depende si se implementa o no.

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